Partida Rol por web

En mitad del verano, Laurent recibió un telegrama urgente de sus primos Peter y Lucy:
NECESITAMOS TU AYUDA. ENCONTRAR JOYAS NABOOTI.VUELA A BOSTON INMEDIATAMENTE. TRAE PASAPORTE. PELIGRO. TEN CUIDADO.

PETER Y LUCY

Después de leer varias veces el telegrama, sigues hecho un lío. Laurent se acuerdas de las joyas, ¿quién podría olvidarlas? Los dos diamantes brillaban como los rayos del sol en un glaciar, y los dos rubíes eran iguales a los ojos de una fiera en plena noche. El padre de Peter se los había comprado a un mercader en Marruecos, hace muchos años. El mercader se mostró nervioso durante la venta, y con ansias de deshacerse de las joyas. Un par de días después, el padre de Peter volvió a la tienda para averiguar más datos sobre las joyas, pero se la encontró cerrada. En la puerta, una pequeña nota anunciaba la triste e infortunada muerte del mercader, el señor Abdul Said. Ese mismo día, recibió una carta en el hotel pidiéndole la devolución de las joyas. La carta le advertía que, de no devolverlas, su vida corría peligro. Obviamente, no hizo caso, pero ya no pudo dejar de pensar en el extraño y misterioso poder que esas piedras ejercían.
Peter y Lucy, en el telegrama te han comunicado la pérdida de las joyas. Pero, ¿cómo pueden ayudar a los primos de Laurent a encontrarlas? Haces las maletas, dejan tu casa de Paris y vuelas a Boston.

¿Qué querrán ahora? Hacía mucho tiempo que no veía a Peter y a Lucy (años tal vez), y me resultó extraño que tras tanto tiempo me escribieran aquel telegrama. Por lo visto aún no conocían el teléfono o el email... Sin embargo, pese a esta distancia que siempre nos mantuvo, recuerdo algunos veranos de adolescente, cuando ambos íbamos al lago a pescar o los tres nos bañábamos en él. Aquellos eran buenos tiempos. Por ello tenía que ir a verlos, al menos para recordar aquellos buenos momentos.

"Una llamada de Laurent me pone sobre aviso. Sus primos Peter y Lucy le han llamado por la desaparición de unas joyas.

Recuerdo a Peter y a Lucy.

Aunque nada más que la amistad con su primo me une a ellos, mi instinto me dice que esta desaparición promete aventura, después de todo... ¿unas joyas africanas misteriomisteriosas desaparecen y se informa mediante telegrama? Es una situación de novela y, en mi experiencia, las situaciones que parecen sacadas de novela suelen ser las que deparan las aventuras más inolvidables.

Pregunto a Laurent si le importa que le acompañe en el viaje y este accede."

Así comienza una nueva página en mi diario. - Después de todo, lo peor que podría pasar es un poco de turismo por Boston. - pienso para mi.

¿conoces algo de esas joyas, Noelia? -dije chapurreando el español-, yo desde luego no, no he oído hablar de ellas. Será interesante para mi tesis. Aunque la historia que te conté de mi tío Peter y cómo las adquirió  parece algo turbio... Espero que no nos metamos en demasiados líos.

Peter y Lucy salen a su encuentro en el aeropuerto. Peter dice:
No tenemos mucho tiempo. Si estás de acuerdo en ayudarnos, debes tomar el próximo avión para París mañana por la tarde. Desde París volar hacia Marruecos. Debes darte prisa.
Pero, Peter protestan no tenemos ni idea de todo esto.
La tendrás cuando veas esta carta. Lee:
"Las Joyas de Nabooti son las cuatro llaves que guardan la sabiduría y la riqueza de una secta africana. Quienes posean las joyas disfrutarán de salud y fama, o sufrirán tormentos inimaginables. Los actuales propietarios de las joyas deben mantenerse en guardia para que no se pierdan o les sean robadas. Deben esperar a entregarlas a los auténticos mensajeros de Nabooti. La pérdida de las joyas significa LA MUERTE".

La carta los deja desconcertados. Peter y Lucy tratan de tranquilizarlos. Pero la verdad es que les han amenazado de muerte si siguen buscando las joyas. Te han pedido a ustedes que las busquen porque los ladrones no los conocen. Estarán más o menos a salvo; tanto como pueda estarlo cualquiera que busque las Joyas de Nabooti.

No conozco nada de esas joyas, pero estoy segura de que tus primos nos dirán algo más cuando lleguemos. En cualquier caso, con ese nombre suenan interesantes

Contesté a la pregunta de Laurent.

Al llegar, mi suposición demostró estar acertada: aunque tampoco era mucha información era toda nueva.

