Míriel miró a Luva con suma tranquilidad.

- He estado muerto porque no me habéis dejado actuar, y a mi modo estoy haciendo lo que puedo dadas mis circunstancias. Me estoy basando en la información que aquí se está dando y creo que la más indicada es Essa, sobre su inocencia no hay ninguna duda y ella también tiene el poder de ajusticiar.

Sus fosas nasales se contrajeron cuando Lúva le abrazo. No se lo esperaba, pero no hizo otra cosa que contenerla, aún cuando ella se liberaba de todo lo que tenía guardado, diciendo las cosas que había visto.

- La verdad... me inclino a creer a Lúva. Miriel, desestimare tus palabras, no tienen sentido alguno.- La verdad, hace tiempo que había perdido el hilo de los argumentos, no sabía bien quien decía que o que otra cosa, pero creía, o más bien, elegía confiar en la fata con hojas por cabello y ropas.- ¿Dices que Lúva es una traidora, y luego callas tu acusación? - Sus brazos sujetaron más fuerte a la fata.- Aquellos que han actuado como tu lo haces ahora son los que más daño han causado al Bosque.-

Elendire miró largamente a Aina, en silencio, sin llegar a verbalizar una respuesta concreta. Tan sólo suspiró, cansada, refugiándose una vez más en Loth- Lúva sólo es culpable de hablar llevada por la ira, y de prejuzgar apresuradamente. No es una Anarquista- aclaró, en tono conciliador- Te agradezco tus palabras, Miriel. Sé que hablas en mi favor con la mejor de las voluntades, pero estás equivocado.- añadió, dedicándole una leve sonrisa- Yo también confío en ti. Aunque las circunstancias no te permitieran hacer mucho. 

Respiró hondo entonces, antes de volver a hablar, de nuevo, seria. Algo que no le agradaba, y que no era habitual en ella, pero que era necesario- Quien vuelva conmigo no será un esclavo. Lo garantizo.-dijo, tajante- Pero debéis saber que ésta es sólo una oportunidad probable, y no asegurada. Lo puedo considerar, e intentar... Pero no sé si es lo que pasará al final. 

Míriel arqueo una ceja estilo Roger, estaba tan acostumbrado a que le llevarán la contraria y lo juzgarán por lo que hizo sin conocer sus motivos que se sorprendía a si mismo cuando aún tenía esperanzas en ser escuchado y luchar con las armas que le restaban por Fae.

-Elendire agradezco tus palabras es reconfortante que alguien tenga un buen concepto de mí... pero todavía seguís sin hacerme caso... cuando digo algo es porque estoy seguro y mis motivos están más que justificados. Hay alguien que no tardara en rebelarse y esclarecer muchas cosas pero no seré yo quien lo revele... sólo te digo que Essa podría ayudar mucho por las características de su poder. Pero no te puedo obligar y casi prefiero no añadir nada más todo lo que sugiero o es ignorado o es utilizado para ir en mi contra.

La acusaciones que se vertían entre los muertos, cada vez tenían menos sentido y el arranque de Lúva me daba que pensar.

-Sin que sirva de precedente, puesto que sabéis que Miriel no es precisamente santo de mi devoción, debo decir que parte de sus palabras tienen sentido.- Miré a Lúva directamente. –No sé qué te ha pasado para que de pronto al volver, hayas cambiado tanto tus acusaciones. No obstante, estoy convencida de que, aunque la capacidad de Elendire sea discutible igual que la mía, sus intenciones no lo son. La forma en que funciona mi don, y lo que he visto en los demás, me hace pensar que si en algún momento fue esclava, ya no lo es. De la misma forma en que los muertos regresan curados, cabe suponer que cualquier lazo de servidumbre también se rompa tras la muerte. Te han matado tantas veces que no veo motivos para dudar de ti. – La idea de hacer volver a Lúva me parecía correcta, pero se había demostrado que ambas duraban poco.

-Hacer regresar a Lúva es una buena idea siempre y cuando os dé tiempo a poder usar tu capacidad. Si no me equivoco, solo puedes usarla durante el día. Se acerca la hora del reloj y los traidores pueden unirse para deshacerse de otro, luego está la noche y las probabilidades de que os vuelvan a matar son muy altas. Si decides que vuelva yo contigo, podemos hacer fuerza para encargarnos de alguien a la hora del reloj y yo puedo encargarme de otro por la noche, aunque luego muramos de nuevo, serán dos menos de los que preocuparnos. No obstante, la decisión está en ti.

