Partida Rol por web

Exaltado. - Episodio Uno: Los veintidós demonios.

Reino de Wu: 1) Hsien Wu, Palacio de los Reyes Muertos.

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28/02/2011, 15:08
Hija del Posadero.

- "Sumimasen. No es molestia, sensei-sama. Todo el mundo sabe que vos tenéis corazón de héroe. Veréis como muy pronto los dioses os favorecen." -

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28/02/2011, 15:10
Aldeano.

- "¡Eh, moza! Ponle al Sifú Halcón lo que quiera, su sake corre de mi cuenta." - El hombre se acerca a la mesa del Maestro Garra de Halcón.

- "Halcón-sensei, estoy convencido en que podéis vencer a ese mequetrefe del Dragón que se codea con esos gordos capones que nos matan a impuestos. Es más, estoy dispuesto a apostar por vos, y si ganáis, a dividir las ganancias a partes iguales." -

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28/02/2011, 19:06
[RIP] Mazo.

¿Grandullón?

Sí, es a mí.

¡¿Pero qué confianzas son esas?!

Bueno, lo dejaré pasar esta vez, sólo y sólo porque hay una bella dama de por medio. Pero que me digan grandullón significa que por aquí nadie sabe quién soy y eso es bueno, que digo bueno, eso es interesante. Por lo menos he encontrado un lugar dónde los bandidos no me buscarán...

Y hablando de bandidos... ¿la muchacha habrá sido atacada por ellos?

Hum... interesante.

Mazo cogió la botella de soshu de la barra y dejó una moneda para pagarla. Se acercó a la bella dama en apuros y le sirvió una tacita pequeña, sin quitarle ojo de encima al carroñero que le acababa de llamar grandullón.

- Mi nombre es Martillo Blanco, Carroñero. - Dijo con una sonrisa mirando al hombre que tenía a la bella chica cogida suavemente por el brazo. - Deberías recordarlo para la siguiente vez, tal vez no me encuentres de buen humor. -

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01/03/2011, 00:54
Dulce Loto.

Al entrar en la posada he apartado el manto de mi rostro, pero no de mi cabello, casi doy un paso atrás cuando ese hombre se acerca, ofreciendome asiento, haciendo tantas preguntas que casi me marea, sin saber cómo estoy sentada en un taburete, con un vasito de algo en mis manos y varios rostros mirándome atentamente, uno de ellos ni siquiera es humano.

Suspiro, bajo la mirada a la tacita, la acerco a mis labios y mojo mis labios para probar el licor, sake, aún caliente.

Gracias.

Me fijo en mis manos, ni siquiera me he podido lavar, mi cara debe estar en parecidas condiciones, ahora que me doy cuenta, me tiemblan ligeramente. Demasiado, es demasiado. Sólo quiero descansar, un baño, algo de comida, no he probado nada desde... ayer, no se a qué hora, no recuerdo exactamente.

Suspiro de nuevo, levanto la vista, miro al carroñero, luego al que acabo de escuchar presentándose.

¿Bandidos? No...

Niego levemente con la cabeza, miro el pequeño recipiente de sake en mis también pequeñas manos. Estoy agotada.

Hubo un... incendio... Cierro los ojos, siento cómo escuecen, todavía. No queda nada...nada... padre... madre... muertos... Apoyo la tacita en mi regazo, estoy temblando más, necesito descansar, estoy agotada. Sólo necesito un baño... una habitación donde descansar... luego... no se... no puedo pensar...

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01/03/2011, 08:44
Director

RIQUEZA EFIMERA:

- No necesitas usar ningún poder para captar la fuerza en bruto que emana del cuerpo de Mazo. Tiene la sutileza de una avalancha, y probablemente la dureza de una montaña.

- Deduces que buena parte de su poder deriva de su mazo encantado, con el que sin duda podría derribar las puertas de una ciudad o destrozar las columnas de un templo. Sin el mazo mágico probablemente no sería más fuerte que Emisario del Dragón, aunque con ese arma es sin duda el más poderoso de los cuatro.

- Incluso podría matarte a ti si se lo propusiera. Para sumergirte mejor en tu falsa identidad has olvidado muchas cosas voluntariamente, te has oxidado mucho en los últimos siglos, quizá en exceso. Puede que no sea mala ida refrescar tus poderes defensivos, al menos lo suficiente para ser capaz de esquivar o eludir a una mala bestia como Mazo en caso de que decidiera atacarte a ti en alguna ocasión.

