Partida Rol por web

Sonreí a Sean. No era necesario que me dijese a qué se refería con poder comer y bailar jusntos. Sólo había habido una ocasión semejante en todo este tiempo: el Baile de Navidad de mi último curso en Hogwarts. Aquella noche habíamos podido disfrutar de un par de minutos juntos, pero ni por asomo todo lo que nos habría gustado. Teníamos que mantener las distancias y las apariencias. Lo gracioso era que probablemente la mitad de presentes en aquél baile lo estarían en la boda también, con lo que la situación iba a traer en pequeño Dejà-vu consigo, excepto porque esta vez nuestra relación era pública y no había nada que esconder.

- Atiborrarme puedo atiborrarme en cualquier momento. - le contesté - Siempre y cuando me ayudes a quemar las caloráis luego. Esta línea no se mantiene sola. - bromeé. Un poquito. - Le pediré a mi madre algún vestido de esos nuevos que diseña. No quiero tener que comprarme uno y desde que no vivo con ella no me compra tantos trajes, conjuntos y vestidos.

- Ya, bueno, soy insuperable - en otra época esos comentarios la habrían hecho sonrojar pero ahora le hacían responder con su clásico sentido del humor, a la par que se encogía de hombros mientras pasaban por un trozo de acera iluminado por un tenue rayo de sol. Por lo menos todavía no había descargado el tiempo o Stan estaría jugando a cazar charcos -. No me culpes, sabes que son las reminiscencias de mi adn licántropo. Da gracias a que no vaya meando las esquinas para marcar territorio.

Me relajo mucho con el masaje, la pasividad de Killian al masajearme mientra ve la televisión me recuerda que le tiras más los frankfurts y los huevos que el pescado. Pero, me alegro... En parte. Quería que nuestra relación siguiera siendo tal y como ahora aunque me moriría de ganas por cortar esa tensión sexual que recorría mi cuerpo con cada pasada del masaje. Voy haciendo gimiditos de placer, no lo hago aposta pero... Lo hago. Es entonces cuando escucho por la tv a ese tío cantando una de mis canciones y, nada más y nada menos que ¡La que le dediqué a Aengus!

Cuando comienzo a escuchar "Fuiste mi amigo y el mal te corrompió, pero para siempre contigo estaré y en cuanto salgas te abrazaré y lloraré junto a ti, alegre de volver a tenerte en mis brazos" se me pusieron los pelos de punta. ¡Que cancionaca, y la había hecho yo!

- Uoooh, ¿estás escuchando eso?- Le pregunto a Killian. - A ver, no es que cante del todo bien... Yo lo hago mucho mejor, ya sabes. Pero me hace mucha ilusión escucharlo.  

Acto y seguido miro a Killian y con una sonrisa empiezo a cantar yo también la canción. 

- ¡Espero que pase la prueba!

Le dedicó una sonrisa a su familia, era cierto que estaba agotado, y de todas formas hablaría con Mia para ir bien combinados ese día, por lo que por ahora solamente descansaría y se recuperaría. El cansancio iba haciendo mella en su cuerpo a medida que se le enfriaban los musculos y con el estómago lleno el sopor le hizo bostezar.

- Tenéis razón - volvió a bostezar - me voy a ir a dormir un rato y ya se verá el resto después, además, quiero hablar con Mia antes.

Tras eso, se disculpó y se dirigió hacia su habitación.

El fin de semana pasó muy rápido. Sean y Emily pasaron todo el tiempo juntos, disfrutando de la compañía del otro y del aceptable tiempo que hacía en Londres. 

Y así llegó el lunes. Un lunes cargado de sorpresas. Hacía solo cinco minutos que Sean y Emily habían llegado al departamento de aurores cuando la chica fue llamada al despacho del jefe de aurores, Gerome. Normalmente, cuando les adjudicaban misiones, llamaban tanto a ella como a Sean, pero en esta ocasión, como en la anterior, solo la citaron a ella, algo que provocó en Sean cierta molestia. Pensó que algo debía de estar pasando y desde luego nada bueno para sus intereses. 

Cuando Emily llegó al despacho, había tres personas en él. El jefe de aurores, como era de esperar, su padre, el ministro de magia y un tercer hombre arreglado con camisa y chaleco y con aspecto muy pulcro. Este último sentado en una de las sillas.

El jede de aurores le señaló la silla libre, al lado del otro hombre y frente al escritorio:

Gerome:- Señorita Van Dyck, haga el favor de sentarse.- comentó con cierta amabilidad.

