Partida Rol por web

El joven, de una veintena de años, se levanta impresionado al ver a los que se le acercan, un extraño humano, un elfo albino lleno de cicatrices y lo que parece ser un humano atractivo servidor de... no reconoce el símbolo aunque juraría que es de Lathander. Eso le calmó un poco.-Si soy yo mismo, me llamo Gunter, bueno eso ya lo sabíais jej y estamos buscando gente para encontrar a otra gente de mi aldea.-Al acabar se muerde la uña del dedo gordo, al parecer bastante nervioso.   

Gael se adelanta y con los brazos abiertos, con las palmas hacia arriba, en claro gesto de paz, le dice:

-Bien, tú dirás. ¿Qué necesitas y qué ofreces?

El elfo caminó hacia la plaza por una callejuela de piedra que salía de la taberna, rumbo norte, donde, casi parejo al tipo que le havía evitado la pelea en la taberna, llegó hasta aquel tipo que al parecer, buscaba aventureros para completar una tarea. Al llegar esperó a que Cyrus, quien se le había adelantado en hablar, obtuviera sus respuestas, que iban encaminadas a un mismo fín.

Y ya que estás haz el favor y dinos también a cuánta gente necesitas para esta labor, porque parece ser que hay tres más en la taberna que quieren realizar la tarea.

El bullicio de la plaza norte era un sonido tan habitual para los presentes que casi era como si estuvieran en silencio... hasta que llegó alguien montado en algo haciendo un ruido capaz de romper hasta un conjuro de silencio.

- ¡Vamos maldito animal! ¡Corre más! ¡Corre, necesito ese dinero! - gritaba un gnomo subido a una mula mientras azuzaba al animal con todas sus fuerzas.

Decir que el animal entró en la plaza como una exhalación habría sido exagerar mucho, pero indudablemente la mula llevaba una velocidad considerable para un animal de su especie, y su jinete bien podría ganarse un buen chichón si se caía al suelo. Pero para el pequeño Gerbo aquello estaba siendo un alarde de celeridad y audacia, sus pequeños ojitos se entrecerraban ante la velocidad del viento y todo se movía muy rápido.

- ¡Apartáos! ¡Apartáos o mi poderosa mula os aplastará! - gritaba con el puño en alto mientras con la otra mano se agarraba bien a las riendas.

Pero lo cierto es que tras la conmoción inicial, la aparación de Gerbo había causado risas entre los transeuntes. Por suspuesto, no iba tan rápido como él creía, y todo el mundo le daba tiempo a apartarse para que la mula no le diera un topetazo.

Enseguida divisó la fuente de la que le había hablado el posadero y dirigió al animal hacia allí a toda prisa (bueno, a toda la prisa que daba la mula, que no era mucho) y comenzó a buscar al tipo de la camisa blanco y el pantalón pardo que probablemente llevaba un hacha e iría acompañado por otro tipo que seguramente tendría un cierto parecido con el primer tipo, dado que era su hermano.

La mula llegó reventada y con la lengua fuera junto a la fuente, lo que puso furioso a Gerbo, que esperaba mucho más de aquel animal.

- ¡Maldita mula inútil! - dijo bajándose de la silla.- Tenía que haber robado otra mula que estuviera en mejor estado ¡Pero no! Tuve que dejarme seducir por ese pelaje lleno de calvas y ese rabo deshilachado.... mmm... lo cierto es que tiene su encanto... - sacudió la cabeza evitando tales pensamientos.- Bueno, pues ya estoy aquí listo para el trab... - entonces vio que el tipo de la armadura verde ya estaba allí.- ¡Eh! ¿Querías darme esquinazo, verdad? Pues no es tan fácil dejar en la estacada a Gerbo "Pieldesapo" - puso los brazos en jarras e hinchó mucho el pecho, orgulloso de su apodo.- Bueno, Gael, ¿dónde está Gunter?

Gael se gira y no ve a nadie, excepto a una mula. De repente, mira hacia abajo y ahí ve al pequeño Gerbo pavoneándose, como siempre (al menos desde que le conoce).