Rodeada de toda esa gente de dudosas intenciones, se acercó a Lúva. No le gustaba como hablaban de su familia, y aunque Lúva también desconfiaba de ella, al menos la había conocido en circunstancias más pacíficas. Odiaba este ambiente dónde todos parecían querer destrozarle la yugular al siguiente. 

Hablaban demasiado de matar, de llevarse a tal o a quién, se acusaban entre sí y luego confiaban en ellos como si nada. El asunto era increíblemente confuso. 

¿Fuiste tú la que esparció rumores, Lúva? - preguntó, preocupada. Por alguna razón, con los fatas de las Ruinas se permitía el darles el beneficio de la duda antes de juzgarlos, como habría hecho con uno de Palacio. No le agradaba, pues no era justo, pero era lo que había aprendido. - ¿Por qué culparías a mi hermana?

Gelion salió a defender su inocencia delante de Miriel, quien parecía querer acusarla como fuera. Entonces, Namárie habló y ella la miró con tristeza. Como dijo antes, apreciaba a la fata. Se aferró más fuerte a Gelion cuando él lo hacía con ella y no podía evitar una leve sonrisa ante ese protector gesto del fata del Bosque.

- Si tu hermana es Serindë, creo que conoces la razón. Me acusó de mentirosa por la resurrección de Tarma solo porque Lassa se lo había dicho y Lassa es una víbora - miró a Aina con algo de tristeza para continuar.

- Sabes bien que trató de voltear a todos en mi contra en ese árbol, a pesar de que demostré todas y cada una de mis palabras. Tú me creíste, pero ella no y se cerraba en sus ideas. Yo no esparcí rumores, yo lo conté frente a todos aquí. Yo dije lo que sabía, lo mostré, hice todo lo que estaba en mis manos y ella seguía llamándome traidora y mentirosa. No sé qué les habrá dicho a ti y a Morchain... - la mención de su buen amigo, hizo que el corazón de Lúva diera un vuelco. Paró en seco su argumentación y recordó por lo que había pasado junto a él. A pesar de eso, nunca le había hablado y ella lo buscaba desde el inicio.

Las lágrimas comenzaron a brotar otra vez y su voz se cortó - Por ella es que tuve que hacerlo público - se hundió en Gelion una vez más, aunque no sabía bien si eso incomodaba al fata. Esperaba que no porque en ese momento, no tenía nada más en mente.

Eirien no pierde ocasión de dedicarle un significativo gesto de “calma” a Rais, no estaba ignorando sus preguntas, nunca... y no se cortaría ni uno de sus desaliñados pelos en responderlas, pero a su modo. No obstante, cuando Lúva explota dándole 2 de los nombres que pedía, frunce los labios… no por los nombres en sí, si no por el marco en cual los dejaba - Luvá… Fata desertora, nada sé de Elende... pero ¿que es lo que te hace señalar a Randir? – le pregunta… y tras sus palabras en respuesta a Namarie... asiente, queriendo creer este punto, pues tampoco confiaba en la mencionada Serindë.

Luego se dirige a Elendire, causa del encontronazo – Llevo unos días ansiando descubrir relación entre ataques para desvelar el número de traidores ¿alguien lo sabe? – ya lo había preguntado, y lo vuelve a hacer algo crispada – Tal vez no haya analogía alguna… pero si hay ataques tuyos de por medio, me estas molestando… – fuerza, y mucho, sus 3 últimas palabras. Y no la creía culpable, no… su curioso apego por la muerte así se lo hacía creer, como así lo había dicho Loth. - ¿Qué muertes o ataques fallidos te adjudicas hasta ahora? ¿uno? ¿dos? ¿Cuántos y cuales? – pregunta - ¿Alguien mas? - Pregunta inútil, pero...

Y pasados unos simples segundos, señala a Miriel estirando un brazo lentamente – Todavía no es hora de rendirse, homicida de niños - le dice ante su aparente derrotismo, o simple cansancio.
Insiste en lo dicho, y más… - Incito una ultima vez a que sea Essä, si puede ser, la que acompañe a Elendirë en su vuelta y en el momento oportuno. Apoyo sus palabras, aunque suenen a muerte,no hay otra vía - Tal como decían, Lúva era una opción adecuada según el momento del día. Pero no era su poder, no era su elección... la dama de los secretos tan solo dejaba resbalar sus opiniones...

Rais bufó ante los gestos de calma de Eirien. Pero no podía hacer nada más que esperar, pues tenía la última pieza del puzzle.

