Partida Rol por web

 "Ha estallado la guerra", me dice Jose.

"¿Y?", le respondí yo.

Guerras entre el rebaño, no me importan. Que se maten, que conquisten, que esclavicen. A mí todo eso hace tiempo que dejó de importarme. Hay algo que me inquieta.

Monçada.

Corren historias sobre él, y ahora mismo tiene centrada su atención en mí. Debo ir a visitarle, aprovechando el tumulto de la guerra. Tal vez mi oferta pueda interesarle, y tal vez pueda ofrecerme algo. Cada vez estoy un poco más cerca de Eric, pero ¿porqué cada vez que le veo, noto algo raro? Me transmite malas vibraciones, mal karma. No sé qué tiene, pero si consigo acercarme a él, tengo la impresión de que necesitaré algo de ayuda para conseguir mis planes. Espero que Monçada lo comprenda. Pero antes de verle, hablaré con Marya, tal vez ella sepa algo sobre él. Seguro que sabe algo.

Por fin encontré al hombre que buscaba. Bueno, a la mujer. Se llama Ana, y tiene una mente increíblemente aguda para las finanzas. Podría levantar un imperio de la nada si quisiera. Ya he hablado con ella, hemos... discutido los puntos del contrato. Varias veces. A decir verdad es una mujer encantadora y bella. Me conquistó. Y, lo reconozco, yo a ella. Será la piedra angular de mi imperio, pero para ello debería ser algo más que una sirviente. Debo pedir permiso al Príncipe para hacerla ghoul.

Ella me ha sugerido una cosa, una muy buena idea. En toda guerra hay muertes, causadas por las armas. Ella conoce un par de tipos de algun tipo de Camorra española, y uno de ellos tiene un asunto de venta de armas bastante interesante. No soy un novato en esto, en mi país, la Cosa Nostra es algo que está presente en la vida diaria. De pequeño trabajé para Don Calo, un calabrés con más arrestos que cualquier Sheriff de hoy en día. Y si lo dice ella, mi musa de las finanzas, le haré caso. Se avecinan tiempos difíciles, dejemos que los novatos se maten entre sí. Cuando hayan desaparecido, el premio para los que se queden será grande.

Y sólo espero que uno de los que se queden sea Lucía. No se te ocurra morir, hermanita, seré yo mismo el que te envíe de vuelta al Creador. En bandeja de plata.

 Cinco años estuvo viviendo Alexander en la cabaña. Cinco años de vida que se caracterizaron principalmente por dos aspectos: su vida mas o menos solitaria y el aprendizaje de su condición vampírica.

Durante el primer mes de su nueva vida, Alexander acondicionó lo que sería su nuevo hogar- al fin y al cabo no tenía mucho sitio a donde poder ir-. Durante ese tiempo, sus alimentos fueron los animales del bosque que pudiese encontrar. Pensaba que iba le iba a ser difícil poder cazarlos mas fue todo lo contrario. Al parecer ser un vampiro implicaba ciertas ventajas después de todo: fuerza, velocidad, sentidos algo más agudizados... no podía quejarse. La alimentación le sirvió para controlarse. Al principio mataba a los animales, pero poco a poco comenzó a controlar ese impulso. Empezó a saber cuanto debía beber para saciarse y cuando debía hacerlo, puesto que así era más fácil el autocontrol. Con el paso del tiempo, Alexander pasó a objetivos mucho más concretos: los humanos. Eso si, siempre atacando a forajidos y ladrones, gentuza en definitiva, que no echaría nadie de menos en caso de que algo saliese mal.