- El poder de Mazo es esperanzador, está claro que él solo puede vencer a cualquier demonio menor o incluso de magnitud intermedia. Aunque dudas que esté predestinado a conseguirlo él solo. Sin duda necesitará ayuda y guía. Y orientación, pues una fuerza así bien puede usarse para hacer el mal si no tiene quien la apunte en la dirección adecuada.

 

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01/03/2011, 08:54
Hija del Posadero.

- "Os prepararé una habitación y un baño de inmediato." - La muchacha se marcha a hacer lo que ha dicho.

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01/03/2011, 19:05
[RIP] Mazo.

¿Así que sus padres muertos?

¿Quién los habrá matado?

Mazo no podía preguntar eso, sabía que sus dotes sociales dependían simplemente de "quién toma más sochu" o algo parecido.

Y la doncella parecía tan frágil en este momento...

Una pregunta así podría destrozarla más de lo que estaba.

Cuando la muchacha dijo que iba a prepararle un baño, Mazo respiró un poco más tranquilo.

Seguramente después de calmarse, limpiarse y demás, la señorita estaría mucho más cómoda para comentar lo que ha sucedido.

Y la verdad, al grandullón le encantaría ir a ver que ha sucedido... hacía mucho tiempo que estaba parado y necesitaba acción.

- Será mejor que descanse, y se tranquilice. - Dijo el enorme hombre a la doncella. - Después podrá relatarnos lo sucedido si lo desea. -

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01/03/2011, 19:52
Hija del Posadero.

- La doncella (no ha dicho su nombre) recupera algo de color tras beber un sorbo de sochu (la bebida es demasiado fuerte para ella, aunque un sorbito le hacía falta). Sigue pareciendo cansada y afectada por la trajedia que ha sufrido. La pérdida de sus padres en una chica tan joven... Por sus ropas y maneras parece que es de buena familia.

- La hija del posadero regresa un rato más tarde diciendo que el baño ya está listo y se lleva a la doncella misteriosa con ella.

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01/03/2011, 20:33
[RIP] Maestro Garra de Halcón.

El halcón vuela hacia el Sol, decían con orgullo hace tiempo, aunque hacía bastante que solo veía nubes. Por suerte para mí las palabras de la posadera y aquel hombre hicieron aparecer un rayo de esperanza en el mar de nubes.

- Eso espero porque ayer comprobé que ninguna solución me puede dar el hombre. Los dioses son lo único que me queda.- respondí a la joven hija del posadero antes de dirigirme al aldeano. –Respecto a su propuesta veré que puedo hacer.- le dije antes de ponerme en pie.

El corazón latía con fuerza mientras me aproximaba a la mesa. Ya había pensado que no perdía nada pero aunque antes había conseguido calmar la ira, en mi corazón aún ardía el deseo de golpear al emisario por lo que había hecho. Seguramente no venciese, nunca antes lo había conseguido enfrentándome a ellos, pero con suerte conseguiría propinarle un golpe que le doliese lo suficiente como para compensar parte de lo que había sufrido.

- Le reto a un combate.- le dije con semblante serio y el ceño fruncido.

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01/03/2011, 20:50
Riqueza Efímera.

Riqueza había palmeado suavemente la mano de la muchacha con el fin de tranquilizarla, mientras esta relataba su penosa experiencia. Ante la convicción de que en su actual estado era mejor guardar silencio, antes que decir cualquier cosa con buenas intenciones que pudiera afectarla aún más, se limitó a sonreirle con un gesto apenado y hacer una leve inclinación de cabeza a modo de despedida cuando esta fue llevada por la hija del posadero a los baños.

