Partida Rol por web

La luna había caído por primera vez… y el sol despertó a las hadas en aquel maldito conclave…

El aire olía a soledad… poco a poco las hadas iba abriendo sus ojos y desplegando sus brazos al sol… mientras con temor miraban alrededor…

Todas se miraban con incredulidad pues nunca habían sentido el aire de esa manera, ni siquiera las hijas del aire…

Poco a poco encontraron a un hada que no se levantaría a la luz del alba…

Salem permanecía quieta y callada… sus ojos felinos miraban hacía el horizonte en posición amenazadora mientras su boca permanecía abierta… en un gesto de agonía… sus labios azulados pedían a gritos aire que invadiera sus pulmones… el viento acariciaba sus labios pero ya era demasiado tarde… el viento había dejado de entrar en su cuerpo hace mucho tiempo…

Su mirada representaba la fiereza con la que se enfrento a la asfixia… la gata había muerto…

La pena llego a mi corazón.

-Querida hermana del aire tu idea parece que asusto a las hadas malditas y decidieron terminar contigo, pero tu idea permanecerá en el corazón de tus hermanas tal vez dar a conocer nuestros poderes asuste mas de lo que imaginábamos a las asesinas.

De reojo miro a Brisa que tan fuertemente lucho en contra de las ideas de Salem, al cruzarme con los ojos de Brisa un escalofrío recorrió mi nuca.

Hermana... La primera a caído, pese a que duela decirlo ahora ya podemos empezar a investigar sobre quien es la culpable.

Una lágrima recorre mi rostro hasta caer. 

-Ella siempre sostuvo que podía ayudar a descubrir a las culpables. Eso fue lo que las asustó. 

La pena y la preocupación se reflejaban nítidamente en su rostro. 

Mis alas se abrieron con el día y tras mirar a todas mis hermanas descubrí los ojos que ya no brillaban al sol.

La alegría de mi voz se apagó y dije: Esta mañana es más fría que el resto, y más triste.

Miro a el hada caída y digo: Espero volverte a ver hermanita... no quiero ponerme triste. Y tras eso me escondo tras unas rocas a limpiar mis lágrimas

Eglantine se acercó al cuerpo, ya frío, de Salem, su hermana de viento, y con suavidad, le cerró los ojos, mientras una lágrima se escapaba de sus ojos.
Con tristeza y una mirada entre determinada y acusadora, echó un vistazo alrededor mientras decía - Encontraremos a las culpables, ésta vez no se escaparán tan fácilmente... Sí que debió asustarles tu sugerencia, mi hermana, espero que el viento y el sol vuelvan a acariciarte ahora que estás con nuestra madre... -.

La noche había sido larga y la guardia no había servido de nada, la tristeza y la rabia le habían caído encima como una losa, y mientras miraba acusadora alrededor, extendió su mano hacia Asladriel diciendo - Hermana, entona otra canción para nosotras, que tu voz libere un poco de la pena de nuestros corazones mientras despedimos como se merece a nuestra hermana Salem... -.

Cuando abrí los ojos y desperté sentí un desasosiego en el aire. El ambiente estaba cargado de amargura y tristeza. Me levanté de un salto y tomé mi lanza, rauda.

No tuve que detenerme para orientarme, el llanto del viento me llevó hacia mis hermanas. Se habían congregado alrededor de algo. ¡No! ¡De alguien! Prácticamente patiné sobre las corrientes de aire para llegar hasta el resto de hadas. Todas observaban aterrorizadas el cuerpo inerte de Salem. Al igual que el resto no pude contener las lágrimas.

Sin embargo mi llanto fue efímero. Tan pronto como recuperé las fuerzas me recompuse y me alcé con determinación.

- ¡Las traidoras ya han actuado, hermanas! ¡Y debemos llevarlas ante la justicia!

Golpeé el suelo con mi lanza mientras mis alas vibraban, furiosas. Miré a mi hermana Desolación con fuego en la mirada.

- Hermana, tienes razón. La idea de Salem de mostrar nuestros dones asustó a las asesinas. Seguramente ellas se han visto amenazadas por nuestra hermana. Su voluntad era firme, y su determinación envidiable. Pero ella misma se puso en el punto de mira de las traidoras.

Apreté los puños.

- Estamos maniatadas, hermanas. La muerte de Salem ha dado comienzo a la más oscura y cruel tradición de nuestro cónclave. Debemos encontrar a las asesinas… y hacérselo pagar.

Sabía que tras la tristeza de todas mis hermanas se escondía ese oscuro sentimiento de venganza que haría progresar el cónclave hacia su destino. Unas morirían y otras vivirían, el ciclo de muertes había comenzado. De ellas dependía ahora si en el transcurso de los días las traidoras se alzarían victoriosas… o serían debidamente ajusticiadas.

-Cuanta sabiduría hay en tus palabras hermana Elthedrea, Salem dio su vida para demostrar que sus ideas no eran tan descabelladas como algunas podían pensar, por eso las inocentes debemos vengarla.

Mis palabras son secas y rectas no dan opción a duda, mi mente esta asustada pero mas allá de el miedo hay un sentimiento de odio hacia las traidoras.

- Si! Opino que deberíamos llevar a cabo su idea, tendríamos que dar a conocer nuestros dones aunque mañana yo misma pueda aparecer muerta.

