Partida Rol por web

El chico expuso una sonrisa encantadora y se separó del respaldo de la mesa, apoyando los antebrazos en ésta de manera que la distancia entre Eileen y él se viera algo menguada.

- Puedo darte mi chaqueta y te acompañaría a casa para que no pasaras frío.

Lauren:- Zacharías...- le regañó su madre.

Zac:- Solo estoy siendo caballeroso, mamá.- se quejó, riendo divertido. Zoey, que seguía hablando con su padre, miró de reojo tanto a su hermano como a Eileen.- ¿A qué te dedicas, Eileen?- preguntó entonces para ahuyentar la mirada asesina de su madre.

Mientras tanto, Zoey hablaba con su padre del trabajo y Marcus, el hermano mayor más estirado, no dudó en entrar en esa conversación.

Marcus:- He leído sobre tu caso hoy. Impresionante, Zoey.- dijo con seriedad. Cada uno de los hermanos parecía sonreír de una manera distinta, y a Marcus le había tocado ser el que simplemente no lo hacía. Parecía que se lo tenía bastante creído.- Deberías venirte conmigo a Francia.

Angelina:- ¿Qué puedes esperar de ella? Es una adicta al trabajo.- comentó Angelina mientras picoteaba del pan, sonriendo.

Zoey parecía algo molesta, pero parecía que podía ocultar su carácter con paciencia.

Zoey:- Estoy bien aquí.- e ignoró el comentario de su hermana. La conversación de irse a otro país ya la habían tenido bastantes veces y le resultaba agotador.

Marcus:- Podrías crecer allí. Mi experiencia en Beauxbatons es muy enriquecedora.

- Es una suerte que que no tenga que ir por la calle y pueda desaparecerme directamente - le respondió a su vez como rechazo a su frase.

La verdad era que sólo su experiencia con Adam le estaba permitiendo mantener la sonrisa en el rostro porque el más que evidente intento de flirteo de Zac la estaba disgustando bastante, no por el chico que en realidad era el que más intentos estaba haciendo de hacer aquello menos incómodo para ella sino porque era, de algún modo, su cuñado y desde luego que su cuñado le tirara los tejos en frente de su novia no estaba precisamente en su top ten de actividades favoritas del sábado noche.

Por suerte el tema derivó a algo en lo que se sentía algo más cómoda - aunque tampoco en exceso -.

- Soy inefable - en aquel punto su sonrisa se volvió más sincera y divertida, sobre todo porque sabía el concepto que tenía la mayoría de gente de los inefables: hombres topos, ancianos con barba hasta los pies, mujeres de mirada inquisitiva y hábitos extraños. Raros. Nadie esperaba a gente joven y apuesta, pero la verdad era que en su Departamento habían bromeado alguna vez sobre hacer un calendario sexy para cambiar esa imagen que había en el Ministerio sobre ellos -. ¿Y vosotros a qué os dedicáis?

Mientras tanto, trataba de tener una oreja aún puesta en la conversación de Zoey. Su hermano mayor parecía un estirado.

¡Vaya! El ser inefable sí que era una profesión interesante. Los tres hermanos se quedaron callados al tiempo que la carta del restaurante llegaba, mirando a Eileen. Zac hizo una mueca de aceptación, Marcus centró su atención en la chica en vez de en Zoey y James también dejó de mirar el menú.

Marcus:- Soy profesor en el colegio de magia Beauxbatons, en Francia. Doy dos asignaturas y el año que viene es posible que me nombren subdirector.

Zac:- Está orgulloso de ser un estirado.- le susurró Zac a Eileen, si bien hasta Marcus podía escucharle. Carraspeó como para disimular, aunque bien sabía que había hablado lo suficientemente alto- Yo llevo investigaciones, como los inefables, pero por mi cuenta. Viajo muchísimo. Hace poco estuve en la selva amazónica.

James:- Me dedico a las relaciones internacionales, como mi padre. Entre ministerios mágicos, nada de muggles.

El camarero llegó para tomar nota, empezando por la zona de Bryan que tenía claro que pediría un carísimo pescado. En cambio, Zoey simplemente pidió una ensalada. 

