Partida Rol por web

Ambas hermanas se asomaron desde el suelo ante la exclamación de Eileen, apoyando sus brazos en el borde de la cama. Stan ladraba y movía la cola con energía, contento y divertido por el juego que se llevaban las hermanas. Al verlas parar, ladró un par de veces para que siguieran jugando.

Angelina:- ¿Alguien embarazada?- preguntó Angelina ante la pregunta de quién se casaba a los veinte años. Se encogió de hombros.- Es solo una idea.

Zoey iba a abrir la boca para preguntar cuándo sería, pero el timbre de la puerta sonó entonces. ¡Menudo sábado más solicitado!

Zoey:- ¿Te importa abrir, Eileen?

Estaba Angy allí, así que ya que la había despertado, quería saber algo más sobre esa supuesta cena en el Alyn Williams. Conocía a su hermana demasiado bien y algo le olía a encerrona de algún tipo. Si bien estaba entre más de veinte posibilidades.

Se despide con la mano y espera a que desaparezca de su vista. Es tarde para ella también y para Dean. Debería estar durmiendo desde hace unas cuantas horas.

-¿Qué cuento quieres que te cuente hoy para dormir, peque...?

Cambia su idea de ir a comer algo a la cocina del hotel porque sabe que siempre que va con Dean, todos acaban dándole algo de comer y no es bueno para su barriga comer tan tarde. Comienza a caminar hacia casa para llegar cuanto antes y darse una buena ducha antes de acostarse.

-Ays... ¿por qué eres tan guapo? - sonríe a su pequeño.

Siguió bailando, a su propia bola y en un ritmo poco constante. 

- ¿Que si fue bien? ¡Fue más que bien! La gente no paraba de cantar vuestras canciones, te coreaba, bailaba, se emborrachaba, ¡te tiraron hasta calzoncillos! No sé cómo lo lograron hacerlo, ¡pero lo hicieron!- dejó de bailar y corrió hasta sujetar a Vilma de los hombros, muy cerca y con cara de loca- ¡Eres una super estrella! Lo que me recuerda...- se llevó la mano a su espalda y estuvo luchando contra algo entre su ajustado pantalón y su cuerpo hasta que logró sacarlo.- Tu correo.

Le extendió un total de veinte cartas. ¡Veinte cartas nada más y nada menos! Muchas de ellas de color rosa, pues los fans sabían que el color favorito de Vilma era el rosa, alguna que otra era un trozo de papel arrugado y una contrastaba con el resto pues era de un blanco pulcro y casi se podría decir que brillante.

- Fijo - había respondido Eileen ante el comentario de Angelina, procurando recuperar su sonrisa.

La verdad era que no recordaba demasiado del carácter de ninguno de los dos, ni siquiera si eran sangre limpia, pero bueno, una hufflepuff y un gryffindor, la verdad era que tampoco debería sorprenderle tantísimo, era sólo que se hacía extraño pensar en alguien de su quinta casado. Ni aunque ella fuera heterosexual y estuviera bien con su pareja se imaginaba casándose tan pronto.

El sonido del timbre interrumpió sus pensamientos y ya se estaba dirigiendo hacia la puerta de la habitación cuando Zoey le pidió si podía abrir. Le dirigió una mirada de extrañeza antes de salir de la estancia y abrir la puerta, aunque no sin antes mirar por la mirilla.

Podría haber sido mucho peor. Y lo bueno era que Kegan seguía en juego, con la fortuna de encontrar nuevamente aquel destello dorado gracias al relámpago. Pero no había sido el único. El buscador rival también había logrado la hazaña de encontrar la snitch y cuando menos lo esperaba, se había unido a Kegan en la batalla por atraparla y acabar de una vez el partido. 

Llegó hasta el rubio buscador y cargó con fuerza contra él, hombro con hombro. En contraste con la mayoría de los buscadores, aquel era bastante fornido y fuerte. Tenía una espalda muy ancha y todo su cuerpo ocupaba bastante en la escoba lo que le proporcionaba ciertas ventajas y desventajas en pleno vuelo.

Notó al otro buscador chocar contra él… la verdad es que ese estilo de juego no le gustaba y ya estaba bastante molesto por la situación, por lo que se separó un poco para coger algo de carrerilla y volver a chocar contra él, quitándoselo completamente de encima.

¿Intentar usar su tamaño para ganar ventaja? Esto es una maldita competencia de habilidad.

El enfado se reflejaba en su forma de pensar y lo único que podía pensar ahora mismo es en acabar el partido e irse de allí a un sitio cálido y seco, a descansar acurrucado en su forma canina frente a una chimenea mientras nota el calor de esta en cada poro de su piel.

