Partida Rol por web

 Hace unas noches llegó a tu casa una carta sellada, la firmaba una tal Felicia Kenyo, su letra era legible y muy trabajada, su trazo seguro, y en su rúbrica puedes diferenciar unos caracteres que no son europeos. 

 Mi compañero Alexander,

 ha llegado a mis oidos, que estás teniendo problemas con una changeling, tenemos algún que otro amigo en común, por lo que no he dudado en ponerme en contacto con su persona. Me presento, mi nombre es Felicia Kenyo y mi lugar está en la capilla Tremere de Toledo, a un par de horas de Madrid, he buscado información en libros y manuscritos, y creo tener conocimientos suficientes para si bien no curar a su amiga, intentarlo. 

 Me preguntaba si estaría dispuesto a prescindir de su presencia durante un par de días, días que me haría falta tenerla aquí, sometarla a algunas pruebas para aprender más de su naturaleza y de su dolencia. 

  Espero recibir en breve su respuesta, atentamente,                                                                                                                   Felicia Kenyo

 Conoces ese nombre, una de las arpías del Eliseo, te dijo que le comentaría su problema, por lo visto es una Tremere que se va haciendo un nombre entre los de su clan, es inteligente y no se sabe muy bien por qué tiene conocimientos desconocidos aún en Europa.

 Había encontrado una posible solución para Marya y no dudo en comentárselo a la primera de cambio. No podía obligarla a nada que no quisiese hacer, más no por ello no iba a dejar de comentárselo. 

Creo que una compañera puede poner fin a tu problema- le comento- siempre y cuando estes dispuesto a ponerse en sus manos. Se llama Felicia Kenyo, es con la que me puse en contacto para solucionar tu situación. Sin embargo, para poner en práctica tu plan necesita que estés con ella durante un par de días. Tu dirás

 Se te queda mirando

 mmm... ¿es de fiar? Qué asco, pero bueno, sí supongo que iré, no estoy en mi peor momento, si intenta pasarse de la raya se va a encontrar con que sé defenderme. ¿Dónde vive esa amiga tuya? ¿Qué tengo que hacer?

 Una nota llega hasta la capilla, es de Alexander, la changeling, ha aceptado a venir, llegará en un par de noches. Te has preparado a conciencia, ahora sabes bastante más de la naturaleza de los changelings que hace una semana, has leido informes sobre casos similares, la mayoría murieron, otros sobrevivieron, pero no tienes claro si mereció la pena salvar sus vidas. Has encontrado referencias sobre varias formas, la primera y más sencilla es abrazarla, el abrazo acabará con toda su naturaleza del reino encantado, drenará todo el glamour, la matará, y entonces se convertirá en vampiro. Otra solución de la que has leido, sin ser muy clara, habla de un objeto fuente inagotable de Glamour, pero por su puesto no sabes si su existencia es real, y mucho menos dónde podrías encontrarlo. Otra opción, la locura, estos seres necesitan del glamour para vivir y florecer, pero el glamour puede ser algo tan subjetivo, se sabe de hadas que han enloquecido y vuelto increiblemente poderosas al confundir perros con dragones, rascacielos con gigantes árboles de cristal, y abogados con pingüinos saltarines. Poca de la información que has encontrado es fiable, y bueno, también tienes tus ideas rondando, así que será mejor examinarla, estudiarla y no ir con prisas. 

 Si, es de fiar- o eso creo- en cuanto a donde vive, tranquila. Que te llevo-comento- no se lo que tendrás que hacer allí. Supongo que eso te lo comentará ella. Si quieres podemos ir ahora para allá.

 El 1 de mayo de cada año, es tradicional que todos los vampiros del principado se reunan en el Eliseo, por lo que tu capilla entera, salvo un par de tremeres que se han quedado guardando el refugio han desempolvado sus ropas de calle y se encuentran allí. 

 Conoces a algunos, y has quedado con Alexander en que mañana por la noche partiríais para Toledo con la Changelin. Aunque no lo has encontrado de momento por la fiesta. Tus chiquillos están disfrutando de estar rodeados de gente, obviamente, unos más que otros. 

 Este es el gran día, nadie va a faltar a la gran fiesta del 1 de MAyo, ni siquiera Aaron. Arreglado con tus mejores galas, sabes que este es un día de gran importancia para tus negocios, mucha información sale a la luz, claro que no la importante, dejando a los vástagos ávidos de conocer. 

 Te encuentras más nervioso que de costumbre, pues tus sospechas se hacen realidad, al llegar a la fiesta, allí está, el lasombra, ajeno a todo, charloteando entre la multitud.

 La fiesta del primero de Mayo, un evento que nadie puede declinar, parece que el príncipe este año se ha superado, una cainita francesa, una tal Isabella, te suena su nombre, una gran artista, ha venido a decorar y ejercer como supervisora de la fiesta. Tienes que reconocer que su trabajo merece la pena, probablemente nunca hayas estado en una fiesta igual. 

 La gente te echa de menos, no te has pasado tanto como acustumbras ultimamente por el eliseo, y los hay que necesitan hablar contigo de negocios, y también quien sólo quiere disfrutar de tu presencia. 

 La fiesta del uno de mayo, tras haber estado esperando durante días en los aposentos del príncipe, parece que ha llegado el momento, te han apostado tras un cortinaje de terciopelo negro, arriba lejos de sospechosas miradas, es fácil para tí distinguir lo que sucede abajo, ver como los invitados van llegando, en el momento indicado, un disparo certero con el arma que el principe te ha dado en la cabeza de Aaron te cubrirá de gloria. No puedes evitar estar algo nervioso, pero sabes que esa tensión, te ayuda a concentrarte, hace de ti un ser mucho más peligroso.