Bryan:- ¿Solo una ensalada? Niña, que pago yo esta noche.

Zac:- No querrá engordar por algo. ¿Ya vas detrás de algún abogaducho aburrido, hermanita?

Marcus:- Está en buena edad de conocer a alguien. Zoey, tengo un compañero de trabajo que es un buen partido.

James:- ¿Podéís dejarla tranquila todos?- James parecía el único al que le importaba que Zoey pareciera realmente molesta siendo el centro de atención y de "burlas".

Por su parte, Zoey apretó los labios con fuerza, cerró la carta de menú y volvió a dirigirse al camarero:

Zoey:- Tomaré una ensalada.

Odiaba aquello, y a la vez no había otro lugar en el que quisiese estar. Era extraño cómo necesitaba ese peligro, cómo me hacía sentir la emoción del momento, la excitación... Cómo me hacía sentir viva. Pero a la vez, estaba lo mucho que odiaba el hecho de alguien querido pudiese morir. O yo misma. No quería morir. Tal vez por eso era buena en lo que hacía.

Sin embargo hoy había algo distinto. Hoy no estaba con Sean, quien no era sólo la persona que más me importaba en el mundo, sino también en la que más confiaba. Era el compañero perfecto y nuestra compenetración era tal que ni siquiera teníamos que decirnos qué íbamos a hacer para tener al otro al lado haciendo lo mismo. Hoy estaba con Kennen Kroos y por primera vez en meses temía de verdad que no íbamos a conseguirlo.

Kennen era un chico simpático, demasiado pacifista, pero no se lo recriminaba. Aún tenía grabado a fuego cómo durante el rescate al Ministro un hombre había muerto por mi culpa. No era algo que me quitase el sueño, pues era él o nosotros y él no habría dudado, pero habría preferido que pasase su vida entre rejas si hubiese podido elegir. Sin embargo Kroos iba más lejos y no sólo se negaba a matar, sino a hacer daño. Y eso en un fuego cruzado cómo el que estábamos era firmar una sentencia de muerte.

Me aparté el pelo de la cara, que empezaba a quedarse pegado por culpa del sudor. Notaba mi corazón palpitar a mil por hora. Habían caído muchos, pero seguía habiendo demasiados. Kroos necesitaba reaccioanr si quería que saliésemos con vida. Me giré para mirarle con severidad. Sabá que mi expresión debía de reflejar frustración y odio, pero me daba igual en aquél momento. Teníamos que salir de ahí.

- ¡Kroos! Mete a este en la furgoneta. Tengo una idea. No te va a gustar, pero te va a gustar más que la muerte. Te lo aseguro. - le ordené sin lugar a réplica. 

Me perpetré más contra la pared del vehículo para poder mirar si había alguien a tiro, o si alguien se acercaba, dejarlo fuera de combate. Era hora de salir de allí.

En cuánto el sujeto estuvo dentro, entré yo de un salto en la furgoneta y volví a darle órdenes a Kroos. Recordé entonces a Sean diciéndome que le encantaba cuándo me ponía mandona, pero aparté el recuerdo casi al instante para no perder el hilo. 

- ¡Cierra las puertas y cúbreme! -  le dije mientras abría un agujero desde la parte de carga de la furgoneta y a trav´€s de los asientos, hacia la cabina.

Y era el momento de la verdad. No sabía hasta qué punto sus conjuros traspasarían el cristal de la furgoneta, pero usando vehículos muggles no mee extrañaría que tuviesen también pistolas. Estirándome para no estar a tiro, estiré las piernas hasta tener los pies sobre los pedales. La furgoneta estaba colocada perfectamente para salir por la puerta. Había cinco personas cómo mínimo entre la puerta y nosotros, pero si no saltaban a un lado cuándo una furgoneta a toda pastilla se les acercaba, no me hacía responsable de lo que les ocurriese. De nuevo, eran ellos o nosotros, y nunca dudaba en esa situación.

Tan sólo esperaba que su instinto de supervivencia fuese mayor que su sangre fría y no les diese tiempo a pensar antes de tener la furgoneta delante. Era arriesgado, pero poco más podía hacer con Kroos como compañero.

