Partida Rol por web

Al sentir al espíritu invadir el lugar, sonreí dulcemente al sentir a la diosa con nosotras, tras eso volví a ponerme seria mientras escuchaba y sopesaba cada cosa dicha por nuestras hermanas, ya que las dos partes tenían razón, y aunque tuviéramos que encontrar a toda costa a las ladronas, también teníamos que seguir con las tradiciones del aquelarre.

Una vez dicha mis palabras en susurro a Morgana, me vuelvo a donde estaba con Lady Lethalia. Me quedo allí hasta que realmente se digan cosas coherente como las que dice mi compañera, y pasar de una vez a la acción en busca de las traidoras. 

Tomo aire, y dejo de acariciar mi espada por un momento y sin mirarles a las caras, tan solo mirando al frente, les digo.

Cuando dejéis la fiesta particular que tenéis montada y os encentréis en buscar a las traidoras entonces, solo entonces me avisáis.

Y siguió allí en su sitio moviendo la espada de un lado a otro con ganas de utilizarla y ponerla a prueba.

Me acerco a Gala, una de las pocas con sesera en este cónclave - Cierto es, apoyo la moción.

Aun en silencio tan solo arqueo la ceja al ver como aquella figura la besaba a ella y las demás. Sin duda esta era el principio de algo mucho mayor, algo que una simple fiesta o robo.

Nebaleth recibió el beso del espíritu con cierta amargura. Eso no era solo un amable saludo de la diosa, era más bien una advertencia. Sin embargo le devolvió una dulce caricia, con una triste sonrisa, mientras se alejaba hacia el resto de las brujas. Cuando desapareció, entre el revuelo de alguna de las presentes, vació los bolsillos de su túnica frente a ella, antes de mirar a Morgana.

- Ahí teneis el contenido de mis bolsillos, hermana, ya que quiero entender que vuestras palabras son una advertencia, y no una amenaza.

Aunque había brujas que fingían su interes con pasividad, instandolas a la seriedad sin poner de su parte, Nebaleth Nalhaar tenía muy claro su objetivo en esta reunión: encontrar los relicarios, y las culpables de su robo en caso de que las hubiese. Las estupideces y soberbias del resto la importaban poco, y pensaba apoyar las buenas ideas viniesen de donde viniesen.

¿Entonces debemos vaciar nuestros bolsillos? ¿Y si ahí no encontramos nada? ¿Qué haremos: Amenazar, hasta que una de nosotras por el miedo diga cualquier tontería y la incriminemos sin razón de ser...

Ya esta situación entre las hermanas se estaba complicando y pronto deberíamos empezar a hacer algo..

Aprieta los labios ligeramente enfadada por que nadie respondiese, pero entonces vé a una chica vaciar sus bolsillos y como si de una gran idea se tratase, sonríe y golpea con un puño su mano izquierda.

-¡¡Ya voy ya voy ya voy!!

Y en una carrera rauda, digna de un lince prácticamente, se planta frente a Morgana y le muestra un puñal de hueso finamente elaborado y con algunas viejas y arcanas runas.

-¡Esto es todo lo que tengo! Como verás...

La bruja toma con ambas manos su vestido mientras lo abre y sonríe inclinándose apenas unos centímetros.

-No poseo nada más. No me hace falta con vosotras aquí pero...

Entonces Naivé parece caer en la cuenta de algo muy importante y lleva el dedo índice de la mano derecha a sus labios mientras mira hacia el cielo, pensativa y meditativa.

-¿Para qué tenemos que enseñarlo todo?

Pregunta un tanto desconcertada la bruja. Entonces mira a Eowyn y le sonríe con amplitud, como agradecida por su presencia.

-No lo sé... ¿Puedo rebuscar en tus bolsillos?

Sus ojos brillan esperanzados de un sí como respuesta.

Me acerco a las demás desafiante.

Sois todas unas estúpidas, ¿creéis que las ladronas han venido aquí con los relicarios?, habláis de que las demás se comportan como adolescentes y vosotras sois aún mas ingenuas que un recien nacido, creo que las que ibais de listas en realidad sois las más ignorantes de todas.

Yo no tengo más posesiones terrenales que mi ropa y mi mazo, si alguien quiere despojarme de ellos que dé un paso adelante y se atenga a las consecuencias de sus actos.

Miró a Gunhilda, con cierta seriedad.

- Como ya le dije a Morgana, hermana, dudo que las ladronas los porten. Pero si eso tranquiliza al resto del Conclave, ten por seguro que no dudaré un segundo en desnudarme si fuese necesario. Todo sea porque dejemos de discutir por cualquier ínfimo detalle y nos dediquemos a nuestra tarea de una vez.

-¡¡Ya he dicho que hay que encontrarlos que están perdidos!!

Exclama la bruja un tanto exhasperada. Entonces recoge su puñal y se acerca a Gunhilda y la mira con una sonrisa en los labios y un gesto tranquilo e inocente.

-No creo que tengas nada más, pero si quieres puedo buscar...

- ¡Navié! - Su tono fue firme, aunque su expresión siguió inmutable.

- Sabes que aún no es el momento para ESO.

Me sobresalto al acercarseme Naivé y hablarme, pero mantengo la compostura y la contesto, pero antes de eso con un gesto de la mano creo un circulo de llamas a mi alrededor para que Naivé se aleje y ninguna otra se me acerqué

No tengo absolutamente nada más que mi ropa y mi arma, y de ellas me desharé si así estáis más tranquilas, pero no por eso creo que esto sirva para algo. Vais a ver algo que nadie ha visto en años sin morir después, salvo las hermanas de mi casa en nuestros aquelarres en los que bailamos desnudas alrededor del fuego.

