Partida Rol por web

-Entonces tenemos un plan- respondí después de las respuestas de DRK, Flarl y Greekh, en especial al ver como el trandoshano salía de la nave por si mismo, ahí agregué -Recuerda decirnos si no hay peligro afuera-.

Asalto por las zonas rurales, como en los viejos tiempos. Ya veremos si esos nuevos reclutas republicanos tienen la madera de los veteranos de las Guerras Mandalorianas.

Entonces se fijó en la Twi'lek, no había intercambiado muchas palabras desde la osadía del devaroniano. -Hey, chica-del-nombre-planetario, ¿estás lista o quieres revisar al droide una vez más?- Le preguntó para cerciorarse que no faltaba nada más que hacer con DRK, como se notaban sus dotes de técnica a pesar de no haber controlado al droide, a los segundos le hice otra pregunta -¿la chatarra voladora dice la verdad con respecto a su utilidad en el campo de batalla o lo silenciamos ahora mismo?- La verdad es que ya sabía que DRK tenía potencial para el combate, pero quería volver a amedrentar verbalmente al droide; siempre preferí las habilidades de nosotros 'los orgánicos' a la de esas chatarras.

No entendía qué pasaba, pero cuando traté de que la aeronave se pusiera en marcha, no lo conseguí a la primera. Por suerte sí lo hizo en el segundo intento, y esperé que se hubiera tratado de un fallo mío, ya que lo contrario significaba que ese cacharro podía dejarnos tirados en el peor de los momentos.

Alcancé las afueras de la ciudad sin dificultad, pudiendo aterrizar a pocos kilómetros de la ubicación original, en una colina. Las muestras de que aquel era un lugar en guerra no tardaron en aparecer y un escalofrío recorrió mi espina dorsal de arriba abajo.

Sin salir aún de la nave, el droide comenzó de nuevo a soltar datos, entre ellos el muy poco esperanzador porcentaje de supervivencia que nos daba. Para mi sorpresa, lo que yo consideraba una tasa baja no era tal para el cazarrecompensas, quien se unió a Carl en las preguntas a DRK.

Mientras este respondía a las distintas cuestiones, no me pasó desapercibida la apreciación del trashdosano sobre que le estábamos “retardando”, como no lo habían hecho sus palabras sobre mi habilidad. Así que antes de que saliera de la nave me dirigí a él.

Y pensar que me había parecido simpático en un principio.

- Desconocía que los de tu planeta acostumbran a hablar de lo que no saben. O puede que me esté equivocando, y realmente tienes conocimientos de pilotaje como para juzgar mi modo de hacerlo. – miré al resto brevemente, antes de volver a observar a la criatura de color verde. – Siendo así, te ocuparás tú de pilotar a partir de ahora, ya que tan mal piloto te parezco y tanto te molesto.

Miré entonces a Carl, quien me preguntó por el droide de un modo que me hizo enarcar una ceja.

No, si al final el tipo rojo será el agradable del grupo…

- Creía haberte dicho cómo te puedes referir a mí. Y no, no puedo saber si dice la verdad, aunque sería más correcto decir que no sé si la información con la que lo han programado es verdadera. Lo que sí sé es que tiene capacidad de combate. Hasta dónde llega esta... Tendremos que comprobarlo. – expliqué antes de volver a acercarme a DRK con el panel en mis manos. – Posee rutinas de combate y la posibilidad de ensamblarle armas blaster, podría sernos de ayuda aunque no sea la máquina de matar que dice que es.

Traté entonces de volver a reprogramarlo, esperando que dejara aquella risa de maníaco a un lado y actuara más a nuestro favor, tratando así mismo de ahondar en qué era lo que podía hacer.

Te asomas por la puerta de la lanzadera y no ves ninguna amenaza próxima, a un lado puedes ver la carretera que se dirige hacia Ord City perdiendose tras un revuelo y una colina. Por el otro la ruta campo a través pasa por un bosquecillo no demasiado frondoso.