¿Así sin más? ¿Nos hacéis viajar de Francia a Boston para decirnos eso y mandarnos de vuelta a París? No,chicos, no. Si las joyas han sido robadas aquí, aún no hemos acabado en Boston. Creo que deberíamos investigar un poco más sobre las joyas y sobre quién puede estar interesado en robarlas porque si el robo fue centrado en ellas y no desapareció nada más es de suponer que eran las joyas lo que buscaban y por tanto sabían de su existencia y quién las tenía. Quizás investigando el origen de las joyas averigüemos algo del ladrón

No, no, no... primos -dijo mostrándole las palmas de mis manos por delante como para que "detuviera el carro" y no se adelantaran tanto-. Vamos a ver... Eeeh... Yo también me alegro de veros ¿eh? -dije sarcástico y a la vez molesto por la rapidez de los hechos-. Hace muchísimo tiempo que no os vemos, como bien dice mi amiga Noelia hemos venido aquí a toda prisa, y ¿encima queréis que nos volvamos a Paris viniendo de allí? Parad el carro, porque si vuelvo a París me quedo en mi casa y asunto zanjado... Además -continué-, si el avión sale a París mañana por la tarde, aún quedan bastantes horas para que nos contéis qué diantres está pasadno ¡Mon Dieu! -suspiré-. Será mejor que tomemeos un café en un sitio tranquilo y donde podamos hablar. Maldito jet lag...

Oye, no puedo tomar otro avión. ¡Apenas sé lo que pasa!
Peter los mira y se encoge de hombros.
No te lo reprocho. Volvamos a casa.
Para ir a casa de Peter siguen un largo camino, dando un rodeo, a fin de despistar a los posibles perseguidores. Peter y Lucy hablan de las joyas. Saben más de lo que aparentan. Después de cenar, les dicen que en los últimos años han recibido mensajes pidiéndoles su devolución a la secta de Nabooti. Su padre nunca se dejó intimidar hasta el punto de pensar en devolver las joyas. No sólo valían una pequeña fortuna, sino que, además, por extraño que parezca, él creía en la leyenda. Admitía que le pudiera parecer una broma a todo el mundo, pero decía que las joyas poseían extraños, y maravillosos poderes. Más tarde, pereció en un horrible accidente. Saltó desde el muelle a un velero, en un día de absoluta calma. Inesperadamente el barco se movió, y él resbaló y quedó aplastado entre el barco y el muelle. Antes de expirar, susurró:
Proteged las joyas a toda costa.

A Peter eso no le gustó nada. Recibió una nota pidiéndole que entregase las joyas a un mercader de alfombras de Tánger en Marruecos. Pero, otro día, tres hombres irrumpieron en la casa, le ataron de pies y manos y robaron las joyas. Mientras Peter te explica lo sucedido,
¡CRASH! Un disparo de escopeta hace impacto en la ventana. Los cristales saltan hechos añicos. Nadie resulta herido, pero quedáis aterrados. Suena el teléfono, y cuando Peter lo descuelga, una voz profunda dice:
Abandonad ahora o ateneos a las consecuencias. Es un aviso.
La comunicación se corta.

¡¡Mère de Dieu!! -me lancé al suelo, llevándome las manos a la cabeza, para evitar cualquier otro posible disparo-, ¡Noelia! -irrazonablemente, busqué a mi amiga antes siquiera de preocuparme por mis primos, que realmente parecían extraños para mí-. Repté hacia ella y entonces le pregunté si estaba bien. No parecía estar herida, sólo era el susto. Un rato después me sentía más calmado, aunque cuando sonó el teléfono, mi alma volvió a temer, según la respuesta al otro lado de la línea.

Supongo que no has hablado con la policía, ¿no, Peter?, Quizá tu padre fuera, esto... cómo decirlo -me sentía algo violento poniendo la situación en hipótesis, siendo de la misma familia-, quizá estuviera extorsionado por alguna deuda o algo asi.... ¡Dios Santo! ¡Poderes! -pero entonces me acordé de mi tesis acerca de los parentescos de algunas tribus africanas: "algunos símbolos familiares son más fuertes que la magia" -recordé que había escrito los últimos días que estuve trabajando en París acerca del tema-. Magia nosé, pero un fuerte simbolismo albergan esas joyas, no hay duda... ¿Noelia? ¿Tienes ganas de aventuras? Yo sí... -dije decidido-, aunque preferiría que no hubiese balas de por medio...

Me tiro al suelo nada más oir el disparo. El susto me impide preguntar aquello que me ardía en la boca.

Estoy bien, no ha sido nada - le digo a Laurent para tranquilizarle.

Después me recupero y cuando por fin voy a lanzar mi pregunta, suena el teléfono interrumpiendome de nuevo.

¡Así que tienen teléfono! ¿entonces por qué tanto postureo enviando un telegrama para luego decirnos que nos vayamos a París... eso no tiene demasiado sentido

Nuevamente, la noticia de la amenaza me saca de mis ensoñaciones. Asiento con la cabeza a la pregunta directa de Laurent.