El hecho de empezar a saber llevar su vida le ayudó para dar un nuevo paso. Sabedor de que tarde o temprano podría tener que verse obligado a huir de allí, Alexander comenzó de nuevo a realizar los pequeños trabajos de su antigua vida. Los seleccionaba cuidadosamente y siempre se mantenía, o al menos en la medida de lo posible, en el anonimato. El dinero que ganaba (y robaba en algunas ocasiones) lo ahorraba y lo poco que gastaba lo usaba para hacer algo que nunca hubiese creído posible: aprender. Sabía leer y escribir pero poco más. Poco a poco, eso cambió. Empezó a aprender, en la medida de sus posibilidades, por su cuenta, quizás de manera lenta, pero ¿que más daba, teniendo en cuenta que tenía mucho tiempo por delante? Política, economía, historia... tanto daba. Lo importante era aprender.

Transcurrido cinco años, Alexander decidió que era el momento de poner tierra de por medio. Las habladurías comenzaron a crecer- un extraño animal acechaba en el bosque devorando animales- no para asustarle, pero si para incomodarle. Era mejor huir y dejar que el tiempo lo olvidase todo.

Así pues, el viaje se convirtió en una opción que traía ciertos peligros, dada su condición. Debía viajar con rapidez por la noche y buscar un buen lugar seguro para pasar el día. Afortunadamente para él, no tenía intención de irse muy lejos. Solo cambiar un poco de aires, estar un tiempo en la nueva ciudad y marcharse. El tiempo- mas largo o más corto, según las circunstancias- que pasaba en una u otra ciudad dependía del trabajo que habría en ella así como la seguridad en la misma. 

Así transcurría su vida, hasta que la entrada de la I Guerra Mundial iba a significar una nueva oportunidad. Ya hemos hablado del dinero que había ido ahorrando por sus trabajos, pues bien, con el inicio de la guerra este se invirtió en una pequeña industria de metal afincada en los altos Hornos de Bilbao. Para ello, y habida cuenta que no tenía suficientes medios para viajar hacia allí, la transacción se hizo mediante un intermediario: un hombre de negocios con cierta reputación en Madrid (Eduardo Sanchez). A cambio de un 30%, el hombre realizaba sus inversiones y operaciones (y viajes a Bilbao), mientras que el resto iba a la cuenta de Alexander (con nombre falso, por el cual tuvo que sobornar y pagar el servicio de algún que otro banquero avaricioso). En cualquier caso, su inversión dio los frutos deseados y poco a poco, Alexander empezó a ganar algo de dinero.

No obstante, no podía predecir que su vida daría un nuevo vuelvo cuando la sociedad vampírica averiguase de su existencia...

 5 años, nada, una gota en un riachuelo, un riachuelo que desemboca en el mar, una cáscara de nuez en medio de un sin fín de agua, toda la eternidad por delante si tenía cuidado de no naufragar.

 
 5 años, nada, una gota en un riachuelo, un riachuelo que desemboca en el mar, una cáscara de nuez en medio de un sin fín de agua, toda la eternidad por delante si tenía cuidado de no naufragar.

El negocio iba de maravilla: de haber sido un don nadie, comenzaba a obtener una suma consideraba de dinero. Las inversiones que realizaba su socio estaban siendo las adecuadas (gracias también a la guerra que se estaba dando entre los diferentes países de Europa). Pero tenía que mejorar: comenzó a adentrarse en el extraño mundo de las finanzas y la política, así como la historia (esto como pasatiempo más que otra cosa). 

A pesar de que aún se mantenía en el anonimato, si comenzó a adentrarse otra vez en el mundo de los vivos, y comenzó a ir a pequeños clubs y reuniones (económicos y políticos). Estos clubs le servían para conocer gente, más no destacaba en ellos. Ha decir verdad era mejor así.

Sus viajes se volvieron más seguros, al igual que sus instancias: mediante terceros (siempre terceros), alquilaba aquellas casas más alejadas de la ciudad si tenía que viajar a algún punto lejano por cuestiones de negocio. Allí se quedaba un tiempo hasta que volvía a marcharse. En general, eran casas modestas, y en algunos casos necesitaban arreglo, pero cumplían su cometido. Estaban alejadas y era un buen lugar de descanso, y con eso bastaba. 

