Partida Rol por web

Entonces era definitivamente Vilma. Vaya. Increíble. Aunque al menos había un punto de partida seguro, algo por dónde empezar. Sean me confirmó entonces lo que me temía: no iba a venir. Por supuesto la parte más lógica de mí decía que era demasiado problemático, que teniendo en cuenta nuestra historia meterle de nuevo en Hogwarts era cómo abrir una caja llena de escregutos de cola explosiva. Pero esa parte se peleaba con la que estaba enamorada de todo lo que era Sean, y no quería separarse. Y además, Sean era el mejor auror de Inglaterra, tenerle al lado en cualquier misión no sólo me tranquilizaba sino que prácticamente aseguraba que terminásemos de manera rápida y efectiva.

- Ya me imaginaba... pero tenía que probar. Tal vez podía sobornarte o algo... En natura o especias.- le dije intentando aligerar el tono a algo más bromista. No necesitaba decirle lo mucho que iba a echarle de menos en todos los ámbitos. - ¿Y quién van a ser los otros dos? Espero que sean aurores y que los conozca. No me arriesgo a meter a más amateurs, no después de la catástrofe de Hawai.

Sonrió, como siempre hacía cuando Emily decía alguna de sus bromas. Estaba entre divertido y tentado a decirle que intentara con las especias, pero la pizza llegó y el momento pasó.

- No lo sé. Lo hablaré con Gerome a ver qué me dice.- le comentó cuando habló sobre los otros dos restantes.- A lo mejor te doy una sorpresa y soy yo.- bromeó, guiñándole un ojo antes de acercarse a ella y besarla. 

El olor de la pizza le recordó que llevaba horas sin comer, pero poco importaba en ese momento.

- ¿Estás muy cansada? Porque había pensado que después de cenar... podríamos sentarnos en ese sofá...

Y... una lechuza llegó al despacho con una carta para ambos.

Todo estaba siendo muy precipitado; esta mañana me despierto con la intención de indagar sobre el asunto de los novios y su posible ubicación y de repente había una profecía con mi nombre, estaba inmersa en una misión y tenía a compañeros involucrados tan solo por la dichosa profecía con mi nombre ¡Era genial! Los nervios y la adrenalina que sentía por dentro iban dando tumbos y me empezó a doler la barriga. 

De golpe, estaba incomodísima y unos retortijones comenzaron a producirse en mi estómago. Necesitaba ir al baño con urgencia. Además, Erm parecía haberse dado cuenta porque no paraba de mirarme mientras yo intentaba estar impasible y con cara neutra. Escuchaba la conversación en silencio mientras pensaba "Aguanta, aguanta, aguanta" Porque esta vez no era el pipi el problema... Si no "lo otro". 

Cuando el profesor Pullap (¡Que manía de seguirle llamando así!) me dijo que no le podía contar el plan a nadie asentí en silencio. Pero sabía que al menos a Killian, se lo tendría que decir. Y ¿Qué pasaría con mi grupo? Le diría a Jess que tenía que estar fuera unos días porque lo de la boda me había afectado mucho y necesitaba paz. 

Apunto de salir corriendo hacia el lavabo, interrumpe Emily con un aspecto bastante tristón; algo le pasaría, pero me daba igual. Yo necesitaba ir al baño así que aproveché que necesitaban intimidad y salí escopeteada del despacho. 

- ¡Espero noticias, entonces!- Digo antes de marcharme apretando mis manos contra mi estómago mientras este me sonaba muy estrepitosamente. 

Sonreí ante la broma de Sean, pero la verdad era que ambos sabíamos que no iba a ser así. Lo único que esperaba era que al menos me consultasen y me metiesen aurores en la misión, no más intentos de héroes. Clark sería buena opción: por un lado trabajábamos bien juntos y era alguien calmado, perfecto entre tanta impulsividad. Y por otro lado, eso de que se llevase al sospechoso a la CIA sin avisarme o llevarme con él me tenía algo mosqueada. El olor a pizza hizo que el estómago me rugiese, pero la carta que entró por la ventana interrumpió la cena romántica con espectáculo. Aunque bueno, tras leerla, estaría mejor dicho que trajo un espectáculo sorpresa aún mayor. Miré a Sean con la boca abierta, alucinando. Todo el mundo se había vuelto loco.

