Partida Rol por web

Smoralek empezó a destacarse. Les quedaba un disparo a cada uno. Pincho y el último de los perros eran los blancos más suculentos. Si Smoralek acertaba, ganaría el elixir de esconderse. Si se mostaba más conservador, podía atacar a un caballo, lo que le garantizaría como mínimo el empate, y metería toda la presión a Rashud. Un runrún empezó a escucharse entre el público...

...quemar perros... quemar caballos... quemar perros... quemar caballos...
...quemar perros... quemar caballos...

La chispa de la candela de Cú-cú se apagó de golpe, así como sus esperanzas de victoria. Sus fuegos artificiales defectuosos le privaban de un cuarto disparo. Todo se iba a decidir entre Smoralek y Rashud...

Como todo buen kobold sabía, todo era más bonito si estaba ardiendo. El crepitar de las llamas se reflejó en los ojos de Smoralek y éste mantuvo su sonrisa diabólica mientras se preparaba y apuntaba de nuevo.

Esta vez su objetivo sería el último de los perros… Si impactaba ganaría el elixir. Si fallaba fracasaría. Pero el fracaso nunca había sido una opción. Él era un superviviente de los pantanos. Kurtulmak seguro que estaría observando ese gran momento.

- ¡Por KURTULMAK! – Gritó mientras disparaba. Un chorro de llamas salió a toda velocidad camino de engullir al perro.

Smoralek saltó y bailó de felicidad al comprobar cómo las llamas hacían su trabajo. Definitivamente el dios kobold estaba con él… era un elegido.

La cosa quedaba entre Smoralek y él mismo, pero el portador del rajaperros se avanzó y logró impactar al perro antes que Rashud pudiera apuntar correctamente... a fin de cuentas el brujo se tomo su tiempor para ver qué hacian Cú-cú y Smoralek, así que su lanzacoetes iba más tarde que los otros.

Per de todos modos quedaba un último proyectil y merecía la pena aprovecharlo... así que miró los distintos blancos disponibles y le apeteció descargar las llamas sobre el muñeco de Picacarne, recordando el combate con él.

-Arde, arde, ARDE, ¡ARDEEEE! muaAHHAHHAHAHA

Estalló en carcajadas disfrutando de su nueva victoria contra el ogriélago.

Cú-cú, miró arder al otro perro y a picacarne y corrió a salvar a pincho, porque ver arer todo molaba, incluso un kobold en llamas era guay, pero pincho era chachi sin arder, si prendía no habría pincho, por lo que corrió poniéndose el traje de bombero kobold,... deselotado como nada la tradición, por suerte para los espectadores la visión nudista de cú-cú, pasaba desapercibida entre tanto fuego.

Así que antes de que demasiados se percataran, el joven kobold ya se estaba recolocando "todas sus cosas" - oye pincho eresh un temerario amigo, shabesh que shi prendesh te quemash vivo, y tu ahí con dosh pinchosh,... me recuerdash al trijefe Rasshud noshotrosh ante un ogrorcielago y él jugando en una casha en llamash,... shoish increíbles,...

Los Mascapájaros corearon con Smoralek:

¡POR KURTULMAK!

Y fin de la competición.

Bravo. Bravo, Zmoralek. Como ganador del concurzo "quemar perroz, quemar caballoz" te hago entrega de ezte fabulozo elixir de ezconderze.

Algunas crías de kóbold se subieron a los caballos de paja, mordiendo y arrancando trozos como salvajes. Cú-cú tuvo que esconder a Pincho para que no le hiciesen lo mismo. O no lo escondió. ¿Qué más da? Solo es paja. Mejor que los pequeñajos se ensañen con un monigote antes que con una kóbold niñera sexy. De hecho, uno de los problemas que tenía la tribu de los Mascapájaros es que las kóbold niñera sexy estaban en peligro de extinción. Por suerte, en su infinita sabiduría, el Triunvirato de Jefes propuso la celebración de un concurso Miss Kóbold Concubina.

¡Y ahoooora...! ¡Concurzo Mizz Kóbold Concubina! ¡Un fuerte aplauzo para la primera jamona! ¡Zlorba! Zegún zu ficha, a Zlorba le guzta rapiñar y no tener nada que ver con Zlorb, al que no conoce de nada...

¡Yujuuuuu! ¡Bezitoz a todoz!

Puede que Slorba no tuviese muchas caderas, pero tenía una preciosa peluca rubia que haría perder la cabeza a más de un tonto enamorado.

Y la ziguiente participante ez... ez... ¿Munkle? Ehm... A Munkle le guzta no patrullar y loz atardecerez románticoz. Zaluda, Munkle.

Paseando con sus encantos, con una falda de flores y un bikini de dos cocos, Munkle saludó a los tres Ministros con su encanto y donosura habitual.

