Partida Rol por web

¡Hay un primigenio en mi sopa!

VII - FeB - El Guardián de mi Hermano

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22/01/2022, 11:28
Rutherford

—Sí, la he enseñado bien, ¿verdad, Alexandra? —añade un sigiloso Rutherford emergiendo de las sombras con una mano en el bolsillo de su gabardina. 

Sonríe como un gato juguetón al elenco.

—La caricatura, por cierto, es mía. Todavía se le resiste reflejar humor descarnado en su obra pictórica. Pero es muy joven. Solo necesita tiempo. Y mi excelso magisterio, por supuesto.

>> Soy el señor Triple R. Encantado, por cierto, ¿señor...?

Rutherford clava su mirada en Korsgaard y el espacio entre ambos implosiona con el elocuente mensaje que transportan esos ojos azules ocultos tras unas gafas de sol graduadas, quizás con detector de debilidades incorporado.

SURPRISE. MOTHERFUCKER.

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24/01/2022, 23:07
Miss Kukoo

Me gustaría poder dar el gusto a todas y cada una de las sensaciones que en ese momento me están colmando por completo y que cual sistema de alarma contra incendios encienden todas y cada una de mis sirenas internas, todas con el mismo mensaje: "Tienes que huir de aquí". Pero en un plano más consciente de acción solo puedo permitirme sentir alivio, un inmenso alivio, al ver a Alex en ese sillón dibujando plácidamente.

Entro a la habitación con una cautela inhumana, tiesa. La mano en la gabardina de Rex no me deja tranquila, tampoco la actitud del doctor todo el camino de ida ni la del hermano de Alex, si es que es el hermano de Alex. Soy una crédula y un verdadero desastre, dos segundos de lucidez dentro de mi infierno personal me lo hacen ver.

Me mantengo en un rincón de la habitación con una mano sosteniéndome el codo y la otra sobre la boca, expectante: aquí hay mucha porcelana y dos o tres toros dispuestos a hacer lío. Puedo deducir que Rex a abierto la puerta con algún truco de lobo viejo. -¿Qué está ocurriendo aquí? Señor Rutherford, doctor, ¿Qué se traen ustedes? -inquiero con inocencia. Espero a que Samuel se presente, pero mientras tanto me voy acercando a la niña.

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25/01/2022, 04:39
Dr. Kristian Korsgaard

Mientras subían al departamento, Korsgaard no ocultó alguna mirada de ligero, casi imperceptible, fastidio hacia el señor White. Cuando llegaron frente a la puerta, sin embargo, coincidiendo con la pregunta de Samuel acerca de los amigos comunes, se llevó el dedo índice a los labios, en señal de silencio, luego sacó su teléfono y lo apagó antes de entrar.

Una vez dentro, observó brevemente a Alex. Un ligero escalofrío recorrió la espalda de Korsgaard. Era satisfacción; no sólo por ver allí a la niña, sino también por darse cuenta de que esta vez había burlado el engaño. Al menos hasta que escuchó la voz de Rutherford. Eso, en realidad, sólo le produjo más placer. Mucho más placer. Un placer salvaje y maldito.

Para celebrar esa pequeña reunión, el doctor dejó el maletín en el suelo y se ajustó una vez más las mangas de la camisa. Miró a Rutherford.

—Le presento a uno de nuestros amigos comunes, señor White, ya que estaba tan interesado.

Después le habló a Victoria, aunque sin dejar de mirar a Rutherford.

—Descuide, señorita Liebermann, no hay nada que temer. Todo está bien. ¿Verdad, señorita Collins? —dijo dirigiéndose por primera vez a la niña. Ella sabía, ella era de los suyos, era única—. ¿Verdad que estaremos bien, señorita Collins?

Korsgaard no se había movido del sitio y en todo momento siguió mirando a Rutherford, sin desviar la mirada de él un solo segundo.

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28/01/2022, 13:32
Samuel

Samuel pasa la mirada por los ocupantes de la habitación como si se hallase de improviso en la secuencia final de un spaguetti western de Sergio Leone.

—Eh... Hum. Mi nombre es Samuel White, señor R. Bonito sombrero. Un poco inusual en esta época del año, no obstante. Dígame, ¿es normal esta tensión que se masca en el ambiente?

