Partida Rol por web

 Luego de haber subido sin traspirar una sola gota toda la caminata de la montaña, sin mayores introducciones ni presentaciones Peggy se lanzo hacia la barra, interrumpiendo cualquier conversación que se estuviera manteniendo en la misma. Con los puños bien levantados, dirigió una mirada llena de energía al camarero.

¡JAIME! ¡Dame un vodka bien frío y puro para entrar en clima, muchacho! ¡Que le hacen subir toda la montaña a la presidenta de la Isla Shuriken y ni un tragito preparado me tiene, mentecatos! ¡Ya van a ver; a rodar cabezas!

 Se podía notar algo de broma en el tono de habla de Peggy, pero pareciera que esa actitud amigable se podría perder si la política asiática no recibía su trago. Mirando la fogosa escena que se estaba dando entre la jueza y el bombero, no evita entrometerse en la conversación ajena.

Veo que aquí ligan hasta las viejas mojigatas... ¡Que linda reunión! ¿Que tal si les hago compañía, gente hermosa? ¡Camarero, dos vasitos de agua y el vodka puro para mí, por favor! Que este sea un viaje de placer, ¡o que no sea!

En la barra se dibujó entonces una silueta púrpura, verde, blanca y rubia. Por su porte y su alargada y fina figura pareciera pura decoración olvidada. El maniquí de un modista que quería llamar la atención de forma desesperada. Que quería vestir al hombre de negocios del mañana. No era así, era un hombre de negocios ¿Del mañana? pero en carne, hueso y manierismos. Echó un vistazo suspicaz al resto de la sala, acarició con cuidado la barra como un ciego que lee un mensaje que le salvaría la vida y pidió finalmente.

-Detox número diecisiete...

...

Ante la duda del servicio, que aun no estaba acostumbrado a este Voluntario especialmente preocupado por la salud, nuestro hombre silueta se frotó las sienes unos cinco minutos antes de dedicar una expresión y un tono menos modesto y más... Feroz.

-El jugo exprimido de manzana verde, limón y brócoli. YA.

Victoria había llegado tal y como el resto lo habia hecho, sin embargo, esta era esa clase de reuniones a las cuales no se hayaba acostumbrada, incluso aunque sus padres constantemente le fomentaban a ser mas sociable, frase que quiere expresar que no quedara soltera y consiguiera un pretenediente.
Solo vi a todo mundo empezar a charlar mientras Valientemente Force mi Determinación para tomar una de esas copas que todo mundo tomaba sólo para dar un trago amargo y encoger la cara en una mueca devolviendo la copa de donde la había tomado, tras esto sólo mire como todos mantenian sus antifaces y yo me acomodaba el mio sonriendo para no parecer un bicho raro, tras esto procedí a sentarme en una silla frente a una mesa.

Después de una breve inspección, Howerd Thonctot avanzó hasta la barra, que parecía ser el centro de la actividad de la fiesta.

Algunas personas habían llamado su atención para bien, otras para mal, pero allí todos serían voluntarios, así que todos serían amigos. Eligió a alguien a quien primero acercarse, y pese a que otras personas llamaban más su atención por motivos biológicos naturales, decidió que el sentido de pertenencia era un buen punto de partida, y por eso se situó junto a Ethan Jones.

Jefe, cuando pueda, por favor, póngame un Vaso de Fanta Doble.

Pidió con la naturalidad de quien pide un whiskey solo en un bar de moteros de EEUU o un buen vino en un restaurante fino. Como si no fuese consciente o no le importase que en una reunión entre adultos pedir un refresco infantil pudiera resultar ridículo. Quizás por que verdaderamente quisiera pasar por un tipo duro al que le gusta lo ácido, o quizás porque él era así, añadió:

De limón, por favor.

Después se giró a Ethan y le tendió la mano.