- No tengo palabras para describir el día de hoy, así que creo que lo mejor será llevarnos esta pizza con nosotros y salir de aquí antes de que me ponga a razonar. Pero aparezcámonos en casa, que tengo que llevarle algo prestado a Eileen y darle la camiseta usada que llevo puesta no parece la mejor idea. - tenía algunas joyas y bisutería en casa, y recordaba un brazalete que mi madre me regaló hacía un par de años con la forma de dos alas rodeando la muñeca. Muy Ravenclaw, le pegaría. – Y tú no pienses mucho tampoco, no vaya a ser que se te ocurran ideas tan absurdas cómo las de estas dos petardas… O cuatro petardas.

Suspiré cansada cogiendo la mano de Sean y la pizza. Por las barbas de Merlín, menudo día, no iba a olvidarlo en mucho tiempo. Casarse, ahora… Locas, todas locas. Y quién iba a oficiar? Locas, locas.

Zoey estaba más nerviosa ahora que cuando había que contárselo a su propia familia. Y es que le había costado horrores que la familia de Eileen la aceptara. No sabía cómo iban a reaccionar. Y Eileen parecía tomárselo con más calma que ella.

Algo más callada de lo habitual, Zoey aceptó ese aperitivo sin ninguna hambre y esperó con bastante impaciencia a que su novia diera la nueva.

Y ahí estaba. Los señores Morgan se quedaron momentáneamente congelados. ¡Como estatuas! Su reacción inicial no fue ni buena ni mala, era como si estuvieran pensando la respuesta en pleno examen. Jeremy pensó que por primera vez era mejor callar.

Audrey:- ¡Vaya! Eso es...- intentó buscar las palabras.

Ben:- ...precipitado.- culminó Benjamin la oración de su mujer que lo miró. Sin embargo, Ben parecía calmado.- Pero si es lo que queréis, que no se hable más.- miró a su mujer, coincidiendo en la mirada- ¿Nos vamos de boda?

Audrey sonrió a su marido con agradecimiento. Estaba feliz de ver que no habría más disputas. Su hija era muy joven pero mayor de edad, y sabía de lo que hablaba. Además, probablemente el que se casara no era la mayor de las preocupaciones, sino los peligros que le iban a acontecer en el futuro según lo que les había explicado Eileen.

Audrey:- Nos vamos de boda.

Y hasta Jeremy respiró tranquilo. Todos sonrieron, incluida Zoey. 

Una vez "desfogada" salgo del baño, el cual me había costado bastante encontrar y me dispongo a buscar algún auror fan mío para ver si me podía dar más información.

Una no-reacción era mejor que una mala reacción, claro que a Eileen le preocupaba más lo que viniera tras aquel momento de impasse. A pesar de todo sabía que, con su aprobación o sin ella, la boda seguiría adelante y ella tenía hambre así que siguió comiendo, aunque no con su ansia habitual, demasiado atenta a la reacción de los tres miembros de su familia.

Jeremy estaba callado, pero bien podía ser que estuviera demasiado concentrado pensando en la información que le había dado sobre su investigación. Quizás pudieran colaborar, tendría que ver si podía sacar partido de su presencia ne Hogwarts para ganarse la confianza de esos chicos.

Su madre fue la primera en reaccionar, intentando ser políticamente correcta mientras en su mente peleaba con la idea de aquella boda apresurada. Se mostró un poco compungida ante su duda. ¿Qué podía decir? Entendía perfectamente por qué no estaba convencida de aquello.