El joven parecía ajeno a la situación de un modo que pudiera resultar irónico.

—¿Hay alguien escondido en el armario ropero? ¿Quizás alguien aguardando en el interior del frigorífico? ¿Cuántos son ustedes? —inquirió con sorna mientras se acercaba a Alex con las manos en los bolsillos y una sonrisa en los labios—. Caray, sí que han organizado todo un numerito para rescatar a la pequeña. Eres una chica con suerte, ¿sabes, Lex? Creo que te llamaré Lex, sí. ¿Te gusta que te llame Lex? —preguntó mientras alborotaba el cabello a la niña.

Fue el momento en el que Alex miró por primera vez a Samuel.

Alex, por supuesto, ni se inmutó. Solo alzó la cabeza, estableció contacto visual y... Samuel se dio de bruces con una conciencia enterrada bajo varias capas de amianto.

—Pues sí, nos ha salido callada —dijo con desparpajo.

No perdía la sonrisa.

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28/01/2022, 13:40
Rutherford

—Entrañable. No hay nada como un reencuentro familiar para ablandar los corazones —dijo Rutherford, su sonrisa bastante más enigmática y peligrosa que la de Samuel, vistos los antecedentes.

Giró su rostro a Victoria.

—Creo que el protocolo de actuación era, y cito textualmente, advertir al Rabino y a mi entrañable persona de algún cambio sustantivo en la situación de nuestra investigación sobre el pasado de la joven Collins —dijo ladeando la cabeza de tal modo que su afirmación se tornó pronto en reproche.

—Existe una diferencia esencial entre el Rabino y un servidor, señora Liebermann. Yo no transijo de ninguna forma con la insubordinación —Rutherford lanzó una mirada cargada de significado a Korsgaard—. Yo exijo lealtad absoluta.

Tampoco perdió la sonrisa.

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28/01/2022, 13:45
Samuel

—Disculpe, señor R. Es White.

Samuel se ajustó las gafas con un toque de su dedo anular.

—Alexandra White. Y debo reseñar que encuentro apropiado que tengan ustedes contacto con un rabino. Alguien debe oficiar su funeral, ¿no creen?

*Click*

Luces fuera.

La habitación quedó sumida en una absoluta oscuridad, a salvo de la pantalla en la que Alex se afanaba por continuar su dibujo, tan abstraída que parecía una efigie etérea en el centro del salón.

El reflejo de las gafas de Samuel aún permitían ubicarle en la estancia. Una sombra en movimiento.

*Toc, toc*

Alguien llamó a la puerta al modo tradicional.

*Toc, toc... Toc*

Incluso, con un dilatado y bien pulido énfasis.

—A decir verdad... Tampoco he venido solo —dejó caer su voz mientras se escuchaban sus pasos deslizándose escurridizos por la habitación.

Notas de juego

Bueno, bueno, bueno... Aparcamos las milongas.

Llegó la hora de la verdad.

Seré sincero: desde mi óptica de veterano investigador de los Mitos, esta escena tiene altísimas probabilidades de acabar fatal para vosotros. Lo digo para que no estéis engañados. Sois tan solo dos. Tres, si contamos a RRR. MUY bien se tiene que dar el asunto para que salgáis de esta situación deweyana con vida... PERO, podéis jugar de modo épico, cosa que os animo a hacer. No hay nada de malo en morir a lo grande. ANTES AL CONTRARIO.

Sois vosotros los que vais a asistir al final oficial de la aventura. Según lo que hagáis pueden pasar una de tres posibles cosas, no necesariamente buenas ninguna de ellas, por cierto.

Me detengo aquí para saber bien qué hacéis. Os describiré con todo lujo de detalles el piso franco y podéis añadir vosotros detalles propios si lo deseáis. Así queda todo más orgánico en la narración.

Ánimo, que acabamos esta próxima semana seguro ^^

Por lo pronto, Samuel va a hacer una tirada de Sigilo en su próxima intervención para dirimir su actuación. Y, por supuesto, alguien llama a la puerta. Podéis narrar, porque así os lo confirmaré, que la luz se ha ido en todo el edificio.

