Partida Rol por web

Nunca antes me habían tocado de aquella forma por lo que no sabía si lo que estaba sintiendo era lo que se suponía que debía sentir: no me gustaban las chicas pero lo que me estaba haciendo Glen se sentía realmente bien.

Estaba siendo delicada conmigo, me estaba haciendo seguramente lo contrario a lo que le habían hecho a ella. Mi respiración se volvió pesada e intermitente cuando comenzó a masajear y besar mis pechos pero solo podía pensar en que no debería estar haciendo eso con ella. La razón se enfrentaba a mi necesidad de ayudarla y no pude detener la situación.

-Glen... n-no digas esas c-cosas...- murmuré avergonzada por si piropo sobre mi cuerpo. Me sentía realmente avergonzada, no solo por la situación en sí misma, también era la primera vez que una persona ajena a mi familia me veía sin ropa y ella estaba diciendo que era hermoso...

¿Nao pensaría lo mismo si me viese?

No pude evitar volver a pensar en él, me sentí mal, debería estar pensando en Glen pues estaba ayudándola pero no podía quitarme de la cabeza lo que podría pensar él si se enteraba de lo que estaba haciendo.

Kotone, concéntrate... no es el momento, pensar en Nao mientras Glen te hace estas cosas es algo muy grosero...
¡Pero es que no debería estar haciendo esto!
El único que podría tocarme, el único que debería tocarme... el único al que quiero... ¡es él!

Se me humedecieron los ojos, Glen parecía tan contenta y a gusto que no quise incomodarla. Cubrí mi cara con ambos brazos para evitar que viese que empezaban a caerme lágrimas por los ojos. Traté de centrarme en disfrutar el momento a pesar de todos los pensamientos que me pasaban por la cabeza.

ENDING de KOTONE y GLENDA...

Cuando oigo sollozar a Kotone me detengo. -Koto-Chan, éstas llorando...- Sé por que lloraba, se por quien lloraba. Por lo que me separé lentamente de Ella y alcé la mirada. -No llores bonita, no deseo verte llorar... muchas personas me hacen hacer cosas que yo no deseo, por lo que yo no lo haré contigo, ya no seguiré más... no puedo, no debo, y no lo haré...- Y le sonrío con cariño. -"Gracias, ya me siento mejor". ¡Ya estoy lista para irme! (n_n) Con este bello momento que me has dado... Koto-Chan, ya nada más necesito.- 

Cubro a Kotone con la sabana, y cojo mi ropa interior para ponérmela y le sonrío... -Alguien me arrebató todos mis sueños... y ahora yo se los estoy arrebatando a alguien más... no es justo... y  si me robaron lo que tenía fue porque yo lo permití...- Y ya más repuesta me levanto de la cama, y salgo a la ventana a pesar del frío. -Ésta es la vida que elegí vivir Koto-Chan... nadie eligió por Mi... dicen que las mujeres de verdad, tomamos decisiones y vivimos con el resultad... deseo convertirme en una mujer de verdad...- Y cuelgo la cabeza con una sonrisa. -El viento despeja mis pensamientos... ya me siento mejor.-

 -Eres como la hermana que nunca tuve y que siempre quise Koto-Chan... Te Amo Hermanita, nunca me olvides, por favor... porque si tu me olvidas, es como si jamás hubiese estado.- Quedo en silencio un buen rato... -Koto-Chan... ¿Te puedo pedir un último favor?... ¿Podrías buscar a mi Madre, y preguntarle, porqué me vendió a los Akamani?... Por favor.-

Y cerrando la ventana me vuelvo, y le sonrío. -Tengo que irme Koto-Chan... Por favor Despideme de Nao-Chan, y dile que me disculpe, que ya no me dio tiempo para despedirme de Él... Adios.- (n_n) y la miras recoger sus cosas e irse...

EPILOGO.

Esa fue la última vez que viste a Glenda... no la volverías a ver o a saber de Ella en muchos años...