Su padre fue el que puso en palabras sus pensamientos. Precipitado, exacto. Era algo que no podía negar. Lo era. No era algo largamente premeditado, estaba claro que había circunstancias atenuantes. Pero bien pensado, si su relación con Zoey por lo que fuera acabara por no funcionar, dolería igual con boda que sin ella sólo que casándose hacía feliz a su novia en un momento en el que necesitaba sentir que Eileen no la abandonaba. No se arrepentía de ello.

Las últimas palabras de su padre lo cambiaron todo, haciendo que todos sonrieran, Eileen incluida, que no tardó en empezar a comer con su ansia habitual.

- Ferfecto. Fero nada de fonerse en flan sentimental ni tonterías, ¿eh? - señaló a su padre con el tenedor, dirigiéndole una mirada fulminante. Que novia tan encantadora -. Va por ti, que nos conocemos.

El día siguiente llegó y con novedades. Tanto Emily como Kegan y Mía se marcharon. No volvieron a hablarse, por lo que algo debió de pasar en aquel baño portátil. Además, Mayka se tomó el día libre porque, según Rachel, estaba triste. George no había aparecido a la cita y no contestaba a sus llamadas. No comprendía qué podía haber pasado.

Y ahora, mientras descansaba junto a Lucas, agotado tras la larga noche de trabajo, llamaron a la puerta.

No sabe que ha pasado. Todos parecen haberse ido de pronto, sin avisar y sin decir nada. Aun es temprano y como es su día de fiesta, aun está en la cama, acurrucada al lado de Lucas. Intenta no despertarlo a pesar de estarlo ella. Siempre trabaja muy duro y se merece unos buenos descansos.

De pronto, llaman a la puerta. Se extraña porque no espera visitas. Se levanta con cuidado y cierra la puerta de la habitación para no despertar a su novio. Abre la puerta.

-¿Sí?

Y frente a ella, después de tres años, apareció la directora de Hogwarts. Amy Greenbell lucía mucho mejor aspecto que la última vez que Tabatha la vio. Le dedicó una pequeña y amable sonrisa antes de hablarle:

- Señorita Smith. Cuanto tiempo sin vernos. He venido para ofrecerle trabajo.- dijo, directa.- ¿Puedo pasar?

Sean estaba tan asombrado como Emily. Se limitó a alzar las cejas y no hacer ningún comentario adicional al respecto. Emily ya estaba verbalizando sus pensamientos. 

- Te sigo.

Cogió la carpeta que Beth les habría ofrecido y se la llevó consigo. Cuando llegaron a casa de Bella, ella y Stana estaban colgando un vestido precioso de novia de la lámpara del salón.

Bella:- ¡Oh! ¡Justo a tiempo! Acabamos de llegar. ¿Preparados para esta locura?

Se sorprende mucho al ver a la directora de Hogwarts al otro lado de la puerta. Tarda uno segundos en reaccionar, pero luego sonríe y se hace a un lado para dejarle pasar.

-Claro, por supuesto. Adelante.

Una vez pasa, cierra tras ella. La acompaña hasta la zona de la cocina donde hay una mesa con 4 cuatro sillas, una de ellas tiene un altillo para Dean.

-Siéntese, por favor. ¿Le puedo ofrecer algo de beber?

¿Un trabajo? ¿Qué tipo de trabajo le va a ofrecer? ¿Profesora? No, no puede ser... no cree servir para algo así.

Con una pizza ahora fria (a la que le faltaban dos trozos) en una mano y una pequeña caja en la otra, nos plantamos allí en medio. El vestido que Bella y Stana estaban colgando era muy bonito pero no estaba segura quién de las dos iba a usarlo. Eileen no era de faldas, y los caballos no usan vestidos.

