Partida Rol por web

No tenía ni idea qué era lo que estábamos bebiendo, pero esos elfos me habían metido en un lío del que sólo me daría cuenta a la mañana siguiente. En esos momentos mi cerebro trabajaba con retraso. Para cuando la propuesta de Clark llegó a mi cabeza, la analicé, decidí que contestar y pronuncié las palabras... Ya estábamos en el pasillo con lo que mi respuesta había perdido toda su fuerza.

- No Claaaaaark... que soy profesooooooraaaaa. - Bueno, aunque hubiese salido a tiempo, seguía siendo una respuesta patética. - Tengo una reputra...repruta...re..plutacion que mantener. - demonios, qué difíciles eran algunas palabras. Aquellos elfos iban a enterarse mañana. - ¡Mi replutación Clark! ¡Mantenerla! - le decía mientras avanzaba a su lado dejando que él decidiese el camino. Mis piernas parecían tener capacidad de decisión propia y seguramente era más fácil si dejaba que se moviesen a su antojo en lugar de forzar yo hacia dónde querían ir. Algo me decía que si hacía eso las piernas no querrían hacerme caso.

Cierto era que Erm nunca había hablado con nadie de esos temas de manera tan abierta... su difunta pareja era demasiado tímida, y al menor viso de abordaje sobre el sexo, se ponía roja y cubría su rostro. Fue un recuerdo enternecedor, pero la vida, seguía, de manera injusta, pero seguía.

Miró como Beth se reía y no pudo evitar soltar varias carcajadas junto a las de ella... se sentía bien, y era la primera vez que pensaba en ella sin sentir que le abordara una tristeza descontrolada - pues dice muy poco de tus anteriores amantes - le dijo con cierta chulería mirándola después de apoyarse sobre sus brazos para darle después un fugaz beso - ¿en todos los sentidos? - respondió sin dejar de sonreír - para mi... esto ha sido magia de verdad - y no dejó de mirarla a los ojos. 

Clark no paraba de reirse con la botella en la mano. Pegaba de vez en cuando un trago mientras caminaba algo más encorvado que de costumbre.

- ¡¿Repuqué?!- decía llevándose la mano libre a la oreja como si así pudiera escuchar mejor- Eres muy pequeña, Emily. Desde aquí arriba no te ejcucho nada. Toma, bebe un poco a ver si así te crece la voz. Jijijiji.

Y le pasó la botella con poca puntería. Se tropezó un poco con su propia capa pero de milagro logró mantener el equilibrio.

- ¡Ejtoy bien! ¡N-nooo me caí!

En ese momento aparecían por el mismo pasillo dos persona. Zoey, vestida como batwoman y Eileen. Iban charlando de forma animada. Zoey le decía a su mujer que no se molestara por esas cosas que eran típicas de Bella. Hasta que terminaron acercándose lo suficiente como para diferenciarse entre los cuatro.

Clark:- ¡Eh! ¡Emily! ¡Mira quienes ssson! Tus amigas lesbianas. Jijijiji...

Zoey, que hasta entonces había ido riéndose y sonriendo de forma distendida, ahora se cruzó de brazos y bajó ligeramente la cabeza mientras alzaba las cejas mientras en su semblante serio se podía leer perfectamente lo que quería decir: "¿Amigas lesbianas?".

"Emily Van Dyck iba pedo", titular de la noche. Por primera vez en mi vida no tenía pleno uso de mis facultades, y seguramente eso me aseguraría que no volvería a hacerlo. Pero eso era futuro. En esos momentos trataba de concentrarme en hacer que mi cuerpo hiciese caso de mi mente, y de que mi mente pensase en algo mejor que "si los unicornios bebés tienen cuernos, probablemente nacen por cesárea".

