Partida Rol por web

-Lamento habete dejado sóla...

El alma de la pequeña bruja agacha la mirada con tristeza.

Levantando la vista, las lágrimas nublándole los ojos, Evanthë sonrió al ver al sombra de Naivé y extendió la mano, queriendo tocarla como hacía antes, pero sus dedos sólo tocaron humo mientras ella decía - No fue culpa tuya, mi pequeña y querida Naivé. Yo soy la culpable, por no ser capaz de defenderte como debería haber hecho. Pero te prometo que te vengaré. Acabaré con todas aquellas que levantaron la mano contra ti. Y en sus últimos momentos, llorarán lágrimas de sangre y sufrirán mil veces multiplicado el dolor que te han hecho a ti... -.

Cuando sus dedos le atraviesan, es una punzada la que atraviesa el corazón de la pequeña Naivé, quien cierra los ojos para contener una lágrima del dolor de su ser. Rápidamente extiende sus dedos y los coloca frente a los de ella, sin llegar a tocarlos, como deseando sentir su calidez... O al menos poder imaginarla.

-Son malvadas y crueles... Te diré todo lo que he averiguado en este tiempo... Pero es una información muy peligrosa... ¿Sabes? Y yo no quiero que estés en peligro... Aunque confío que sabrás cómo usarla para salir de éste cónclave...

Le mira a los ojos enternecida.

Con una sonrisa triste pero tierna al mismo tiempo, Evanthë movió los dedos alrededor de los de Naivé, casi pudiendo sentir su tacto de nuevo - Querida mía, mi única meta en lo que me resta de vida es vengarte, nada más. Y no descansaré hasta que lo logre o la muerte me lleve de nuevo a ti. Ayúdame a vengarte. Ayúdame a acabar con ésta misión, no te preocupes, no me ocurrirá nada... -.

Al sentir cómo rodea sus dedos, olvidándose de su situación, Naivé se lanza a abrazarla con fuerza...

Y aunque su cuerpo la atraviesa, los sentimientos de cariño, amor inconmensurable, deseo y tristeza, invaden el cuerpo de Evanthë presa de aquel lazo que las unía.

No obstante, la pequeña bruja aprieta los labios y agacha la mirada.

-Pero son muchas... Yo intentaré ayudarte... Además, sé que volveré... Mi antecesora también murió cerca del lago... Y también volvió a la vida para hacerse con el triunfo... Y ella me ha pedido que cumpla su voluntad, y así se hará. Pero antes... Te diré todo lo que sé y lo que creo.

Asiente con la cabeza.

-No te pronuncies contra Morgana ni Vikonia, ellas eran mis compañeras, y aunque decían que querían ayudarnos... No termino de confiar en ellas, por ahora nos eran útiles, ellas saben de tí y si te alzas en su contra te exterminarán. Tampoco las apoyes abiertamente, en particular a Morgana... Está contra la espada y la pared.

Le mira a los ojos y una sonrisa de adolescente enamorada vuelve.

-Gala era la que llaman Vidente, pero creo que se intercambió el don con la que llaman Buitre, que era Alandra. Siendo así, lo más posible es que Gala a estas alturas comparta el don de Kaleshie. Ángel puede llevarse a alguien con ella a la tumba... Y tiene enfilada a Morgana, pero es buena. Mi maestra, pero esto no lo digas o me castigará, puede reconocer e identificar los símbolos y saber a quién pertenecen, gracias a eso... Supe que Gunhilda es el escudo, aquella a la que los libros llaman Protectora. Nebaleth es capaz de hablar con los muertos, y al parecer sabe algo sobre ellos. Reis supo que Gala volvería, aunque no sé cómo, puede que sea la que llaman Nigromante... Pero la verdad es que no estoy muy segura, sería demasiado descuidado ser tan abierta. Más cositas, más cositas... Eowin es inocente y no posee ya don alguno, salvo su voz, creo. Y... Eso es todo.

Sonríe delicadamente e incluso agacha la cabeza de un modo infantil, como el perro que espera que le palmeen la cabeza por traer el periódico.

Sin percartarse del cambio, Naivé vuelve a ser corpórea, aunque ella continúa como si no hubiese dicho o hecho nada en absoluto.

Viendo como ante sus ojos, su amada Naivé empezaba a materializarse a cada segundo que pasaba, las lágrimas se secaron sobre las mejillas de Evanthë mientras una gran sonrisa se abría en sus labios y acercándose a ella, la cobijó en un fuerte abrazo, mientras sus labios buscaban los de Naivé.

Al sentir cómo la besa, cómo la abraza, la sonrisa se amplía más y más, incluso bobalicona, ignorando por completo que sus ojos pasan a ser negros, a perder la vista. Para verla a ella no usa los ojos del rostro, no le son necesario... Sólo el corazón basta para mostrarle la realidad. Le besa, le responde, torpe, como una aprendiz, como alguien inexperto, delicada, intentando no hacerle daño, siendo en este momento ella lo único que le importa.

Todo había sucedido en apenas un segundo. Había estado besándola, abrazándola, y, de repente, Naivé empezó a desaparecer de entre sus brazos.
Abriendo los ojos sorprendida, Evanthë fue consciente del momento en que Naivé volvía a dejarla, mientras las lágrimas se agolpaban en sus mejillas y un gemido de rabia brotaba de su garganta.

Con desesperación, Evanthë intentaba sujetar lo que quedaba corpóreo de Naivé a su lado, intentando afianzarla al mundo de los vivos, pero fallando estrepitosamente en el intento.

Finalmente, con un último suspiro, Evanthë abrió los brazos, dejándola ir, mientras susurraba lo mucho que la quería.

Siente su abrazo y su calidez unos segundos antes de volver a caer al mundo de los muertos. Cierra los ojos y contiene una lágrima mientras su sonrisa se torna inocente, dulce, e incluso feliz, extendiendo su mano deseando acariciar su rostro.

-Al menos he sido yo y no tú. Al menos he podido sentirte una última vez... No te preocupes... Siempre estaré a tu lado...

Pese a desear abalanzarse para abrazarla, niega con la cabeza, recordándose su estado. Aún puede sentir en sus fríos labios muertos el calor de ella y eso era bastante para hacerle aferrarse a la vida como un clavo hirviendo.

-Dime...

Comienza a decir, algo dudosa.

-¿Está Cassie entre las vivas? Ella dice... Que no. Pero cuando yo caí... Me pareció que ella volvía desde mi interior...

Aunque su mente está trabajando por otro lado, una sonrisa ténue al mirarla no puede desaparecer.

Sonriendo tristemente, con la mirada puesta en su forma fantasmal, Evanthë asintió - Así es, querida mía, está entre las vivas. No entiendo cómo ha sido o el por qué. Pero no quedará así. Te lo prometo. -.

-No te preocupes... Tengo una buena noticia para tí.

Le guiña un ojo, infantil, como quien prepara una sorpresa, dejando incluso unos segundos de tensión y emoción.

-No estoy muerta del todo. Al igual que parece que no estuve viva del todo. Creo que con descanso podré volver, o eso decía siempre mi maestra... Pero no se lo digas a nadie ahí fuera.

Lleva las manos a su espalda y mueve ligeramente las caderas, juguetona, extiende su mano para acariciarla pero sin llegar a tocarle.

-Creeme que morirá. Tanto ella como Reis.

Dice del modo más infantil posible, inocente, como si no fuese nada realmente grave.

-Están demostrando ser más crueles y corruptas que la propia oscuridad... ¡¡Y eso no está bien!!