Uh... Hola.

Un momento...

El Consejero de Fiestukis fue tras el telón para ver al resto de concursantas que quedaban por salir. Volvió preocupado y subió al atril de los tronos de los jefes como si aquello se les estuviese saliendo de madre.

Jefez... tenemoz un problema. Al parecer, ze ha corrido la voz de que la Mizz no va a patrullar, y ze ha apuntado al concurzo todo crizto... Puede que el concurzo ze vaya a alargar un par de díaz, y ezo ya no va a zer divertido. ¿Qué hacemoz? ¿Zigo dando pazo a loz y laz participantez? ¿Cancelamoz el concurzo?

Cú-cú no entendía muy bien eso, pero uno de los premios ¿no era ser concubina? Al pequeño kobold mucho no le importaba pero se le ocurrió algo bastante lógico, ¿o no? Pero bueno,... se levantó y con voz firme habló - losh koboldch shochpechoshosh de sher machosh, she lesh revishará y arrancará shu parte fértil que lo hace no apto para concurshar ashí shupongo que losh otrosh dosh jefesh que querían concubinash no tendrán problema - una sabia sonrisa se dibujo en su mandíbula, si querían participar un cortecito de nada y todo arreglado,... aunque la última palabra la cedió a los interesados.

- Sí, sí... - Asintió Smoralek ante la genial idea de Cú-cú. - Los kobold sospechosos de ser machos serán revisados... - Añadió un gesto con su garra señalando a su rajaperros. - ¡Y fuera partes fértiles! -

Era muy buena idea. Así se lo pensarían dos veces antes de intentar aprovechar un vacío legal en el concurso del Triunvirato. Nadie era más listo que ellos... ¡Nadie!

- Hay que revisar también a Slorba y a Munkle... - Añadió girando su rostro hacia las dos primeras candidatas. Su mirada en especial se fijó en Slorba... Siempre le habían atraído en especial las kobold rubias...

Una sonrisa lobuna se fue ensanchando en el rostro colmilludo de Rashud ante la idea de la prueba, y lo que ello implicaba... hasta que se sucedió la larga, no, larguíiisima cola de pretendientes. El brujo puso una garra sobre su rostro exteriorizando su profundo sentimiento de desespero.

Por suerte allí estaba Cú-cú y sus ocurrencias geniales. Y el apoyo de Smolarek. Rashud juntó sus manos por las puntas de sus garras.

-Excelente.- Miró a uno y a otro, mostrando su soporte.- Evidentemente, como todos el mundo que se presente, Slorba y Munkle serán examinados.

... pero en un arranque de magnanimidad, añadió.

-Siempre que mantengan su candidatura.

Sin duda quitar partes fértiles siempre es una buena solución a cualquier problema. Ahí los jefes han demostrado su madera de líder. Sin embargo, el concurso Miss Kóbold Concubina no duró lo suficiente para quitar partes fértiles a nadie: la voz del incubador suplente llegó desde el interior de la cueva...

¡YA HAN NACIDO LOZ OZOZ LECHUZA!

Todos los kóbolds corrieron a la caverna, para ver a los recién nacidos...

 Oooooooooh...-se enternecieron al unísono.

Klucky empujó suavemente con la punta de su bastón a una de esas entrañables bolas de pelo, haciendo que la cría rodara hasta quedar de costado.

No zon... ¿demaziado pequeñaz para montar?

Lo eran. Un kóbold adulto podría llevar a una única cría de oso lechuza en brazos. Un kóbold adulto también podría sentarse encima, pero no estaba garantizado que la cría siguiese viva después de eso. Sobretodo si el kóbold adulto que se sentaba encima era Munkle.

Uy, mirad... ze eztá abriendo otro huevo. Oooooooh...

No fue la última interrupción del día. Nord el Chillón entró corriendo en la cueva, chillando como si fuese el último cerdo en pie.

¡Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiih!

Correteaba alrededor de la multitud que rodeaba los huevos, tratando de llamar su atención. Pero ahora ya no era el benjamín de la tribu, y los kóbolds ya no le hacían caso. Al final tuvo que chupetear la cola de Klucky para que se diese la vuelta.

Uy... qué guztillo... ¿uh? ¿Nord? Ze zuponía que habíaz ido con otroz kóboldz para coger trufaz. ¿Qué ha pazado?

Klucky conjuró un hablar con los animales, o eso creía él, y empezó a asentir a cada uno de los oink de Nord, como si entendiera.

Uh... ¿eztáz zeguro de ello, Nord? Uhmm... ya veo.

Con toda la información proporcionada por Nord, o con todas las estupideces que Klucky se inventó, el Consejero informó al Triunvirato de Ministros Jefes Guays.

