Partida Rol por web

Abres los ojos para ver una figura que avanza desde el borde de la zona de tinieblas hacia Albrek. Al ser iluminada distingues que es un nativo, un ashleen, con un tajo en diagonal que va de la clavícula al cuello; su cuerpo está tostado por el sol y ya ha empezado a descomponerse. Una corriente de aire te trae el hedor nauseabundo pero lo que más te llama la atención es que le han sacado los ojos a picotazos.

A todas luces este hombre lleva muerto varios días...!PERO VA HACIA ÉL!

¿Pero es que no puede nada normal en ningun misión? Tiene cojones, ahora muertos que se levantan de sus tumbas...

Me levanto cagando leches, con mi rifle a punto a mi lado que cojo en el mismo movimiento. Camino unos pasos mientras levanto el arma, quitándole el seguro para poder disparar en cuanto el dedo acaricie el gatillo...

¡Albrek, cuidado! ¡Se te acercan desde la oscuridad! ¡Veo uno, pero puede que haya más! ¡Vamos, vamos, vamos!

Unos gritos de Albrek y Zaddion os despiertan al resto. El arma del clérigo humea todavía y a uno metros de él un humano está muerto en el suelo.

Agarro la escopeta y me levanto como si hubieran activado un resorte. Con la mirada instintivamente busco enemigos antes de reparar en el cuerpo que yace muerto junto a Albrek.

- ¿Qué ha sucedido? ¿Enemigos?

No dejo de otear el horizonte antes nuevos posibles atacantes mientras espero un respuesta.

Albrek aún con el reciente recuerdo de la visión en su mente es incapaz de dar un paso para acercarse al zombie, tan solo señala con la escopeta al caido mientras tartamudea.

- P-por el Empera-rador y q-que mal rayo me pa-parta si he mmma-matado yo a esa cosa- acierta a decir  - Ya ess-estaba muerto. Ya estaba muerto,ya esta muerto- continua diciendo cada vez mas bajo, pero repitiendolo una y otra vez.

Que cojones está pasando, pienso mientras me incorporo un poco para ver desde la ventailla del coche a que se deben los disparos. Al ver que no hay respuesta de más tiros o movimientos sospechosos por las inmedicaciones, me acerco donde se encuentra Albrek que es el que parece que ha efectuado el disparo. ¿Que ha pasado? Como que ya estaba muerto, ¿has disparado a un blanco estático? Cuando veo que está con una expresión de terror y no se atreve a avanzar hacia el blanco agarro con más fuerza el arma mirando hacia donde se encuentra el cadaver. ¿Estás bien?

Al fijaros en el cadáver distinguís que es un nativo, un ashleen, con un tajo en diagonal que va de la clavícula al cuello; su cuerpo está tostado por el sol y ya ha empezado a descomponerse. Una corriente de aire os trae el hedor nauseabundo pero lo que más os llama la atención es que le han sacado los ojos a picotazos.

La situación fue vertiginosa, tras el disparo el asesino cogió su rifle y con la mira hizo un barrido de 360º para después acercarse hasta el clérigo y el cadáver. Era evidente lo que decía Albrek, ya estaba muerto cuando le dispararon.

¿Pero se ha movido o le has disparado porque te has asustado al encontrarlo en medio de la noche?

Caín pensaba que tal el clérigo había disparado a un cadáver que antes no habían visto. Un difunto de alguna batalla cuyo cadáver había sido expuesto al sol y a los carroñeros.

Ante la pregunta de Cain y aún aferrando fuerte su escopeta, el sacerdote clava la vista en el asesino con un gesto medio ausente.

- Moverse? Moverse?-  acierta a decir Albrek -Esa jodida cosa venía directa hacia mi!!- responde muy nervioso.

Muertos que se mueven... No puede ser no había visto nada así tiene que ser un error, Me giro hacia Zaddión, ¿eso es posible? con cara de pánico , muertos que vuleven a la vida, sueños oscuros del pasado vienen a mi cabeza y empieza a temblar mi mano, cosa que intento disimular agarrando el arma con mas fuerza.

Frunzo el ceño, algo contrariado.

¡Y yo qué cojones sé! Ahora voy a ser yo el responsable de que los muertos se levanten... ¡no te jode!

Con este pensamiento, me encojo de hombros.

Ni puta idea. Pero puedes comprobar por ti mismo que ser posible, es. Y no, no sé cómo. Y no, no sé porqué. Solo sé que sentí una amenaza, abri los ojos, y solo me dio tiempo a gritarle a Albrek que algo se movía hacia él. Lo siguiente que noté, antes ni siquiera a poder disparar, fue el miedo de Albrek y la descarga de su recortada.

Con la iluminación del campamento el rostro del Arbitre parece más frío aún que lo habitual. Me fijo en las cuencas vacías de los ojos del nauseambundo cadáver.

- Las aves se dan un festin con los muertos; los muertos se levantan para alimentarse también - Cargo la escopeta con aire ausente y despreocupado - Esta es una de las señales por las que se necesita la mano de la Inquisición en este planeta.

¿Puede la influencia del Caos levantar a los muertos? -lanzó la pregunta al aire, como si alguien le pudiera responder.

Barrió el alrededor con el ojo en el visor de su rifle, si había más de esos iban a tener un problema. Y si algún grupo de bandidos había oído el disparo también. No tardarían encontrar el camión y a ellos.

- Ya sabíamos de efectos de la disformidad. Esto no hace más que afianzar el sentido de nuestra misión. SI no hay más deberíamos descansar para llegar lo antes posible, dice mientras se vuelve a su manta-

Albrek, aún visiblemente afectado por la aterradora visión, trata de acomodarse cerca del coche aferrando fuertemente su escopeta, sin poder borrar de su mente la imagen del cadaver andante.

Puede ser Vidente, pero aqui sigue pasando algo que estamos dejando de lado, y antes o después nos pasará factura.- piensa para sí el clérigo.

Caín anduvo pensando unos momentos, como ya hizo en otra ocasión que lamentó, en la mina Gorgónida, se alejó un poco del grupo. Con el rifle en la mano y las estrellas en el cielo, tan lejanas, tan próximas.

Al vidente no le preocupa que los muertos se alcen, ni que estemos amenazados. Tal vez ya lo predijo, ¡ja! Pero no deja de ser extraño, tengo la impresión de que tiene demasiada prisa en llegar a nuestro destino. Quizá su labor sólo consista en acompañarnos y quiera librarse de nosotros...

El asesino miró los campos de fuego fantasma a la luz de la noche.

Este es un buen lugar para vivir...

No lo decía demasiado convencido, sabía que era un mundo en guerra constante, pero estos campos calmaban los nervios. Quizá un asesino tendría un futuro trabajando para un señor de la guerra. Con estos pensamientos se dispuso a dormir.