Partida Rol por web

Recibo las cosas que me trae Riqueza Efímera después de cenar y las contemplo con un poco de sorpresa. Nunca en mi vida he vestido esa clase de ropajes, pues siempre se me descuidó hasta el punto de que solo me vestía cuando llegaba mi madre de campaña, momento en que debía estar elegante para recibirla. Este regalo me toma por sorpresa, me descoloca un poco y hasta me emociona:

"Pensé que me traería un sombrero, pero realmente son muchos regalos. No creo merecer atenciones como estas y no sé si soy digno de vestir como una persona decente. Riqueza Efímera en verdad piensa en mí."

Siguiendo la costumbre, pues pienso que este regalo realmente lo merece, rechazo el regalo dos veces antes de aceptarlo, argumentando que no soy digno de un regalo así y que no lo merezco. Finalmente, cuando está en mi poder, me paro de un salto enorme y con una sonrisa que no cabe en mi boca, me dirijo a esconderlo donde nadie más pueda alcanzarlo, como la conducta de un animal que esconde su comida.

Esa noche duermo apaciblemente con una enorme felicidad que puede notarse en mi rostro.

A la mañana siguiente, escucho desde bajo cubierta las palabras de los nobles de ese lugar llamado Quince. Escucho sus súplicas y como están desesperados por el apoyo de Martillo Blanco, lo que me hace pensar que debe ser muy importante y respetado. No esperaba menos de un Sangre de Dragón, pero aun así es inspirador estar con alguien así de grande.

Pienso en aquellos soldados siendo masacrados por Yomas y la verdad es que para que esa cantidad de soldados sean masacrados así, debían ser muchos demonios o unos muy poderosos, de un tipo que casi no puedo imaginar. Pienso en el Yoma que yo maté y me cuesta pensar en lo que yo podría hacer contra un enemigo más poderoso, pues la verdad es que a pesar de mis dones, no me siento un gran combatiente. Eso sin contar mis heridas.

Me mantengo en silencio escuchando y, a pesar de lo poco que puedo hacer, me dispongo espiritualmente a luchar para acabar con esos enemigos, por muchos o fuertes que sean.

RIQUEZA EFIMERA:

- La estrella de Emisario del Dragón se extinguió con su muerte y no ha vuelto a encenderse. Probablemente su alma habrá seguido su curso hacia su siguiente reencarnación.

- La estrella de Maestro Garra de Halcón ha quedado oscurecida, la que representa a su Esencia Solar ha permanecido desvaída mientras se acerca rápidamente a la estrella de un simple mortal. ¿Puede eso querer que está a punto de reencarnarse? Si es así, el dios Lytek (dios de la Exaltación) estará haciendo una chapuza apresurada, normalmente se necesita al menos una década para desbastar una Esencia Solar de las aristas y traumas de su anterior encarnación y de su muerte.

- La Luna Creciente significa que el poder de los Yoma comenzará a menguar, y también el de Ojos Rojos.

VIENTO FAVORABLE:

- Los vientos favorables han acompañado en todo momento a todos los miembros del grupo en sus viajes por el río Hu. Esto es debido a la ayuda directa del propio dios del río. Inicialmente esto lo hizo el dios Hu a cambio del sacrificio de Patán Sabio a sus aguas, después como parte del pacto al que llegó con Riqueza Efímera, pero también porque el propio dios odia a los demonios y quiere que sean destruidos.

-Creo que ya está todo dicho, nobles de Wu-Chia. Nuestro noble Sangre de Dragón atiende vuestro ruego. Iniciaremos viaje de inmediato, cosa que os aconsejo hacer igualmente. La naturaleza nos acompaña, así que aprovechémosla -dijo en referencia al viento-. Patán, a soltar amarras. Desplegamos vela. Nos veremos en Quince, nobles señores. Y si arribáis antes que nosotros y vuestra aldea dispone de un curandero o médico, tenedlo dispuesto.

- Los nobles se deshacen en reverencias ante las palabras de Riqueza Efímera y después corren hacia su lujoso sampán, gritándoles a sus marineros que lo preparen todo para zarpar de inmediato.

- En instantes, la barcaza noble se convierte en un hervidero de actividad.

-Muy bien, Riqueza, me pondré ahora mismo con ello.

-Señor Martillo Blaco, permítame ayudarle a bajar. Debería aprovechar estos momentos para descansar.