- Una trágica experiencia. Nadie de su edad debería enfrentarse a tales horrores. La pérdida de sus padres, de su casa, unida a un futuro incierto - comentó sin dirigirse a nadie en especial -. Así que Martillo Blanco - dijo volviéndose hacia el guerrrero con una amplia sonrisa y mirándolo con un gesto divertido -. Lo recordaré, no lo dudes. Yo soy Riqueza Efímera - señaló palmeándose el pecho con un gesto de vanidad -. Proveedor de pequeña maravillas, oráculo y buscador de fortunas, aunque como bien indica mi nombre, poco avezado en dar con ellas o conservarlas - señaló con un risa ligera -. Un arma magnífica la que llevas, muchacho. No estarás interesado en venderla, ¿verdad? Podría hacerte una oferta de ser así. Vaya, esto sí que no me lo esperaba - dijo interrumpiéndose y frunciendo el ceño ante la escena que se desarrollaba a escasos metros y en la que el joven Halcón retaba al monje con el que había pleiteado y perdido. Su boca se estrechó en un gesto de desagrado y negó con la cabeza -. Esta juventud y su sangre caliente - murmuró negando con la cabeza -. Martillo Blanco, mantengo mi oferta sobre tu arma pero hay asuntos que ahora reclaman a este viejo, aunque tal vez quieras acompañarme para impedir un despropósito.

Riqueza, guiñando un ojo, se separó de Martillo sin esperar su respuesta.

- Patán, te has comportado como todo un caballero. ¿O debería decir que como un eunuco de la corte? - dijo con un gesto de duda acariciándose la barbilla mientras atravesaba la posada -. Sea como sea, lo del cojín ha sido un verdadero detalle. Te deseo buenos días, Maestro Halcón - dijo presentándose inopinadamente ante el retador con una sonrisa llena del encanto propio de un buhonero deseoso de vender -. Soy Riqueza Efímera. No he podido evitar escuchar tus recientes palabras. Y espero, deseo que también extiendo al venerado monje aquí presente, que no os sintáis ofendidos por mi intromisión, pero ¿de verdad creéis necesario hacer caso de las palabras de un parroquiano ebrio cuyo discurso tiene la misma densidad y olor que el pedo de un cerdo? Fétido y vacío de contenido - dijo con notable contundencia -. Sin duda ha sido un día difícil para ambos, pero señores, acabamos de ser testigos de un drama para quienes estábamos pendientes de la vida misma, un drama del cuál no os habéis apercibido. Una muchacha, frágil y hermosa como un pétalo de flor de cerezo, ha sufrido la pérdida de sus padres y de todos sus bienes en un incendio al cual ha sobrevivido. ¿No crees joven Maestro que su pérdida es lamentable? ¿Que supera incluso a tu deseo de resarcirte de un pleito que no te ha sido favorable? Ah, señores. No deberíamos enturbiar más la paz de este día con peleas y rivalidades - dijo aplaudiendo sonoramente -. Como hombres que somos, aconsejo esperemos a que la doncella regrese y le ofrezcamos la ayuda que sin duda necesita, dejando de lado cuitas y demás zarandajas. La muchacha no nos ha ofrecido aún un relato de lo ocurrido pero es posible que necesite la ayuda de hombres fuertes y justos como los aquí presentes. ¿No creéis?

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01/03/2011, 21:40
[RIP] Mazo.

Mazó sonrió a Riqueza Efímera cuando se presentó.

- Domo gozaimazu, Riquesa Efímera-san. - Dijo sin perder la sonrisa de sus labios con una leve inclinación de su cabeza. Después, continuó escuchando las palabras del carroñero con atención, tal vez, y sólo tal vez, decía algo interesante.

Cuando terminó, asintió con la cabeza.

- Si eres más específico a la cuestión de acompañarle para impedir el despropósito, tal vez podamos unir nuestras fuerzas. Simplemente por que no quiero oxidarme, la verdad. -

En ese momento, el desafío resonó en todo el bar.

Mazo no pudo más que volver a sonreir y girarse hacia los contrincantes, levantando su taza de sochu.

- ¡Se abren las apuestas! ¡El Dragón contra el Halcón! ¡Se abren las apuestas! -

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02/03/2011, 00:06
[RIP] Emisario del Dragón.

El día había sido largo, muy largo para Emisario del Dragón. Ahora ya estaba cumpliendo con la última parte de lo que lo había traído a aquella ciudad y estaba deseando terminar aquella reunión con los eunucos. Delante de él habían puesto toda clase de viandas, a cada cual más sabrosa y jugosa, todas perfectamente cocinadas. y bebida en cantidad suficiente como para que fuera imposible que se terminara totalmente esa noche.

Para cualquier observador que hubiera prestado atención a lo que se desarrollaba en la mesa, no le hubiera pasado desapercibido que, aún a pesar de debatir y conversar con sus acompañantes, el monje se había limitado a comer un cuenco con verduras y arroz, maravillosamente cocinado y despidiendo un olor que alimentaba por si solo, pero dejando de lado los platos más caros y elaborados que estaban siendo devorados por los eunucos a gran velocidad y sin ningún recato.

