Partida Rol por web

Pues parecía que no iba a haber suerte

- Mi nombres es Galimatías, y mi único fin es acabar con el mal allá donde more.

Mi nombre es Chatrilon Unosh, y ya sabéis soy el típico que está siempre dónde se le necesita. No se me da mal la investigación, desactivar trampas ni tampoco abrir las puertas que más cuestan, y sobre todo no se me dará mal ayudaros a encontrar un jugoso botín allá abajo.

- Bueno, a mi ya me conocéis, llamadme Medialuna y os guiaré y apoyaré en este viaje.  Gracias por vuestra ayuda, temo que la necesitaremos.

- Bueno, ahora vamos a lo que ahora no es más que un torreón en ruinas, pero tiene una fascinante historia de monstruos y batallas.

Cuentan que la Barbacana del foso servía a los propósitos del Mal Elemental y siempre que las fuerzas del bien golpeaban, este lugar siempre era el primero en caer. La primera vez, justo recién construida, una batalla entre dos grandes ejércitos llenó la muralla de agujeros, destruyendo la segunda planta de la estructura principal, que tenía la mayor parte de las paredes de madera, y el lugar fue saqueado. La segunda vez, un pequeño grupo de hombres liquidaron a un seguidor de Lolth que había formado un grupo de humanos y osgos y habían ocupado la parte del sótano del edificio. Este grupo fue ayudado por Elmo y por Y'dey y juntos lograron acabar con ellos y con la amenaza que suponían.

Desde entonces la Barbacana del foso ha caído en peores condiciones y el dungeon está relativamente tranquilo, o al menos lo estaba, porque como ya os dije...

... ¿Cómo ya les dijiste? ¡Solo has oído ruidos!

Vale la pena investigar, pero es muy probable que allí no haya nada, a mi verdaderamente me preocupan más esos trasgos de los que ha hablado Xaod, no sería la primera vez que los seguidores del Mal Elemental usan criaturas para sus planes, ¿quién no nos diría que los trasgos ahora son sus nuevos aliados?

En fin, perdemos el tiempo...

Medialuna, bajo su cara dulce élfica echó una mirada de odio al que le acaba de interrumpir.

¡Venga Chat! No me interrumpas ahora, justo cuando estoy en lo mejor.

Cómo ya os dije, el otro día escuché ruidos, es posible que estos horrores estén siempre presentes y no importa ya que se destruyan, quizá la energía residual que ha dejado tanta magia arcana y divina es la que esté generando esos ruidos. A veces, el propio Elmo viene al lugar para asegurarse de que todo está tranquilo.

A medida que los años fueron pasando los grupos de aventureros venían por aquí, echaban un vistazo y como nunca encontraban nada siempre terminaban yéndose. De ahí que a Elmo le costara tanto encontrar aventureros, de ahí la alegría de que encontráramos el portal hacia La Ciudad de las Mil Puertas.

Justo cuando Medialuna termina de contaros la historia de la barbacana os cruzáis con un hombre afable de avanzada edad, con el pelo gris y sucio, que lleva sobre su hombro una bolsa llena de pieles y animales muertos. El hombre no hace ningún ademán de acercarse a hablar, pero sí se os queda mirando mientras continúa andando.

Chuï se quedo mirando al viejo hombre mientras seguia andando con tranquilidad.

Parecía que aquella zona no era tan peligrosa como se suponía. Cada paso que dábamos nos deparaba una nueva sorpresa en forma de persona. ¡Aquella zona estaba atestada de personas! Y en principio, ninguna parecía ser una amenaza real.

El grupo había crecido de forma abrupta hasta los 7 miembros. Mente y músculo se unían en un gran grupo. Sólo espero que a la hora de repartir el botin no quieran su parte.

Davak no era especialmente avaricioso, pero no quería tener que compartir el botín con más gente de la necesaria. Aunque ya le decían de pequeño que no vendiese la piel del oso antes de cazarlo...