- Debo admitir que tu lado salvaje me gusta siempre.- comentó, con diversión, apretando la mano de Eileen un poco para acompañar el comentario. No solo se refería al sexo, sino a la parte animal e impulsiva de su novia en cualquier aspecto.- Por cierto, mañana te llevarás la comida que yo te haga. Para que puedas presumir de buena novia en el día en que te asediarán a preguntas en cuanto se enteren.- rió divertida. Dudaba que nadie lo supiera aún, pero era una excusa para poder hacerle ese detalle a Eileen. Le apetecía hacerle una buena comida.

Tal y como Zoey había prometido, le había hecho la comida para el día siguiente. Eileen se guardó mucho de decir nada respecto a su aspecto poco apetecible puesto que normalmente en casa la encargada de cocinar era ella. No es que Zoey fuera mala cocinera, sencillamente cabía señalar que había perdido la costumbre.

Así que ahí estaba ese lunes al mediodía, después de una mañana en que había jugado más a ser muggle que maga - utilizando el microscopio para analizar su sangre en comparación con la de alguien que no compartiera adn con un licántropo -, comiendo una comida sorprendentemente buena teniendo en cuenta el aspecto horrible que tenía. Eileen acostumbraba a comer sola puesto que sus compañeros habían decidido que era más repulsivo verla comer que según que experimentos con lo que se estaba dando un banquete sin pudor, vestida en su impoluta bata blanca, cuando había llegado Adam con su habitual intento de flirteo, inasequible al desaliento. Otros ya se habrían echado atrás al ver a Eileen comer como una cochina pero él no.

- Qué dices - había interrumpido su ataque a la comida para soltar una risa cuando él había piropeado el aspecto de la comida. Se echó a reír -. Pero si tiene una pinta horrible. Aunque está bastante bueno - esperó un par de segundos de tensión mientras paladeaba las palabras antes de añadir, risueña -. Normalmente cocino yo para evitar ese tipo de cosas, pero hoy mi novia me ha hecho la comida.

Ir al despacho del jefe solía suponer misiones interesantes, por lo tanto eran buenas noticias. Ver a mi padre era poder pasar tiempo con él, y eso eran buenas noticias también. Ver a ambos en el mismo despacho y con un hombre desconocido no era lo normal, lo que quería decir que tal vez eran malas noticias. ¿Pero qué noticias exactamente requerían a mi jefe y mi padre en la misma habitación, y sin Sean presente?

- Buenos días. - dije con cordialidad a todos.

Miré al hombre mientras me sentaba tal y cómo me habían pedido, intentado descifrar quién era. Estaba segura que era la primera vez en la vida que lo veía, ya que una cara y cuerpo así no se olvidan fácilmente. Sean seguía siendo mucho más sexy, guapo y perfecto, pero mentiría si dijese que el hombre que tenía delante no era digno de posar en la portada de Corazón de Bruja con un poster extensible añadido.

Miré entonces a mi padre y al jefe esperando a qué dijesen algo. Mi jefe solía asustar a muchos, pero la verdad era que a mí me caía bien. Se notaba que sabía lo que hacía y que había dado todo en el campo mientras podía. Además, había sido la mejor amiga de Beth durante todo Hogwarts: su apariencia y gustos musicales me recordaban esos días de algun modo, y en lugar de espantarme, hacían que me cayese mejor.

El domingo fue un día realmente relajante y divertido. La familia pasó el tiempo junta, jugando en la playa, paseando, bañándose y comiendo en compañía de sus amigos. Mayka había logrado sacarle una foto de estrangis a su crush y no paró de enseñársela a todos, esperando opinión.

Rachel y su novio comentaron que le habían visto por la playa en más de una ocasión, reunido con un par de amigos de mismo aspecto malote que él. Dean, que quiso ver la foto, comento que aquel tipo le daba miedo porque parecía un secuestrador, algo de lo que todos se rieron para que Mayka no le diera tanta importancia al comentario de un niño.

Fue justo durante esa noche, mientras Dean dormía en brazos de su padre y tanto Lucas como ella paseaban por la playa en plena noche, cuando Lucas le pidió que cogiera una cosa del bolsillo trasero de su pantalón:

- Ya lo he arreglado.- comentó con felicidad- Son los billetes de vuelta. Sé que podríamos aparecernos, pero no sé si a Dean no le sentará mal al estómago, siendo tan pequeño.

