Partida Rol por web

Mientras Cimbria se asegura el rifle a los hombros y aprieta bien el resto de sus correajes, el ruido, similar a un desgarron, que producen los asideros del tunel cuando alguien pierede pie...

"Mierda... no podian esperar un poco... ¿quien coño tiene tanta prisa por abrirse la crisma?"

Mientras se avalanza sobre el borde de la sima, controla mentalmente quien falta de sus compañeros... Tumbada boca abajo, asoma la cabeza para comprobar la situacion del inconsciente que descendio sin encomendarse al Emperador...

"Acercadme una luz, maldita sea... creo que es Mir"

"Ahh... joder... no tendremos una cuerda,  ¿verdad Ishmael?... Voy a descender... Praetus despues... le siguen Xanthia e Ishmael"

Mir pierde pie y cae a plomo. La oscuridad abre sus brazos para recogerlo en su caída, pero hoy no es el día en que reclamará al habitante de los mundos ferales. No hoy.

Justo cuando pasa al lado del otro lado del túnel, lanza la mano y ase desesperado la roca porosa. La carne cede y de sus manos brota un río rojo. Mir se muerde el labio y en su cara se aprecia el dolor, una sensación muy bien conocida por el tosco hombre. Después impulsa su cuerpo y con la otra mano se agarra al suelo de la caverna. Entre suspiros, reniegos y bufidos, Mir consigue encaramarse al saliente.

Se tumba luego sobre el suelo, exhausto. El corazón, desbocado, le late a toda velocidad, y las sienes parecen estar a punto de reventar. Suspira aliviado. Ha estado cerca.

¡¡Mierda, Mir!!-grita al ver lo sucedido. Cuando su compañero vuelve al lugar sano y salvo, suspira aliviado.

Pensé que te perdíamos, colega. Ve con más cuidado.-exclama en voz alta.-

Si alguien necesita una cuerda, tengo una en la mochila.

Entre jadeos, y dejando escapar una risilla (extraño en él, pues hasta ahora se ha mostrado realmente rudo), Mir dice:

"No me negaréis que éste era el método más rápido"

- Mir! Maldito idiota! El burdel y la cantina no están por ahí! - Dice Praetus al ver que su compañero no se ha perdido en la oscuridad de la sima. - Bueno... Y ahora yo... Igual acabo haciendo compañía a Mir, quién sabe. - Se encoje de hombros hablando al resto y se prepara para saltar.

Cimbria inicia el descenso con cuidado, tanteando con la puntera blindada de sus botas, antes de apoyar todo el peso sobre los inestables y traicioneros asideros de la pared. Nota como el tacto de sus manos se va convirtiendo en algo pastoso a medida que el sudor se entremezcla con las fibras que conforman los guantes protectores. El sudor y el polvo se confabulan para convertir su pelo en una masa rigida de mechones tiesos y se adhieren a su rostro para resquebrajarse a cada respiración...

La concentracion puesta en el descenso salta en pedazos cuando el familiar sonido de la roca al desgajarse retumba en la sima y una lluvia de esquirlas y fragmentos cae a su alrededor... Justo cuando levanta la vista ve como una masa enorme cae hacia ella a velocidad terminal... agitando los brazos en un futil intento de agarrarse antes de reventar contra el suelo...

"Mierda me va  a arrollar..."

Con un movimiento de pivote, la arbites se balance sobre una pierna y un brazo para dejar espacio al cuerpo que cae...que gira sobre si mismo, arrancando piel y piedra a medida que roza contra la fria pared de piedra...

"El tatuaje del cuello... !!Es Praetus¡¡"*

"Garrrh"

Con un inhumano grito brotando de su garganta, Cimbria se impulsa y gira la cadera para lanzar el brazo en un intento de evitar que Praetus se mate contra el suelo... los dedos enguantados de la Arbites se extienden en el espacio, buscando a ciegas algo a lo que aferrarse....

¿Y eso que significa? ¿Puedo trepar?

¿cuanto tiempo tengo que descansar?

Me cago en la puta.-blasfema Ishmael al ver que todo el grupo se está cayendo por el agujero. Rebusca en su mochila y saca la cuerda que le dió aquel intendente. Busca uno de los salientes y se asegura de que éste sea firme para después atar un extremo de la cuerda a él. Después de comprobar que resiste, lanza el resto de la cuerda por el agujero.

¡Usadlo para subir!-les grita a sus compañeros.

Mira a Xanthia con una expresión de desconsuelo.

¡¡Mir!! ¡Atrapalo!