"Ya podrían haberme puesto con Ivanovic..."

Jess empezó a dar saltitos de emoción y alegría ante las nuevas que le contaba Vilma, extrañamente sorprendida y excitada.

- ¡Qué bien! ¡Podríaís cantar allí! Me pondré en contacto con la chica de inmediato. ¡Pero venga! ¡Que tenemos que irnos a la entrevista!

Pero Vilma ya había corrido a la habitación de Killian que respondió a los golpes de la chica con un leve gruñido casi incomprensible pero que para la chica estaba claro que significaba "pasa".

Cuando Vilma entrara, vería la desordenada habitación de Killian en penumbra, con ropa tirada por el suelo, cenicero lleno de cigarros apagados, zapatillas hasta en la mesa y al chico en calzoncillos tirado en la cama.

La mañana siguiente llegó y como era de esperar Dean hizo de despertador. A pesar de su corta edad, se saltó la camita con barrotes de madera donde dormía para no caerse y llegó a la habitación de sus padres. Por más que Lucas había intentado lograr que Dean no fuera capaz de irse de la cama cuando quería, seguía sin entender cómo lo conseguía el niño. Así pues, mientras Lucas y Tabatha dormían abrazados, Dean subió a la cama y se les tiró encima.

Dean:- ¡A despertar! ¡Tengo hambre! ¡Y quiero ir a surfear con Rachel!

Lucas arrugó el rostro. Había llegado algo tarde la noche anterior, pero ya estaba acostumbrado a que cuando se tiene un hijo se duerme poco.

Marcus era, definitivamente, un pedante. Era bastante irrisorio el modo en que daba por sentado que pronto sería subdirector. Se lo imaginaba criticando a sus compañeros en caso de que no fueran así y marchándose con la barbilla en alto hacia otro colegio si no lo cogían, despotricando sin piedad del que ahora era su preciado Beauxbatons.

Aún así, asintió con fingido interés y tuvo que morderse la cara interna de la mejilla para no sonreír abiertamente ante el comentario de Zac.

- Ahora entiendo el bronceado, yo cada día me parezco más a un vampiro, siempre encerrada en el laboratorio - trató de bromear antes de prestar atención a James, que se dedicaba a política internacional, siguiendo los pasos de su padre.

En seguida estableció conexiones: Angelina y Zac eran, en verdad, los más parecidos entre sí, mientras que James y Zoey se parecían entre ellos. Marcus era el estirado hermano mayor que estaba demasiado pagado de sí mismo como para necesitar esa complicidad entre hermanos. La pregunta era, sin embargo, ¿a cuál de los dos progenitores se parecían más sus hijos? Ella había pensado que se llevaban mal entre ellos pero por lo menos estaban manteniendo las apariencias bastante bien.

Fue entonces cuando empezaron con el tema de pareja y se quedó mirando a Zoey, deseando que por una vez le echara valor y dijera que no necesitaba encontrar novio porque ya tenía pareja y esa persona se sentaba con ellos esa noche. Pero obviamente eso no iba a pasar así que bajó un poco la mirada, fingiendo prestar atención a la carta.

Sólo hubo un momento en el que se apiadó de Zoey y fue gracias al comentario de James. Claro que no tenía ppensado no poder contener las palabras.

- Zoey podría tener a quien quisiera - respondió con vehemencia. Mierda. Se ruborizó un poco antes de añadir, forzando una sonrisa socarrona -. Además, mucho picar pero no veo que aquí haya venido nadie con pareja - genial, simplemente genial. Ahora había acabado como una metomentodo idiota. Volvió a ocultarse tras la carta para que no vieran cómo su sonrojo iba a más -. ¿Me recomendáis el chuletón?

- ¡En seguida voy!- Le grito a Jess antes de abrir la habitación de Killian. Al escuchar su gruñido casi humano, me dispongo a abrir la puerta. Y ahí, en una cama entre el desorden, lo veo. 

"Joder que bueno está."

Pienso antes de hablar. 