¡Atención! ¡Alerta! Hay piernazlargaz en el Máz Mejor de loz Campoz de Trufaz. Cazaron a loz kóboldz... Loz cazaron en plan capturar, no en plan contraer matrimonio... A loz trez kóboldz que iban con Nord. ¡Tienen perroz!-los Mascapájaros se estremecieron de miedo-¡Y tienen caballoz!-los Mascapájaros se estremecieron de miedo otra vez-. ¡Y eztán en nueztro territorio!

Los Mascapájaros miraron a Rashud, Smoralek y Cú-cú, como si por el hecho de ser líderes conllevara que tuviesen que luchar contra los piernaslargas y buscar las trufas en lugar de estremecerse de miedo al estilo de la plebe. Klucky confirmó esa interpretación...

Vueztroz zúbditoz no han conzeguido derrotar a loz piernaz largaz. Necezitamoz que vozotroz trez vayáiz al Máz Mejor de loz Campoz de Trufaz a conzeguir laz trufaz para el Gran Banquete de ezta noche en honor del Triunvirato. ¡Zin trufaz no hay Gran Banquete, y zin Gran Banquete loz Jefez zon dezhonradoz!

- ¿Piernazlargaz? – Bramó Smoralek furioso. - ¿En nuestro territorio? – Aquello le enfurecía aun más. ¿Quién se creían que eran esos piernazlargaz? Con todo lo que había trabajado el Triunvirato para conseguir expulsar a los enemigos de la tribu y establecerse como tribu y especie predominante en toda la zona.

Apretó un puño acabado en pequeñas garritas y lo agitó en el aire.

Miró luego a sus compañeros. Rashud y Cú-cú. Extrañamente confiaba en ellos más que en cualquier otro kobold de la tribu, y eso ya era decir mucho viniendo de una criatura vil, despreciable, cobarde y traicionera por naturaleza. Quizá era el efecto psicológico del poder del Triunvirato pero Smoralek se veía muy echado hacia adelante. Se veía capaz de expulsar a esos patilargoz.

- ¡Recuperaremos esas trufaz para el Banquete! – Exclamó para que todos pudieran oírle.

- Klucky, escoge a otro miembro de la tribu. Necesitaremos que, junto a Nord, nos guiéis hasta esos Campos… – Ordenó sin dar lugar a réplica.

Cú-cú añadió cara de susto a la plebe, para luego mirarlos y hablar - Jope con lo que mola hacer carash a mi no me quita eshe juego nadie - añadió cara cómica con unas gafas y nariz deformadas por el fuego, que se parecían a las gafas y la nariz de slorbo, pero como ya se había olvidado de el, no sabía de quien era, cara de rabia al lado de smoralek, e incluso cara de ¿oink? con Nord.

Corrió a equiparse y volvió enseguida con su maza y su¿s? dardo¿s?... solo le quedaba a un triste dardo, pero no solo trajo eso, se arrimó a la carne de caballo putrefacta, y llevó sus manitas llenas de gusanitos, los cuales dejó al lado de sus mini kobolds lechuza ya medio apareados por su maza para que estuvieran más blanditos. Seguro de que aquellos animales pronto comerían hasta dinosaurios si se lo proponían.

- eresh el hermano mayor, por ello te llamarás,... como era esha palabra que shervía para dechcribir al másh grande... mmmmmm... ah shi, esha "Mayor" - orgulloso de su "koblech" llamados así a los osos lechuza que pasan a ser kobolds lechuza, miró a todos lados buscando a cierto puercoespín, e indicándole dio su siguiente orden - arrancarle o cortar las dosh púash másh largash, quiero dosh jabalinas chachish.

Es que si no obtenía dos jabalinas "chachis", ¿que tiraría? Tenía una piedra trueno que daba por saco pero no dolía, abrojos pero eran más de "dejar" y correr, y su última onza de pegamento, que a menos que otro perro tonto se la traagara, molestaba más que dañaba.

- y no sholo traeremosh lash trufash, también traeremosh losh koboldch shecuechtradosh, para que carguen ellosh lash trufash - con su dedo en alto, hizo su promesa, y como tal, podía olvidarse de ella en cualquier momento como buen kobold.

Y al fin, entre una cosa y otra, el malo de Rashud se quedó sin concubina. Por el momento. Ciertamente tenían que hacer alguna cosa con los patilargos. 

Con gesto de contrariedad, Rashud se dirigió a busca de su equipo. Viendo que Cú-cú andaba bajo de efectivos le comento, todo palpando su ballesta.

-Quieres usar la ballesta, en estos momentos ya no me hace demasiada falta, podría cedertela y necesitas una. Todo sea por la tribu y echar a patadas a esos patilargos.