Todo parecía ir bien... pero las cosas cambian cuando menos te lo espera. Tal vez pudo pasar desapercibido para los humanos, no así para los vampiros. Tras su regreso de uno de sus viajes en la casa le esperaban dos vampiros con no muy buenas intenciones. Antes de que el pudiese hacer o decir nada fue reducido en un santiamen. Por primera vez, Alexander tenía miedo: ¿que iban a hacer con él?

No voy hacer una amplia descripción de lo que le ocurrió al neonato, baste decir que fue juzgado por la Camarilla. Si bien es cierto que fue transformado en un momento en el que estaba prohibido y por ello tendría que ser ejecutado, lo cierto es que la regla ahora algo más flexible, habida cuenta que la Camarilla había enviado sus "soldados" para participar en la Gran Guerra, y algunos no habían vuelto. Asi pues, la Camarilla le concedió un indulto, le pondrían a prueba y en función de como saliese de allí, viviría o moriría. Por este hecho, sus recursos serían gestionados por la camarilla... hasta que se pusiese fin a su periodo de prueba.

El tiempo que trascurrió este periodo lo invirtió para conocer las reglas y las leyes que existian en la sociedad vampírica. su instructor fue una mujer: Ana Menrique, una mujer de 45 años (al menos lo que aparentaba) que al igual que él, era un lasombra (quedó sorprendido al saber que existían clanes de vampiros). Ella le instruyó en la política, en las leyes de los vampiros, en su historia... también le enseño a manejar sus habilidades innata. Si bien es cierto que tenía el don (como lo llamaba) de dominar con la mirada, lo cierto es que esa habilidad podía mejorarse, cosa que logro. Además de ello aprendió una nueva disciplina: a manipular las sombras... al menos en su fase más sencilla.

Las ratas, además de compañeras en su nuevo hogar, también se convierten en la fuente de su alimentación. No se atreve a salir al exterior, el hecho de ser visto por los humanos le parece terrible. Más aún alimentarse de ellos.

Mi pequeña... ¿qué será de mi pequeña?

La ausencia en la vida de su hija le atormenta, y por ello decide dejarse ver. Alega indisposición para ocuparse de ella. No sabe como reaccionarán ambas, pero prefiere que lo crean un monstruo antes de descubrir realmente que lo es.

La guerra: es un asunto demasiado turbio y sangriento para él, a pesar de su nueva condición. Prefiere ocultarse en las alcantarillas, esperando a que los conflictos espontáneos pasen.

El asunto con aquel Lasombra... capta su atención. Lentamente intenta aproximarse a él, intentando saber acerca de su pasado y sus vivencias. ¿Como puede un cainita renunciar a su sire?

 Vale, todos habéis llegado a pasar vuestros primeros años como vástagos y habéis empezado a asentaros. Ahora es el momento de que os dirijáis a una dirección de poder, me explico. Vamos a explicar lo que váis a hacer en los próximos 20 años, en estos 20 años váis a elegir qué quiere ser vuestro vampiro de mayor, si tomar una posición en el sabbat, o en la camarilla, qué va a hacer, a qué se quiere dedicar. Quiero que me digáis además de todo lo que queráis, 

1. camarilla o sabbat

2. qué puesto quiere obtener

3. con qué personas quiere estrechar su relación

4. qué objetivos quiere cumplir

5. qué cosas quiere conseguir

6. qué quiere entrenar, aprender, practicar

7. cómo se divierte

8. cómo se alimenta

9. que me hable un poco de su humanidad, cómo está cambiando

 1. Aunque fiel a la Camarilla, el Sabbat reclama poco a poco mi atención. Monçada es un gran vástago, y mis raíces de clan me exigen cada vez más fuerte que sirva a quienes son, en realidad, mi familia. Que gobierne lo que ha sido de mi clan durante siglos. Por ahora puedo resistir la tentación, pero Monçada insiste en verme, y no sé cuanto tiempo más podré darle largas.