-Gerbo, no te he abandonado, pero como parecías ocupado. Además, no soy tu niñera. Este caballero de aquí es Gunter y estaba por explicarnos las condiciones del trato. -Girándose de nuevo hacia el hombre. -¿Verdad, Gunter?

El sonido de los gimoteos de la mula eran bastante altos. El animal, ya viejo, parecía apunto de morir. Por suerte, su propio burro de carga estaba en buenas condiciones, atado frente a la taberna. No servía para mucho, pero al menos le libraba de llevar peso en muchos casos, así que se agradecía su compañía. Más tarde iría a por ella.

- ¿Rashemen?. No me suena de nada ¿es una región o algun tipo de tribu de por aqui?. El territorio de la tribu a la que pertenezco esta al norte de la ciudad de Luskan, cerca de las Montañas del Espinazo del Mundo. Un lugar muy lejano y desde luego que mas grande que estos pequeños valles en los que nos encontramos - le respondo a Sir Duncan mientras tras el breve paseo llegamos a la plaza

Efectivamente. Los recién llegados podéis ver que un joven de una veintena aproximada, con camisa blanca y pantalón pardo se agita nervioso ante los tres individuos de la posada que salieron antes que vosotros. Mirando a unos y a otros explica con voz alta para que oigáis todos mientras una señora llena un cubo con el agua de la fuente.

-Ho..hola, yo soy Gunter y vengo de una pequeña aldea al norte de aquí, se llama Marien porque fue quién la fundó hace cuarenta años. Nuestra principal fuente de trabajo es el bosque de Cormanzhor. Somos leñadores en la mayor parte y no nos asusta el bosque, pero no somos guerreros.-El hombre traga saliva, se le ve nervioso, ciertamente debe de haber hablado poco con gente extraña.- Cuando tenemos suficiente leña, la traemos a Altaluna, para las posadas y las casas, Hace un año tuvimos un ataque de lobos, cercamos la aldea con una empalizada y poco después nos dejaron en paz pero…hace una semana que, en un viaje que hicimos mi hermano y yo nos encontramos en el camino el carro del viejo Walson. Su hijo tampoco estaba, ni el caballo. Solo el carro y la madera bien apilada y atada a él. Salimos en su busca, no encontramos rastro de ellos. Cuando volvimos el hijo de Lea, la panadera, se ofreció a buscarlo pues sabe rastrear presas. Hace tres días volvió a suceder, esta vez fue el hijo de Lea quién encontró el carro de los hermanos Furton y allí mismo vio las huellas de lobos que habían atacado el carro.-El hombre os mira con indecisión y pena a la vez.-Por favor, debéis encontrar la guarida de esos lobos y acabar con ellos. Estamos dispuestos a pagar 10 po por persona y otras 10 por cada cabeza de lobo que mateis.-El tono de aquél hombre parecía desesperado.

Me acerco al tal Gunter y poniendo la mano en su hombro lo miro fijamente a los ojos - ¿Lobos dices?. Ante ti tienes a un buen rastreador de esos animlaes pero he de decirte que normalmente devoran a sus presas alli donde las encuentran y desde luego que no se llevan a los caballos a sus guaridas. Asi que o no eran lobos o nos ocultas algo - y aprieto un poco la presa de mi manaza para a continuación soltarla y comenzar a reir - ¡Ja, Ja!. De todas maneras me aburro mortalmente en este pueblo de Altatuna, asi que puedes contar conmigo para buscar a esos amigos tuyos. -

El Aasimar no tarda nada en decidirse. Un hombre bueno debe ser ayudado, y Gunter lo parece, además, hay niños implicados, las criaturas más inocentes del mundo.

-Gunter, puedes contar con mi ayuda. Rezaré a mi dios para que me dé la fuerza y la sabiduría necesaria para poder cumplir con mi trabajo de forma honorable.

Tras escuchar la oferta me quedo un rato pensativo y mas aun tras oir lo que ha dicho el humano musculoso de antes - ¿Y si nos oculta algo de verdad? - pienso.