Galimatías iba al lado del grupo. No separado, pero sí aislado, meditando sobre el mal que allí podía morar. Esperó tener suficiente fuerza para derrotarlo una vez más, como otras tantas veces lo había hecho

- ¡Hola! Soy el Viejo Del, voy de camino a Hommlet, he cazado este par de ardillas. Por 1 pieza de plata os las dejo.  Supongo que a estas horas del día estaréis hambrientos. Iba a la aldea, pero con suerte me ahorraré el viaje.

Le doy una moneda de plata al viejo:- Tome anciano, pero no hace falta que me de las ardillas, tan sólo información si usted sabe algo ya que vive por el bosque. ¿A visto cosas extrañas por el bosque? ¿Se ha acercado usted a la barbacana?

Talindra estaba maravillada ante tal desfile de personalidades varias. El grupo ya era numeroso y observó con cierta expresión divertida como aquel diminuta criatura llamada Questin trataba de mantener el paso a grandes zancadas. Entonces aparece aquel cazador que ofrecía sus presas. Escuchó con atención lo que tenía que decirles acerca de la pregunta que había formulado el paladín.

Desplegó las alas con la única finalidad de estirarlas. Podría volar para investigar la barbacana, pero prefería esperar un poco más de tiempo a estar más cerca, por si las cosas se torcían y necesitaba la ayuda de esa gente

¿La Barbacana del Foso? ¿En serio? ¿No se os estará ocurriendo ir allí, verdad?

¡Ni se os ocurra ir! 

¡Allí hay un dragón!

Dice el hombre con cara de susto y preocupación.

Miro al viejo con sorpresa:- Podría ser eso lo que me indican mis sueños, una criatura de gran poder y magia, un dragón anciano y poderoso al que sirven los trasgos. Cuadraría perfectamente con lo que mi señor Heironeous me indica en mis sueños. ¡Venga, démonos prisa, hay que matar a un dragón!- Hago avanzar a mi caballo y me pongo en cabeza esperando que el bardo se decida a andar me giro hacia él- Tu, bardo, ¿avanzamos?

Ehhh, un momento.- la cara de Elvar cambió por completo, desde la risa divertida al escuchar la historia del comerroedores a la del desconcierto ante el alocado paladín.

En el supuesto caso de que el anciano tenga razón, y haya un dragón allí, ¿en serio vas a ir a correr a enfrentarte a él? Es un dragón por los dioses. Nunca he visto ninguno, pero lo que sé de ellos es que son muy poderosos, tanto como para arrasar con un ejército, ¿y tú quieres ir a enfrentarte a él en su propio terreno? Pues a mí tu plan me parece una locura. Sería más fácil ponerle un cebo y colarnos en la barbacana cuando no esté.

Elvar no era un cobarde....pero era un puto dragón

La noticia de la existencia de un Dragón en las inmediaciones de la barbacana le supo como un jarro de agua fría en la madrugada a Davak. ¡Por todos los dioses! ¡Un Dragón!

La emoción por ver uno y el temor por todas las historias que había escuchado y leído se entremezclaban en la mente del hombrecillo. Los Dragones eran enemigos poderosos, despiadados a menudo (no esperaba que fuese un Dragón benigno) y que no dudaría en acabar con las vidas de todo el grupo si se sentía amenazado. La verdad, no sabía si estaría en condiciones de enfrentarse a él, pero había dado su palabra.

Decidió unirse a la protesta de Elvar.

Tal vez debiéramos de pensar en una aproximación menos... como decirlo... ¿arriesgada? Esperó un poco a ver la reacción en los rostros de sus compañeros. No me malinterpretéis, como Elvar, no soy ningún cobardo y prometí acabar con la amenaza que atormenta al pueblo, pero ir en línea recta contra un Dragón es poco menos que un suicidio.

- ¿Un dragón? - un escalofrío recorrió su espina dorsal - la cosa se está complicando. debían erradicar

Se suponía que eran no muertos...Ese mal era entonces muy antiguo y necesitarían un buen plan si querían abordar la situación.

- Parece una locura, Xaod - responde sorprendida por las palabras del paladín -parece ser que buscáis una muerte segura de forma honorable.