Partida Rol por web

Me parece que esto podría arreglarse... Comento por las comunicaciones en voz baja refiriéndome a la atmosfera del compartimiento. Vamos, digo que tenemos un tecno-sacerdote de los mejores que hay y creo saber dónde está el control de la cubierta. Señalo con el Hellgun hacia una escotilla de pequeño tamaño que hay al fondo de la cubierta y luego a unos cristales ahumados que hay arriba del todo de esa pared. Los cristales parecían haber sufrido algunos impactos de bala, pues tenían marcas y algunas grietas menores. Tampoco importaba mucho pues todos los materiales de las cubiertas estaban hechos para durar y evitar las descompresiones. Todas las naves imperiales siguen ciertos patrones con respecto al modelo base que emplean... Voy contando mientras camino por la cubierta hacia esa puerta, ahora con el rifle bien agarrado y preparado. ...por lo que todas son en gran medida similares y BLA BLA BLA BLA. Lo se, apasionante... Pfffff....

Una vez apoyado en el mamparo me fijé en la puerta si se podía abrir y que clase de cerradura tenía, le hice un gesto a Slavick para que la observara y mientras me concentré, empleando mis habilidades para intentar detectar si en las proximidades, en un radio de 50 metros, había alguna señal de vida. Mi mente hizo un barrido, viendo en cada pequeño rincón, pasando a una visión externa a mi cuerpo, donde todo eran formas fluidas y distorsionadas, similares al humo pero mucho más oscuras, en un plano en tonos oscuros y tenebrosos... Y ahí, con unas manchas grandes y rojas igualmente fluidas como el alcohol al diluirse en el agua, estábamos nosotros y los pilotos. Pero... ¿No sería eso algo de vida? Mi mente se concentró explorando todo lo que alcanzaba.

Guiados por Crairman llegaron hasta una pequeña sala de control, los cristales habían sido dañados pero se mantenían intactos, en su interior se veían algunos cuerpos. Había algunos ordenadores aún funcionando y un cable colgaba del techo, chisporroteando. Mejor evitarlo.

La escotilla que franqueaba el acceso estaba cerrada, una cerradura electrónica bloqueaba su apertura. Parece que llegaba el turno del tecnosacerdote. Linus hizo un barrido con el auspex.

Demasiados cuerpos, imposible aclarar nada.

Abrí los ojos tras el comentario del Doctor asintiendo dentro de mi traje ante su comentario. Estamos solos, al menos por ahora, no detecto nada. La verdad es que tantos cuerpos eran una severa molestia, tanto porque ya era bastante complicado caminar entre ellos en aquel estado como porque no alegraban la vista precisamente. Aquello me dio una idea. Bueno si abrimos esta compuerta y accedemos al control, podríamos generar un poco de presión en la cubierta y luego despresurizarla, así los sacaríamos a todos de golpe fuera. Nosotros dentro de la cabina estaríamos a salvo, y la nave con sus anclajes también estaría fijada a la cubierta. Me encojo de hombros en un pesado movimiento debido al traje. Luego solo es cuestión de establecer una atmosfera. ¿Os parece?

Sería buena cosa liberar de objetos y bultos innecesarios aquel lugar, por si en algún momento había que volver a toda velocidad a la nave. Nunca estaba de más tener el camino despejado. ¿Alguien sabe forzar cerraduras compañeros? Si hace falta puedo cortar con mi soplete la cerradura, pero entonces ya no sería un lugar estanco. Solo esperaba que no hubiera enemigos en aquel lugar, porque de haberlos y desatarse un tiroteo, con aquellos trajes al minimo impacto nos despresurizariamos y moririamos al instante.

Nicodemus avanza pesadamente con la armadura de guardia imperial. El anclaje magnético es algo que nunca había tenido que probar y ahora se nota su falta de experiencia. Al llegar a la puerta echa mano de su mochila y saca un aparato que parece poder adaptarse al mecanismo de cierre: Yo puedo intentarlo con mi amiga, se aprende cosas curiosas de pandillero de colmena....pero lo de despresurizar no me gusta, podemos echar al espacio a inocentes o cosas de las que busca el doctor.

-Yo me encargo amigos.-

dijo Slavick. El tecnosacerdote se acercó a la cerradura y sacó su multillave. Comenzó a hurgar en el dispositivo y a hacer memoria de cómo se burlaba la seguridad y se abrían aquellos cacharros. Debió de mirar mal en los recovecos de su inteligencia porque no halló el modo. Una cosa era trastear con titanes -algo que se le daba bien- y otra muy diferente abrir una puñetera puerta -algo presuntamente fácil-.

Si no hubiera estado cubierto por el traje, los diversos injertos y un respirador, se hubiera puesto colorado por la vergüenza. Él, que se suponía que era todo un experto, era incapaz de abrir una miserable puerta.

- Emmm... no se abre.-

atinó a decir.

El tecnosacerdote se aproximó a la cerradura, parecía más cómodo trabajar sin gravedad, los objetos eran infinitamente más ligeros. En cuanto se acostumbrara a caminar en ella, todo sería más fácil. Introdujo la multillave e inició su magia, Nicodemus y Linus vigilaban. Demasiadas cosas se movían en aquel hangar, incluidos los pilotos en el interior de la nave, que barrían la zona iluminando con el foco. Benita fuera esa luz. Mientras tanto Crairman se concentró...