De nuevo la twi'lek trató de reprogramar al droide sonda. De nuevo este pareció quedar muerto durante unos segundos pero esta vez no se reinició en su programa habitual si no en lo que parecía ser un modo menos agresivo. Su voz chillona se ha suavizado incluso pero durante el ajuste la joven técnico ha podido ver como una subrutina del droide se activaba durante unos segundos antes de borrarse, demasiado rápido para saber que era.

Buenas tardes miembros del equipo de cacería de Turganga el Hutt. Se presenta la unidad de sondeo y reconocimiento DRK 40/50 para servirles. En estos momentos les informo que la temperatura en la zona permanecerá estable y no se detecta actividad enemiga próxima. Ruego que me indiquen si desean que me quede comandando la lanzadera en esta posición o les acompañe. A nivel ofensivo dispongo de una pequeña pica eléctrica y capacidad para ensamblar hasta dos armas blaster, desgraciadamente no dispongo en estos momentos de dichas armas instaladas. Y con un tono de voz formal y compungido inimaginable hace unos momentos añade Disculpen las molestias que eso pueda causarles.

El comentario de Flarl me descolocó, aunque en el fondo era divertido. Enarqué una ceja aguardando una posible réplica, y para mi sorpresa ésta llegó sin pelos en la lengua. La twi'lek parecía realmente molesta, no sólo con que se pusiera en tela de juicio su pilotaje, sino también con su carencia de nombre y su habilidad con las máquinas. Parecía que se le estuvieran acumulando los motivos para estar nerviosa, y dado lo que tenía que ofrecer al equipo, no interesaba tenerla nerviosa.

A mí me ha parecido un buen vuelo, piloto. -Afirmé encogiéndome de hombros al pasar a su lado, mirando detenidamente al droide, primero torciendo mi rostro hacia un costado, y luego hacia el contrario- Una pica eléctrica, ¿eh? Quizás consiguiéndole ese par de blasters, mientras tanto yo le veo más utilidad a que pueda comandar la nave de forma remota y venir a buscarnos. Puedes darle una frecuencia de radio y contactaríamos con él en cuanto nos hiciéramos con un comunicador. Tenemos suficiente potencia de fuego sin él. -Propuse a la twi'lek, dirigiéndome a la salida de la nave- Es tu mascota, decide tú. Pero no nos hagas esperar, que tenemos un buen paseo por delante. -Exigí saliendo al exterior.

No parecía haber nada especial en aquella colina, simplemente dos caminos y sabíamos cual coger, el discreto.

- Parece despejado aquí fuera, podéis salir si ya tenéis todo listo. A este paso llegaremos para el entierro de nuestra presa. -  Miré a la Twi'Lek que esta vez si que había conseguido reprogramar el dron - Tranquila chica, no te enfades conmigo por una simple broma.

En cuanto decidieran si querían llevarse a la mascota o dejarla en la nave, y salieran todos. Partiríamos, empuñé la vibroespada preparado para cualquier peligro que pudiera aparecernos en el camino. Estaba ansioso por empezar a cortar cosas.

Salgo de la nave y me quedo junto a Flarl, la verdad es que el trandoshano no parece actuar como los otros de su raza, ¿será que no se crió con los suyos o qué?

-Muy bien, entonces...- Me dirigí a Flarl -...Ya que tu pareces más diestro, podrías dirigir la caminata. Estaré detrás tuyo con esta joya- Acto seguido empuñé el rifle pero me mantenía en posición de descanso, vamos, que no tenía a que apuntarle en el momento.

Ponieendoos en formación de marcha, con el transdoshano a la cabeza, os disponeis a abandonar la lanzadera dejanto a DRK al mando de la misma.

Por consejo de Flarl tomareis la opción de abrir vía campo a través cruzando por el bosquecillo hacia las afueras de Ord City. Es de esperar que de esta manera eviteis los puestos de control del gobierno martelliano, y lo que es más importante sus aliados republicanos.

Fue agradable escuchar al droide hablando en aquel otro tono, sin esta maniática risa que me taladraba los oídos. También me sorprendió gratamente la respuesta de Greekh ante mis habilidades como piloto, aunque no tardó en volver a hacer exigencias.

