Partida Rol por web

¿Hace alguien algo más?

- Bram, sargento. Si vamos a tutearnos en privado, si te parece, prefiero el nombre. Nací en el planeta Asimo, un lugar bastante agradable, en realidad. Pero aburrido.-  se encoge de hombros al decir eso- Supongo que esa fue la razón principal de hacerme marine: deseaba ver nuevos mundos, nuevos lugares. Y no deseaba un trabajo tranquilo de oficina ni burocrático. Por cierto, antes que lo olvide... no, no maté al marine del que hablé antes. Lo detuve y lo denuncié- guarda un instante silencio, perdido en sus recuerdos- ¿Y tú, sargento? ¿de donde vienes? ¿cómo terminaste siendo sargento de marines en la Génesis?

Tras preguntar toco el comunicador.

- Cabo primero Bram Sanchez Tatou, acompañando al sargento Jackson. Ambos del cuerpo de marines. Permiso para acceder al puente.

- Buenos días marines, soy el Alférez de Navío Cormaan, piloto y responsable del vuelo. Responde algo a la otra voz que habla, y suena bastante ocupada. De fondo se escucha al otro tripulante repasando una CheqList pre despegue. La voz contesta: - Lo siento muchachos, no tengo permiso para abrirles si no es una urgencia real. Pero aún así preguntó curioso ¿Qué les sucede?

Bram mira al sargento. Parece obvio que, para el cabo, es Isaac quien debe dar las explicaciones pertinentes. Salvo que le ordene con un gesto darlas él mismo.

   - A la orden mi Alferez de Navío, soy el sargento Isaac Jackson del cuerpo de Infantería de Marina.-Se presentó con toda la retahíla que correspondía. - Son ordenes del Capitán de Navio Sirio Kohren. Nos han ordenado conseguir una lista completa de la tripulación de la Génesis para encargarnos de su reunión y el aviso a cada uno. Ya ve que los preparativos son lentos, y de este modo podemos ayudar a agilizar algunos asuntos para levar anclas lo antes posible. - Si el tal Cormaan es el piloto responsable del vuelo, quizá tenga tantos deseos como ellos de despegar y probar la nueva Génesis. Antes de hablar, Isaac. - Nos dijeron que preguntáramos en el puente.

    No contestó inmediatamente a Tatou, pero no olvidó su pregunta. Cuando volvieran a quedar solos le respondería.

- Por eso no se preocupe sargento, ya que todos los involucrados están avisados. Aún seguían con las listas de comprobación. Por lo menos los que van a ir en este viaje.

Bram tuerce ligeramente el gesto ante la respuesta del alferez, pero no dice nada.

   - Gracias Alférez, me retiro. - Isaac se cuadró y se despidió con un cabeceo, suponiendo que no le veía y se dio media vuelta alejándose de aquel lugar.

   Caminó unos pasos en silencio al lado del cabo primero, y cuando se alejaron lo suficiente espetó.

   - Y esta es una forma que tienen los oficiales de quitarnos de en medio. - Bromeó con algo de sorna, pues si el Alferez Cormaan ya se ha encargado de que los que fueran a embarcar ya estén avisados, ¿para que le mandado el Capitán de Navio realizar la misma tarea? - De todos modos, hay que obedecer Bram. ¿Sabes una cosa? Tenemos más en común de lo que cree. Yo también tuve problemas con la justicia y estuve a punto de dar con mis huesos en un penal militar. Y como tu... por querer hacer justicia... Demonios... espero que despeguemos pronto. Llevo mucho tiempo acantonado. Dime, además del asunto con los D.A.R.G, ¿has entrado más veces en combate? - Preguntó Isaac mientras enfilaban el camino hacia donde deberían reunirse con el resto de la tripulación y prepararse para embarcar.

Bram sonrió ante las palabras del sargento mientras caminaba junto a él en dirección al astillero y la nave que les debía acercar al astillero.

- Pues... fue todo un servicio contra los D.A.R.G. en aquellas selvas, pero no fue ni la única vez ni el único lugar en que entré en combate.-  le miró con curiosidad- Aunque fue al final de ese servicio estuve en un equipo de operaciones especiales. Allí tuve el placer de entrar en combate en varias ocasiones más hasta que... bueno, supongo que tuve demasiado éxito en una misión. Salvé a un grupo de nuestros civiles que habían tenido la mala suerte de estar en un lugar y un sitio que no debían. Supongo que incumplí el espíritu de las órdenes recibidas, con lo que recibí un traslado forzoso a uno de los lugares que nadie quiere estar. Y eso fue todo hasta ahora. 