- Oye Caosboy, ¿quieres ser mi acompañante en una boda?- Pregunto sin más. - Es de mi amiga Katherine, de Hogwarts. Te he hablado de ella, la prima de Max... Ya sabes. El día 15 de Julio ¡Será divertido!- Como me solía pasar, no me daba cuenta que quizás estaría molestando a mi amigo. A saber qué había estado haciendo la anterior noche y si necesitaba descansar. Además, quizás se acababa de dormir. Viniendo de él, me lo esperaba. Pero yo no solía captar -ni pensar- en esas cosas. De modo que me tiré encima de él y le abracé. - ¡Porfi, porfi! Me encantaría que vinieras conmigo.- Digo restregando mi cara por su pelo y sus mejillas, como si fuera un felino ronroneante. 

Me paro un momento a olisquear el ambiente. La habitación parecía una leonera y, por mucho que le regañaba con su adicción al tabaco, Killian no quería dejarlo ¡Hasta me puse a llorar una vez! 

"- Killian, por favor... Eso causa muchas enfermedades...- Le decía con lágrimas en los ojos. - Te podrías morir. Hay muchos casos de gente muerta por el tabaco, podrías pillas un cáncer de pulmón...- Me imaginé yéndole a visitar al hospital y viéndole en estado critico y ahí mismo me puse a llorar. Él me intentó consolar pero, sin embargo, se encendió un pitillo acto y seguido.

- Antes me matarán, Vilma.- Me contestó."

Al menos tenía la decencia de ir a la ventana y no tirarme el humo en la cara cuando no fumaba dentro de su habitación. Aunque... Aunque... Si traía otra mercancía que no solo implicaba nicotina yo acababa fumando con él. Pero eso es otro tema. Además, nunca recordaba nada de lo que pasaba la noche que fumaba. Eso sí, intentaba con todas mis fuerzas no engancharme a esas sustancias. 

- Si accedes a venir te recojo el cuarto.- Le chantajeo. En realidad, podría pagar a alguien para que lo recogiera por mi... No quería ensuciarme las manos con tanta porquería. 

Ante el comentario de Eileen, todos se volvieron a centrar en ella, Zoey incluida. Parecía algo sorprendida por la aportación de la chica y en su interior se tomó aquella aportación no como una defensa, sino casi como una invitación a que empezara a pensar que podría encontrar pareja pronto si ella le dejara. Bajó la mirada al vaso de vino, riñéndose a sí misma por pensar aquello. En otras circunstancias habría entendido perfectamente las intenciones de su novia, pero no era el caso. Aquel nombre doloroso volvió a resonar en su cabeza.

Zac:- Yo pico de flor en flor- admitió Zac entonces. Su madre puso los ojos en blanco mientras su padre asentía con orgullo ante eso.- Al menos tengo una relación. La relación de mi hermana, como seguro que has podido comprobar, es con el trabajo.

James suspiró sin aportar nada. No iba a servir volver a decir aquello. En parte era normal. Hacía muchísimo que no veían a Zoey y era normal que se centraran en ella. Si bien los hermanos pican o se entrometían demasiado.

Marcus:- Mi novia no ha tenido permiso para salir del colegio. No podemos salir todos los profesores.- explicó con total tranquilidad.- Y el caso es que precisamente porque mi hermana podría tener a quien quisiera, que quiero darle lo mejor. 

Angelina:- No vas a conseguirlo, ¿lo sabes?- comentó entonces Angelina. Ya se había acabado el pan.- Zoey está casada con su trabajo. Es lo que más le importa.

Zac:- ¿Y tú, Eileen? ¿Tienes novio?

Entonces se escuchó un fuerte golpe que hizo que la mesa temblara. Un fuerte golpe provocado por ambas manos de Zoey, que incluso se había levantado y ahora estaba ahí, manos sobre la mesa, cabeza agachada y mirada furiosa. 

Lauren:- Zoey, siéntate.

Kroos fue obediente y metió al otro en la parte trasera de la furgoneta, se aseguró de que la puerta estaba cerrada y se aferró con fuerza entre los paquetes que había, imaginando la idea de Emily. 