Cuando fuiste a ver a la Madre de Glenda. Ésta mujer ya se había vuelto a casar y tuvo otra familia... y Ésta con cinismo indiferente te dijo. -La vendí porque necesitaba dinero, porqué terminé odiando a su padre, y ella era igual que Él... pero ya lo superé.- Y se marchó como si nada. A Glenda nunca pudiste darle el recado.

Solo Hasta casi 16 años después, ya en tu vida adulta, con profesión, hogar, y familia... Una mañana Glenda te llamó por teléfono, y te citó en el viejo restaurante en el que se reunían frente al Flowerfield... En donde platicaron hasta el atardecer, hablaron de Ti y de sus recuerdos... pero Glen nunca habló de Ella... ni de como le fue, ni a donde vivía, ni a que se dedicaba ahora, solo te dijo que nunca se casó, que nunca tuvo noviazgos de ningún tipo, pero que ahora mantenía a su padre, y que nunca olvidó al noche que estuvieron juntas.

Ella besó el dorso de tu mano. Y se fue con la caída del Sol.

Nao acogió los abrazos y los besos de sus compañeras al principio un tanto frio pero no pudo evitar que una sonrisa aflorara en el pues, después de todo las apreciaba, habían pasado muchas cosas juntos durante todo el curso.Aquello era una celebración y de alguna forma ese espíritu positivo se pegaba como lo podian hacer los polos apuestos de un imán entre si.

Aplaudió, pero no se le había pasado por alto la fragilidad de Kotone tras bajar del escenario, ese momento de tristeza reprimida que la obligó a salir de escena de forma rápida. Estuvo tentado de salir detrás de ella para ver como estaba pero las palabras de Glenda le convencieron de permanecer donde se encontraba. La miró fijamente por un momento y asintió a cuanto le dijo antes de que se alejara tras Yuuko.

No pude evitar que Glen se diese cuenta de que estaba llorando. Sus palabras me dejaron sin saber qué decir, me cubrió con la sábana, se puso su ropa interior y se fue hacia la ventana. La seguí con la mirada sin poder reaccionar, mis lágrimas, las cuales se habían detenido al tiempo que lo había hecho Glen, volvieron a humedecer mis ojos por culpa de lo que me estaba diciendo

-Yo...Yo...-me pidió un favor, haría cualquier cosa por ella a pesar de que no había podido en aquel momento quise poder cumplir el deseo que estaba a punto de pedirme -Por supuesto... lo haré- le prometí.

La vi cerrar la ventana y me asusté, no la volvería a ver, me sentí triste, salí de la cama llevándome las sábanas conmigo y grité su nombre mientras veía como se marchaba. Salí tras ella pero ya era demasiado tarde -¡No te olvidaré!- grité con la esperanza de que me oyera -¡siempre serás mi mejor amiga!-

Me tragué las lágrimas y me vestí a prisa. Tenía que encontrar a Nao y contarle lo que me había dicho Glen, despedirme por ella y... tal vez tuviese el valor de confesarme... las emociones estaban tan revueltas en mi interior que tal vez sería capaz... gracias a Glen...

Después de mucho rato volví al salón donde todos se reunían. La fiesta había comenzado pero yo no tenía ganas de festejar. Tenía los ojos hinchados y ligeramente rojos y el cuerpo me temblaba, llevaba la misma ropa que antes solo que más arrugada y no llevaba puestos los zapatos. La música demasiado alta, las luces parpadeando y la gente bailando me dificultaron la búsqueda pero al fin conseguí coger la mano de Nao y tirar de él para sacarle del salón.

Nao se vio un poco sorprendido por la llegada de Kotone, sobretodo por encontrarla descalza y ante la sensación de que había estado llorando. 

Musito un - Estas....? Pero antes de acabar su pregunta con un "Bien" Notó su mano y encontró que tiraba de el. Se dejó llevar por ella y ambos salieron así de la fiesta que se celebraba. 