Hablaba con ellos, sí, pero no por eso no estaba atento a todo lo que ocurría en la sala. No le había pasado desapercibida la presencia de Maestro Garra de Halcón, ni de las miradas que lanzaba hacia su mesa ni su amago de acercarse a él. Tampoco el aldeano que parecía necesitar una ocupación que lo hiciera pensar en tareas más rentables para su futuro que intentar dar lugar a una pelea entre ellos. Pero no era el momento, ni el lugar para hablar de algo parecido, ni tan siquiera para fomentar esa idea, así que siguió su conversación en la mesa, ignorando al aldeano y confiando en que se mantuviera la paz reinante en aquel sitio.

Pero no solo se mantuvo la paz, sino que entró por la puerta en forma de muchacha. La llegada de aquella muchacha hizo cambiar el rumbo de lo que se estaba gestando en la sala. De pronto, toda la atención se centró en ella, incluida la de Emisario. Hizo amago de levantarse y acudir a su lado cuando se percató de que algo no iba bien, pero algunos de los que estaban más cerca de la entrada acudían ya a su encuentro. Era evidente que algo le había ocurrido a la muchacha, algo malo, por cierto. La conversación de los eunucos, que no había cesado a su lado en ningún momento, pasó a un segundo plano, dejó de escucharlos para prestar atención a todo lo que se desarrollaba alrededor de la preciosa muchacha. Si, había algo en ella que llamaba la atención, no era una campesina, sus modales, su forma de moverse, sus ropas, la forma de beber de la pequeña taza, la delataban. Emisario entrecerró sus ojos, no quería perderse detalle, la situación le había resultado llamativa, pero no consideraba apropiado acercarse habiendo ya tanta gente alrededor.

Se fijó en quienes habían acudido al auxilio de la muchacha, escuchó las órdenes, la preocupación. Y asintió asimismo en silencio.

Enseguida, la posadera se la llevó al piso superior, y con su desaparición se fue también la paz.

Vio acercarse a su mesa con paso seguro a Maestro Garra de Halcón y escuchó el desafío sentado aún en su banqueta. Los eunucos guardaron silencio mirando al integrante de la Escuela del Halcón, aunque no dejaron de masticar los muslos de pollo de los que estaban dando buena cuenta. Emisario les dirigió una breve mirada, despidiéndose de ellos en vista del momento incierto en el que se había visto inmerso.

-Terminen sin mi, por favor. Otros asuntos de diferente índole me reclaman. Ha sido todo un placer disfrutar de esta comida en su compañía.

Y se volvió hacia Maestro Garra de Halcón con una mirada difícil de descifrar, pero que bailaba entre el descontento y la desilusión. Antes de que pudiera contestarle, detrás de la figura amenazante, apareció otra que rápidamente identificó como aquel que había sido el primero en acercarse a la muchacha. Escuchó sus palabras sin interrumpirle y cuando finalizó se inclinó brevemente ante él antes de dirigirle la palabra.

-Riqueza Efímera, un nombre curioso, no lo negaré, y estoy seguro de que trae mucha historia tras él. No me puedo sentir ofendido cuando la intromisión es con buena fé y se pronuncian palabras sabias. Me suelen llamar Emisario del Dragón –solo entonces, volvió a hacer frente a Maestro Garra de Halcón- No es momento, ni lugar. Dejarse llevar por la ira no trae al bien, ni te hará sentir mejor. Entiendo que me retes, acepto el reto–pero levantó una mano deteniendo a Maestro Garra de Halcón- pero no ahora. Para todo habrá un momento, pero ninguno en el que la ira también participe. Las palabras de Riqueza Efímera deben ser escuchadas. No deberíamos olvidarnos de esa muchacha y de la situación que ha podido traerla aquí en ese estado, tal vez halla algún peligro cerca de aquí del que solo ella nos puede informar y alertar, una pelea podía ser fatal en estos momentos en los que tenemos que estar alerta. Tal vez simplemente necesite paz y tranquilidad y una pelea no le ayudaría a descansar sabiéndose cerca de dos hombres inmersos en un combate.

Miró a la mesa ocupada por los eunucos que casi habían terminado con todo lo que había sobre ella.