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28/01/2022, 15:23
Dr. Kristian Korsgaard
- Tiradas (1)

Notas de juego

Empezamos con la tirada de Sentir el peligro. Voy a tirar la casa por la ventana por si acaso saliera un 1: uso los 7 fucking points. ¿Acojonado? Na, es que quiero asegurarme que la sangre vuele. A la mierda, hombre. XDDDD

JOJOJOJO, UN PUTO 6. There. Will. Be. Blood. A ver qué pasa después con la Escaramuza vs. Armas.

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28/01/2022, 18:18
Director

Notas de juego

ME PARTO YO SOLO. ¡AAJAJAAJAAJAJAAJAJA!

Quemando los puntos como un auténtico son of a gun, sí, señor.

Venga, allá vamos con la de Armas/Escaramuza. Esta la hago yo en reactivo, pero sí te aviso de que voy a quemar 4 puntos de la reserva de Samuel como un campeón xDDDDDDDDDDDD. Eso sí, comento: la secuencia completa sería:

1) ¿Ve Korsgaard a Samuel? Confirmamos que sí (TIRADÓN).

2) ¿Logra atacar Korsgaard a Samuel? Vamos a averiguarlo con la enfrentada Armas/Escaramuza.

Y 3) ¿Cómo de grave es la herida que le inflige Korsgaard a Samuel? Esto se resuelve con 1D6 de daño por bisturí si vences a Sam en tu tirada de Armas ;-)

Ojo ahí porque pudiera salirte un daño ridículo y te las tendrás que ver de nuevo con Samuel (peligrosa amenaza, ojo (???)). Administra tu reserva sabiamente, Psycho Spu... ¡O NO! ¡Y QUE SALGA EL SOL POR ANTEQUERAAAAAA! xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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28/01/2022, 18:36
Dr. Kristian Korsgaard
- Tiradas (1)

Notas de juego

Venga, pues hago tirada de armas y luego tú haces Escaramuza: con ese resultado al menos puedo narrar el primer asalto :)

Uso 4 puntos de la reserva de Armas para el primer asalto, para igualar los puntos de Escaramuza de Samuel...

AAAAARRRRRGGGGGGGGGGGHHHHHH NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Jajaja, el destino se ríe en mi cara: he encontrado a Samuel sólo para que él me pueda joder. XD

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28/01/2022, 20:51
Director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Me encanta cuando mis planes salen... 

*Dewey tira el dado en pie*

YEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!!

HARIKENKIIIIIIICK!!!

Dewey combo-wombos his fellow Disco Spu!

Estoy llorando de la risa ahora mismo.

Pero a lágrima viva, oiga.

Puedes narrar tu miserable ataque, doctor. Ya me encargaré de enseñarte mi kung fu ;-P

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28/01/2022, 23:21
Dr. Kristian Korsgaard

La rabia se había ido cociendo a fuego lento durante toda la tarde en el interior del doctor Korsgaard, desde aquel encuentro desafortunado en la universidad, pasando por aquella importuna llamada telefónica hasta llegar a aquel irritante mensaje telefónico. Aquellos tres elementos habían tensado la fina cuerda de la cordura del doctor en tres direcciones opuestas y, finalmente, aquel enano con gafas de pasta había sido el último impulso necesario para hacer saltar por los aires algo más que los fusibles que en ese momento alguien apagó.

Desde que lo vio por primera vez, Korsgaard tenía el bisturí bajo la manga, listo para ser utilizado. No había tenido del todo claro contra quién lo usaría desde que lo guardó allí, y varios nombres y rostros pasaron como candidatos durante esos minutos. Sin embargo, el candidato final fue el señor White.

Con una mirada felina, y a pesar de la oscuridad reinante, el doctor pudo seguir sin problemas el rastro de Samuel White en la penumbra. No le interesaba quién llamaba a la puerta, no le interesaba en ese momento Alex, ni Rutherford, ni la señorita Liebermann, sólo le interesaba sentir la sangre caliente del señor White corriendo por sus manos. Eso era lo que necesitaba: sentir sangre. Lo que el doctor tenía, en realidad, era un intenso «síndrome de abstinencia» al cual ahora pensaba poner fin. Con la sangre de otros o con la suya.