- La voz no crece, merluuuuuuuuuzo. - le contesté seria, mientras me decía en mis adentros que menudo tonto. Cuando me pasó la botella, esta se cayó y por arte de magia no se rompió. (seguramente literalmente, la botella tal vez tenía algún conjuro de protección) - Te he dicho 4 copas, y ya llevo cuatrooo. No voy a beber másssss. - Llevaba cuatro, ¿no? ¿O tres? Si los elfos solían beber aquello seguramente morían explotando o algo, en aquellos cuerpos tan escuchifirriaos. Mi cabeza estaba cerca de explotar y técnicamente no había bebido mucho. ¿Cuántos grados tenía aquello? ¿Y cuántos ingredientes mágicos? Mientras mi cabeza pasaba de una pregunta extremadamente filosófica a otra, mis ojos vieron a Zoey y Eileen a la vez que Clark. Sin embargo lo que mis ojos veían y lo que mi cabeza analizaba, distaba mucho de ser una interpretación corriente, adulta y madura. Y mi boca también hablaba más de lo que mi mente le habría permitido normalmente. - Ella no es mi amiiiiga. - le contesté con tono condescendiente a Clark mientras señalaba sin sutileza a Zoey. - La otra lesbiana que te decía es de AUSTRALIAAA. - contesté gritando el nombre del país por algún motivo que desconocía, pero que me parecía extremadamente divertido, con lo que me puse a reírme. Pero la risa duró poco en cuanto miré a Eileen y me entraron ganas de llorar mientras lanzaba mis brazos alrededor del cuello de Eileen. - Eileeeeeeeeeeen no dejes de ser mi amiga nuncaaaaaa. Yo te quierooooooo. No nos peleemos nuncaaaaaaaaaaaaaa. - me separé de mi amiga cogiéndole por ambos brazos mientras le sacudía y le preguntaba en volumen demasiado alto y con extrema preocupación - ¿QUÉ HARÍA YO SIN TI? ¿QUÉ HARÍAS TÚ SIN MI? ¡EL MUNDO SE IRIA AL GARETE EILEEN! ¡¡¡AL GARETE!!!

Tras asegurarse de que puede ausentarse de la fiesta, aunque tampoco puede quedar demasiado para acabarla, les guía hasta su habitación. No es demasiado grande, pero es bonita. Hay bastantes papeles en la mesa, seguramente trabajos, y en las paredes hay fotos de ellos. Aunque claro, la habitación no está hecha para 3 personas. Pero con magia se soluciona nada.

Tras adecentar un poco la habitación para hacer espacio para una cama de niño, decide transformar uno de los cajones de la cómoda en una cama cómoda y mullidita para Dean.

-Bueno, esqueletito... ¿has traído tu pijama? Te contaré uno de los cuentos de Beedle el Bardo. Seguro que no los conoces...

Sonríe.

- Sí claro, no me molesto por ti pero a ella cuando la pille, es chica muerta. Y me aseguraré de decapitarla por si acaso revive.

En esos momentos estaba enfatizando sus palabras con gestos más bien grotescos cuando escuchó las risitas de borrachos. Inmediatamente enarcó una de sus cejas, esperando encontrar alumnos borrachos a los que castigar pero cuál fue su sorpresa que los dos borrachos eran, precisamente, dos adultos, nada más y nada menos que Emily y su compañero auror.

La ceja que había permanecido en su sitio se alzó con estupefacción pero lo que en otro momento le habría ocasionado cierta gracia sólo le produjo un ceño fruncido y es que Emily y ella no estaban en sus mejores términos desde la misión, por lo menos por su parte que seguía ofendida con su amiga. Claro que la expresión se volvió glacial cuando el idiota de su amiguito soltó lo de las amigas lesbianas.

Ja, ja, claro que sí, típico de los tíos heteros. Si unas chicas eran lesbianas le parecía algo digno de mención, mucho mejor que decir simplemente que eran sus amigas. Seguro que no hubiera sentido la necesidad de puntualizar con otra amiga pero con ellas, sí.

- Eh...

Claro que Emily no se quedó corta. La frase sobre Zoey fue lapidaria. No es que fuera algo que desconociera pero de ahí a verbalizarlo iba un rato. Siempre había sido algo que todos habían guardado bajo control. Habían aprendido a mantener las apariencias y a correr un tupido velo sobre el tema que su mujer y su mejor amiga no se llevaran bien. Zoey era la que mejor lo hacía a decir verdad, la que más se esforzaba por Eileen. Pero Emily acababa de romper el pacto no verbal que todos habían formulado al enunciar en voz alta la realidad.

Entrecerró los ojos, acusando el golpe, pero habría podido irse con su dignidad intacta sino la hubiera abrazado de esa forma, colgándose de ella y lanzándole vaharadas de aliento alcohólico a la cara. Sólo cuando por fin acabó de hablar pudo soltarse de su agarre, mirándola con expresión peligrosa que denotaba a las claras su enfado.

- Lo tuyo es muy fuerte, Emily - quería decirle muchas cosas, como siempre que se enfadaba pero sintió que las palabras se le atragantaron y que, por una vez, las explicaciones sobraban. Porque si necesitaba una explicación sobre todo lo que estaba mal es que no se enteraba de nada -. Y tú, idiota. Yo seré lesbiana pero tú tienes pinta de ser un pito flácido que intenta ligar con la novia de otro colega y que pronto llevará peluquín. ¡Ja!

