- Sí, es verdad. Ha tratado eso y ha desacreditado mi historia una y otra vez. No entiendo por qué es tan difícil para él creer que yo puedo hablarte, aunque por sus modos y demás, comienzo a pensar que se trata de Atanamir. Parece rencoroso hacia mí y hacia ti. No entiendo el motivo -.

Luego, le dijo - Loth, hay algo que debo compartir con alguien. Estoy convencida que un fata de los vivos nos está llevando a un lugar muy similar a Fäe. Somos siete fatas por ahora, pero cada noche llegan dos más, aunque esta noche solo llegó Ohtar. Lo malo es que Ohtar sufrió la misma posesión que Elendire y no quiere que digamos nada. Dile esto a Aina pero dile que no revele nada todavía. No queremos que quien lo suplantó se de cuenta que lo sabemos -. 

- Se acerca la hora, querida amiga... quizás sea la última vez que podemos hablar - dijo, a sabiendas de las acusaciones que pendían sobre ella. La abrazó, oliendo el aroma de su cabello - Imagino que en realidad no tienes el poder para hacerme regresar, si no, ya lo habrías hecho, pero no importa. Me has dado algo que había olvidado, y eso es un preciado regalo.

- ¿A qué te refieres, Loth? - no rechazó el abrazo y lo devolvió cariñosamente.

Ante la afirmación, Lúva solo dijo - Mañana, si sigo viva, te devolveré a la vida y sabes que nunca te he mentido - sonrió y se dejó absorber por el cálido abrazo de su amigo.

- Porque pensaba que esta noche tú ibas a ser asesinada - dijo, separando su cuerpo suavemente, aunque se mostraba afecto en su rostro - pero me alegro de que haya sido él. Imagino que ya sabes quién era en realidad Seth, ¿verdad?

- Sí, Atanamir, aunque ya lo sospechaba y eso explica por qué me trataba de esa manera. Él guarda rencor hacia mí por haberlo desafiado y haberte liberado. Tal vez de esta manera sienta en su propia piel lo que Aidane y yo sentimos al perder a nuestras familias. Aunque creo que los traidores irán a por mí en la noche porque les favorece tenerme muerta - dijo con una pequeña sonrisa.

En su rostro se veía algo de vergüenza y dijo - Elendire parece realmente afectada por su muerte. Dice que lo admiraba profundamente y que fue su mentor. Para mí, Atanamir es un monstruo que me quitó a mis padres - se notaba enojada pero luego miró a su amigo a los ojos y agregó.

- Me refería a qué es lo que te he dado y que habías olvidado - sonrió abiertamente.

- Recuerdos, afecto, imágenes vívidas de lo que fui y de quién me extendió una mano amiga sin apenas conocerme - dijo, acariciando su cabello - Por culpa de Elendire ahora mi interior está tan revolucionado como los torbellinos de los mares del norte de Fäe, y tu compañía ha sido como un bálsamo. Mitiga el vacío que siento al estar al otro lado.

Loth pareció desviar su atención a otro lado, y cierta expresión de satisfacción cubrió su rostro.

- Ya ha llegado, y ya ha empezado a lanzar dardos envenenados - dijo, haciendo un ademán - Pero aún no me ha mostrado atención, tengo curiosidad por saber qué tiene que decir.

Con la vuelta a la vida de Loth esta conexión empezó a disolverse hasta desaparecer, imposibilitándoos así mantener conversaciones en privado... De momento.

Los ecos en la oscuriad, la muerte. Pensamos en la nada, pero solo aquel que la conoce comprueba que la muerte está, simplemente, tan viva. Y como un suspiro, aquel aullido con forma de palabras se hacía perceptible para la malograda fata.

-En qué momento, mi viaja amiga, perdiste la cordura para exponerte así y marcharte de mi lado-

Un silencio se hizo, anticipando el siguiente susurro.

-¿No entendiste acaso lo importante que eres?-

Lúva conocía la sensación, ya que era lo mismo que había sentido al haberse acercado a Loth, pero no era la voz del fata que escuchaba, era alguien más, alguien que se nombraba a sí mismo como su amigo. ¿Amigo?

- El silencio se convirtió en un arma de doble filo y si no hablaba yo, nadie lo haría. Si no mostraba mi inocencia, me matarían. No sé por qué te haces llamar mi amigo cuando ni siquiera has decidido mostrarte. Te buscaba y lo sabías, a pesar de eso, a nadie le importó mi sacrificio - dijo enojada. No saber quién se encontraba allí le daba algo de malestar.

- ¿Por qué dices que eres mi amigo? -.

-Has mostrado valor...también temeridad.-Se dejó mostrar en los ecos de la muerte aquella voz. -Déjame contarte algo sobre los amigos, y los enemigos, mi querida Lúva, pues veo que te has perdido en lo absoluto, en el sí o no, en lo blanco o negro. - La voz se detuvo por un breve periodo.