Ese es el panorama que se encontró Eileen al abrir la puerta. La chica tenía una sonrisa amplia mientras sujetaba un cupcake entre sus manos, pero ésta desapareció ante la extrañeza de encontrarse con la morena abriendo aquella puerta. Su primer pensamiento fue el de que quizás se había confundido de piso. ¡Pero era imposible porque vivían enfrente! Tras unos instantes de duda, terminó por hablar:

- Esto... hola. ¿Está Zoey?

Ante ella se encontró con una chica de sonrisa de colegiala, de esas que en sus tiempos de instituto tenía asociadas a la estúpida rubia de gryffindor con aires de animadora. Al verla llevar un cupcake en las manos estuvo a punto de soltarle que no compraban nada pero pronto la chica preguntó por Zoey, lo que disparó sus alertas.

Bueno, a decir verdad Eileen era un poco territorial con la rubia así que había tenido que aprender a contar hasta diez cuando se le acercaba una chica sonriente. Lo cuál no quería decir que no pensara de todas ellas que eran unas perras en celo de sonrisa artificial, pechos operados y con la aparente inteligencia de una ameba.

- Eh... - odiaba cuando empezaba con los "eh", siempre era consciente de que parecía idiota, pero no podía evitarlos -. Está, sí, aunque creo que aún duerme. ¿Quieres que vaya a mirar? ¿Quién le digo que pregunta por ella?

Se quedó expectante, mientras Eileen dudaba en su respuesta, hasta que finalmente habló y la chica pareció algo más contenta. ¡Estaba! 

- Irene. Irene Chambers. Soy su nueva vecina.- y señaló a la puerta que en esos momentos tenía atrás entreabierta. Le dedicó una simpática sonrisa aunque algo forzada. No entendía muy bien qué hacía hablando con aquella chica morena. Sin duda había sido totalmente imprevisto.- Esperaré aquí.- comentó, respondiendo a la pregunta de que fuera a ver si dormía aún, sosteniendo entre sus manos con delicadeza el cupcake que tenía una pinta exquisita.

Ella también sabía jugar a ser falsa así que sonrió a su vez y le extendió la mano para saludarla con excesiva energía y efusividad.

- Nuestra nueva vecina - puntualizó sin perder la sonrisa falsa -. Yo soy Eileen Morgan. Qué buena pinta tiene ese cupcake - aunque ella era mejor cocinera, eso lo tenía claro, incluso sin haberlo probado -. Voy a buscar a Zoey, esp... - en aquel momento captó un movimiento por el rabillo del ojo, algo azul. Mierda -...espera fuera.

Dicho aquello, le cerró la puerta en las narices y se apresuró a recoger a Bloomy, que debía haberse escapado de su habitación cuando ella había salido.

- Que te van a pillar, tonto - le reprendió mientras el puffskein hacía ruiditos de felicidad por estar entre los brazos de Eileen, que en aquel momento volvía a entrar en la habitación -. Tienes visita - enarcó ambas cejas y se calló un comentario por la presencia de Angelina -. La nueva vecina te ha traído un cupcake y parece muy interesada en hablar contigo. Casi pilla a Blummy. ¿Cómo van tus dibujos, Angelina?

Zoey alzó las cejas, notando cierto sarcasmo y celos escondidos tras las palabras de Eileen. Pero pensó que probablemente eran imaginaciones suyas. En otras circunstancias habría pensado que estaba en lo cierto con aquella suposición, ahora mismo no sabía nada sobre Eileen. Se levantó del suelo finalmente.

- Le presté azúcar esta mañana. Estará agradecida.- se explicó igualmente al pasar al lado de Eileen. Volvió a mirarla, repasando sus facciones, antes de salir de allí para encontrarse con Irene.

Mientras, Angelina se ponía de nuevo el gorro.

Angelina:- ¡Nada mal! Estoy trabajando en una nueva colección, aunque...- y puso cara de hastío- Hay algo que no termina de convencerme... Tengo que reflexionar sobre ello.- miró la hora de su reloj- Debería irme. Tengo que hacer un par de recados aún. Asegúrate de que mi hermana va a la cena de esta noche.

Desde donde estaban ahora, veían a Zoey, con un cupcake en la mano, charlando amistosamente con la nueva vecina, que seguía en el rellano.

Dean:- ¡Papá dice que porque me parezco a ti!