  - ¡Vaya! Yo también trabajé para Operaciones Especiales. De echo realicé las pruebas y superé todos los cursos como tirador de élite. - Que Bram hubiera trabajado junto con Operaciones Especiales, le hacía un marine más valioso. Eso habría curtido al cabo y le habría dado una buena experiencia. Durante unos segundos, Isaac meditó sobre el hecho del que Bram contaba. Escuchaba con atención y podía imaginarse el percal. Un oficial dando unas ordenes pese a las sugerencias de algún suboficial, y pasandose por el forro el bienestar de los civiles. Bram pasandose, a su vez por el forro, las órdenes del oficial y arriesgando su vida para salvar la de los ciudadanos. - ¿Es que acaso no luchamos por el Imperio, Bram? ¿Y qué es el Imperio si no sus ciudadanos? ¿Qué sería del Imperio sin las clases trabajadoras y las clases civiles que lo sustentan? Hiciste bien, Bram... desgraciadamente muchos oficiales carecen de la visión necesaria, bien por inexperiencia o bien por miedo a no promocionar, y muchas veces ponen en peligro tanto a sus hombres como a civiles. Tenemos las de perder, en esos casos, pero puede dormir con la conciencia tranquila. - Hizo una nueva pausa, recordando durante un par de segundos un hecho muy parecido. - Fíjate, una vez ordenaron que el equipo en el que estaba realizara una misión de extracción. Debíamos de extraer un paquete valioso de territorio enemigo, siendo la prioridad de la misión la vida del "paquete". Tuvimos problemas, y mi oficial al mando decidió sacrificarse él y al resto del equipo para que yo pusiera al "paquete" a salvo en el vehículo de extracción. En vez de eso, tomé un dispositivo de artillería portátil del vehículo y, tras poner bajo cobertura al "paquete" empecé a disparar al enemigo ofreciendo una cobertura para que mis compañeros salieran de ahí con vida. Podría haber realizado la misión "a pies juntillas", haciendo caso a la plana mayor que nos mandó en esa misión sin tener previstos los riesgos. Entonces los nombres de mis compañeros estarían sobre un Memorial a los Héroes Caídos - Uno de esos muros gigantes de piedra negra en los que se marca los nombres de los caídos en combate para rememorar su muerte y ensalzar su sacrificio. - y sus muertes pesarían sobre mi consciencia. A veces, los soldados... en pleno combate... nos vemos obligados a cambiar las reglas de la misión en pos del éxito y nuestra supervivencia. Ya sabes, Bram... "no dejaremos a ningún soldado atrás". - Un lema que se decía entre los combatientes de primera línea, y sus más directos oficiales, y que, al llevarlo a cabo, tantas ampollas había provocado en los Oficiales que ordenaban las misiones y el modo de llevarlas a cabo. - Siempre ha pasado lo mismo. Hay oficiales muy muy capacitados, y muy entregados a sus hombres, no lo niego. Pero hay otros que salen directamente de la Academia sin haber pisado un campo de batalla. Resuelven los problemas según sus manuales y según las estrategias pasadas de otros pensando que esa es la mejor forma y, lo que es peor, pensando que su manera es la única y mejor manera, sin serlo. Entonces mandan a los "curritos" al frente, para que nos matemos. Si sale bien, la plana mayor se llevará la medalla, si sale mal somos nosotros quienes volvemos con las piernas por delante. Llevar a cabo la misión es importante, Bram... pero mientras sirvamos en el mismo equipo no le reprenderé por querer salvar vidas de civiles, ni por darle más importancia a las vidas del resto de compañeros.

El reloj de John marcaba las 16:55, le gustaba la puntualidad era una de sus señas de identidad al igual que la disciplina.  No le hacía falta buscar la puerta de embarque conocía bien aquellos pasillos que podían parecer laberinticos.  John recorrió los últimos metros con paso firme en la puerta pudo ver a la comitiva que esperaba a la cual saludo mientras presentaba sus credenciales.

Rachna había localizado la acicalada calva del Primer Oficial. Una suerte, porque aquel maldito arsenal era un laberinto. Le siguió a una distancia prudencial y cuando por fin llegaron a la puerta de embarque, esperó su turno para entrar enseñando las oportunas credenciales. 

Una vez en la zona de espera saludó a Tigh con cabeceo y un escueto: [color=#0000BF]Señor... [/color]

   Isaac se acercó al punto de encuentro junto con Bram. Charlaban y se contaban lo que dos soldados podían contarse: batallitas. Ya habían realizado la petición que el Capitán de Navío les había ordenado. Aquellos que debían embarcar ya habían sido puestos sobre aviso según el oficial que estaba destinado en el Puente. Al acercarse reconoció a dos oficiales que habían estado antes junto al Capitán de Navío. Cuadrandose, les saludó a ambos.

   - Capitán de Fraga - dirigiendose a Tigh. - Capitán - Dirigiendose a Rachna. 

   Después de presentarse, se colocó en un segundo plano a esperar al resto que debía ser transportado, en aquella pinaza, a la Génesis.

Bram había estado escuchando con atención al sargento, asintiendo a sus palabras, cuando finalmente llegaron hasta la lanzadera. Casi al tiempo había llegado quien reconoció como el capitán de fragata Jonh Tight. A la que poco después le acompañó otra de las oficiales, una capitán, a la que había visto en el convite.

Al cuadrarse el sargento, el cabo primero hizo lo propio.

- Capitán de fragata. Capitán.

En los asientos hay unas carpetas. Azules, con la foto del "proyecto", esa que estaba proyectada al fondo del hangar donde la recepción. En todas ponen un nombre. Cada una donde por protocolo les tocaría sentarse. De las 10, sólo en 5. En una hay un montón de libros y manuales de ingeniería. Las tres más adelantadas, las que corresponderían a los más altos mandos están sin nada excepto una almohadilla de esas para la nuca. Una almohada de viaje.

Faltan pocos minutos par el despegue y aún falta gente.