La auror consiguió arrancar el coche y acelerar, mientras los rayos rojos no cesaban de chocar contra el vehículo. ¡¿De qué estaba hecho?! ¡Aguantaba muchísimas embestidas! La furgoneta emitió un chirrido a causa del acelerón y comenzó a dirigirse en línea recta y a toda velocidad hacia la salida. La mayoría de los enemigos lograron apartarse a tiempo, mientras que hubo un par, los que estaban más al centro, que recibieron el impacto de lleno y salieron volando hacia el exterior. ¡Habían conseguido salir del recinto!

Desde la parte trasera de la furgoneta se escuchaban los tumbos que iban dando tanto las cajas como los dos pasajeros.

Claro que Zac picaba de flor en flor, desde luego, por eso le recordaba a Adam, alguien con quien podría tener una gran amistad si no procuraran convertirla a ella en una de esas flores. Puso los ojos en blanco desde detrás de la carta mientras sentía cómo sus mejillas recuperaban su color normal.

Respecto a Marcus, ni siquiera le hizo caso porque le importaba más bien poco sus relaciones, el mayor interés que tenía en él era en echarse unas risas a su costa. Eso sí, cuando Angelina dijo que Zoey estaba casada con su trabajo, cerró los dedos, convirtiéndolos en puños pero se contuvo para no decir nada. Salvo cuando la pelota le pasó a ella, preguntando si tenía novio.

Bajó un momento la mirada pero fue entonces cuando Zoey reaccionó así, con lo que clavó los ojos en ella, suponiendo que lo que le daba miedo era que ella dijera la verdad delante de todos. Fingió que alisaba su servilleta, mirando los pliegues mientras forzaba una tenue sonrisa.

- Tengo pareja - confirmó. La verdad era que lo sensato sería decir que no tenía a nadie, ese era su plan si le preguntaban, pero la reacción de Zoey le hizo cambiar de opinión -. Desde hace ya...mmm... algo más de tres años además. Es una de esas personas inteligente, cabezota y decidida que lo daría todo por los demás. Aunque... - el corazón le latía a mil por hora cuando forzó una sonrisa y miró a Angelina en lugar de a Zoey - ...a veces siento que prioriza todo eso. Por eso no tengo cita esta noche - era una cobarde, como Zoey, porque había tenido que aprovechar esa situación para soltar una de las cosas que más le dolía -. ¿Entonces el chuletón bien?

No estaba apenas escuchando nada de lo que decía Vilma hasta que ésta se le tiró encima, aplastándolo. ¡Con la noche que había pasado! ¿Qué hora era? Fijo que no había dormido ni cinco horas...

- ¡Ou, Vilma!- se quejó entre gruñidos pero sin hacer esfuerzo alguno por quitársela de encima, aún tirado boca abajo en la cama, sin mover ni un músculo. Miró entonces a la chica con solo un ojo abierto, sopesando la idea de que le arreglara la habitación. No estaría mal verla bien por una vez durante cinco minutos.- Vale. Hecho. Pero no esperes que vaya super arreglado. Esas cosas no van conmigo...- y abrió la boca, dejando salir un amplio y profundo bostezo.

La tranquilidad del sueño no dura demasiado. Puede escuchar los pequeños pasos de Dean mientras se acerca a su habitación. Cuando llega, ya está preparada. Atrapa a su hijo y lo mete debajo de las sábanas para abrazarlo y hacerle cosquillas.

-Cielo, papá está cansado... tienes que entrar más despacio. ¿Y que te digo siempre? ¿Cómo se piden las cosas?

Claramente, Dean es tan parecido a su padre. A Lucas también le gusta el surf. Ella nunca ha sido una aficionada y se le da bastante mal, aunque Lucas y Rachel le han intentado enseñar. Siempre se acaba cayendo de la tabla a la mínima que se pone en pie.

- No, no... Como si quieres que vayamos disfrazados.- Digo contenta y le apreto, abrazándole. - Tengo que marcharme, pero no te olvides ¡El 15 de Julio!