2. Cualquier puesto lo suficientemente cerca de Eric cómo para que me tenga muy en consideración a la hora de futuros ascensos. Tengo la sensación de que él será el adalid de la nueva era.

3. Eric, Marya y Monçada. Este último es difícil, pero constituye un reto al que estoy dispuesto a asumir. Eric es una fuente de poder, y Marya es una arpía. Siempre hay que contar con aliados entre las arpías.

4. Mi objetivo es claro, matar a Lucía. Mi segundo objetivo, dominar Madrid. Dejar de ser el que está detrás de la bamblina. Y si para eso he de usar al Sabbat, lo haré. intentaré no herir a los que amo, pero en la batalla no hay amigos, tan sólo cadáveres.

5. Un buen puesto en el Elíseo, que mis negocios funcionen, que asciendan a Ana a ghoul. Encontrar pruebas del paradero de Lucía y acabar con ella. Y saber qué piensa hacer Erico cuando le nombren Primogénito.

6. Mi mayor deseo es profundizar en el aprendizaje de las habilidades propias de mi clan. He de encontrar a alguien qué me ayude, sea quién sea. Alguien más sabio y más poderoso. También siento la necesidad de proteger a Ana, me he encaprichado de esa mortal, y ha dejado de ser una sirviente para convertirse en mi acompañante favorita.

7. Acudo con asiduidad a mis clubes, y celebro varias fiestas mensuales. Tambien soy invitado a muchas, por supuesto. Me encanta pasear por el Elíseo, en busca de chismorreos o historias truculentas. Adoro la prensa amarilla.

8. En mis clubes siempre acogemos, todas las noches, a algunos vagabundos para darles de comer. A cambio,tan sólo han de pasar allí la noche. Yo sólo tengo que entrar, elegir al menos apestoso, y alimentarme. por supuesto, alguna vez me doy el placer de alimentarme de alguna señorita joven y hermosa, pero eso ocurre en tan pocas ocasiones que estoy empezando a dudar de mi atractivo...

9. Cada vez estoy más impaciente, cada vez tengo más urgencia. Necesito encontrar a Lucía, y eso hace que me desmorone y lo pague con mis sirvientes y con Ana. Aunque con ella cada vez menos. Si esto no cambia, la bestia que hay en mí saldrá, algún día. Y eso sería malo, muy malo.

 El tiempo pasaba para Alexander que, paso a paso, comenzaba a ser un miembro más de la camarilla. Al principio lo único que podía hacer era obedecer órdenes así como aprender las reglas de la camarilla. Transcurrido un tiempo, y viendo que se estaba convirtiendo en un miembro útil, poco a poco comenzó a entrar en el funcionamiento de la camarilla como un miembro más. Asi pues, Alexander paso la prueba para los líderes de esta camarilla (aunque nunca supo exactamente cual fue dicha prueba).

Dado que ahora ya no era un novato ni estaba a prueba, se presenta un dilema: ¿que hacer en su nuevo mundo? Desde luego el objetivo primordial era sencillo: escalar para llegar a los puestos altos de la escala vampírica. Algo que no tenía fácil, habida cuenta que el círculo cercano al Príncipe, era bastante cerrado y no habia cambiado en muchos años. La paciencia debía convertirse para Alexander en su mayor virtud.

Para cumplir estos objetivos comenzó a buscar lazos con otros vampiros, y para ello que mejor ayuda que su mentora y amiga Ana, que le ayudó a conocer a gente influyente- tanto vampiros como humanos-. Sin embargo, el círculo de confianza de Alexander era muy pequeño. Aún no había logrado algo digno de mención para que alguien influyente se fijase en él. También utilizó su tiempo para mejorar sus habilidades y aptitudes especiales: fue mejorando sus aptitudes además de intentar aprender una nueva habilidad, sin embargo no estaba teniendo mucho éxito. Contrató a un miembro del clan Brujah para que le enseñase a moverse con la rapidez característica de su clan. Aún carecía de la experiencia suficiente para ello,... eso y que le costaba mucho dinero esas clases, por lo que solo podían instruirse de tanto en tanto.