Tras ayudar a Martillo Blanco a acomodarse en un camarote Patán volvió a la cubierta para poner de nuevo en marcha el sampang.

- Patán Sabio ayuda a Martillo Blanco a embarcar y retirarse a descansar.

- Después desamarra el sampán y despliega las velas mientras Riqueza Efímera se hace cargo del timón.

- Poco después, el sampán se aleja de Minas de Jade.

- A cierta distancia os sigue la barcaza noble de Quince.

Mazo se dejó ayudar por Patán Sabio después de hablar con los nobles de Quince y se tumbó en el camastro a descansar. El grandullón se sentía algo cansado por las heridas, pero desde que tiene uso de razón, no lo habían ayudado a caminar... y eso le preocupó un poco.

¿Se estaba volviendo blando?

Intentó recordar el momento de su Exaltación... pero fue en vano... como si esos recuerdos no existieran más en su mente y frunció el ceño.

¿Qué había pasado con esos recuerdos?

No estaba seguro, pero tenía claro que el anterior Yoma, el que casi lo termina matando, tenía algo que ver.

Cerró los ojos e intentó dormir un rato.

Un nuevo viento cambia su rumbo, esa vez hacia Quince seguidos por aquellos nobles capaces de sangrar por su pueblo. Lo valoraba, pero no sin cierto escalofrío por las acciones que tomaban. Fuera que como fuese pronto tendrían que encarar otro peligro, uno que apestaba a Yomas. Pero… ¿acaso no cabía la posibilidad de tratarse de un grupo de bandidos? Sólo el lugar de los hechos e investigar un poco arrojaría algo de luz al problema.

Dejó que Martillo descansar plácidamente y ya esperaría para revisar la evolución de las heridas. No sabía muy bien qué hacer durante las horas siguientes así que fue en busca del anfitrión.

- Riqueza Efímera… ¿puedo ayudar en algo? Martillo Blanco descansa y las horas pasan despacio sin una tarea que llevar a cabo.

A no demasiada distancia la embarcación de los nobles los seguía al ritmo que las aguas y el viento marcaban. La experiencia d Riqueza en el río dictó que aquel viento no era normal, pero… ¿cómo era eso posible? Sólo los Dioses eran capaces de crear algo así, a menos eso era lo que creía.

- Riqueza Efímera, ¿por qué crees que éste viento es antinatural?

Riqueza vio cómo Patán ayudaba a Martillo Blanco a descender al camarote que ocupaba, para después ocuparse de las tareas propias del sampang durante la navegación. Una ojeada le bastó para ver a los nobles de Quince tras su estela, pero su atención fue reclamada por Dulce Loto.

-Esta es la vida del río, Dulce Loto. Dejarse llevar por la corriente o luchar contra ella y muchas horas de no tener nada que hacer en concreto. O de mucho trabajo que no apetece hacer. Pero si te pusiera a limpiar y baldear la cubierta, dudo que Patán me lo perdonara -dijo con una risa contagiosa-. Anda, ven, muchacha. Aquí, entre mis brazos. El viejo Riqueza te enseñará a llevar el timón. No es tan sencillo como parece pues debes tener los ojos atentos a los remolinos y a los bancos de arena. Y a la profundidad. Pon esa mano aquí y la otra ahí. Sujeta suave pero firmemente, pero no te preocupes. Yo también tomaré el timón -indicó para que no se preocupara-. En cuanto al viento... siente su fuerza, su ímpetu. Nos impulsa, nos arrastra, nos conduce. El viejo Hu quiere que lleguemos rápido para que se ataje el mal que infecta a Quince. Si recuerdas, Patán me preguntó por la razón de las flores y los origamis que compré. Cada día hago una ofrenda al río para agasajarlo y honrarlo como merece. Este es su premio. Por eso dije que era no era natural, pues diría que los espíritus lo guían.

Pero si te pusiera a limpiar y baldear la cubierta, dudo que Patán me lo perdonara

-¡Oh, no, por favor! La señorita Dulce Loto no debería estar haciendo esas cosas, sigue siendo de una buena familia. Y no le conviene dejarse la piel en esas tareas. Recuerde que aún debe encontrar a un esposo algún día. ¿Y si la ven los nobles desde la otra barcaza? Pensarán que solo es una criada. Incluso si la señorita no está interesada en ellos, el pensamiento que deben tener los nobles es «¡Qué distinguida es! Sería un honor presentarle a alguien digno de ella».