Se abalanzó como un silencioso tigre de bengala sobre White, dispuesto a cortarle la yugular. En ese momento, el doctor estaba encaprichado con cortar una arteria, pues así el chorro de sangre saldría profusamente, como un grifo, como el grifo de rabia que acababa de abrir en su interior. Sin embargo, una vez que tuvo a White a su alcance...

Notas de juego

Y ahí lo dejo para el contraataque deweyano... XD

Ya estoy sembrando un poquito en el post para que se sepa que Korsgaard, en cierto sentido, incluso puede llegar a disfrutar de su propia muerte. Maldito degenerado.

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04/02/2022, 20:46
Samuel

...Samuel detuvo la muñeca del Dr. Korsgaard, la hoja del escalpelo quedando a escasos centímetros de su yugular. Creía el buen doctor que solo él se había desprovisto de su piel de cordero en aquella velada llamada a entonar el blues de la sangre de cerdo, pero aun en la penumbra de aquel apartamento situado convenientemente en el barrio de Red Hook (¡MÁS RED QUE NUNCA!), los ojos de Korsgaard repararon en que ante sí tenía a un igual observándole con la misma malsana curiosidad que él dispensaba a los difuntos, con la única diferencia apreciable de que Samuel White lo hacía tras el centelleante acero meteórico del que parecían estar hechas sus pupilas.

—Directo a la yugular... ¿También es asesino? ¿Un hobby quizás? Lo suyo es verdaderamente multidisciplinar, doctor...

La chanza de Samuel no esperó respuesta. Fue seguida de un fugaz pero contundente quiebro de muñeca que no solo deshizo la otrora perfecta armonía finamente trazada entre mangas de chaqueta y camisa de Korsgaard, sino que fue a alojar la pequeña pero afiladísima hoja del bisturí en la mejilla del doctor.

Puto niñato.

—Sonría —dijo Samuel con un deje travieso.

Luego el bisturí rasgó con un sencillo trazo el rostro ceniciento del buen doctor hasta la comisura de los labios. La sangre, como deseosa de hacer su primera intervención esta noche, pareció emerger en todo su esplendor, fresca y salvaje, pintando el rostro de Samuel con la tintura de la guerra.

El olor era embriagador, dulzón y metálico.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me detengo aquí porque esto es un tango mortífero.

Narra tu reacción a la devastación facial que has sufrido y, solo si lo consideras procedente, haz una tirada de Estabilidad because of reasons. Aquí no estamos midiendo la locura en alguien sano, sino la ruptura de la caja negra en un psicópata. Siéntete libre.

Creo poder afirmar que mañana volveré a pasarme por aquí, pero puedes tomarte unos días para pensar qué me respondes ;-)

Por cierto, menuda tarascada... Nothing personal, you know :-D

Haré de PNJ con Queenzie este finde para narrarte su destino final. Está ella ahora muy liada en casa para poder seguirnos la pista ;-)

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05/02/2022, 16:36
Dr. Kristian Korsgaard

Kristian Korsgaard llevaba décadas saboreando las mieles de la muerte y la sangre ajena. Su propia sangre se bombeaba como en una vorágine cada vez que tenía que tratar con aquellos elementos, algo que era diario en su práctica. Sus días, efectivamente, habían estados llenos de placer desde muchos años atrás, cuando puso fin al sufrimiento de su pequeño y enfermo hermano.

Sin embargo, al sentir su propio bisturí desgarrando sin gran impedimento su músculo buccinador (musculus buccinator) hasta casi llegar al músculo orbicular de la boca (musculus orbicularis oris), notó un placer completamente nuevo, completamente diferente y, hasta ese momento, completamente desconocido: el placer de la autolesión. En ese momento, mientras el dolor le punzaba como un infierno descarnado su mejilla, descubrió una verdad reveladora: su deseo por los cadáveres y la sangre ajena era sólo un placer vicario, un sustitutivo de un placer mucho más poderoso, mucho más fuerte, tan atractivo como destructivo; esto es, la propia muerte.