A pesar de querer convertirse en un miembro importante de la camarilla, también tenía otra obsesión: encontrar a Dylmar Smitthar. No había averiguado mucho sobre él. A los pocos vampiros que les preguntó, o desconocían quien era o no querían contestarle. Y es que era un tema tabú para los vampiros de la camarilla. Hasta a Ana no le gustaba hablar de él. Solo le pudo dar una información: que abandono la camarilla y se hizo miembro del sabbat. Era un hombre peligroso, pero Alexander tenía preguntas que contestar: ¿por que a él? ¿que le llevo a convertirse?

El alimento fue algo sencillo. Entraba en las discotecas conocía al alguien, utilizaba su aptitud de dominación para controlarlo y tras esto mordía, comía y se iba, simple. No le causaba ningún tipo de escrúpulo hacerlo- nunca tuvo mucho conciencia en su vida, para tenerla en su no vida.

1. Camarilla
2. Ancillae, o Fuente Oculta, informador (según el libro de la Camarilla
3. Con los Tremere, si es posible, y otros eruditos de la ciudad
4. Lograr comprender la estructura de la Camarilla, mantener la Mascarada por encima de todo. Investigar a los Sabbat, desde la lejanía.
5. Refugio propio y liberación de su sire. Reconocimiento por parte del Príncipe
6. Todos los campos de conocimientos a su alcance. Ocultación e investigación
7. Se oculta entre la gente, observa e inventa las vidas de aquellos a quienes ve.
8. De humanos desprevenidos y ratas. Evita siempre que puede alimentarse de humanos.
9. Su aspecto le devora el alma, y cada vez deteriora su aspecto. Su encierro en las alcantarillas le hace alejarse de su lado humano, pierde sensibilidad.

 La vida da muchas vueltas, y muestra muchas caras distintas a cada persona, por suerte desde que llegaste a Madrid y todas y cada una de esas facetas ha sido agradable contigo. Instalado en una casa de aspecto intachable por fuera, de buen gusto pero no llamativa y con todos los lujos, piezas de arte y criados que una vástago de tu estima pueda desear en el interior. Desde allí y con la ayuda de la fiel Anna controlas si bien no una gran parte de Madrid, sí que una pequeña parte que se va haciendo más y más importante. 

Entre la sociedad cainita las cosas van cambiando poco a poco, la relación entre camarilla y Sabbat se va haciendo más tirante y a ti eso te pilla bastante en medio. Trás estos veinticinco años en Madrid a pesar de no haber sido nombrado oficialmente arpía del eliseo, no sería un movimiento correcto con MonÇada para el príncipe, tu papel dentro está casí al nivel de Marya, tras haberse trasladado algunos de los toreadores de la ciudad a Francia. 

De Lucía no se sabe nada, tienes una red medianamente completa de informadores dentro de España e incluso en las principales ciudades de gran parte de Europa, pero o ha desaparecido o está haciendo muy poco ruido. Lo que te pone bastante nervioso, habrá muerto a manos de otro, estará scondida trenzando algún plan, se habrá ido a las américas, a asia tal vez... Mierda.

Entrando en la camarilla poco más que como un matón a sueldo con el paso del tiempo te estás haciendo poco a poco con tu lugar, si bien es cierto que debido a tus "antecedentes" hacerte con un puesto importante en la sociedad vampírica está complicado, tu buen hacer ha hecho que el principe deelegue en ti acertadamente un par de misiones importantes. Con MonÇada la relación es tirante, al fin y al cabo desde su punto de vista deberías estar muerto, nadie bendijo tu creación, por lo que para el Sabbat estás muerto, suerte que te proteja la camarilla de Madrid y que aquí, aunque las cosas están cada vez peor, hay una especie de tregua. 