-Una fábula, de la que mucho hay que aprender.- Postuló antes de comenzar a narrar

"Érase una vez, un pajarito el cual se retrasó en su migración al sur, así que durante su travesía tuvo que soportar frío y  ventiscas. Una, lo sorprendió en pleno vuelo. Aquella helada tan severa, hizo que las alas se le empezaran a llenar de hielo,  hasta que cayó al suelo casi muerto, moribundo y congelado. Una vaca que pastaba cerca, defecó justo donde estaba el pajarito, sin  tan siquiera fijarse en él; la mierda que lo cubría estaba tibia y lo cubría casi por completo, así que el pajarito comenzó a sentirse vivo de nuevo, a descongelarse. Y se sintió tan feliz por haber salvado su vida que sacó la cabeza y comenzó a piar.
Un gato que por allí merodeaba lo oyó y se acercó. Lo observó con detenimiento, mientras el pajarito seguía piando y piando de felicidad. El gato, con calma, retiró la mierda y lo limpió en la verde hierba, para finalmente***comérselo***"

-La moraleja, mi siempre querida Lúva es que, no todo el que te echa mierda encima, es tu enemigo. No todo el que te saca de ella es tu amigo. Y si estas con la mierda al cuello...manten la boca cerrada.-

Un nuevo intervalo de silencio se sucedió.

-No te atrevas a juzgar mis intenciones, Lúva. No culpes a otros de tus errores. Decidiste, actuaste, y fallaste. Te precipitaste, amiga mía. Pero si tu rencor por lo ocurrido, no te permite pensar con frialdad y no deseas mi presencia, ningún susurro más volverá sonar. La elección es tuya.-  

Lúva escuchó la historia un tanto enojada pero no dijo nada más. Suspiró profundamente y dijo - De acuerdo, sé que es cierto, pero ese árbol oráculo me acusó y ellos iban a matarme. Mi única opción era esa, ya que ni siquiera mi buen amigo Randir confió en mí - suspiró y se sentó. Se sentía deprimida y más con lo que sucedía en el lado de los muertos.

- Cierto es que no todo aquel que te ayuda es tu amigo, pero también es cierto que muchos parecen querer esconderse tras los mantos de tus opositores, así que ni el uno ni el dos. O fue Atanamir quien me acabó o fue alguien más que quería gastarme una broma. Atanamir me odia, lo dejó claro. Pero yo a él nunca le acusé directamente pues creí en su palabra -.

Reflexionó por un instante y luego dijo - Dime, ¿Cuáles son tus intenciones? Yo dejé claras las mías pero seguían surgiendo dudas y Lassa quería quitarme un mérito que era propio -.

-Mi intención, querida Lúva, es devolverte el favor que antaño me hiciste tú a mi...-  Respondió aquel susurro. -Pero tanto te has dejado llevar por tu interior noble y justo que creo que tu regreso sería efímero- Un silencio se hizo. -Hay que protegerte si regresaras...pero carezco de ese don.-

Silencio. De nuevo, silencio.

El corazón de Lúva dio un salto al escuchar eso y dijo - ¿Favor de antaño? ¿Te refieres a en las Ruinas? - se sentía sorprendida y algo asustada. ¿Y si no era quien pensaba?

- ¿Quién eres y cómo me harías ese favor? ¿Puedes regresarme a la vida? - dijo sorprendida. ¿Habría otra manera de regresar que no fuera como esclava?

Cuando menciona lo de la protección, dice - Bueno, lo que sea que pueda hacer mientras pueda regresarme me parece bien. Yo regresaría a Jane, si ella se compromete a regresarme en caso de que muera. Sería una esclava pero podría seguir ayudando -.

-Me refiero.- Contestó únicamente aquel murmullo.

-Randir puede poseer esa capacidad. Aunque creo que no se fia de tiiii.- Resonó como un eco.

-Actúa de forma extraña desde antes de las últimas campanadas. No puedo arriesgarme a que someta tu voluntad sin estar seguro de sus intenciones, pues podría obligarte a traer de vuelta a aquellos que albergan el odio dentro de sí.- Un silencio exasperante se hizo de nuevo.

-Solo quería informarte de que puede haber aún esperanza vieja amiga. Y que haré lo posible porque vuelvas de entre los muertos-

- ¿A qué te refieres con comportamientos extraños? - dice tranquilamente.

- Él no se fía de mí por culpa de Serindë. Ella está convencida de que soy culpable y lo convenció a él - dijo.

- ¿Puedes decirme quién eres, por favor? Igual y siempre pueden decirle a Paul que mire en mi interior y vea si soy o no una traidora -.

-Mucha fe depositas en las palabras de Paul, aquel que finge ver...- Susurró el murmullo.

-Soy el que soy...el primero y el único. Se escuchó como un lamento perdido.

-Serindë es inocente, Lúva. Los muertos mienten. Aina miente.  Rencillas personales la impulsan.- Susurró nuevamente aquel eco.

-Comportamientos extraños, poco comunes, carentes de lo habitual. Decisiones aparentemente aleatorias.-

Respondió a todas sus preguntas de forma inversa a su orden de enunciado.

Y con la vuelta a la vida de Kammy esta conexión anónima se perdió, quedándose en el olvido...

Y con la vuelta a la vida de Lúva esta conexión volvió a establecerse, dándoos una nueva oportunidad de hablar a solas...