El trabajo y la paga no estan nada mal, esta muy bien pagado por encontrar y acabar con unos cuantos lobos, pero como a dicho el humano antes, espero que no nos ocultes nada, por tu bien, pues tendremos que volver para que nos pages y como nos hallas mentido.....- Hago una breve pausa para que quede claro el tono de cierta amenaza que tendran las consecuencias de que sea una mentira.

Bueno pero acepto, yo voy.

Gerbo iba a hablar pero se quedó callado cuando escuchó hablar al tipo de la armadura verde, llamado Gael, que además parecía un elfo pero que seguro que no era un elfo.

"Pero que tío más pedante - pensó.- Como sea así todo el rato..."

El leñador ofrecía una miseria, al menos así lo veía Gerbo, que pensó que con ese dinero no tendría ni para las ruedas de un carromato en el que pudiera llevar pergaminos y pociones, a menos que llevasen muchas cabezas de lobo. Claro que, por otra parte, aunque el gnomo no era un experto en criaturas de los bosque si que sabía lo suficiente como para sospechar que no eran lobos lo que se estaba llevando a los paletos de aquel pueblo. Pero aquella gente de pueblo seguro que sabía muy bien como son las huellas de lobo, de modo que en eso no se equivocaban...

- El tío ese tiene razón - dijo señalando al bárbaro.- en lo de los lobos, los lobos comen carne no secuestran personas... pero seguro que tú sabes muy bien cómo son las huellas de un lobo ¿A qué sí Gunter? - Gerbo comenzó a dar pasitos de un lado a otro, pensando en lo que estaba ocurriendo allí.- Creo que estáis ante un asunto más grave de lo que pueda parecer en un principio - Gerbo tenía una sospecha pero no quería revelarla tan pronto.- ¿Y las dos carretas aparececieron en el mismo sitio? Eso es importante... Bueno, necesito el dinero, yo me apunto.

A pesar de ser fuerte el muchacho, se encoje un poco ante la mano que el bárbaro posa sobre su hombro.-Yo..yo.. no se las huellas..bueno si un..poco, -el muchacho parecía más nervioso que antes y la intimidación del norteño no mejoró la situación, pues ahora tartamudeaba.-Es..es..el hijo de..la..la..panadera quién de..cubrió las hu..huellas y sospe..pechamos que..podrían ser lobos.-Veis como el muchacho se vuelve a morder la uña del dedo gordo. 

Gael se acerca al joven y le coge con la mano del hombro, aunque su tacto es más suave, más tranquilizador. Le hace mirarle a los ojos y le dice:

-Gunter, llévanos a tu aldea y hablaremos con el hijo de la panadera. Tal vez descubramos algo.

- Si son lobos mejor y si no ya veremos. Que he oido que esos bosque estan poblados de imnumerables monstruos devoradores y ya estoy deseando encontrarme con alguno de ellos para probar mi valia. Asi que cuanto antes partamos antes los encontraremos -

-Vaya me alegro que estén tan emocionados pero temo que hasta medio día no podrá ser. Mi hermano está vendiendo la leña mientras yo me ocupaba de contratar.-El muchacho os mira con algo de disimulo y en su voz el matiz nervioso persiste.-Pero..no tardaremos mucho en llegar la aldea y podemos llevarles en el carro para que no caminen. Antes del anochecer habremos llegado.-

Gael comienza a alejarse, mientras dice:

-Vuelvo en seguida, voy a por mi burro y algunas cosas que me he dejado en la taberna.

Pocos minutos después vuelve con todas sus pertenencias esperando a marchar hacia la aldea.

- ¿Medio día? Eso son... bueno, eso es mucho tiempo - dijo Gerbo como acelerado.- ¿Y qué hago yo ahora hasta que llegue tu hermano? Bueno, es igual, ya se me ocurrirá algo que hacer...

El gnomo se encaramó al borde de la fuenta y se sentó al lado de Gunter con las piernecillas colgando, cruzó los brazos y esperó... esperó y esperó... pero sólo esperó unos cinco minutos, era un tipo bastante impaciente.