Una vez fuera del salón seguí tirando de él estaba demasiado nerviosa y demasiado alterada para decir mucho -Glen... se ha ido...- musité mientras arrastraba a mi amigo por los pasillos hasta encontrarnos frente a mi habitación.

Abrí la puerta mirando que nadie nos viese entrar y le metí dentro con un pequeño empujón. La cama estaba desecha y la sábana estaba en el suelo al pie de la ventana estaba abierta. Respiré profundamente mientras caminaba sin rumbo por la habitación -Ella... ella me contó... me contó lo que le habían hecho... me dijo.. me dijo...- las lágrimas volvieron a mis ojos, estaba llorando más en esa noche que en toda mi vida -le violaron... le pegaron y le violaron tantas veces que ya no sentía nada...- miré hacia él mientras una cascada de lágrimas caían por mis ojos -no pudimos hacer nada... no pude hacer nada... ella me pidió... y yo no pude...- mi respiración agitada me impedía hablar con claridad

Nao no reparó demasiado en el estado de la habitación de la joven, en el porqué de su cama desecha de esa forma. tan solo tenía ojos para seguir sus movimientos.

- Shht, tranquila..tranquila. Hiciste lo que pudiste Kotone.... Dijo tratando de consolar a su amiga, buscando así abrazarla para que dejara de vagar de forma nerviosa por la habitación.

- ¿Como? ¿Se ha ido?. Yo tengo que, tenía que verla mas tarde. A mi también me contó lo que le ocurría, aunque creo que omitió entrar en detalles. Nao se sentía muy bien estando así, abrazado a la joven haciendo que su cabeza descansara contra su pecho.

- Nunca te hablé demasiado de mi familia, ni a nadie de hecho. Y es porque...tiene lazos estrechos con la mafía, algo que no me enorgullece. Y aunque estoy alejado de sus tejemanejes puedo hablar con mis tios. Tienen influencias en la cárcel donde está el padre de Glenda. He pensado que pueden protegerle. Ahi dentro hay muchos Yakuzas leales a la familia que no se venderán. Y ella...he pensado que vaya a América, donde mi tia abuela tiene un rancho. Podrá rehacer su vida alejada de todo. Y nosotros podremos visititarla en vacaciones, si quieres claro..Nao sonrio por un momento, pero aun se guardaba la parte mas importante. Algo que quería contar a Kotone desde hacia mucho.

En cuanto me abrazó de aquella forma sus palabras quedaron en segundo plano en mi mente, solo podía sentir su calor, el fuerte latido de mi corazón mezclado con el suyo y como mis mejillas se enrojecieron de pronto. Rodeé su cuerpo con mis brazos y disfruté del momento pero después de un rato, a pesar de que estaba muy a gusto entre sus brazos hice un poco de fuerza para alejarme y mirarle a los ojos, mis manos quedaron en su pecho agarrando con fuerza su camisa para que no pudiera alejarse de mí -Es... - no sabía que él tenía esa clase de contactos, la yakuza era gente peligrosa pero él nunca me había parecido así -La mafia... es un asunto delicado- sus palabras me dieron un poco de esperanza -ella dijo que no podíamos ayudarla pero... eso es una buena idea...- no me importaba en qué clase de asuntos estaba metida su familia, conocía a Nao desde hacía tiempo y confiaba plenamente en él por lo que debía ser sincera -...Glen pidió que me despidiera de ti por ella ya que no le daba tiempo de hacerlo por si misma... no pude detenerla, no sé a dónde se fue... ni siquiera pude cumplir lo que me pidió que hiciera por ella...- al volver a pensar en ello me sentí mal, solté su ropa con cuidado, retrocedí unos pasos dándole la espalda y abracé mis brazos, no era capaz de seguir hablando...

Nao hubiera hecho por que no se separara de el, la hubiera retenido entre sus brazos pero la dejó ir lentamente, solo la vió alejarse unos pasos mientras Kotone le contaba lo que pensaba de su idea.