Una vez todos sentados, el jefe de los aurores permitió el turno de palabra al ministro de magia que se tomó su tiempo para comenzar a hablar. No habría tardado tanto de no ser porque con quien iba a hablar era con su hija y probablemente no le gustara lo que iba a escuchar.

- Con el fin de fortalecer nuestras relaciones internacionales, hemos creado un pequeño programa con Estados Unidos de América y con Alemania. Así pues, algunos de nuestros profesionales viajarán para ejercer su cargo a estos países y lo mismo ocurrirá con los profesionales pertenecientes a Estados Unidos y Alemania. Hoy mismo me reuniré con el presidente de América y con el Canciller alemán, pero todo esto ya está puesto en marcha. Todo está firmado.- su hija era de fácil comprensión y entendimiento, por lo que sabía que estaba entendiendo todo e incluso mucho más de aquellas palabras. Miró entonces al hombre nuevo que permanecía callado- Te presento a Clark Grint. Es uno de los mejores agentes del servicio americano. Se incorpora desde hoy a nuestras filas, y será tu compañero a partir de estos momentos. Para cualquier misión.

Hizo una pausa, y se quedó mirando a su hija, con aspecto totalmente serio y profesional. Tal y como siempre acostumbraba.

El chico, que se había sentado frente a Eileen, apoyando su barbilla en sus antebrazos a su vez pegados a la mesa, alzó las cejas, creyendo que había escuchado mal. No es que fuera la primera vez que una chica se inventaba que tenía novio para espantarlo, pero lo de Eileen era un nivel mayor.

- Perdona, ¿qué?- comentó, ligeramente sorprendido. Se incorporó, sonriendo con su habitual sonrisa encantadora.- Me ha parecido oírte decir que tienes novia.- ¡Ni de coña! 

Opto por la estrategia para que la deje en paz. Esta chica es más hetero que otras muchas con las que me he acostado. Caerá. 

La chica continuó su actuación, bastante buena todo era decirlo. Y finalmente logró que la seleccionaran para participar en el concurso y poder ganarlo. Aseguró que era fan número uno de Vilma en directo y prometió que en el programa solo cantaría sus canciones. La chica era muy joven, de tan solo quince años, en plena adolescencia, pero tenía mucho talento.

- Al parecer tú la has inspirado.-  comentó Killian justo antes de terminar el masaje.- Esto ya está. Verás como esta noche duermes genial.- se echó hacia atrás para ponerse cómodo de nuevo. El siguiente cantante estaba tan nervioso que solo le salían gallos.- ¿Qué harás mañana?

La sonrisa de Eileen era tan grande que no le cabía en el rostro cuando Adam se sorprendió ante la mención de su novia. Ojalá se diera por aludido de una vez. Realmente pensaba que podían ser buenos amigos si redirigía su "energía sexual" hacia una nueva presa.

- Tengo novia - aseguró -. Soy más lesbiana que...bueno, que la más lesbiana de las lesbianas - se encogió de hombros, con la sonrisa empequeñeciendo un poco -. Lo que pasa es que hasta ahora lo hemos mantenido en secreto para que no afecta a nuestras carreras profesionales.

El chico no cabía en sí de sorpresa. No terminaba de decidir si creerla o si continuar creyendo que sería una estrategia con el fin de que le dejara en paz. Bajó las comisuras de sus labios y asintió en un par de ocasiones, al tiempo que intentaba tomar una decisión al respecto. Se cruzó de brazos y tardó un poco en hablar. 

- ¿Y no tienes por ahí una foto de ella?- Era la última baza que tenía. Si bien también podría tratar de engañarlo usando una fotografía de una desconocida. ¿Pero quién guarda en su cartera una foto de un desconocido?- Fijo que se parece a mí.- bromeó.

El chico de Mayka no parece demasiado bueno y no sabe si de secuestrador, pero pinta de que le van las cosas como liarla con la poli, seguro. Pero no se debe juzgar a un libro por su portada así que si a Mayka le gusta, estará a su lado para darle consejo. Y si ve que no es un buen chico para ella, se lo dirá. Mayka es demasiado buena y podría acabar herida por tipos como él.

Tras comer, jugar y volver a jugar, la jornada de acaba con un Dean reventado y durmiendo en los brazos de su padre. Le encanta pasear así por la playa. Y le encanta la vida que tienen ahora. Y le encanta Lucas, por supuesto. Siempre tan atento, tan buen padre y tan buen novio. Y lo demuestran los billetes que tiene en la mano.