Por ello, sentir los nervios y los músculos de la cara siendo desgarrados por su propio filoso bisturí, sentir la sangre que salía despedida en la oscuridad, ese calor propio exudando en varias direcciones, sentir la proximidad de su propia muerte... Todo ello le produjo una instantánea y poderosa erección.

Mientras abría los ojos de forma que parecían dos globos a punto de explotar, de su boca, ahora abierta también por un lateral, salió un aliento poderoso, un aliento de placer que rápidamente se transformó en un grito que rápidamente se transformó en una carcajada hasta convertirse en aquellas tres cosas al mismo tiempo: aliento, grito y risa. No, en ninguno de esos tres sonidos podía apreciarse dolor, sino más bien un placer psicótico, un placer arrancado a las profundidades del infierno. Cualquiera que escuchara aquella triple exhalación delirante debería sentir una mezcla de pánico y depresión, un vacío existencial nihilista.

El placer erótico por la propia y sangrienta muerte. El narcisismo llevado hasta la cumbre de la nihilista perversión autolesiva.

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12/02/2022, 19:41
Narrador

Habrá sangre...

Predijo el lechero.

Notas de juego

*Entramos en modo narrativo y terminal, dama y caballero. Les dejo, si gustan, un epílogo al terminar todo lo que sucede a continuación. Lo que quede sin significado aparente podéis preguntármelo en el Off*

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12/02/2022, 19:45
Alex

Un reguero de sangre rocía con pequeñas perlas carmesíes la pantalla de la tablet de esa artista decadente llamada Alexandra White. Es la sangre de Kristian Korsgaard, derramada como una cortina de lluvia levantada por un furioso conductor de taxi neoyorquino al atravesar un charco de agua estancada. Para Alex, se trata de néctar del oscuro ser que anida en el interior del pozo y que le habla en sus sueños más salvajes.

Llevando un pequeño e inocente dedo a la pantalla, Alex arrastra con la yema toda la sangre que le es posible y la desliza con un ávido gesto de fruición a sus labios. Su boca estalla en una miríada de placenteros matices. Le sabe dulce esta singular miel arterial, y casi al instante de paladearla, su espina dorsal se contrae de modo involuntario en un insoportable y temprano orgasmo como jamás volverá a sentir en su vida, pues para Alexandra el sexo jamás deparará el gozo que le supondrá degustar la carne por sí misma.

Este es su legado.

Esta es su herencia de sangre.

Una mano se cierne sobre ella, agarrándola del antebrazo.

La mujer rubia de un solo ojo tira de ella mientras dice que deben salir, que deben huir.

Alex sabe bien que no hay escapatoria del Ser del Pozo.

La familia debe permanecer unida.

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12/02/2022, 19:54
Rutherford

Rex Randall Rutherford desenfunda sus dos Colts del calibre 45 ACP y confía en que Korsgaard, ese perro traidor, tenga una oportunidad, porque lo cierto es que ahora mismo su prioridad es sacar de ahí a Victoria y a la niña. Apunta a la puerta del apartamento siguiendo su instinto y abre fuego.

¡TCHUD-TCHUD-TCHUD-TCHUD!

Silban las balas silenciadas en una tormenta de plomo que atraviesa el vestíbulo.

Rutherford es perro viejo y aguarda la ráfaga proveniente del pasillo.

¡KA-BLAAAM! 

La puerta salta en mil pedazos ante el bramido de una escopeta. ¿Una Mossberg? Ssssííí... Esas pequeñas son inconfundibles para Triple R.

El ex CIA aún tiene mucho para repartir y empieza a disparar emboscado tras la encimera de la cocina americana.

¡TCHUD-TCHUD-TCHUD!

—¡Liebermann! ¡Sáquela por detrás! ¡La cubro!

Los asaltantes tienen un opinión muy diferente, claro.

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12/02/2022, 20:04
Junior

Una mole humana accede al interior del apartamento y abre fuego sin piedad contra Rutherford con la Mossberg.

*¡KA-BLAAAAM! ¡KA-BLAAAAAM!*

No apunta, solo se cerciora de que Rutherford no abandona su cobertura. Fuego de supresión. Una sombra escurridiza accede al apartamento inadvertida al tiempo que se desata el infierno.