- Bueno, pues se ha quedado buen día ¿no? - dijo para romper el hielo, para eso lo mejor es hablar del tiempo.- Menudo grupo hemos montado ¿eh? Oye tú, si tú, el tipo alto y peludo que casi le rompe el hombro a mi amigo Gunter - se refería al bárbaro.- ¿Cómo te llamas? Si vas a unirte al grupo de Gerbo, es decir, un servidor - y se señaló a si mismo.- y Gael, este tio de aquí que acabo de conocer pero que parece muy simpático - señaló al tipo de la armadura verde.- al menos quiero saber tu nombre y qué sabes hacer.

Después se fijo en que el tipo con cara de cerdo de la taberna también estaba allí y parecía interesado en el trabajo. El gnomo trataba de no mirarle directamente a la cara pero tenía demasiada curiosidad, parecía que había tenido un accidente cuando era pequeño o algo así.

- Oye, tú, el de ahí - le señaló.- Si, te hablo a ti grandullón... ¿También vas a unirte al grupo de Gerbo, Gael y Comosellame? Si es así al menos querría saber tu nombre y qué sabes hacer - hizo una pausa y no se resistió más.- Y ya de paso cuéntanos que fue lo que te pasó en la cara.

- ¿Me hablas a mi pequeñin?. - pregunto Xiombarg ante las palabras del gnomo - Por si no esta claro mi especialidad es usar este feo espadon que llevo a la espalda aunque alguna cosa mas se hacer. ¿Y cual son tus otras habilidades ademas de hablar sin parar para respirar? -

El elfo, a pesar de haber llegado el primero, junto al tipo con el que salió de la taberna, escuchó espectante las intervenciones de todos, repasando en su memoria por si pudiera encontrar algo que no le cuadrara en sus palabras, y las preguntas del resto del grupo sobre lo extraños lobos que no se comían a sus presas en el lugar que las cazaban, sino que se las llevaban sin dejar ningún rastro. Sin duda esa historia le sonaba más a una sociedad más civilizada y tramposa. Es más, su intuición le decía que se enfrentería a trasgoides próximamente, aunque nada en lo que había dicho Gunter le llevaba a esa conclusión.

Sin el menor reparo, el grupo que se había reunido ante el cartel en la posada se había unido, pese a las claras diferencias entre razas y clases, mientras que el Wu Jen no se decidía. Estaba claro que quería realizar esa misión, pero no tanto que lo quisiera hacer junto a el grupo de desconocidos, que bien podían ser rufianes.

Algo le hizo cambiar de idea, quizá el deseo de ver lobos, algo que desde su despertar no había podido hacer, o el reto de cazarlos, o quizá que el grupo se había unido con demasiada facilidad, como si una fuerza divina inspiradora hubiera tejido los hilos para que así fuera, una divina providencia a la que no podía decir que no como buscador y estudioso de la magia.

Pondré mis conocimientos y mi arco al servicio de tu pueblo, Gunter, a cambio, me gustaría que todos nosotros tubiéramos un lugar de descanso el su aldea, al fin y al cabo mientras estemos en la aldea estará más protegida con guerreros tan valerosos como éstos dentro de la empalizada - Dice señalando con la mano al grupo.

Tras escuchar al pequeño gnomo lo miro, le respondo.

Yo me llamo Cyrus y no me ha pasado nada en la cara, soy asi de nacimiento, de hecho todos los de mi raza somo asi de nacimiento, es un defecto que tenemos. Tras esto me dirijo hacia el pequeño gnomo y una vez que me encuentro enfrente suyo me agacho hasta poner los ojos a la misma altura que los suyos y añado.

Y se hacer callar para siempre a pequeños insolentes que hablan de mas y eso, querido pequeñin, lo hago muy bien y muy rapido. Tras esto me levanto y me dirijo ha sentarme a un banco proximo a esperar que pase el tiempo, pero antes me giro y le digo al gnomo. Por si no te has dado cuenta no empezas muy bien ni con el grandullon ni conmigo.

Ahora me dirijo al grandullon y le pregunto. Por cierto tu no nos has dicho tu nombre, dinos como quieres que te llamemos.