- Quería contarle todo a Glenda esta noche, pero no esperaba que se fuese así...Dijo meditando si valía la pena salir corriendo tratando de alcanzarla, algo realmente difícil en mitad de la noche. ¿Podemos llamarla al móvil, que nos deje reunirnos con ella...? Pero la tristeza de su amiga le hizo desistir por un momento de la idea.

- ¿Que te pidió exactamente?. Preguntó con cierta intriga recordando a su vez su propia promesa a Glenda. Se acercó con decisión y paso tranquilo buscando su mano que tomó para tirar de ella levemente y así se diera la vuelta. La miró a los ojos.

- Kotone chan, sabes que...Glenda esta enamorada de mi?. Dijo finalmente sin apartar la mirada de sus ojos. Me pidió que pasara esta noche con ella, que le diera un bonito recuerdo para afrontar los momentos difíciles que la esperaban. Hizo una pausa para ver su reacción.

- Es una buena amiga aunque nunca lo hubiera imaginado, y por todo, y porque me hace sentir especial lo iba ha hacer pero...eso, sabes...me hacía sentir culpable. No sabía porque, y si lo sabía. Tomó sus manos con mas fuerza para acercarse a ella. - Me hacía sentir mal porque me traicionaba a mi mismo, y a lo que siento, desde hace mucho por alguien, que para mi es especial...

-Glen...- me contó que había alguien importante para ella, que estaba enamorada de alguien, mentiría si dijera que no me esperaba que fuese de Nao porque él era tan amable y bueno con ella... -te pidió que pasaras la noche con ella... y la rechazaste...- mis ojos se humedecieron, no sabía qué debía pensar, ahora me sentía aún más culpable -...me dijo que estaba enamorada de alguien... pero aún así ella...-desvié la mirada pero no solté su mano, la agarré con más fuerza a pesar de que estaba tan avergonzada que quería salir corriendo de allí -...ella me pidió lo mismo... quería ayudarla, me sentía mal por todo lo que había pasado... yo no quería pero... ella me besó y luego...- una lágrima cayó por mi cara, me había traicionado a mí misma, había tirado por la borda toda la educación que me habían dado, había hecho algo que nadie de mi familia me perdonaría nunca -dejé que me desnudara... me tocó... no me resistí... no pude... no quise hacerle daño... me siento tan mal...- no podía coger aire, me sentía sucia a pesar de que la persona que me había tocado había sido mi mejor amiga -...tu... tu a pesar de que ella... de que ella se te confesó... tu te resististe... pero yo...- las lágrimas me impedían hablar con soltura, estaba demasiado avergonzada para mirarle a la cara y me temblaba todo el cuerpo -empecé a llorar... no sé porqué... no pude ayudarla y ella me pidió disculpas, se detuvo y se marchó... tal vez se fue por mi culpa... porque no fui capaz de... de darle lo que quería...- me agarré a sus dos brazos con fuerza para no caerme al suelo, me sentía débil pero quise decirle lo que pensaba, lo que sentía -...solo podía pensar... en ti....- susurré escondiendo el rostro entre mi cabello sin dejar de temblar y llorar.

Nao la escuchó sin interrumpirla, no se atrevía, vió que Kotone necesitaba desahogarse, expiar aquello que la atormentaba. Tan solo la abrazó sintiendo culpa por no poder darle toda la razón a la chica que esperaba.

- No fue exactamente así, de hecho la besé pues estaba confundido y necesitaba saber...si sentía algo mas por ella que una amistad, pero no fuimos mas allá de besarnos. Dejó que ella continuara, a diferencia de Kotone su voz no sonó quebrada, se le veía bastante entero, aunque sus ojos brillaban con otra luz.