No, no había sido su respuesta más ingeniosa. Pero estaba cabreada, por eso acabó por pasar por su lado al soltar ese ¡Ja!, yendo dirección a su despacho a la par que tiraba de la mano de Zoey.

Vaya. La sinceridad de la Emily borracha resultaba incontrolable al parecer. Pero a pesar de que otra persona le habría respondido con un comentario del tipo "tranquila, tú tampoco me caes bien" o "estoy de acuerdo" o "Y no sabes lo que me alegro de no tenerte de amiga", Zoey mantuvo la compostura, en silencio, seria y cruzada de brazos. Le daba vergüenza la actitud de dos aurores en plena juerga.

Y apenas reaccionó, aunque sí que tensó aún más sus facciones, cuando Emily se acercó de aquella manera a Eileen. Le habría gustado separarla de ella, pero tampoco lo hizo, paciente al saber que en realidad aquella no era su "discusión".

Mientras, Clark recogía la botella del suelo, observando el arrebato de Emily sin poder evitar reírse. ¡Qué divertida! Pero entonces la morena habló y no parecía querer unirse a la fiesta. Cuando se dirigió a él se quedó muy serio, pero una vez Eileen pasó por su lado, no pudo evitar soltar una pedorreta de tanto aguantar la risa y se dobló por la cintura mirando a Emily mientras se partía de risa:

Clark:- ¡Pito flácido! Tuuu... ammiga... ¡me ha llamado ppppito flácido!

Zoey, dejándose llevar por Eileen, no se quejó y continuó caminando. Pero eso sí, le quitó la botella de la mano al auror sin mucha resistencia.

Zoey:- Será mejor que nos llevemos esto. 

Escuchó atentamente a Mia, el poder estar hablando de esas cosas era casi como volver un poco a su vida normal, y aunque no fuesen buenas noticias precisamente el poder escapar un poco de todo aquello de tener una misión importante y poder relajarse era algo que agradecía enormemente.

- Los medios siempre están molestando en cuanto se huelen que pueden sacar una primicia… lo siento mucho - dijo agachando la cabeza - te debo una grande sí. Y si, iré contigo a la gala de premios de quidditch, tienes mi palabra - tras aquello la abrazó y le dio un largo beso, la había echado mucho de menos.

Estaba siendo todo demasiado cursi para tratarse de Killian, pero mi felicidad era tal que yo me dejaba. Sin embargo una pregunta rondaba mi cabeza. 

- Oye... ¿Qué te ha pasado? Es decir, hace tiempo vivimos juntos y jamás ha pasado esto. Ahora que me voy de casa durante un tiempo, sin embargo, pasa... ¿Por qué? 

¿Quizás ya no ligaba tanto? Me parecía algo improbable. ¿Me había echado mucho de menos? ¿Qué? ¿Qué le pasaba? ¿No estaría controlado por ese líquido negro de los ojos, no? Paranoica con mis pensamientos, le miré a los ojos para comprobarlo y disimulé dándole un suave beso. - En todo caso me alegro. 

Dispuesto a escuchar el cuento de Tabatha, Lucas también se sentó en una silla que acababa de conjurar mientras Dean se tiraba en la cama con el disfraz de esqueleto incluído. La verdad es que ninguno de los dos habían pensado en traerle al niño un pijama. Pero seguro que Tabatha tenía solución para aquel pequeño despiste.

Ay con la sonrisita tonta... ¡que no se iba! Beth se encontraba feliz con el romántico y al mismo tiempo apasionado Ermendrud. No se arrepentía para nada de haberle propuesto quedarse en su casa en aquel primer encuentro. 

- En todos los sentidos.-afirmó nuevamente. 

E iba a decir algo más cuando una pajarita de papel voladora llegó hasta ellos. Preocupada y algo molesta porque se pudiera acabar aquel momento privado, Beth extendió la mano y empezó a leer en voz alta:

- "Nos vemos en la habitación de Tabatha. Katherine".

 ¿Ya habían vuelto? ¿Traerían noticias? 

Ante la no respuesta a lo del pijama, rueda los ojos, resignada.

-Por qué tengo la sensación de que son mis padres los que cuidan de vosotros dos... Ays... - suspira.

Saca la varita y señala al disfraz de Dean para cambiarlo por un pijama calentito de temática Halloween para que vaya con la noche que en la que están. Mira a Lucas con una ceja alzada.

-Tú tampoco has traído nada, ¿verdad? Pero como castigo te vas a quedar con tu disfraz puesto... - le saca la lengua y se centra en el cuento.