Espero que estéis contentas y que dejéis esa tontería de ver si las ladronas tienen aquí los relicarios, pues solo si fueran unas retrasadas mentales lo harían, y si consiguieron robarlos está claro que no lo son

Naivé se sobresalta y se aleja un paso al ver las llamas y escucharla hablar, mientras asiente con la cabeza como comprendiendo cada una de las palabras, sin embargo, al abrir la boca cualquiera diría que no se ha enterado de nada.

-¿Entonces quieres que mire entre el velo transparente y tu piel o no?

Pregunta, cargada de inocencia, pero entonces escucha las palabras de Yidorac y agacha la cabeza mientras se dispone a caminar lentamente hacia ella, aceptando su destino, mientras murmura, muy bajo pero audible.

-No es tiempo... ¿Para qué?

No sabía qué había hecho, pero Yidorac estaba enfadada y eso la ponía triste, tanto que sin poder evitarlo la bruja más cercana a ella en ese momento, Gunhilda, puede sentir también un ligero arrebato de tristeza.

Ante tal espectáculo no pude reprimirme más:

- Vaya manera de buscar los relicarios, estoy de acuerdo con Gunhilda ¿Pensáis que las traidoras portarán hasta aquí los relicarios? ¡Es absurdo!- dije exasperada, mi paciencia se había acabado- . Por las palabras de algunas de vosotras más que  ayudar a encontrar a las traidoras, queréis montar una especie orgía o rememorar las danzas, totalmente desnudas, frente al fuego. De verdad esto es un cachondeo, no paráis de acusaros diciéndoos unas a otras que si soy unas niñatas, que si otras no valoran las tradiciones de los aquelarres.... y ahora se os ocurre esto- dije negando con la cabeza- se deberían aportar alternativas más válidas, en vez de andar desnudas en un lugar tan sagrado como este- dije mirando con disgusto a las presentes- Y si me preguntáis qué alternativas, yo no tengo ni idea, pero por eso nos han elegido y reunido aquí, para decidir de manera CONJUNTA qué hacer, cómo y porqué- dije finalmente-.

Sabía que tras mis palabras iba abrir una brecha de desconfianza hacia mi persona, pero no podía ver como se malgastaba el tiempo de esa manera.

Cada una será libre de respetar más o menos nuestras tradiciones. Allá ellas. Yo he hecho lo que debía hacer, al igual que Madame Blavatsky, quien ha cumplido el papel que se esperaba de ella como Sacerdotiza de su casa... aún cuando no todas están de acuerdo - Lanza una significativa mirada a Reis, gélida e inmutable.

Ahora, aún más tras la visita que acabamos que recibir... cualquiera que desprecie las ideas e iniciativas ajenas deberá tener una mejor idea, o se arriesga a que pensemos lo peor sobre ellas.

Yo por mi parte ya tengo la información que necesito, puesto que... ¿qué bruja que realmente respete las tradiciones sería capaz de profanar las sagradas reliquias? Si bien es cierto que cualquiera de las aquí presentes puede actuar, esto nos ayudará a encontrar a las sagaces impostoras, sean o no sean conscientes de ello alguna de estas estúpidas brujas.

-Yo ya dije que habría que buscarlos...

Protesta casi sin fuerzas Naivé mientras termina de colocarse al lado de Yidorac medio arrastrando los pies y escucha su pregunta, lo cual hace que frunza el ceño y murmure muy bajito.

-Otra vez no me responde...

Aunque estaba acostumbrada a las respuestas crípticas de la sacerdotisa de su casa, siempre le habían resultado frustrantes. Al lado de Yidorac permanece con la cabeza agachada y aparentemente al menos relajada.

Apoya una mano en el hombro de la joven Navié, tan inocente en apariencia. 

- Ni es tiempo para desvelarte ni se puede hablar de todo. - Apoya un dedo fino en sus labios - Y algunas cosas son demasiado sagradas como para hablar de ellas sin el rito apropiado. Recuerda que los nombres tienen poder. Algunas brujas pueden hechizar el corazón de los hombres o despedazar tu destino con tan solo un nombre.

Al sentir el frío contacto sencillamente asiente con la cabeza y vuelve a sonreír con la naturaleza que la caracteriza mientras observa a cada una de las presentes.

-Está bien.

Concede Naivé a Yidorac. Entonces sus curiosos ojos miran alrededor, como buscando un nuevo foco de atención.

- ¿Desnudas en un lugar tan sagrado? Nebaleth soltó una sonora carcajada ante las palabras de Arë, pronunciadas como si fuesen una ofensa. La desnudez es componente de algunos de nuestros rituales más poderosos, hermana. ¿En serio crees que esto ofenderá a la diosa, y más si por calmar los animos caldeados? La medida puede ser una estupidez a los ojos de muchas, pero es la única que se ha propuesto. Al fin y al cabo, Nalhaar había sido de las primeras que había dejado claro que no creía que un registro solucionase nada pero, si tan insistentes era el resto hasta el punto de llegar a amenazarlas, no les importaría enseñarles cuando equivocadas estaban. Pero si tanto os ofende el gesto, creo que nadie os obliga a seguirlo. No es una traición vital como beber del caldo, pero creo que si es un pequeño sacrificio para con el grupo.

Kaleshie suelta una dulce risilla antes las acciones de Naive.

jiji, hermanita, deberías ser mas paciente. -Su voz era dulce y armoniosa, cada vez que hablaba salia vaho de su boca. Supongo que tendremos tiempo para divertirnos mas tarde buscando entre las ladronas o haciéndoles hablar, si tenemos paciencia encontraremos un placer mayor cuando encontremos los relicarios dorados, ya sea con las ladronas vivas o muertas. -Su sonrisa se retorció hasta formar una mueca sádica. Francamente, yo las prefiero vivas, sería mas divertido, jijijiji.