Está claro que quien debe acompañar a Elendire, dependerá del momento en el que pueda regresar. Aunque me encantaría otro ataque de risa histérico, viendo a Lúva regresando antes del anochecer, sería un despropósito. En cambio, Essä al menos podría intentar hacer lo que sabe hacer, y si la mataran lo único que harían sería condenar sin remedio a su víctima.

En cambio, de poder volver al amanecer, creo que sería mucho más productivo traer de vuelta a Lúva, y que ella trajera a su vez a alguien que pudiera ayudar mientras el Sol estuviera alzado. No sé si esta persona sería Gelion, yo mismo o incluso Essä, siempre que no fueran a por ella en las votaciones y pudiera poder actuar de noche.

Entonces Rais miró hacia arriba, como si mirase hacia donde están los vivos, y volvió a bajar la mirada.

Tarma podía hablar conmigo mientras yo estaba vivo, incluso con ella nuevamente muerta. Y dado que se dijo que alguien hablaba con Falmari, imagino que aquí puede haber más gente hablando con los vivos en privado. Dado que Aina sólo se encuentra aquí con nosotros, sería bueno saber que está pasando al otro lado.

- Aún debo esperar para poder volver. Al menos hasta que caiga la noche. Si lo hiciera ahora no podría llevar a nadie conmigo. -aclaró- Y aún haciéndolo en el momento adecuado, repito que es... Una posibilidad. Algo a lo que sólo podemos aferrarnos en parte. -miró a todos y cada uno de los presentes, llena de duda- La idea de llevar a Essä o a Lúva conmigo dependiendo de si vuelvo cuando amanezca o durante la noche, me parece adecuada. Sin embargo, aún no sabemos qué ocurrirá cuando suenen las seis campanadas y llegue la oscuridad. - añadió, suspirando- Creo que deberíamos sopesar la decisión final entonces.  

Miró entonces a Eirien, con desgana- En cuanto a cuántos traidores quedan... No creo que saber quiénes hicieron qué en concreto vaya a resolver el dilema. Pues no todos los que se consideran Anarquistas tienen los escrúpulos o la habilidad de tomar la vida de alguien. Pero si te sirve de ayuda te diré que por mi parte no hubo ningún ataque fallido, y que como ya he confesado aquí mismo anteriormente y delante de Rais y la propia Aidane, tomé la vida de Aidane en su momento. 

Finalmente, sin poder pasar por alto lo que se decía de otro de sus seres queridos, añadió- También puedo asegurar que considerar a Elendë un traidor es algo descabellado. Él está libre de culpa, en ese sentido. A él no le interesaba la Guerra. Tan sólo le interesaba encontrarme, y llevarme de vuelta a casa -se mordió el labio inferior, nerviosa- Es mi hermano. 

Aina estuvo mucho rato en silencio. Tenía la mirada perdida y una expresión seria en su rostro. En algún momento sus ojos se entrecerraron y una mueca se formó en sus labios. 

Finalmente pestañeó y volvió de nuevo su atención a aquel rincón olvidado.

- Gelion no debe volver - . Dijo, clavando su mirada en Lúva. - Y creo que tú eres capaz de resucitarlo, así que ahora no sé si eres buena opción - . Sus labios volvieron a torcerse en una mueca y miró a Elendire. - Les he estado escuchando y han salido muchas cosas a la luz. Andy puede ver en el interior de los muertos y vio lo que ya sabíamos de Vanya. Ha confirmado que es una traidora. Ha hablado de varios de vosotros. Miró en el interior de Tarma, de Essä y de Loth. Los tres son inocentes. Pero Anastasia parece ser que puede copiar los poderes de los vivos, y así lo hizo con Andy para poder mirar en el interior de otros. Y descubrió que Gelion es uno de los asesinos. Está demasiado ofuscado con que el Bosque es el pulmón de Fäe y quiere acabar con todos los que no piensen como él - . 

Falmari sonrió y observó el circulo mediatico que se había formado miró divertida a Rais que parecía que volvía a hablar de ella-¿por que tanta intriga? ¿si quereís saber con quien hablaba por que no me lo preguntaís directamente? quizás porque en cuanto diga su nombre vaís a ir a por ella como detrás de un zorro? vamos....¿quien es el valiente?

Interrumpiendo por unos segundos la discusión y planificación de futuros eventos y resurrecciones de los presentes, miró a Aina.

Si me disculpas por un segundo, tengo un mensaje para ti. - hizo una pausa, esperando que Aina se diera el tiempo de escucharla - Paul me pide que te diga que no te rindas, y que dará todo porque tu princesa llegue hasta el final. 

Cuando Aina habló, Rais apartó la mirada durante un momento. Quería hablar, pero se le hacía un nudo en el estómago. Entonces habló Falmari.