-Si os parece bien –dijo mirando una mesa libre en una de las esquinas de la sala, cerca de una enorme ventana que daba a la entrada principal- podemos esperar a que la muchacha baje o la hija del posadero nos informe sobre su estado, en aquella mesa libre. No sé si habéis comido, pediré algo para todos, comida y bebida – Se volvió hacia aquel que había cantado a los vientos el supuesto combate inminente, señalándolo con su mano, invitándolo a acompañarles- Tú también puedes unirte y así conocer más a los contendientes, si que es vas a desempeñar el papel de director de apuestas. Prefiero que la anuncies como Escuela del Dragón contra la Escuela del Halcón, o viceversa, el orden no es importante, pero ese combate si es cuestión de Escuelas y no de nadie en particular. Por favor, acompañadme.

Sin esperar respuesta por parte de ninguno, se dirigió a la mesa que había señalado y tomó asiento junto a la ventana, tranquilo, sin mirar atrás para comprobar si lo seguían o no, sin temer la posibilidad de un ataque por la espalda.

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02/03/2011, 09:37
Patán Sabio.

Patán trataba de hacer que la joven se sintiera cómoda, y cuando llegó la sirvienta anunciando que el baño estaba preparado, la ayudó a incorporarse con delicadeza hasta que quedó en las manos de la sirvienta, y la habría ayudado gustosamente con su baño si se lo hubiera pedido. Como decía Riqueza, se comportaba como un eunuco, pues había sido algo muy parecido a eso en la Primera Edad cuando fue creado por la Emperatriz Celeste para servirla. Las palabras de Riqueza hicieron tintinear el brillo de su ojo. Era rara la oportunidad de Patán de servir de este modo, y más aún que Riqueza reconociera el trabajo del automatón, y esto le hizo sentirse orgulloso.

Cuando la doncella se fue, Patán Sabio se quedó a la expectativa. Seguía a Riqueza Efímera allá donde iba y asentía con la cabeza todo lo que decía.

A una parte de él le hubiera gustado ver el duelo entre los dos guerreros, como un niño que a la vez con miedo y morbosa curiosidad se asoma de su escondite para no perderse detalle cuando hay un combate entre guerreros y bandidos. Pero quedó tranquilo cuando Riqueza consiguió evitarlo, era mejor así. Y fue mejor aún cuando Emisario del Dragón lanzó su invitación.

- Oh, sí, gracias. Por favor, sea bueno con nosotros, Emisario del Dragón-sama. - Patán estaba emocionado y el brillo de su ojo le delataba. Esta reunión de héroes se parecía a la historia del encuentro de los héroes Lanza del Cielo y Gran Roca Roja, aunque en esa historia sí combatieron entre ellos, hasta que fueron interrumpidos por las fuerzas de los Anatema y tuvieron que luchar juntos contra ellos. Sin duda, era mejor estar tranquilos y que nadie les atacara.

Y Patán fue acompañando a los señores hasta la mesa.

 

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02/03/2011, 11:40
[RIP] Mazo.

Mazo no tenía nada que hacer.

En realidad, beber soshu y estar en la taberna era lo único que había hecho desde hacía un par de semanas.

Eso y cortejar a alguna muchacha que pasaba por allí.

Sin embargo, ahora, en poco tiempo, le habían ofrecido dos "trabajos" si se pueden llamar así.

O por lo menos, una mínima probabilidad de usar su mazo, lo cual lo ponía, para que negarlo, un poco contento.

Se estaba oxidando y eso, podría ser fatal para alguien como él.

- Lo de las Escuelas no tiene mucho de gancho, Emisario del Dragón, pero si ese es su deseo, estaré encantado de renombrar el combate como le guste. - Dijo el hombretón mientras se acercaba a uno de los oponentes. - Y la verdad, me gustaría conoceros un poco mejor, a ambos. Pero cuidado, no penséis que es por la comida, ¿eh? Mazo... er... Martillo Blanco no se vende por un delicioso plato de arroz con pollo. -

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02/03/2011, 12:27
Director

DULCE LOTO:

- La hija del posadero te asigna una pequeña habitación en el piso de arriba. Observas que aunque sencilla, la estancia está limpia y parece confortable.

- Una pequeña ventana con cristal permite ver algo del exterior, en este caso varias casas, comercios y una parte de la imponente muralla de la ciudad.

- La estancia cuenta con un pequeño camastro, una alfombrita y una bañera llena de agua limpia, pero fría.

