Partida Rol por web

Cassandra fruncía el ceño, preocupada. Al otro lado del templo parecía haber unos cadáveres con armas. Aquel era su objetivo. Por en medio, sin embargo, había más de una docena de trasgoides y un mono gigante que a Cass le parecía bastante chulo.

La mediana tenía curiosidad por si podría pasar por su espalda para hacerse con un arma, sí que se encaminó hacia allí cruzando los dedos.

Vamos Calavera, acabemos con estos y vayamos a por los que vienen.

A Elvar apenas le daba tiempo a mirar hacia atrás, pero sabía que los refuerzos iban llegando. Se acercóa a uno de los trasgos que asediaban a Berio. El pobre desgraciado ni le vio venir, ni a sus espadas tampoco. Un doble ataque directo a los órganos vitales acabaría con la vida de aquel trasgo.

Elvar no perdía la sonrisa en el combate, a pesar de la herida que había sufrido.

Mientras el combate seguía Kendra se mantuvo junto a Cassandra, aún no llegaba a las armas, pero estaban recortando distancias, mientras podía observar como había extrañas criaturas atacando a los enemigos, de momento era difícil saber cuales serían aliados cuando terminara el combate.

-Adelante.-Digo avanzando un pequeño paso y disparando de nuevo a otro de los trasgos que asedian a Berio.-Acaba con él, hermano.

Con un horrendo gruñido, el esqueleto intenta golpear con su garra al trasgo. Pese a haber perdido su arma principal, no carece de recursos.

Galimatías no podía creer que el trasgo que acababa de derribar se levantara como si nada le hubiese pasado. Aún así, estaba tumbado, podría con él de un sencillo golpe. Pero, ¿se volvería a levantar? Eso era magia...

Magia

¡Los están reviviendo! ¡Alguien está levantando a los trasgos que caen! ¡Hay que localizarle y acabar con él! gritó, haciendo que esta vez sus alas golpearan al trasgo que estaba tumbado.

-Entonces habrá que seguir matándolos.-Digo mirando alrededor.-¿Alguno podéis buscarlo? Yo puedo buscar magia, pero necesito que me cubráis.

¿Resucitados? ¿Que diantres gritaban por allí?

Me pregunto sin tiempo para distraerme por intentar acabar con el gran trasgo que nos había abierto por error y que así no nos cogiera por la espalda mientras escapábamos, pero el hecho es que las medianas y la sacerdotisa ya llevaban bastante ventaja, así que bien podía empezar a retirarme.

Inmediatamente lancé un fuerte golpe contra el gran trasgo y antes de saber si había conseguido derribarlo ya me encontraba retrocediendo.

Galimatías no dejó al trasgo ni tan siqueira levantarse porque con un par de golpes de sus alas lo dejó de nuevo inconsciente. Berio y Alexis combinaron moviemientos para eliminar con dos movimientos a los trasgos que aún quedaban en pie. Mientras tanto, Medialuna daba un paso para atrás para descargar su arco contra el trasgo que se había puesto en pie, aunque tuvo el mismo éxito que antes.

Como el arquero no había tenido suerte, Elvar se encargó te rematar su trabajo, logrando así acabar con el último trasgo en pie de aquel ala, y así poder prepararse para el trasgo que venía acompañado del mono gigante.

Las mujeres que estaban escapando seguían corriendo hacia el centro del templo, salvo una que dio un fuerte puñetazo al trasgo que lo había abierto, para lograr noquearlo y así hacerse con un arma útil para el combate.

Y entonces el trasgo que iba junto al mono gigante cargó contra Alexis, y el simio también hizo lo mismo. solo que éste último tropezó a mitad de camino y se cayó al suelo. Se notaba que llevaba mucho tiempo sin moverse tan rápido.

El resto de la comitiva se desplegó hacia el ala oeste, para enfrentarse de forma más estratégica a los aventureros que habían interrumpido su descanso.

Bien! Ya había localizado el cuerpo más cercano. Lástima que sus cortas piernas no la diesen para más. Pero con suerte pronto estaría armada y dispuesta para la lucha. Esperaba no llegar demasiado tarde.

Al ver venir al trasgo, esbozo una leve sonrisa. Justo como me temía, vienen a por mi. Es lo que suele aportar parecer el más débil.

Sin perder un segundo, retrocedo un paso para abandonar el área amenazada por el gran trasgo y huyo hacia atrás hasta llegar cerca de mi hermano.

-Berio, recoge tu espada y colócate a mi lado.-Digo con un gesto.-Necesitaré que me cubras.

Acto seguido, empiezo a concentrarme en busca del nigromante que está alzando a los trasgos.

A una orden de mi hermano, recojo mi espada del suelo y me coloco junto a él.

Kendra se dirige hacia Tisha, en la zona del centro parece que hay más cobertura, y si hay suerte a lo mejor hay algo con lo que armarse.

Cass corrió todo lo que pudo y se delizó hasta colocarse con la espalda contra una columna. Podía escuchar el gruñir de los trasgos tras la piedra de la columna pero confiaba en que no la vieran hasta que pudiera escurrirse por su espalda.
 

Medialuna detrás nuestra. Formemos una barrera que no puedan atravesar y acabemos con ellos. Gal cuidado con el mono ese, parece peligroso.

Elvar se puso en línea junto a sus compañeros a la espera del enemigo.

Al ver caer al trasgo que tenía delante, Galimatías miró a su alrededor. La llegada del gran simio era preocupante, pero más aún lo era que alguien que no "estuviera" allí pudiese curar a los heridos. Y estaba convencido de que a él no le curaría.

Movió las garras de su mano e hizo varios movimientos. Susurró unas palabras y un plano diferente se presentó ante sus ojos

Armada cambiaba el asunto, ahora únicamente debía correr para juntarme al resto del grupo y formar algo parecido a una unidad.

Galimatías se quedó alli mientras lanzaba algún tipo de conjuro, Alexis por su parte decidió dar media vuelta y unirse a su hermano para que lo protegiera. Y así hizo Berio que recogió su arma y se colocó junto a él.

Medialuna aprovechó también para moverse y colocarse cerca del avoral, y después descargó una de sus flechas contra el trasgo que había atacado a Alexis. Elvar se movió un poco más tarde y se cubrió la cabeza a la espera del golpe que le pudiera encajar cualquiera de sus enemigos.

El resto de los que habían escapado, siguieron corriendo alrededor del templo. Aún no quedaba muy claro de qué bando estarían, puesto que aún no habían definido un solo golpe. Pero los trasgos salieron huyendo de allí, ellos no parecían tener ganas de seguir luchando.

Después el simio se puso de nuevo en pie y se movió hacia Galimatías, era más torpe de lo que había parecido en un principio, pero sus músculos, desde cerca, parecían aún más grandes.

Los trasgos optaron por rodear la supuesta barrera que habían formado, mientras que los grandes trasgos preferían cargar directamente contra los presentes. Por suerte ninguno de ellos fue capaz de encajar un solo golpe en los aventureros.