La mañana llegó y Nocturna se retorcía en su lecho.
Atrás...atrás pequeña,no es tu turno aún. no es hora de jugarSusurraba mientras agarraba parte de la hierba,incurvo su espalda,mordió sus labios y quedo relajada con los ojos cerrados.
cuando los abrió su mirada era totalmente distinta, pura e inocente,sus orbes oscuros habían tomado casi un tono azul marino.
Se estiro y sonrió cogiendo un tronco pequeño que había al lado entre sus brazos y se acerco a sus hermanas sonriendo. su aura ya no era oscura como un cielo estrellado si no pura y pacifica como un atardecer.
Llego hasta la primera de ellas : Desolación. La agarro del vestido y jalo un poco de él para que la mirara.
Hola! ¿Donde estamos? Yo soy Nocturna y esta es Branchine Dijo alzando el tronco Es mi amiga le gusta comer tierra pero a mi eso me da asco! Prefiero comer suspiros de aire de la pastelería de al lado de casa, la regenta una mujer muy simpática es amiga mia!!. Como te llamas tu?! Comentó señalando directamente a Desolación,con un dedo lleno de tierra, mientras esbozaba una media sonrisa infantil

- Bien es cierto que no me pareció buena idea... al principio. Pero Desolación, me has quitado las palabras de la boca. Si éso es lo que hace falta para descubrir a las traidoras que nos están amenazando e intentando asesinar, que así sea. - Eglantine habló con tono firme, cualquiera diría que era un hada de fuego y no de agua por la fuerza y furia que se leía en su mirada.

Aunque Nocturna era una hermana hada no le había gustado desde el principio y aunque ahora parecía ser pura, ella misma conocía el temperamento cambiante del viento que hoy podía ser una brisa agradable y mañana un tornado incontrolable.

-Soy Desolación, hermana de la tierra. Mi nombre viene de la desolación que provoca el aire cuando erosiona el terreno tras los años, conozco esos suspiros que saben suaves como las nueves mecidas por el soplo de un barlovento, aunque pertenezca a la tierra amo al aire como a todos los elementos vitales.

Le digo tratando de comprender su forma de agarrar mi vestido sin entender muy bien su comportamiento.

Ayra se levanta de su roca y mira a las demás. Sin demora y envuelta en un llanto de tristeza se acerca al cuerpo inerte de Salem. Las mariposas la siguen cubriendo el cuerpo de Salem, llevándoselo al pie de un retirado árbol.

Yo me ocuparé de ella... dice con un amargo susurro.

De todas formas sigo pensando que es una estrategia de las traidoras para que revelemos nuestros dones y puedan atacarnos premeditadamente a las más necesarias.

Ayra se gira y se va tras el rastro de mariposas.

Nocturna vio como Ayra convocaba unas mariposas para llevarse a Salem y las siguió bailando junto a ellas,dando unos gráciles giros acompañada de sus alas. De esas ya no se arrancaban brillos negros si no de toda la gama cromática del ocaso.
Tiraba a Branchinne y la hacia volar con sutiles ráfagas de viento mientras ella misma danzaba ignorando las palabras de Desolación,eran palabras muy serias y eso no le gustaban a ella...era aburrida
Ala! que bonitas! Dijo a Ayra parando de bailar ¿Son tuyas?

No soy su dueña, pero son mis amigas, mis acompañantes, mi alegría. Sus alas proporcionan el viento que me da la vida.

Sonrie a Noctura, le hace gracia que su comportamiento y personalidad varíen tanto de un dia a otro.

Al ver el cuerpo de nuestra hermana muerta me quedo congelada y muda en el sitio. La historia se repite y parece que no sabemos evitarlo. Las lágrimas ruedan por mis mejillas haciendo que sienta la cara aún más fría.

De repente siento un escalofrío y miro a mis hermanas una por una, una de nosotras ha sido capaz de hacer la atrocidad que estamos viendo. Hay una de nosotras con la suficiente sangre fría para matarnos a todos. No soy capaz de articular palabra, sólo las miro.

Estaba charlando con Ayra,maravillada por sus amigas mariposas cuando vio a Vinya llorar. Se mordió el labio y se acerco a ella rápidamente agarrando a Branchinne contra su pecho.
Porque lloran tus ojos? Dijo mirando un poco al suelo No llores,eso pone triste a Branchine ¿ves como ella llora también? Solo esta dormida,dentro de un rato despertará Sus ojos se enrojecieron sollozando también,le daba pena ver como Vinya lloraba.

Las palabras resuenan entre las montañas de aquel cónclave… el murmullo de las aguas aterciopela el lúgubre ambiente que había creado la muerte de Salem…

Entonces y fresco aire voló entre el lugar… las hojas danzaban entre los dedos del viento, gotas de agua aumentaban ese cariz de vida e ilusión…

Esa ráfaga de aire sopló sobre el cuerpo inerte de Salem… y su pelo volvió a jugar con el viento, sus labios volvían a sonreír a sentir la brisa sobre su rostro…

Se incorporó de espaldas a la tierra mirando al cielo y dejando que su cuerpo disfrutara de aquella nueva sensación que la traía de nuevo a la vida… sus ojos de gato brillaban de nuevo con fuerza

Una sonrisa se dibujaba en su rostro… no sabía por qué pero había derrotado a la muerte, y eso la llenaba de alegría…

Ayra ve que sus mariposas levantan el vuelo y observa como Salem se levanta, y su corazón se llena de alegría

Estás... estás viva hermana

¿Qué recuerdas?

Ayra le pregunta a Salem en tono suave, no quiere sobresaltarla ni agobiarla.