A Nao se le hacía extraño hablar de esos temas, antes tan tabues para el. - Kotone, no te tortures, tampoco hiciste nada malo para sentirte así. Si lo piensas fríamente el sexo en sí es algo físico, y ella era alguien especial para ti. Yo iba ha hacer lo mismo, no me sentía con fuerzas para negarme.... ¿Si nos quería tanto a ambos, porqué no nos lo dijo desde un principio?.

Escuchar lo último que dijo hizo que Nao sonriera como si fuera un tonto, estaba feliz pues lo que sentía por ella era correspondido.

La tomó con gentileza de la barbilla para que le mirase y sin esperar mas que decir se acercó y la besó profundamente. El contacto húmedo de sus labios fue largo, tanto que solo la falta de aire le hizo retirarse.

- Ahh...lo siento, no quería...dijo algo avergonzado por su atrevimiento.

Iba a responderle, juro que iba a hacerlo, tenía toda una respuesta preparada pero su beso borró todo lo que había en mi cabeza. Mis brazos cayeron pesados a ambos lados de mi cuerpo y me quedé congelada, sin lágrimas, sin temblores, sin dolor... solamente pude cerrar los ojos hasta que se alejó y se disculpó, entonces entreabrí los ojos para mirarle -...¿N-No querías?...- mi cara estaba más roja que nunca y el corazón me latía tan fuerte que se podía notar en mi cuello. Mi pregunta sonó triste aunque por dentro estaba tan eufórica que no cabía dentro de mí -¿E-Estás... confundido?- había dicho que el beso que le dio a Glen había sido porque estaba confundido y quería saber qué sentía por ella ¿habría sido ese beso por la misma razón? 

Esa sería una de las pocas veces que habría visto titubear nervioso a Nao que se sonrojó ligeramente, llevando una mano hasta su nuca en un gesto de torpeza. Se notaba que no estaba acostumbrado a este tipo de situaciones.

- No no, si que quería hacerlo, pero..siento que no te pidiera permiso... Desvió su mirada por un momento, pero sin llegar a despegarse de ella. Pero en cuanto percibió que ella dudaba de lo que sentía se sintió envalentonado de nuevo y clavó sus ojos oscuros en ella fijamente. Lado su rostro levemente e incluso sonrió de nuevo.

- Lo estaba, pero solo fue por un momento. Y no por ti. Me gustaste desde el dia que tropezamos, en aquella fila interminable para ver las listas de clase.

Sentí como si el corazón se me fuese a salir de pecho y unas ganas irrefrenables de sonreír

¡Yo también! ¡Nada más verte! ¡Nada más hablarte! ¡Desde el primer segundo deseé estar contigo! 

Tenía tantas ganas de decirle eso que tuve que morderme el labio, sería demasiado vergonzoso así que desvié la mirada y me pegué a su pecho -Nao...- susurré su nombre, hacía tiempo que quería llamarle así y cuando lo conseguí no pude dejar de repetirlo -Nao... Nao...- rodeé su cuerpo con mis brazos y froté mi cara contra su pecho ocultándome -...yo también...- murmuré mientras un cosquilleo recorría mi cuerpo.

Nao no supo bien que pensar mientras ella se aferraba a su pecho repitiendo su nombre, como si las palabras costaran de salir de su boca para decir lo que pensaba. Por ello, cuando escuchó que ella tambíen había sentido lo mismo no supo disimular su sonrisa, algo bonito que crecía en su interior, algo reprimido que por fin podía exteriorizar. Se preguntó si eso era lo que llamaban amor.

- Me gustaría que salieramos juntos, como hacen las parejas que vemos siempre en el parque al salir del instituto, conocernos aun mas, pero yendo despacio...Entonces su alegría le supo amarga. Glenda, en esos minutos se había olvidado por completo.

- Kotone, ¿Que pasa con Glen?. Deberiamos correr a buscarla...hacer algo, no podemos consentir que acabe de esa forma. Le hubiera gustado seguir así abrazado a ella, besarla y que los minutos se convirtieran en horas, sin prisas, pero siempre a su lado. Por eso separarse esos centímetros le costaron un gran esfuerzo.