Mis disculpas, imaginé que alguien ya había hecho tal pregunta sin recibir respuesta. Pues ya que no recibí respuesta cuando lo pregunté en el otro lado, te lo pregunto a ti directamente en este lugar. ¿Con quien hablas de los vivos? Y ya de paso, de ser posible, que se cuentan por allí arriba.

Entonces Namárie habló, y Rais sonrió y soltó un "¡Ja!" interno para si mismo. Entonces, decidió que era mejor hablar.

No digo que Andy mienta, pero todos los aquí presentes sabemos ya que no somos los que llegamos aquí el primer día. Y Tarma... era inocente. - Rais miró a Tarma con los ojos entristecidos - No sé cuando cambió de bando, es posible que después que Andy mirase en su interior. Desconozco si alguno de los que llamáis Anarquistas ha podido redimirse, pero que han logrado más adeptos a su causa, esa es una dolorosa verdad, una que puede condenarnos a todos...

Contemplé las discusiones que se sucedían, y me mantuve callada, a la espera de alguna clase de revelación que nos pudiera llegar desde el mundo de los vivos. Lo único que podíamos hacer en ese momento era teorizar, pero me moría de curiosidad por saber qué pasaba al otro lado.

Sin embargo, tal sentimiento se vio eclipsado cuando escuché mi nombre en la boca de Aina, confirmando algo que ya se había dicho, y en la boca de Rais, confesando algo que pocos lo sabían.

—Cambié de bando por obligación— terminé encogiéndome de hombros—. Ya estaba muerta cuando eso pasó— dije—. Bueno, me cambiaron, reviví, y morí al día siguiente, por lo que no hice nada que acompañara a los traidores en su empresa— suspiré—. Ciertamente, tan solo quiero que termine todo esto pronto, por eso confesé mi condición— dije—. No es que quiera un perdón de nadie— quise aclarar—. Sólo quiero que podamos terminar descansado los que podamos, y volviendo a Fäe los que se lo merezcan. 

-Volver una y otra vez, que curioso poder y envidia dar al vida y no quitarla.-Comento el fata cornudo tras estar en silencio tanto tiempo como el resto hablando, sin duda aquellos que murieron sabían mucho mas en muerte en que vida y ahora que el estaba muerte, deseaba volver a la vida, para compartir con los vivos lo que aquí se hablaba pues, al parecer no siempre se dice todo lo que se escucha. "Chacal" Volvió a sangrar en su piel, como deseando salir de su gris apariencia.

-¿Podría saber de ese don que tienes Elendire? Como lo conseguiste, ¿Esta al alcance de otros?-Pregunto encorvado pues su altura era demasiada comparada con otros.

-Algo me dice, que este día el odio es muy grande y no caerá una sola fata con nosotros, sino varias, puede que sea el final después de todo.-Contesto a Tarma, aunque queriendo saber de Elendire.

Míriel trataba de animarse, trataba de pensar que todo saldría bien... pero eran tantos los interrogantes... tantos fatas muertos que deberían de estar vivos... que simplemente estaba cayendo en la desesperación, en la incertidumbre de la espera. Faltaba poco para que se emitiera un nuevo beredicto, después vendría la noche... muerte y más muerte. ¿Es qiue acaso terminarían todos muriendo como les dijeron al principio o habría otra salida? Fuere como fuere convino con las palabras de Leithian en que el final parecía más próximo. 

Todavía no es hora de rendirse, homicida de niños

- Sois unos aburridos... estáis siempre con lo mismo...- bufó Míriel, cansado y hastiado de que todo el mundo le recordase que había matado a unos niños, llenos de ponzoña y maldad...  para ser exactos- cada vez que hablo o me matáis o me lanzáis miradas asesinas o me llamáis mataniños, sin tener en cuenta nada más... - "Hasta los eggs me tienen ya" pensó para sí

Cuando Aina intervino la miró muy serio.

- ¿Es eso todo lo que te han dicho? ¿Hay algo más que puedas añadir? Estaría bien tener un poco de más información para atenernos a lo que nos encontremos...

Elendire miró a Rais, sorprendida al ver que precísamente él, que parecía tener a Tarma en alta estima, hacía aquellas declaraciones. Acto seguido, posó sus ojos sobre Tarma, entrecerrándolos, sintiendo que una frase se agolpaba tras sus labios, pero prefiriendo al fin y al cabo no malgastar ninguna palabra en hablar con ella. 

Finalmente, prestó atención a Aina- ¿Los puedes escuchar?-preguntó, perpleja, y en aquel instante la voz de Leithian llegó a sus oidos, portando su propio nombre.