Si íbamos disfrazados, ya que la idea me había gustado, podría colar que es por parte de mi espectáculo. Para tocar ahí en directo. Sea como sea, mi disfraz tenía que ser una pasada. Podría ir de elfa, siempre me había quedado bien ir de elfa... Cuando, de pequeña, en el cole muggle que iba había sido halloween todos iban súper feos disfrazados y yo, destacando sobre los demás, iba de princesa elfa. Por una vez gané el premio al mejor disfraz de Halloween, aunque luego los niños se quejaban de que no iba disfrazada de la temática que tocaba. Que tontería. 

 Salgo de la leonera y voy hacia Jess. - Perfecto, estoy lista. Ya tengo acompañante y todo... Por cierto, me encantaría tocar en la boda. Le escribiré a Kat. 

Me miro al espejo antes de salir. 

- Espero que me maquillen bien, que tengo un aspecto horrible.

Aunque Eileen había hablado, y Zac había puesto una mueca de lástima por ello - que tuviera pareja le quitaba oportunidades- y Angelina simplemente había alzado las cejas con interés y sonreído, el resto estaban pendientes de Zoey que ahora, aún con las manos sobre la mesa, cerraba sus manos en puños. La madre de Zoey continuaba esperando que su hija le hiciera caso, pero esta intentaba mantener un control que ya había perdido con aquel golpe.

Justo cuando Bryan, que veía a su hija al lado a punto de estallar como nunca, perdiendo el control y todo, comenzaba a responder a Eileen sobre el exquisito chuletón que preparaban allí, Lauren y James volvieron a pedir a Zoey que se sentara.

James:- Zoey, vuelve a sentarte- más que orden, parecía una petición y una súplica para mantener la cena en paz.

Lauren:- Zoey...

Pero Zoey levantó la cabeza, mostrando una expresión furiosa, apartó las manos de la mesa, irguiéndose más.

Zoey:- ¡No me voy a sentar!- sentenció. La mayoría de clientes había parado sus conversaciones y su cena para observar la escena de aquella mesa- Es más. ¡Voy a hablar!- su tono realmente mostraba su enfado.- Estoy enfada. No. ¡Estoy cabreada! Llevo unas semanas muy duras y no estoy dispuesta a que me vengáis con estupideces y burlas.- jamás habían visto a Zoey tan enfadada. Normalmente, su actitud era la de mostrarse callada e irse a algún lugar solitario. Pero en aquella ocasión estaba haciendo todo lo contrario, por lo que toda su familia parecía muy sorprendida por su actuación. Permanecían callados, sin saber cómo reaccionar. Zoey miró a Marcus.- ¡No me voy a ir del puto país por mucho que me insistas! - miró a su padre.- ¡Quiero comer ensalada y como lo que me da la gana!- miró a Angelina- ¡Que sea responsable y me guste mi trabajo no me hace adicta a él! - miró a todos en general.- ¡Y el trabajo no es lo que más me importa en el mundo!- hizo una breve pausa para tragar saliva, con la respiración algo entrecortada, pero sus palabras salían con rotunda determinación y fuerza.- ¡Y no necesito un hombre soltero perfecto porque ya tengo la relación que siempre he deseado!- levantó una mano y empezó a enumerar- Tengo pareja desde hace tres años. Tres maravillosos años en los que he convivido con quien estoy segura que es el amor de mi vida, ¡de quién siempre estaré perdidamente enamorada a pesar de que ahora mismo vivo con el miedo de que me vaya a abandonar en el momento menos esperado! ¿Y sabéis qué? ¡Que no es un hombre!- Angelina, que en esos momentos, mientras prestaba atención al arrebato de su hermana bebía de su copa de vino, expulsó el contenido de su boca con fuerza.- ¡Soy lesbiana!- Zac alzó las cejas y sonrió ante aquella noticia. Parecía el único que se lo estaba tomando a cachondeo. Zoey le miró entonces directamente- ¡Y no me hace ni pizca de gracia que intentes ligar con mi novia!- y señaló a Eileen.

Los sonidos de sorpresa se extendieron por la mesa y por el resto del restaurante. Angelina abrió la boca de par en par y miraba tanto a su hermana como a Eileen. Los padres de Zoey no sabían ni qué hacer. ¡Aquellos les había pillado totalmente de sopetón! Se produjo una pequeña pausa. Un silencio muy incómodo. Finalmente, Zoey terminó por hablar de nuevo, ya con tono bastante más bajo. Se ahogaba. Había sacado todo lo que tenía dentro y ahora le costaba respirar delante de toda aquella multitud.