¿Conoces a Howerd?* Parece que esta reunión se esta llenando de gente - Miró al insufrible rubio ligón que le despertaba sentimientos negativos (Abbadon) y añadió sin perder la sonrisa - Gente de todo tipo

Llegue a la fiesta en aquel gran complejo ,observe a la gente detenidamente y empecé a analizar sistemáticamente sus movimientos y maneras de ser, algunos me daban escalofríos, entre tanta gente había algo que estaba fuera de lugar y no lograba discernir lo que, me esperaba una velada a mi parecer interesante, me acerque al camarero y le pedí que si por favor me podía servir un té, me miro un poco raro pero no tuvo problemas en servírmelo, y así tomando mi te seguí observando como llegaba el resto de los invitados

Según entré por la puerta del salón fui consciente de que no iba a estar del todo incómoda en esta fiesta-reunión a la que me había visto arrastrada, parecía que ahora casi  hasta me apetecía y no veia el tiempo de que pasara la hora que quedaba para su comienzo.

Toda la gente allí reunida me parecía pintoresca e incluso diría que interesante. Si que es verdad que esta gente no se parecía en absoluto al tipo de personas con las que mi madre solía relacionarse. Creo que hasta me apetecía interactuar con ellos...

 Pero...¿que me está pasando? Esto no es propio de mi.

-¡ Hola! me llamo Lilibeth, aunque todo el mundo me llama Lili.-dije a la chica que se encontraba  a mi lado y que parecía más o menos de mi edad. 

Entro en el gran salón y me dirijo a la barra.

Me siento en una esquina de la barra y alzo la voz:

- Camarero, póngame "Old Forester" sin hielo.

Mientras espero que me lo sirvan espero, observo a la gente de la sala.

Lucas Baker se sentía como pez fuera del agua en aquella reunión. Tanta gente reunida en un mismo lugar le abrumaba. El calvo se dirigió hasta la barra, donde había localizado a Ethan Jones, un buen compañero suyo, que en esos momentos charlaba con un neófito al que el calvo le parecía que tenía aspecto de Doctor.

-¡Hola, hola! Muy buenas, señores. ¿Qué tal os encontráis? Espero que os encontréis estupendamente. Yo me encuentro estupendamente bien -saludó el calvo, en un tono que parecía bastante ensayado y hablando de una forma tan rápida que se asemejaba a una metralleta-. ¡Camarero! Sírvame una Cruzcampo. -Baker sonrió de forma maliciosa al divisar a un potentorro varón rubio ligando con una vieja con cierta similitud con Frolo y añadió-: ¡Y póngale a ese semental una copa de su mejor reserva! ¡Se lo ha ganado!

Después, el calvo apoyó la espalda en la barra, mientras dirigía una mirada a su alrededor, buscando alguna apetecible neófita a la que seducir.

Miró al chico que se le acababa de autopresentar - Creo que esa frase no se usa para introducirse a uno mismo, pero si la noche avanza bien, como espero que haga, podemos volvernos un Verdaderamente Feliz Dueto de compinches, entonces si que vamos a usar esa frase, pero bien. - dio un sorbo pequeño a su whisky. - Mi nombre es Ethan, por cierto. - dijo sin quitar ojo a la cada vez más curiosa relación que tenían el rubio y la chica visiblemente mayor que él - Bueno mientras no nos quiten el mercado, supongo que está bien ¿no crees? - respondió ante el comentario de Howerd.

La llegada de Lucas Baker le sorprendió - Tan animado como siempre ¿eh compañero? - dijo dándole una ligera palmadita en la espalda. - ¿De entre toda la selección de bebidas que hay disponibles escoges una cruzcampo? Que poco empaque... - se notaba ligeramente decepcionado ante la elección de Baker

Apenas llegó a la ladera de la montaña, sus ojos recorrieron el largo camino hacia arriba. Una ligerísima gota de sudor bajó por su calva hasta detenerse cerca de su oído, como si le susurrara que no estaba en edad para realizar una proeza como esa. Como esa y muchas otras. Su chofer se ofreció a llevarlo hasta arriba, subido en su espalda. Pero Xavier simplemente señaló la puerta secreta a pocos metros del camino. Poca gente se toma el tiempo necesario para encontrar el camino más fácil y productivo.