Y a Elendire le resultó extraño escuchar cómo la llamaba, aunque no supo explicar por qué. De manera que lo observó fijamente, durante unos instantes, con la curiosidad brillando en sus pupilas, antes de responderle- No lo sé. Desde que mi memoria alcanza, siempre he sabido cómo tomar la esencia de mis hermanos y obtener de ella todo tipo de conocimientos y recuerdos. Y cuando volvimos a recordar, fui dándome cuenta, progresivamente, de que también era capaz de proporcionar mi propia esencia. Y una noche, símplemente, la luna me hizo entender que me daría fuerzas en la flaqueza, para que pudiera renacer bajo su influjo, proporcionándome además la oportunidad de llevar a alguien junto a mí hacia el otro lado.-  se encogió ligeramente de hombros, y se mordió el labio inferior, intentando contener un nuevo impulso, sin éxito, acercando finalmente su mano a la herida sangrante que resaltaba sobre la piel gris de Leithian dictando la palabra "Chacal", tal y como le gritaba su propio cuerpo que hiciera. Acarició las letras, con delicadeza, antes de preguntar, con una sonrisa- ¿Quién es "Chacal"? 

Aina miró a Míriel y negó con la cabeza. - No, no me lo han dicho.... - Pero antes de llegar a explicar que podía verles, Elendire le preguntó y en ese momento ella asintió con la cabeza. - Sí, puedo verles, aunque no puedo hablar con ellos. Me entero de todo lo que hacen desde el primer día - . Se encogió ligeramente de hombros. - No dije nada porque tenía miedo de que entonces pensarais que no era necesario que estuviera viva. Pero temo que todo se está precipitando y que un error nuestro, como resucitar a Gelion, podría ser fatal - . Le explicó y se volvió a mirar a Míriel. - Andy ha hablado también de ti. Ha explicado tu pasado - . Una mueca triste se dibujó en sus labios. Pero prefirió no explicar nada para no abrir viejas heridas. - Puedes estar tranquilo, ha confirmado lo que llevas tanto tiempo defendiendo. Que sólo hiciste justicia y los hijos de Lassa eran pura maldad - . 

Salón de los Difuntos

Sucedió lentamente, casi como el tiempo que uno comienza a abandonar el sueño hasta que es consciente de que está despierto. Tus ojos empezaban a abrirse en esta nueva realidad con una sola certeza: habías muerto.

Puede que aquel lugar estuviera hecho para esperar durante toda la eternidad. Quizá, sólo quizá, ese tiempo fuera más breve de lo que parecía al pronunciar esa palabra. O puede que simplemente estuviese disponible durante unos días, el tiempo que todo tardase en resolverse. Como un bar a medio recoger antes de apagar las luces.

Sin embargo una cosa era evidente: el sitio recordaba mucho más a Fäe que al mundo de los soñadores. Se trataba de un pequeño lugar en lo que parecía el Bosque.

Sobre ti, sobre todos vosotros, podía verse el cielo claro, con un sol radiante que calentaba el rostro de los presentes. El suelo estaba lleno de hierba, tierra y rocas. El arrullo del agua sonaba cerca de vosotros, mientras grandes árboles crecían a su alrededor.

En todo el lugar podía sentirse la clara presencia del olor a pino propio del Bosque. Era un aroma intenso y natural, que penetraba en vuestras fosas nasales sin ninguna dificultad.

Un poco más adelante, frente a vosotros, podía verse un pequeño estanque, alimentado por un riachuelo que traía las aguas limpias y cristalinas.  Aquello podía recordar al Bosque, sí... Aunque cualquiera que lo hubiera habitado no tardaría más que unos minutos en darse cuenta de las muchas diferencias. Quizá se parecía más a la visión que un Fata de Palacio podía tener del lugar. Sin embargo estaba claro que cada brizna de hierba, cada piedra, cada detalle, habían sido colocados con esmero.

Y lo que confirmaba esa idea era el claro que había un poco más allá, donde había bancos y mesas para poder sentarse a disfrutar del hermoso paisaje que se abría ante vuestros ojos.

Pero había algo más. El claro estaba rodeado por un enorme banco de Bruma oscura y cambiante, tal como sucedería con la que se encontraba en la Linde.

Lo único que desentonaba en aquel paisaje era la enorme torre del reloj, similar a la que podía verse en la ciudad a la que todos habíais llegado unos días atrás. En esta los mismos fuegos ardían, constantes y continuos, como dispuestos a desafiar toda lógica y razón.