La alegría que sentía en aquel momento había hecho que me olvidase de todo lo demás pero Nao supo devolverme a la situación que teníamos pendiente -Cierto... debemos buscarla- me alejé para buscar y ponerme los zapatos dispuesta a ir tras ella -...a la vuelta... podremos... tener una cita...- dije con las mejillas sonrojadas. 

Había demasiado en juego como para aceptar lo que Glen me había dicho, lucharía hasta la saciedad porque ella pudiera tener una vida mejor. De pronto una palabra volvió a mi mente "vendida", miré a Nao con preocupación -Glen me dijo que su madre la había vendido al director Akamani... aunque su padre salga de la cárcel...- más dificultades, obviamente vender muchachas era ilegal pero ¿cómo podríamos hacer que esa venta fuese revocada? -Estamos caminando por terreno peligroso... ¿Qué deberíamos hacer?- me levanté con los zapatos ya puestos y me puse la chaqueta, a pesar de lo que había dicho estaba totalmente decidida a encontrar a Glen, no iba a permitir que aquella vez fuese la última vez que nos encontrábamos.

Salieron a buscar a Glenda... y cuando van por donde seguramente la encontrarían... se encuentran de mera frente con Yuki Noara, la familar de Yuuko... quien inmóvil los observa con mirada profunda... y les dice en voz baja... -Nao... Kotone... ¿Porque quieren ir tras de Duarte? Es mejor que no vayan, es muy difícil hacer algo al respecto por Ella, al menos por el momento, es muy complicado...- Y susurra... -Mr. A.A. (Aoi Akamani les da a entender) es un Monstruo, y no se desafía a un monstruo en su propia cueva si quieres salir entero...- Y mira discretamente de una lado a otro... -No podemos hablar aquí, éstas paredes oyen... por eso es mejor que Duarte se vaya por ahora...-

-Nao Yakuza... tu sabes a que me refiero, sabes bien que hay muchas cosas en éste mundo, que no son lo que parecen... como la falsa pantalla que todos ven allá en el salón ahora... algunas veces suceden cosas tras bambalinas que nadie sabe, y que es mejor que se queden en silencio y se sepulten en el anonimato para evitar que la gente buena, noble y docil como Kotone-Kun puedan sufrir...-

-Kotone... Eres una chica noble, amable y gentil, no mereces cargar con los problemas de Glenda... pase lo que pase, nunca pierdas esa buena fe que tienes en la humanidad, aunque muchas cosas que veas, sean solo una mentira...-

-Sé que Ustedes Dos saben la verdad... pero si creen poder con la verdad vayan a buscarla... sin embargo les advierto, que si cruzan ese corredor, entrarán en un mundo diferente al que han conocido en Flowerfield, hasta ahora... un mundo lleno de problemas, del que no se escapa tan fácilmente... por eso Nadeshiko y Yo vamos allá también, a hacer todo lo que se pueda por Duarte...-

Y hace una pausa... -...Desde donde yo lo veo, Ustedes tienen Una de Dos.-

-Uno: Yo les recomiendo que regresen al gran salón, que convivan tan alegres como si nada pasara; pásenlo bien con el resto de sus amigos, y vivan una vida normal y feliz el resto de tus días... olvidando para siempre lo que vieron y oyeron aquí... incluyendo a Duarte...-

-Dos: Pero si desean lo contrario por salvar a su amiga, y tal vez el futuro de muchas personas más que están en su situación, vayan a buscarla, la encontrarán hasta el final de ese corredor, cerca del helipuerto... después de eso... llámenme dentro de seis meses, justo después de que se gradúen...- Y les entrega una tarjeta en blanco... -y yo mandaré por ustedes, y sabrán todos los detalles, y entonces podremos compartir ayuda para ayudar a Glenn...-

-La decisión solo es tuya...-

Y empieza a marcharse.