Fue toda respuesta del niño al tiempo que apretaba los mofletes de su madre y le hacía caras divertidas. Pero finalmente, con el movimiento del caminar de Tabatha y las horas que eran, Dean terminó dormido como un angelito en brazos de su madre. Para cuando llegaron a casa, el pequeño dormía plácidamente. Al parecer aquella noche no haría falta ni siquiera un cuento y casi se podría decir que por fortuna porque a veces era necesario contarle hasta tres cuentos antes de que Dean se termina de cansar.

Con aquel empujón, Kegan se libró del rival hasta tal punto de perderlo de vista, algo no muy complicado visto el tiempo que hacía. Siguió volando en pos de la snitch, cada vez más cerca... y más cerca... y más...  ¡hasta que los dedos se cerraron alrededor de ella! ¡Tenía la snitch! ¡Lo había logrado! Aunque nadie podía verlo. Tendría que acercarse a la zona de las gradas.

Escuchó a Angelina pero en realidad tenía la atención puesta en la puerta y aunque no escuchaba las palabras podía notar el tono alegre y amistoso en la voz de Zoey, algo que últimamente nunca iba para ella. ¿Que podía ser una tontería? Puede. Pero tras tantos años todo se pegaba y de Bella había obtenido una mejora en su radar lésbico y algo le decía que el hecho de que esa chica hubiera pasado de ella así para centrarse en Zoey era por algo. Y por eso se moría de celos. Porque estaba atrayendo la atención de la rubia mucho más de lo que lograba hacerlo ella últimamente.

A veces, le daba la sensación de que siempre era ella la que acababa cargando con todo el peso de la relación, y aunque durante un tiempo pensó que se lo merecía por la paciencia que había tenido Zoey con ella en Hogwarts, ya no era capaz de verlo del mismo modo. Ella llevaba teniendo paciencia tres años y ahora estaba perdiendo a Zoey. A veces sentía que tenía que hacer algo por evitarlo pero otras veces simplemente se sentía abatida. ¿Por qué tenía que luchar por un amor claramente no correspondido? ¿Por qué cuando Zoey no daba la menor muestra de querer comprometerse con aquella relación? Ni siquiera le había preguntado, ni una sola vez, que era lo que le había pasado hacía unos meses. Seguía teniendo pesadillas de vez en cuando pero no parecía que a Zoey le hubiera preocupado en absoluto si estaba bien.

- Ah, vale, sí, no te preocupes - fue consciente de que con aquella respuesta vaga no había sido miss simpatía pero era ver a Zoey hablando con esa chica y se encendía, y no precisamente en el buen sentido -. Nos vemos luego.

Se quedó ahí, mirando durante unos instantes a Zoey hasta que al final se fue a su despacho, esta vez para estirarse en su alfombra. Ayuda a que fluyan mis pensamientos, había bromeado con Zoey. Cerró los ojos. ¿Realmente había algo que hacer?

Al cabo de varios minutos, tanto Angelina como Irene Chambers se marcharon y Zoey cerró la puerta con cierto alivio. ¿Qué pasaba aquel sábado? Buscó a Eileen para ofrecerle un poco de aquel cupcake, pero no logró encontrarla. ¿De nuevo en el despacho encerrada? Se aproximó a la puerta, dubitativa. ¿En serio iba a volver a encerrarse ahí un sábado por la mañana? Le había parecido que con aquella caricia en la cabeza y el ofrecimiento de hacerle el desayuno algo se había solucionado, pero no era así al parecer. Eileen continuaba evitándola.

Y se habría dado la vuelta antes de llamar dos veces y entrar, de no ser porque Zoey quería luchar. ¡No podía irse sin más! Alejarse de Eileen, estaba siendo el peor de los retos. Le gustaría darle espacio, pero cada vez que lo hacía su corazón se resquebrajaba. Así pues, llamó y asomó la cabeza para encontrarse a Eileen tumbada en el suelo.

- Hey...- brillante.- ¿Quieres un poco?- le dijo, refiriéndose al cupcake.

No había pensado en que a Zoey se le ocurriría ir al despacho, no porque nunca le hubiera prohibido la entrada sino porque creía que se volvería a ir a dormir, sin más, ignorándola. Por eso cuando se abrió la puerta abrió los ojos y la miró, sorprendida, mientras se apoyaba sobre los codos para ver cómo entraba en su despacho después de hacía, ¿cuánto? ¿Semanas?

- Hey - respondió también a su vez. Estuvo a punto de ruborizarse por aquello porque estaba concibiendo esperanzas por tonterías -. Bueno...¿estás segura? - se sentó en la alfombra, con las piernas cruzadas -. La chica te lo ha hecho para ti... - incluso en aquel momento se permitió una de sus sonrisas torcidas cargadas de ironía -. Casi parecía que se iba a poner a hacer pucheros cuando me ha visto a mí.