Abre el libro por la primera página y comienza.

- A veces tienes que alejar las cosas de ti para darte cuenta de cuanto las necesitas.- comentó entonces. Entendía el escepticismo de Vilma, pero era lo que había. Tampoco se arrepentía de no haberse decidido antes porque quizás, de haberlo hecho, no habría estado preparado. Sin embargo ahora sí que lo estaba y no tenía esa ansiedad por el compromiso- A veces estaba de bajón y me animaba al escuchar la puerta de tu habitación. Luego me asomaba y veía a Aengus...- negó con la cabeza a la vez que hacía una mueca de cierto disgusto- Eso hacía que te echara aún más de menos. Y no me hagas hablar más de estas cosas, que me da vergüenza.- y aguantó una sonrisa mientras su mirada se le iba a todo el cuerpo de Vilma.

Habían pasado escasos diez minutos cuando Dean se durmió. Lucas había bostezado un par de veces, pero había logrado mantenerse despierto, sentado en el asiento en una postura bastante relajada:

- Puedes seguir leyéndomelo a mí.- bromeó antes de sonreír.

- ¿O también forma parte de mi castigo? ¿Y darme un beso como es debido?- continuó con su tono bromista, algo bajo para no despertar a Dean.

- Lo has visto, ¿no? - explotó al cabo de unos pasos de furioso silencio -. Encima borracha. ¡En un colegio! - acabó por decir un tanto escandalizada mientras guiaba a la rubia a su despacho para que pudiera cambiarse de ropa -. No tiene suficiente con cagarla como auror que ahora la caga como profesora.

Era una suerte que Eileen no hubiera escuchado la última parte de la conversación porque probablemente hubiera vuelto ahí y habría acabado con Emily, sin importarle que fuera el alcohol el que hablara. Y es que Eileen siempre había tenido ese pronto malhumorado e irritable y Emily acababa de dar con su veta principal.

- No se puede trabajar con ella.

Después de disfrutar del prolongado beso de su novio, le sonrió ligeramente mientras le decía:

- En ese caso te perdono.- bromeó. Sabía que para Kegan aquello estaba siendo bastante duro. Estar alejado de su lujosa y excitante vida del quidditch, apartando la fama con el fin de centrarse en una misión secreta en la que salvaría al mundo y éste no podría reconocerlo. Kegan era un auténtico héroe.- Tengo ganas de ver a Isaac. ¿Estaba bien?

Ella sonreía abiertamente, y él, era algo más comedido; pero con única mirada a sus ojos bastaba para descubrir que había un brillo especial en ellos, algo poco habitual en el angustiado Erm. Su respuesta le hizo sonreír algo más y ahogo una risotada en un gracioso suspiro hasta que llegó la carta cortando un poco la atmósfera que ellos habían creado. Se quedó mirando a Beth, como cogía el papel y en seguida lo leyó en voz alta. 

Hizo una mueca - en fin... parece que tenemos que movernos - por su tono de voz traslucía que no quería, pero Erm era un hombre comprometido, y en la situación de urgencia que vivían, lo primero era lo primero. 

Se había mantenido callada todo el trayecto, esperando a que Eileen explotara porque estaba claro que lo iba a hacer. Su mujer estaba muy enfadada y Emily había terminado por soltar precisamente lo que nunca debía decir. A Zoey le habría gustado tener la última palabra en aquel encuentro, pero ciertamente estaba convencida de que así había sido mejor. Más elegante y más madura.

- Sí. Lo he visto de forma muy clara.- afirmó con un tono que intentaba ser calmado, pero ciertamente estaba enfadada por aquel encuentro. Solo se alegraba de alguna manera de que esta vez Eileen hubiera recorrido el pasillo a su lado y no alejándose.- Y no. Está claro que no está preparada para hacer ninguna misión ni para ser profesora. Le falta madurez.- Siempre le ha faltado.

Ya en la habitación se dirigió al armario en busca de algo que le quedara medianamente bien. 

¡Nooooo! ¡No quería ni por asomo volver allí arriba! ¡No quería escuchar sobre misiones secretas, dragones negros, pociones peligrosas ni salvar el mundo! Ahí abajo estaban solo ellos dos y no había problemas de ninguna clase. 

Suspiró. ¡Era demasiado pronto! Y se suponía que aquella noche era para divertirse. ¿Es que no podía Katherine ser menos oportuna? 

- Espera.- dijo entonces en un intento por prolongar aquel momento. Se incorporó y se colocó sobre Erm, besándolo con pasión unos segundos antes de separar sus labios y mirarle.- ¿Cinco minutos más?