Victoria, paralizada de terror al escuchar los pasos retumbar en el suelo, observa atónita a este coloso, una abominación de más de dos metros de estatura y con la complexión de un zaguero de un equipo de fútbol americano profesional. Su piel, de una tonalidad rojiza como la arcilla mojada, está cuarteada, agrietada,

—¡DEEEEEEEEVOLME'MEEEEE A MI HEM'MANITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! —grita con la voz de una deidad bélica con alguna marcada deficiencia mental.

Su rostro debe ser una máscara.

Debe serlo... ¿Verdad?

Victoria lanza un grito ahogado cuando el coloso la noquea con un golpe seco con el dorso de la mano. La noche se hace eterna para ella. Su parche cae al suelo. La herida vuelve a sangrar por acción del aterrador impacto.

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12/02/2022, 20:17
Rutherford

Rutherford aprieta los dientes mientras agradece que sus gafas de sol estén graduadas. Ha contado los estallidos de muerte vomitados por el ánima de la Mossberg y la suma arroja un balance claro: sin munición. Como dato particular, Rutherford se percata de que está sudando como un cerdo. Raro en él, dada su naturaleza ofidia. ¿Por qué hace tanto calor en esta condenada habitación?

El espía, hombre orgulloso de su arsenal portátil, se dispone a devolver el golpe cuando por fin logra atisbar a su objetivo.

Oh, bien... Tienen al Yeti...

Antes de que proceda a dispensar a la bestia el mejor tratamiento calmante que ha creado el hombre -me refiero a la intoxicación por plomo-, intercede un indocumentado en el lance que altera toda su estrategia.

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12/02/2022, 20:24
Jeremiah

Boooooooooooooooooooooooooooooy! —grazna un anciano con aspecto de cuáquero al tiempo que extiende una mano temblorosa y cierra el puño con vehemencia en dirección a Rutherford.

El gigante gruñe fijando la vista en el hombrecillo del sombrero que parece querer hacerle frente, pero en lugar de abalanzarse contra él para buscar el cuerpo a cuerpo, deja hacer a Pa.

La temperatura en el apartamento asciende súbitamente por encima de los 52 grados centígrados, concentrándose en las manos de Rex Randall Rutherford. El pistolero nada puede hacer frente a las energías arcanas que emergen indómitas de los huesudos dedos del viejo cuáquero. El metal de las armas se funden con la carne y el hueso en un suplicio que despierta el más agónico grito emitido jamás por un agente de la CIA.

—Aclaremos una cosa: Mi hija se viene con su verdadero padre... Ahora —escupe el viejo dejando escapar una risilla desagradable—. Junior, la moza se viene con nosotros. Tenemos una promesa que honrar... ¡Y los White siempre cumplen lo prometido! ¡JA! ¡Isaiah! ¡Sammie! ¡Andando! ¡Ya hemos dejado demasiados cadáveres! En cuanto a usted, señor agente del Gobierno... Dígale a los suyos que hay más White de los que piensan... Heheheheheheeee...

La risa del anciano resuena como lúgubre eco en el apartamento al tiempo que parece divertirse observando a Rutherford mirar pasmado sus propias manos a medio derretir. 

Con solemnidad, el viejo tiende la mano a Alex.

—Al fin nos encontramos, pequeña... Ssssssííííí... La Voz del Padre debe guiarte... Tienes un destino que cumplir...

La niña, su rostro hundido en la más absoluta indiferencia, toma la mano de su progenitor, al que reconocer por la pulsión compartida, una que subyace tras la mirada depredadora.

El titán se echa a hombros a una inerte Victoria Liebermann y avanza tras su progenitor. Al fin ha conocido a su hermanita pequeña.

¿Y Korsgaard?

¿Qué es de Korsgaard?

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12/02/2022, 21:21
Samuel

—Doc, ¿sabe qué? Debería completar esa sonrisa... —apunta el perverso Samuel ajustándose sus gafas tras la escaramuza. Un centelleante reflejo en el cristal reluce el azul de sus ojos inmisericordes, ajenos, ahora condenadamente familiares.

Los ojos de un White.

Los ojos de Alex.

—Mi padre y hermano le ayudará... ¿No es así?

La pregunta va dirigida a una sombra agazapada tras Korsgaard.