Llego a la fiesta apareciendo por un lateral, no por la puerta principal, haciendo un ruido bastante característico con su bastón, el cual no era un adorno, sino un medio de locomoción imprescindible. La barra estaba bastante llena. Quizás no pudiera pedir su bebida predilecta aun: un vaso de leche caliente. Buena para los huesos y para esa hora del día.

Decidió sentarse en un sillón, para poder ver a los demás. Quizás reconociera a alguien… pero tendrían que estar más cerca, su vista era muy fiable. Tampoco su oído o su pulso.

Cuando el camarero sirve la cerveza a Lucas Baker, este se la lleva a los labios y bebe un pequeño sorbo que escupe de inmediato, sintiéndose cercano a la muerte.

-¿Pretendes envenenarme? ¡Era una Cruzcampo de verdad! -exclamó el calvo, horrorizado de que alguien hubiera intentado liquidarle con semejante veneno-. Ni siquiera sabía que se seguían vendiendo...

Cuando al fin alguien, y alguien aquí significa, la bonita muchacha vestida de blanco y de cabellera oscura que se había sentado a una mesa (Victoria), llamó mi atención, me levanté del sillón y camine hacia la barra donde un grupito bastante variopinto se había reunido.

-Puede ponerme tres cahipirinhas?

Pedí al mozo con una sonrisa antes de volverme hacia el grupo, tomando nota de la verdaderamente fugaz y desubicada relación que se estaba dando a pocos metros.

-Buenas noches a todos, espero que esta sea una velada para recordar

Le agradecí con una sonrisa al mozo cuando puso los tres tragos en frente mío, y tome dos en una mano, y uno en la otra. Antes de dedicar una leve inclinación de cabeza al grupo y dirigirme hacia la muchacha que había visto antes. Me acerqué a la mesa y baje los vasos en esta, dedicandole una sonrisa amable a la chica cuando capte su atención.

-Quizás este sea más de tu agrado

Comenté casualmente acercandole uno de los vasos, había visto su gesto de desagrado con la bebida, y asumido, esperaba que correctamente, que algo dulce calzaría mejor.

-Puedo sentarme? Y con eso quiero decir, mi compañia sería algo de su agrado o solo una verdaderamente fastidiosa disrrupción de su noche?

Jason entra en la sala

Obviamente todas se giran a mirarlo y alguno también 

Damian ya estaba ahí desde antes de que la mayoria llegara, observando a todos los invitados y analizandolos, no por nada Damian estaba catagorizado como niño prodigio.

Los adultos son tan sencillos y predecibles que aburren.

Me levanto, y voy a buscar algún postre, Brownie de ser posible.

-Bad, así lo llamaré querido- la Juez al sentirse observada recuperó su serenidad o al menos lo intento -Cuando esta fiesta termine lo espero en alguna de las habitaciones, mi querido Bad- sonrió la juez, la barra comenzaba a llenarse de gente cada vez mas interesante, desde una dama de oriente hasta sujetos de la mas vario pinto, hasta un tipo que solo pidió un vaso de Fanta, algo poco común.

Vetusta apareció por el balcón, dejando que su delicada mano tocara el pomo para abrir la puerta que diera entrada al gran salón, donde todos o casi todos esperaban con interés, algunos mas que otros, que comenzara la velada de verdad.

-Adiós, mis queridos alados. Directos a casa nada de picos pardos. -Se giro nada mas entrar para despedirse de los cuervos y el cesto o en este caso de su curioso transporte; nada menos que una docena y media de elegantes aves negras como la noche que agarraban con sus garras una cesta con respaldo hecha de seda, algodón y mimbre. Algunos podrían asemejarlo al transporte del principito o en este caso la principesa.

Se acerco, con su negro vestido de encaje, su melena perfectamente peinada y sus tacones con algo de zapato, hasta el que fuera un camarero con bandeja, tal vez Larry tal vez otro, para arrebatarle un poco de su pesada carga, el único canapé que le pareció apetitoso, acercándoselo a sus labios de rojo intenso para saborearlo mientras observaba por primera vez detrás de su antifaz, al resto de Voluntarios algunos Febriles y otros Disidentes.

Howerd ni siquiera reaccionó ante la llegada de Jason. Podría decirse sin temor a equivocarse que su entrada había pasado completamente desapercibida.