 No podía fallar. Era lo único en lo que pensaba. Su situación era bastante delicada y afortunada: delicada en cuanto a que un error en su trabajo podía significar su caída (o su muerte) y afortunada porque un éxito en su misión implicaría una mayor confianza en el Príncipe en él, y eso podía beneficiarle a su situación. Era por ello que no podía cometer ningún error. 

Los invitados comenzaron a entrar y en un instante localizó a su objetivo. Desde luego, su posición era idónea para su cometido: alejado de las miradas indiscretas y con una buena panorámica de lo que ocurría ahí abajo. Gracias a esa situación, esperaba no tener problemas con el disparo.

Localizado el objetivo, no le perdió de vista, esperando la señal del Príncipe para actuar

 Una gran fiesta, por supuesto. Pero yo mismo no la desmerezco. Vestido con mi mejor traje, y acompañado de una espectacular Ana. He solicitado permiso al Eliseo, y no hay problema en que acuda.

La decoración es bellísima, moderna, extravagante, burlesca... Muchos adjetivos acuden a mi mente, mientras ardo en deseos de conocer al artífice de esta maravilla. ¡Oh, Marya! Por allí está, tal vez debería saludarla. No, mejor que sea ella quién me salude, que ella me busque a mí. Mientras debo centrarme en otra cosa, en Eric. No sería casualidad que apareciese por aquí. En tal caso, debo estar preparado para todo.

Adrián se siente como en un banquete en el cual puede degustar cualquier pieza. Arroja miradas a todo aquel que se encuentre cerca y se pasea para captar todo retazo de conversación posible.

Tal vez ocurra algo inesperado...

 Alexander espera en su posición algo inquieto, pero sabe que los nervios anteriores a una gran obra le ayuda a mantenerse atento, con la llema de su dedo acaricia el gatillo, no deja de seguir a su objetivo a través de la mirilla, una gran fiesta, una pena estar perdiéndosela, pero como todo aquel que trabaja en las celebraciones va a tener una gran recompensa. 

 Aaron, ajeno a todo se pasea tranquilo entre la gente, haciendo bromas afables, comentando el último teatro de moda, los artistas emergentes. Una palabra inteligente aquí, una mirada devastadora allá, si su habilidad para socializar le sirviese para parar balas otro gallo cantaría.

 Adrián no puede evitar ocultar su nerviosismo, afortunadamente para él, nadie se para a observar a un nosferatu a menos que quiera algo de él, y esta noche no era el caso. Su naturaleza furtiva, y sus años y años siendo nadie entre la multitud le ayudan a que Aaron no descubra sus muchas inquisitivas miradas. 

 El principe, actúa en la línea de las últimas semanas, nada hace sospechar el júbilo que se desata en sus entrañas, está saboreando cada momento de la noche, esperando el momento exacto, cuando el traidor que apartó a su amado de su lado, y clavo sus colmillos en su cuerpo se coloque en el lugar adecuado, convirtiéndose en un blanco fácil para su fiel tirador. 

 El momento ha llegado, un brindis era la señal perfecta, lo tendría distraido, pararía a todos los vástagos de la sala, y lo que es más importante, su enemigo estaría mirándolo a los ojos en el momento en que recibiese la muerte definitiva. 

 "Quiero proponer un brindis, para los vastagos leales que me acompañan cada noche, y para los traidores..."

  Y aquí llega uno de esos segundos con los que se podría grabar una palícula, los ojos del príncipe que se posan en Aaron, el arma, perfectamente enfilada a su coronilla explota haciendo a penas un suave murmullo, el terciopelo negro que cae de una de las paredes se rompe dejando ver una bala de gran calibre atravesar el Eliseo, buscando hambrienta a su objetivo, al cual encuentra, sonriente, escuchando las palabras del que es su asesino en la teoría, que no en la práctica, pues fue el nosferatu que se esconde cauteloso el que lo delató y lasombra el que apretó el gatillo traicionandolo doblemente. Quizá el lector debiera buscar uno de esos videos en los que se dispara a una calabaza, para imaginarse cuan desagradable puede ser la escena, pero claro, es sólo una calabaza. 

 Trozos de cráneo y sangre se ven catapultados en todas direcciones, y el cuerpo del lasombra se mantiene estoico, en pie durante una breve décima de segundo, sosteniendo su copa alzada, copa que es lo primero en caer cuando las fuerzas abandonan el cuerpo del ya cadaver dejando derramar el líquido elemento sobre el todavía impoluto suelo de la sala, el cuerpo, falto de vida, comienza a desmoronarse, y digo bien, porque no sólo se acerca al suelo como todo cuerpo hijo de vecino, sino que los tejidos comienzan a volverse polvo, como de cadaver muerto que debiera llevar enterrado sus buenos años. 

 Aún resuena el clín-clán de la copa, ahora rodeada de una amalgama de sangre y cenizas, finalmente se para apoyada contra un hueso que si bien parece viejo, no se ha terminado de convertir en cenizas. Se para, quizá avergonzada del ruido que produce cuando se da cuenta de que no hay ni siquiera un par de ojos que no la estén mirando, algunos colmillos salen a ver la escena, probablemente reclamados por el miedo de sus dueños.

 "...porque ellos me sirven para advertir a los leales que no dejen de serlo."

 proclama el príncipe antes bajar la dulce vitae, como hacía tiempo que no era, a sus labios y beber.

Adrián intenta evitar una leve risa, que ahoga entre sus ropajes. Tras observar las cenizas, dirige su mirada hacia el Príncipe. Alza su copa, intentando alabar la acción del Príncipe y que todos le sigan

Toda acción tiene una reacción

- Salud... - y toma un leve trago de su copa