Algo ocurrió, y todos se alarmaron. Fueron golpeados por una fuerza inesperada, al igual que los cadáveres, cajas, herramientas, repuestos, bidones, cables, arpones y demás maquinaria del hangar. Todo lo que no estaba sujeto fue proyectado hacia arriba, incluida la multillave del tecnosacerdote, que desgarró la cerradura, inutilizándola.

Vaaayaaaaa. ¿Que ha sido eso? Por el Trono que aquí ocurren cosas muy raras chicos. Digo como si no supiera que lo de la movida con las cajas y todo lo demás ha sido por mi culta. Ya sabéis, el vacio a veces es imprevisible. Jejeje. Busco entre mi equipo y saco de ahí el soplete de energía laser que llevaba conmigo. ¿Procedemos con el plan "B"? Creo que con cortar alrededor de la cerradura bastará.

De repente una oleada de ¿aire?¿gravedad? sacude toda la zona y Nicodemus teme acabar dando tumbos por la nave perolas botas magnéticas de la armadura le anclan al suelo. Mira de reojo a Crairman pensando que el psíquico puede haber llamado a la disformidad como ha pasado otras veces pero no, deben de haberles atacado, lo que quiera que sea no les gusta su presencia.

- Atentos, puede que nos estén esperando detrás de la puerta, y apunta con su arma a la misma. Pero Anton pierde la multillave y el sistema se bloquea. Hay cosas que no se aprenden en los libros; será mejor el plan B, dice mirando ahora al psíquico.

- Que conste, no ha sido culpa mía. A saber qué narices está pasando en ésta nave...-

comentó Slavick instantes después de que fueran sorprendidos por una misteriosa fuerza que lanzó bien lejos su multillave. El tecnosacerdote empuñó su rifle láser y se apartó un poco de la puerta.

- Corta.-

dijo mirando a su camarada psíquico mientras apuntaba a la puerta para cubrirle cuando se abriera.

- Será mejor que estemos preparados, aquí pasa algo raro raro.-

les sugirió

Jejejeje. Me encanta hacer estas cosas. Comento mientras saco el soplete y corto la escotilla con mucho cuidado. El proceso dura apenas 20 segundos, pues el haz laser es tan potente que se come toda la superficie metálica como si fuera mantequilla. El laser, rojo intenso, derrite el metal de la puerta sin chispa alguna debido a la falta de oxigeno. Cuando he acabado, los bordes fundidos de las partes seccionadas de la escotilla están incandescentes en tonos rojos y blancos mientras rápidamente se enfrían con el frio del vacío. Listos. Y.... abrimos. Señalo mientras doy un tirón a la escotilla para abrirla. Nada más realizar el gesto, clavo rodilla en tierra y apunto con el rifle laser al interior.

Llevó más tiempo de lo previsto abrir la puerta, pues en el interior se había mantenido la presión, y aire. Aunque Linus analizó el aire con el auspex. 0,7% de oxígeno, el resto era nitrógeno y dióxido de carbono; quien estuviera dentro se había asfixiado ante la insuficiencia de aire respirable. Por ello la puerta tardó en abrirse, al vibración de la misma, y cierta deformación producida por la repentina pérdida de presión a través de la brecha, dificultó al tarea; finalmente se abrió.

Esta sala no era más que un habitáculo lleno de pantallas y teclados, había tres sillas adheridas al suelo y repartidas entre las distintas computadoras, en el interior había cuatro cadáveres: tres mujeres y un hombre. Dos de las mujeres habían recibido impactos de bala, pero los otros dos estaban muertos sin causa aparente. No presentaban aspecto de congelación, pero no tardaron en hacerlo cuando el frío espacial inundó la sala.

Estaba en muy buen aspecto, sin marcas de desperfectos en apariencia. Un emblema del Adeptus Arbitres estaba pintado en la pared principal de la sala. Los ordenadores, encendidos, estaban a su alcance.

Nicdemus se plantó en medio de la puerta cuando se abrió y barrió la sala buscando enemigos o supervivientes. Era inútil, esta nave parecía un tumba flotante...pero no podía descuidarse por si se habían escondido. Haciendo un gesto a los demás para que esperaran entró y registro toda la habitación. Estaba claro que estaban solos por lo que permitió que los demás entraran.

- Hay un símbolo del Adeptus Arbites pero nada más, dice como si fuera algo normal.

Anton entró en la sala cuando su compañero Nicodemus hizo un gesto para dar a entender que no había peligro. Entonces vio a los cadáveres. No le tranquilizó precisamente, sobre todo al ver que un par de ellos no tenían heridas aparentes.

- Hummmm... ¿Qué creeis que ha sucedido con estos?. No les han disparado, ni presentan cortes, ¿quizá envenenamiento?¿Ataque cerebral?.-

dijo planteando varias hipótesis. Él no entendía demasiado de personas, prefería las máquinas, que eran igual de complejas pero mucho menos impredecibles que los humanos.

- Según el doctor el aire estaba enrarecido, podrían haberlos matados por falta de oxígeno.