- Necesito salir de aquí.

Y sin más, se apartó de la mesa y se largó con paso apresurado hacia la zona de jardín que había en el restaurante, seguida con la mirada por los demás.

Zoey nunca perdía los nervios, nunca perdía esa calma férrea que la había llevado a convertirse en la gran abogada que era a día de hoy. Por eso, verla tan exaltada, incluso ante su desesperado reclamo de atención, la sorprendió. La sorprendió tanto que mientras hablaba, no podía apartar la mirada de ella, fascinada por la energía que estaba mostrando y que, normalmente mantenía bajo control.

La escuchó responder a todos y cada uno de los comentarios casi con satisfacción pero la casi sonrisa que, inconscientemente, se había dibujado en su rostro, desapareció conforme empezó a hablar de su pareja. ¿Qué? Esta vez el corazón sí que le latía a toda velocidad porque lo estaba haciendo. Lo estaba diciendo. En aquel momento ya no se sentía capaz de fingir, la miraba con intensidad y las cejas casi juntas por la ansiedad. Tres años. Tres años había tardado. Y por fin lo había dicho.

Pero, a pesar de que costara de entender, lo más sorprendente no fue que por fin revelara que era lesbiana, sino que la había llamado el amor de su vida y había dicho que tenía miedo de que ella la abandonara, lo cuál para ella no tenía el más mínimo sentido. ¿Por qué? ¿Qué narices había estado pasando por la cabeza de su novia aquellos últimos meses si no era el haberse cansado de ella?

Se quedó unos segundos conmocionada cuando Zoey se marchó, pero ella era el único motivo por el que estaba ahí así que no tardó en decidirse a seguirla.

- Mmmm...realmente no esperaba ser presentada así. Eh... si me disculpáis...

Dicho aquello se puso de pie y siguió el camino que había tomado Zoey mientras los latidos del corazón casi la ahogaban al caminar, a pesar de no estar andando rápidamente. Era como si el aire se hubiera vuelto tan denso en sus pulmones que le costara un terrible esfuerzo expulsarlo.

Por fin la encontró, apoyada en la pared y posiblemente con la mirada al infinito. Se acercó a ella, procurando que su respiración se calmara pero era complicado.

- Zoey... - se acercó a ella, lentamente, indecisa -. ¿Me vas a decir por qué narices se te ha metido en la cabeza que voy a abandonarte? Porque hasta hace un momento pensaba que eras tú la que te habías cansado de mí y por eso te habías distanciado así que ahora si te soy sincera estoy un poco hecha un lío.

Había luchado por no permitir que una lágrima de rabia se deslizara por su mejilla y lo había logrado con éxito. Bien, Zoey. Eres una chica dura. Pero eso no va a solucionar lo que se avecina. Realmente pensaba que ahora que había puesto las cartas sobre la mesa, Eileen tomaría finalmente la iniciativa de dejarla. Por ello quizás, se sorprendió no de verla ahí a su lado, si no de sus palabras. Frunció el ceño, lo que podría ser considerado como extrañeza o aún más enfado por parte de la rubia, y ahora ya sí con el tono calmado pero sin atreverse a mirar directamente a los ojos de Eileen, le contestó a la pregunta:

- Lea.- pronunciar aquel nombre en voz alta hacía realidad todo. Y no era precisamente agradable.- Hablas en sueños de ella. La... la llamas.- tragó saliva con dificultad y abandonó la visión al vacío del jardín para encontrarse con los azulados ojos de Eileen.- Te oigo cómo pronuncias su nombre casi cada noche.- en aquella última oración, su tono y su expresión facial indicaban a Eileen un "así que no te atrevas a decirme que no es cierto".

La expresión de su cara pasó primero de mostrar sorpresa a conmoción para finalmente quedarse con un naciente enfado.