¿Cuándo he dicho yo que no a una aventura? - le contesto guiñando un ojo y luego, por fin, lanzo mi pregunta:

¿Viste algo sospechoso cuando te atacaron, Peter? ¡Pudiste identificar a alguien o al menos podrías describirnos su aspecto? ¿tenían aspecto de marroquíes o de ser los mismos que te habían enviado la nota? Tal vez dijeran algo importante que recuerdes...

Se levantan del suelo, donde se habían puesto a salvo, y se dirigen a la puerta de la calle, casi resbalando al pisar los perdigones dispersos por el suelo. Abren, pero quien haya disparado ya no está. su silueta se recorta en el umbral —evidentemente un lugar poco seguro—, pero no sucede nada.
Peter, las amenazas van en serio. Si no consigues recuperar las joyas, os matarán a Lucy y a ti. Los ayudaremos. Mañana salimos para París.
Peter y Lucy los rodean, palmeándoles la espalda y estrechándoles la mano. Parecéis haber olvidado el disparo de escopeta y el telefonazo; pero la tranquilidad se rompe por otro timbrazo inesperado.
Laurent levanta el auricular y oye una voz:
No bromeamos. La próxima vez no tendréis tanta suerte.
¡Click! De nuevo han colgado.

Todo ésto me huele mal... -murmuré-. Sin embargo, no sé si llamar a la policía es buena idea. Al menos deberíais dejar unas "instrucciones" o explicaciones si algo malo os ocurriese... -estuve tentado de decir "nos"-. Habrá que volver a París, y una vez allí, rezar para que no nos sigan la pista a Noelia y a mí.

Asiento con la cabeza

Estoy de acuerdo, este asunto parece que tiene alcance internacional... dudo mucho que la policía pueda hacer algo en un caso así y para la interpol no sé si será algo suficientemente gordo si no hay de por medio asesi...

Me detengo por hablar sin pensar y darme cuenta de que estoy metiendo la pata.

Esto... lo mejor será que nos vayamos cuanto antes y luego si eso aviséis a la policía para ver si encuentran algo de los que nos han amenazado. Si se enterarob de nuestra llegada es que interceptaron el mensaje, y un telegrama no debe ser fácil de interceptar. Yo empezaría por ahí...

Me giro y miro a Laurent

¿Nos vamos ya?

No creo que la policía pueda hacer nada. Quizá nos creen más problemas. Dejémoslo así dice Lucy.
Están de acuerdo. Os quedáis hablando durante toda la noche, hasta el amanecer. Vigiláis atentamente la puerta y las ventanas. Teméis otro ataque.
Es hora de irse. Démonos prisa. Los llevaremos al aeropuerto. Nos volveremos a encontrar cuando nos necesiten.
A esta hora hay mucho tráfico, por lo que resulta difícil saber si los siguen. Les parece ver un coche claro, haciendo esfuerzos por no perderlos; pero no estan seguros.
Al llegar al control de vuelos hacia París, observan que hay tres personas vigilando la entrada. Se escabullen y se dirigen a otra compañía.
¿Y ahora?

Al cambiarnos de cola de facturación veo algo que me llama la atención y se me ilumina una nueva idea.

Laurent - le digo en un aparte - ya sabes que mi madre es española y por eso me pusieron de nombre Noelia como mi abuela. Tengo familia allí e incluso un tío que se quedo con el cortijo de mis abuelos. Te digo todo esto porque no me da buena espina este viaje. Míranos: vigilando por los retrovisores de camino al aeropuerto, mirando por encima del hombro si nos vigilan, cambiando de compañía aérea si vemos un grupo sospechoso... creo que estamos un poco nerviosos y más sabiendo que ellos saben que vivimos en Francia... qué te parece si hacemos algo que ellos no puedan prever y viajamos a España. Desde allí ya veremos qué hacer y, a unas malas, siempre podremos acudir a mi tío...

¿Piensas poner en riesgo a tu familia? -le pregunté anonadado-, sois realmente raros los españoles, y perdona que te lo diga un antropólogo... -una dramática ironía salió de mi boca, pero en realidad quería evidenciarle a Noelia el peligro de la situación-. ¿Qué ocurrirá si por alguna razón saben que hemos viajado a España? Quizá sigan la pista hasta tu familia. París es más grande que todas las ciudades de España, y quizá desde allí el movimiento por Europa... o donde sea, sea más fructífero.

Luego dudé unos instantes.

No obstante, todo es deambular entre conjeturas. Si estás tan segura, te sigo, querida -le dije a mi compañera-.

Siempre podemos ir a España y no visitar a mi familia si no es estrictamente necesario o si pensamos que no nos siguen... ¿España entonces? Hecho de menos el sol

De acuerdo -le confirmé-. Vayamos a España. Hace mucho que no voy.