Hay otro vampiro que puede ser afín a tus objetivos y a tu persona, otro lasombra, alma de la fiesta en Madrid, dueño de gran parte de las nuevas salas de entretenimiento que se están abriendo, y por lo que has podido comprobar poseedor de una excelente red de informadores all around Europe. Un lasombra, que si bien no ha sido repudiado, todavía, por su clan, tiene bastante buenas relaciones ocn la camarilla, por no decir que está a nada de ser nombrado arpía en el Eliseo. 

 He subid, más de lo que esperaba.

Pero sigo sin rastro de Lucía.

Tranquila, mi niña. Pronto.

Las misiones que le mandan la camarilla le sirve para entrenarse. Poco a poco comienza a mejorar en el manejo de su pistola y cuchillo, así como a moverse sin ser detectado. Se estaba convirtiendo en un asesino experto de la camarilla, en un miembro útil.

Sin embargo, su entrenamiento no quedaba ahí. Había que mejorar sus aptitudes innatas: si bien es cierto que logró aprender una nueva habilidad (gracias a la ayuda inestimable del Brujah) a costa de dejar apartadas las suyas. No podía permitirse eso, comenzó a estudiar el mundo esotérico y oscuro, todo con el objeto de aprender y dominar sus habilidades.

 En la camarilla no tienen ningun problema en aceptar a un vástago como tú, los nosferatu siempre son bienvenidos, tan ansiosos por ayudar, con tan pocas ínfulas de poder, con tan interesantes secretos y tan fáciles de contentar. Poco a poco has podido sobreponerte a tu naturaleza, aun sin dejar de sentirte desgraciado y repugnante, has dominado los poderes de los de tu clase, has aprendido dónde y cómo preguntar, cuándo quedarte parado y dónde pegar el oido. Te has vuelto una pieza importante en el engranaje de la camarilla, y lo seguirás siendo mientras te enterés el primero de tan jugosa información. 

Hace unos años que ha empezado a trabajar contigo un Lasombra, Aaron Bloen, juega a dos bandas entre MonÇada y el principe, ambos son conscientes de ello, no se siente especialmente atraido ni por su clan ni por el Sabbat, aunque no se puede decir lo mismo de Eric, el ghoul favorito del principe, un mortal importante en el mundo de los vástagos, se rumorea que pronto lo abrazará. Tiene una reputación importante en el eliseo, y no muchos lo sabe pero está obsesionado en dar caza a su hermana, otra lasombra por la que traicionó a su clan, que luego lo traicionó a él, trás esto, Aaron volvió a su clan, pidió perdón y fue aceptado, aunque claro con graves repercusiones sobre su popularidad. Tiene una red de informadores alrededor de europa, no demasiado grande, pero completa, y te ha pedido ayuda, quiere sobre todas las cosas encontrar a su hermana, y tú tienes aptitudes para encontrar a gente. 

Curiosamente, otro lasombra pasea bajo la protección de la camarilla de Madrid, un tal Alexander, creado sin permiso y abandonado a su suerte fue encontrado por la camarilla que decidió perdonarle la vida, de momento, para ver si era útil, y vaya si lo es, un cazador letal y sin escrúpulos que sin ínfulas de poder se va haciendo poco a poco con la confianza del príncipe. 

La capilla Trémere en Madrid se va haciendo importante, sobretodo desde hace unos 20 años que entró una novicia bastante buena. Aunque como todos los tremere son muy cerrados, también te han comprado alguna que otra información, digamos que puedes presionarlos un poco si te hiciera falta algún favor. 

El sabbat en Madrid está tranquilo, aunque ultimamente la situación está cada vez más tensa, sobretodo después de la migración de toreadores desde españa hacia europa, haciendo que la camarilla queda bastante mermada. 

Tu hija se ha conertido en una preciosa muchacha, tiene tus ojos, la única parte de la que te sentías orgulloso, y la única parte que todavía conservas, bueno, sólo uno de ellos. Ha comenzado una guerra civil en España, no está segura, no estás seguro de qué debes hacer.