Agradecida porque Eileen no dijera que prefería estar a solas, se permitió una pequeña sonrisa aliviada. Entró en el despacho y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas frente a Eileen. 

- No me interesa.- dijo con total rotundidad, centrada en el cupcake, partiéndolo por la mitad como podía. Miró entonces a Eileen, identificando aquella sonrisa típica llena de ironía. Bueno, al menos ahora sí estaba segura de lo que podía estar pensando. Quizás era un paso- Ten.- le tendió su mitad, dedicándole una pequeña sonrisa.- Me la encontré el otro día cargando cajas, así que la ayudé a subirlas al nuevo piso. Es simpática y simplemente está agradecida. Esta mañana necesitaba azúcar urgentemente para hacerlos.

Hacía muchísimo tiempo que no tenían un momento así con Zoey no sabía que sentir. Por una parte estaba entusiasmada, por otra estaba ansiando besarla y por otra estaba el miedo asentándose en su estómago, no sólo por si aquello la ayudaba a concebir unas esperanzas que no debería tener sino porque también temía que aquello fuera el preludio de "la charla". ¿Y si iba a dejarla y por eso estaba tratando de ser maja?

El pensadero brillaba sobre su estante y Pinky hacía ruiditos en su pecera pero nada de aquello parecía importar. Estaban tan cerca... No podía evitar preguntarse qué pasaría si rompía aquella distancia para besarla. Pero en su lugar, tomó el cupcake y le dio un mordisco.

- No eftá mal - dijo con la boca llena. Mierda, estaba delicioso -. Pero lof míof fon máf buenof - comentó antes de tragar -. Y será simpática contigo, que conmigo casi ni disimulaba - tenía ganas de volver a estirarse, como había hecho tantas veces cuando hablaba cómodamente con Zoey, dejando que su mirada vagara por el techo, pero no lo hizo por si acaso se lo tomaba por algo que no era -. ¿Estás segura de que vaya contigo esta noche?

Ahogó una pequeña risa ante el comentario sobre los cupcakes. Nunca había visto a Eileen hacer dulces. Tragó como pudo. La verdad es que estaba realmente rico. Alzó las cejas en señal de sorpresa por el tema de la simpatía. ¿Estaba entonces su novia celosa por Irene Chambers? ¿No sería aquello un poco hipócrita por su parte? El recuerdo de Eileen pronunciando el nombre de "Lea" acudió a ella, provocándole un pequeño nudo en el estómago. Ahora el cupcake ya no sabía tan bien como antes.

- Sigo diciendo que no me interesa- sentenció nuevamente. Si Irene quería algo con ella no lo encontraría, porque aunque Zoey estaba prácticamente convencida de que había perdido a Eileen, todavía tenía esperanzas. La amaba. Solo a ella. Con respecto al tema de la cena, Zoey fijó su vista en los azulados ojos de la chica, ahora más seria. Bajó lo que quedaba de su cupcake y esperó pocos segundos antes de responder tras cerrar los ojos con algo de lentitud y asentir levemente un par de ocasiones.- Sí. Estoy segura.

¡Momento incómodo a la vista! Veía a Eileen y simplemente quería acortar la distancia entre ellas y besarla, pero al mismo tiempo había una barrera invisible formada por tensión y nerviosismo que las separaba como si de dos polos iguales se tratara.

Se sentía los labios pegajosos por el cupcake así que se pasó el dorso de la mano por la boca con la intención de limpiarse. Además, aquello le permitía apartar un momento la mirada de Zoey, lo cuál agradecía porque el momento se estaba haciendo intenso de un modo extraño. En otra época, ya estarían retorciéndose por el suelo y luchando por quitarse la ropa. De hecho, aquella alfombra ya había vivido varios momentos como aquel. No pudo evitar ruborizarse un poco al recordarlo. ¿Estaría pensando en aquello Zoey? ¿Quizás por eso se mostraba tan próxima?

Devolvió la mirada a sus ojos, a sabiendas de que en aquel momento Zoey debía estarse preguntando por qué narices se había ruborizado.

- Eh... Tienes una miguita...justo...aquí - alargó la mano para apoyarla en la barbilla de la rubia y le limpió la comisura de los labios con el pulgar. La dejó un momento ahí, aproximándose inconscientemente, sintiendo cómo su cuerpo estallaba en deseo y le gritaba que le diera un beso. Pero justo cuando quedaban pocos centímetros se dio cuenta de lo que estaba haciendo, bajó la mano y se apartó un poco -. Lo siento - ¿por qué pedía perdón? Estaba idiota -. Eh...¿entonces a qué viene la cena de esta noche?