Bueno, algo es algo…

- Me parece bien, que se quede aquí hasta que logremos algo que poder ensamblarle. – respondí, antes de apuntar el código de DRK en mi módulo de datos para poder contactar con él de encontrar algún comunicador.

Ni siquiera respondí a las palabras del hombre verde, que quedaban muy lejos de lo que era una disculpa; además, continuaba metiendo prisa como si los demás no quisiéramos salir con vida de aquella.

Carl le cedió el mando de la expedición, y me situé en una posición inmediatamente anterior a la cola, consciente de que mis habilidades ofensivas eran prácticamente nulas. Aun así, empuñé mi pequeño blaster, por lo que pudiera pasar.

Así pues os poneis en marcha a través del bosquecillo. Avanzais durante buena parte de una hora sin encontrar ninguna señal de actividad militar o guerrillera. Finalmente llegais hasta un claro en el bosque en el que un pequeño terraplen baja hasta un arroyo.

La luz dorada del atardecer se refleja en el agua, da un color dorado a las hojas de los arboles y arranca un destello metálico a algo que se encuentra escondido entre los arboles al otro lado del cauce del pequeño arroyo. Eso es todo lo que necesitais los cuatro para daros cuenta de que algo no está funcionando bien. Casi por instinto os agachais cuando una descarga laser sale volando de entre los arboles. Mientras os levantais veis como cuatro hombres vestidos con trajes de camuflaje y empuñando fusiles laser .

¡A por ellos! ¡Son espías republicanos!

Tratando de aprovechar la sorpresa para eliminaros sin posibilidad de respuesta los cuatro guerrilleros toman posiciones de disparo al otro lado del arroyo para acabar con vosotros de una nueva ronda de disparos.

Tras la primera ráfaga de disparos nuestros heroes se disponen a vender cara sus pieles frente a aquellos quienes les han tendido la emboscada. El más rápido en saltar a la acción es Flarl Draktharr quien empuña su vibroespada listo para caer sobre los enemigos y cambiar las tornas del combate.

Llevábamos un buen rato caminando ya y no pasaba absolutamente nada, comenzaba a hacerse incluso aburrido. Todo cambio cuando llegamos a un claro, uno cualquiera como los muchos que habíamos pasado ya. Un destello me alertó de repente y por poco no consigo esquivar el disparo. Era un combate, por fin podría demostrar lo que valía con la espada en la mano. No me lo pensé dos veces y salí corriendo hacía los cuatro guerrilleros que nos retaban.

Llegué a la posición del que se encontraba mas a la derecha y me dispuse a atacarle con mi vibroespada, eso si, dejando angulo para que mis compañeros pudiesen acabar con el resto.

-Muy lentos malnacidos, ¡Os partiré en dos!

Llevábamos un buen rato caminando ya y no pasaba absolutamente nada, comenzaba a hacerse incluso aburrido. Todo cambio cuando llegamos a un claro, uno cualquiera como los muchos que habíamos pasado ya. Un destello me alertó de repente y por poco no consigo esquivar el disparo. Era un combate, por fin podría demostrar lo que valía con la espada en la mano. No me lo pensé dos veces y salí corriendo hacía los cuatro guerrilleros que nos retaban.

Llegué a la posición del que se encontraba mas a la derecha y me dispuse a atacarle con mi vibroespada, eso si, dejando angulo para que mis compañeros pudiesen acabar con el resto.

-Muy lentos malnacidos, ¡Os partiré en dos!

Flarl salió disparado saltando por encima del pequeño arroyo y subiendo por la ribera contraria hasta caer sobre el primero de los guerrilleros. Lanzando un grito de batalla hizo girar la vibroespada y la hoja zumbante del arma se hundió en el cuerpo del enemigo. La fuerza del ataque del transdoshano fue tal que acabó casi al instante con su adversario quien cayó muerto al suelo antes incluso de darse cuenta de lo que ocurría.