- Al rato la muchacha que te ha atendido trae una olla con agua caliente y la vierte en el interior de la bañera. El resultado es un baño de agua templaducha, lo cual es todo un lujo habida cuenta que las clases humildes siempre se bañan con agua fría.

- Tú misma, en casa, no siempre tenías agua caliente. En casa...

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02/03/2011, 21:39
Riqueza Efímera.

Kôei degozaimasu - respondió Riqueza junto con una leve inclinación de cabeza a la invitación del monje cuando llegó a su altura tras seguirle con evidente placer ante la idea de una buena comida. Bueno, otra buena comida añadida a la ya efectuada -. Será un placer para mí compartir mesa junto a un joven cuya generosidad está a la par de su sensatez. Y Martillo Blanco-kun, no deberías preocuparte por las razones de tu presencia a esta mesa. Hay cosas mucho peores que venderse por un plato de arroz con pollo, lo cual, en sí mismo, y vistas las habilidades culinarias de la hija del posadero, es algo que dignificaría a cualquier alma que se sintiera atormentada por caer ante tal debilidad - dijo con un gran sonrisa perfilada por su fino bigote -. En mi caso no tengo vergüenza alguna en afirmar que la amenaza de un ágape vence muchas de mis naturales resistencias y me hace propicio a la buena conversación y me inclina favorablemente hacia el desarrollo de nuevas compañías. Sí, muchacho - dijo sentándose -, un arroz con pollo bien cocinado es una buena razón para venderse. O al menos, en caso de ser muy escrupuloso con las palabras, para alquilarse por unas horas. La sabiduría parte de un estómago bien alimentado. ¡Posadero! - gritó repentinamente dando dos palmas al aire. 

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02/03/2011, 23:16
Posadero.

- "¿Sí, mi señor? ¿En qué puedo servirle?" -

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02/03/2011, 23:53
[RIP] Maestro Garra de Halcón.

- Todos hemos sufrido tragedias.- respondí con prontitud al hombre que se hacía llamar Riqueza Efímera, aunque a medida que pronunciaba aquellas palabras fui lamentándome por ellas. La situación en la que la joven mujer se encontraba no me había resultado ajena. Yo mismo la hubiese ayudado si hubiese creído que había algo que pudiese hacer por ella, pero el hecho de que hubiese justificado mis actos con algo tan vacuo como las palabras de un parroquiano me había molestado. Tenía mis razones, razones para nada recientes pues habían nacido hacía veinte años.

Entonces el emisario se ofreció a costear la comida y bebida que quisiésemos, una práctica a la que debía estar acostumbrado pues de la misma forma había comprado las carcajadas y el aprecio de los eunucos que dejaba atrás en la mesa.

 - En mi caso tener el estómago lleno no me va a ayudar a olvidar todas las injusticias cometidas. Esperaré en mi mesa a que esté dispuesto a combatir conmigo, Emisario del Dragón, y en el caso de que la joven necesitase una ayuda que usted no pudiera proveerla estaré dispuesto a prestársela. Aunque en qué puede ayudar el descendiente de una estirpe que se ha dedicado a inculcar las enseñanzas de los anatema.- añadí con rencor recordando uno de los argumentos que había utilizado en su defensa.

Entonces desanduve el camino hasta mi sitio donde me esperaba el vaso vacío.

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03/03/2011, 10:15
Dulce Loto.
Sólo para el director

Sólo cuando me quedo sola en la pequeña habitación me doy cuenta que no tengo con qué pagarla. suspiro. Da igual, luego pensaré en ello. Dejo caer el manto al suelo, observo mi kimono, está en mejor estado que el manto, pero los bajos están llenos de barro. Desanudo el obi, dejandolo con cuidado encima de la cama, el kimono mejor no dejarlo ahí, luego tendré que pedir que lo limpien, quizás es demasido colorido, necesito algo blanco, niego, las lágrimas llenan mis ojos, niego de nuevo mientras termino de quitarme la ropa, para meterme en la bañera, está tibia, no quiero pensar en nada, mis brazos abrazan mis piernas, envuelta en el agua, debería quitarme toda la suciedad, ahí veo un paño para hacerlo, pero no puedo, sólo quiero quedarme así, quieta, con el agua a mi alrededor, intentando por un rato olvidar todo.

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03/03/2011, 12:13
NOCHE Y DIA.

TRANSCURRE UNA HORA.