- ¿Qué? - la miró, bastante molesta -. ¿Cuándo en todo el puñetero tiempo que llevamos juntas te he dado yo motivos para pensar que te engaño? ¿Estoy mal un tiempo y lo primero que piensas es que te pongo los cuernos? ¿Eso es lo que piensas de mí? ¿Ese es el concepto que tienes de mí? ¿De verdad? Vamos a casa - dijo de repente en un tono que rallaba el cabreo -. Vamos a casa. Vamos a casa y te lo muestro. Te enseño qué pasó con Lea. Pero te aseguro que una aventura es lo último que se me habría pasado por la cabeza. ¡Dios! - elevó las manos al cielo, lo que en otro momento habría parecido teatral si no fuera por el ahogado gruñido, claramente enfurecido, que surgió de su garganta -. He esperado tres puñeteros años, tres, con la paciencia de una santa, a dejar de ser "tu compañera de piso" - entrecomilló las palabras con los dedos aunque no hacía falta porque cargó esas palabras de un tono rencoroso -, sin poder tener mis cosas en nuestra habitación, sin poder pasear cogidas de la mano, sin poder decirle a nadie casi que tenía una relación. ¿Y coges y piensas que te engaño? ¿Sin decirme nada? ¿De gratis? ¿En serio?

Se apartó del borde de la puerta, enfrentándose a Eileen, notando su enfado crecer con cada pregunta retórica que la chica formulaba. Sintiéndose entre una culpable y enfadada. ¡Ahora le echaba en cara que no hubiera dicho nada durante aquellos tres años!

- ¡No he dicho nada por ti!- bueno, y también...- ¡Por nosotras! No me gustaría que nuestros logros quedaran a un lado y dejáramos de ser " la excelente abogada y la increíble inefable" para solo ser " la lesbiana abogada y la lesbiana inefable"- comentó, haciendo los gestos de las comillas- Sabes cómo es el mundo. Le gusta el morbo y nos menosprecian. ¡Menosprecian nuestro esfuerzo y nos etiquetan! Lo he hecho por las dos. ¿Crees que yo no quería sujetarte de la mano en cada ocasión? ¿Crees que no quería besarte en la calle o en el ministerio cuando coincidimos? ¡¿Crees que no quiero besarte ahora mismo?!- ¡era injusto!- Y sobre tu "amiga", ¿cómo quieres que me lo tome? Los secretos forman parte de tu día a día, no sé ni la mitad de las cosas que haces cuando no estamos juntas. Llegas un día y estás distante, distraída, ¡¿cuánto hace que no hacemos el amor, Eileen?! Y de pronto, por la noche, te escucho susurrar, me incorporo para ver si te pasa algo y escucho un nombre de mujer. ¡¿Qué debería haber pensado, Eileen?! ¿Que sueñas a que juegas a los naipes explosivos con ella? ¡Tengo derecho a preocuparme! ¡Y tengo derecho a tener miedo! ¡A asustarme y pensar que ya no me quieres!

No podía más. No podía más, estaba enfadada, con los ojos llenos de lágrimas de indignación cuando por primera vez hablaban, hablaban de verdad. Posiblemente era al tensión de los últimos meses reverberando por todo su organismo pero tenía ganas de gritar y ponerse a llorar de rabia y decir cosas crueles, de mandar a Zoey a la mierda por haberse hecho tanto daño por algo que ni siquiera era real.

No podía más. Pero en su lugar, avanzó y le dio un beso duro, uno que no tenía pizca de romanticismo pero en cambio sí mucho sentimiento. Cuando se separó, las lágrimas seguían haciendo que sus ojos brillaran ante la poca luz exterior, pero todavía estaban en sus ojos.

- Vamos a casa - repitió -. Me da igual lo que los demás piensen, Zoey. Siempre me ha dado igual. Y y... incluso me da igual que me vean como la inefable lesbiana, no me importa, no quiero que me reconozcan los méritos. No lo hagas por mí. Nunca, nunca lo hagas por mí - su expresión se desmoronó pro un instante y parecía que iba a echarse a llorar pero la recompuso -. Siempre te he querido a ti, nunca ha habido nadie más...nunca habrá nadie más, sólo estás tú... Y no soporto que te distancies de mí. Vamos a casa.