-¿Te he dicho hoy lo mucho que te quiero? - sonríe.

Apoya la cabeza en su hombro.

-Qué nervios... ver a mis amigos de nuevo... ¿qué dirán? Parece mentira que vayamos a volver después de 3 años.

- Muchas gracias Killian.- Le digo feliz mientras sigo viendo el programa. - Espero que la chica gane ¡Se lo merece por ser fan mía!- Río. -Además, lo hace bien. Voy a ir siguiendo este programa y quizás un día vaya a darle ánimos a la chica. ¿No es en este programa donde llaman a famosos para invitarlos como jurado algunos días?- Quizás me llamen a mi, y si es así ¡Iba a darle un super abrazo a esa chica!

Me estiro con el masaje ya dado.- ¿Has pensado en dedicarte a esto?- Le pregunto seriamente.- De verdad que me has dejado como nueva. - Me pongo en pie y voy a la cocina a por un batido de fresa que había cogido del último concierto ¡Es tan genial que te dejen llevarte cosas! mientras voy contestando a mi compi. 

- Mañana, no tenía nada en mente... Creo. Quién sabe si aparece Jess metiéndome prisa porque tengo que hacer un algo, ya sabes, ella es como mi cabeza. Si fuera por mi me olvidaría de todas las quedadas y cosas que tengo que hacer. Quizás debería comprarme una agenda, pero realmente ¿Qué más da? Luego seguro que me olvidaría de escribirla.- Doy un trago al batido y cierro los ojos de lo plancentero que era. - ¿Quieres un poco de bebida de fresa? ¡Esta riquísima!

La verdad era que Eileen no era muy dada a aquel tipo de juegos y aunque al principio había disfrutado con la incredulidad de Adam, empezaba a aburrirse. Sí, era lesbiana. ¿Qué tenía que hacer para que las dudas cesaran? ¿Traer a Zoey y besarla? ¿O ni así le bastaría?

Se tragó su hastío para ponerse a rebuscar en su cartera hasta sacar la foto de Zoey del rincón en que la ocultaba. Tras aquello, se la tendió.

- Para nada. Es rubia y tiene tetas. ¿O es que me ocultas algo, Adam? - claro que cansarse del juego no le iba a impedir hacer uso de su ironía.

El chico exhibió una medio sonrisa burlona ante la descripción que Eileen le ofrecía, hasta que se inclinó para ver la foto y su expresión cambió por completo al asombro:

- ¡Joder, qué buena está!- le quitó la foto de las manos a la chica para poder ver con más detalle la imagen. Rubia, con tetas y una sonrisa perfecta. ¿En serio eran lesbianas? ¡Qué desperdicio!- ¿Habéis pensado alguna vez en...?

Pero Paul llegó hasta ellos interrumpiendo la conversación. El jefe de Eileen y Adam les dedicó una amable sonrisa y después se dirigió a la chica:

Paul:- Perdón por interrumpiros en la hora del almuerzo, ¿podrías acompañarme un momento?

Entendía el estado de excitación de Tabatha y le gustaba verla tan emocionada y feliz. No puedo más que observar su hermoso rostro iluminado por la luz de la luna al tiempo que el sonido de las olas rompiendo imprimía un toque aún más romántico y mágico a la atmósfera. 

- Seguro que hay un par de cosas que les sorprenden.- comentó, riendo y señalando con la nariz al pequeño Dean, aún profundamente dormido en sus brazos.- Irá todo genial. Estoy seguro.

Una de las cosas que no entendía de Vilma era que le gustaran tanto aquellos batidos. ¡Si sabían a jarabe! Pero nunca le decía nada, pues a Killian no le gustaba crear incomodidad o confrontamientos. "Vive y dejar vivir" era su lema. 

- No, gracias.- le contestó.

En ese momento llamaron a la puerta de la casa y Killian se levantó con parsimonia.

- Ya voy yo. Es para mí. Procuraré no hacer mucho ruido, ¿vale?

Y es que al abrir la puerta, se escuchó una voz de chico. Desde su posición, Vilma no fue capaz de identificar ni un solo rasgo del invitado, pero sí que pudo ver que iba vestido con vaqueros, cazadora y llevaba el pelo corto. Ambos se saludaron, Killian le dejó pasar y fueron hacia su habitación, cerrando tras de sí.