Pero no era lo único que estaba sucediendo, y eso expica bastante bien que Jason pasase desapercibido, puesto que en esos mismos instantes, una hermosa mujer vestida de rojo que podía ser la fantasía de cualquier hombre con traje estaba contoneándose provocativamente delante del grupo en el que Howerd se encontraba.

Y como se ha dicho, ese hubiera sido motivo más que suficiente para que Jason pasase totalmente desapercibido, pero, por desgracia, en este caso no lo fue. Y esto aquí quiere decir que en realidad la impresionante rubia de vestido rojo que se contoneó delante de los ojos de Howerd pasó igualmente desapercibida.

Y no es que Howerd no viera a la mujer, ya que es imposible no ver a una chica como esa pasando delantw de tus narices, si no que la vio como se ve un cartel publicitando un concierto de un grupo desconocido que esté encolado en la pared de tu edificio juato junto al portal de la comunidad. Es decir, sin que le llamase en absoluto la atención.

Y no es que el físico de aquella mujer no fuese motivo más que suficiente para llamar la atención de todos los varones heterosexuales que la vieran, si no que, en realidad, Howerd era un hombre poco común.

¡Claro! Por supuesto que podemos ser buenos compinches - Dijo pegando un sorbo a su Vaso de Fanta Doble. Aunque en este caso, Howerd desconocía que la palabra compinches tuviese un significado de compañeros que se ayudan mutuamente para encontrar pareja femenina.

¡Oh! Hola. Yo también me encuentro estupendamente. Me llamo Howerd - Le dijo al tercero en llegar y que, al parecer, conocía a Ethan de antes.

¿Qué es una Cruzcampo?

En este momento merece la pena destacar que el joven e inocente Howerd no tuvo ningún buen motivo salvo su naturaleza ingenua para ignorar a Amanda. No era homosexual, no era ciego, no era distraído, no conocía de antes a la mujer y no estaba enamorado de otra. Aunque quizás conviniese decir que fue precisamente esa noche, un poco más adelante y en esa misma fiesta, cuando Howerd se enamoró perdidamente de quien sería el gran amor de su vida. Pero eso es otra historia.

Disculpeme un momento bella, acabo de ver a una vieja amiga y no me perdonaría nunca no haberla saludado en cuanto entrase, me giro al camarero y le pido dos copas de lo que él ya sabe, o debería a estas alturas, le pido que ponga también en los altavoces la canción de "Por una cabeza".

Me acerco lentamente a Lilibeth Edwards, cuando estoy a la altura de poder cogerla la mano si la extiende, acerco mi mano en señal de pedir un baile y digo susurrando para que sólo me oiga ella:

- Buenas noches hermosura, estaría encantado de poder coger su mano ¿Me concede este baile?

Hombres todos iguales, aparece una nueva belleza y la cambian

Aunque había camareros con sus bandejas ofreciendo bebida a los invitados la barra del bar se encontraba abarrotada. Allí, en la barra, poco a poco se iban haciendo pequeños corrillos de gente unos parecían conocerse con anterioridad. Otros, sin embargo, parecían acercarse a la persona a la que consideraban más afín e intentaban entablar conversación, aunque no siempre parecían conectar.

Algo llamó mi atención. Un hombre de unos 26 años, más o menos, estaba intentando  ligar con una mujer que bien podría  doblarle la edad. ¡Menuda situación! 

¿A que estaba jugando?  ¿Era un cazafortunas? ¿O simplemente buscaba un ligue fácil?  Fuera como fuese la escena era desagradable

De repente, el hombre se despidió de la mujer, pidió dos copa, se acercó a la orquesta y acto seguido empezó a sonar un tango.

¡Oh! Cielos se está acercando a mí. ¿Que querrá? 

-¿Me concede este baile? - dijo él. ¿Cómo? ¿Es que nada le detiene? Pero...¡Si es un "viejales"!

-No, gracias. Estoy bien así. Aparte, tampoco sería el tipo de musica que me gustaría bailar.

Esperaba que esa respuesta hiciera que se olvidara de mí. Me hacia sentir incómoda.