- No. - le contesté a Bella. - Pero tengo pizza, y todo es mejor con pizza. - dije mientras dejaba la caja en la mesa y la abría para coger otro trozo - ¿A quién se le ha ocurrido esta locura? Suena a idea tuya. - dije señalando a la Australiana con un dedo acusador - Seguro que les has picado hasta que han caído. ¿Qué te tenían que pagar si no lo hacían? - le dije mientras comía, con poca clase para ser sinceros. - Tengo un poco de Jet lag, así que es posible que me duerma en la ceremonia. - dije con tono ácido. - ¿Qué clase de ceremonia va a ser? Espero que no seas tú el cura, o el altar tendrá bolas chinas de decoración. - con el tiempo me había acostumbrado a la pervertida de Bella e incluso lo utilizaba en mi favor para meterme con ella. Con amor, claro. - ¿Cuando llegan las novias?

Se acercó hasta Emily para robarle un trozo de pizza. Los nervios le daban hambre desde siempre.

- Pues te has colado en todo.- le comentó antes de darle un muerdo a la pizza y sentarse en el reposabrazos del sofá. Sean se apoyó en la pared y se cruzó de brazos.- ¿A quién se le ha ocurrido? Pues por lo que pudimos ver antes... a Eileen.- sí. Parecía increíble, pero cierto. Zoey le había preguntado que si estaba segura de aquello y desde luego su amiga parecía estar bastante decidida. Como llevando las riendas de aquel momento.- Vendrán aquí cuando terminen de...- increíble pero cierto.- comunicarlo a las familias.  Y te aseguro que la ceremonia sería más divertida si yo la oficiara. Pero no será así.

Stana:- Creo que se están precipitando.- comentó entonces Stana, que ya había terminado de colocar el vestido.- Eileen es aún muy joven.

Bella:- Me alegro de que opines lo mismo. Pero bueno, la verdad es que Zoey es perfecta.- Stana alzó una ceja.- ¡No me mires así! Si es verdad, es verdad.

Benjamin se hizo el ofendido ante la advertencia de su hija:

- ¡No iba a montar un numerito de lágrimas!-se defendió, pero todos le miraban como diciendo "Ben... que te conocemos". Les miró unos segundos y después añadió- y si lo hiciera sería normal, que lo sepáis.

Audrey sonrió, divertida. 

- Anda, Eileen. ¿Por qué no subes un momento conmigo arriba? Quiero darte algo.

La directora de Hogwarts se sentó, agradecida y aceptó un vaso de agua. Aquel ambiente caluroso distaba mucho del que ella estaba acostumbrada.

- He venido para ofrecerte plaza en Hogwarts este año. Como profesora de Estudios Muggles. Siempre fuiste una alumna ejemplar y aplicada. Tus notas en los EXTASIS son fabulosas y tienes pleno conocimiento tanto del mundo mágico como del muggle.-le expuso con amabilidad y una elegante sonrisa.- Considero que eres la persona más apta para este puesto de trabajo. ¿Qué me dices? ¿Te interesa?

Enarcó una ceja con incredulidad hasta que su padre se retracto, cambiando la expresión por una sonrisa divertida mientras seguía comiendo. Por desgracia, su madre no tardó en volver a interrumpir su comida con aquella sugerencia que le hizo ganarse una mirada de extrañeza.

Abrió la boca, a punto de volver a repetir lo de no ponerse sentimental, pero la cerró. Su madre se acordaría... y no haría nada semejante, ¿verdad? Por supuesto, descartaba que tratara de darle lecciones sobre la noche de bodas, estaba claro que eso estaba totalmente fuera de su alcance. Y era una suerte, porque Eileen no sobreviviría a esa conversación.

- Bueno, pero no me toquéis la comida - les advirtió a Jeremy y a su padre, llevándose los dos dedos a los ojos y luego volviéndolos en su dirección, como señal de que los estaría vigilando.

¿Profesora? Eso sería un trabajo de ensueño y podrían ahorrar un poco más porque seguramente el suelo no sea malo. Pero tendrían que volver al Reino Unido y sabe que Dean y Lucas están como en casa en Hawai.

-Debería hablarlo antes con Lucas. Hemos construidos muchas cosas aquí y tenemos amigos y trabajo... sería un cambio demasiado importante. ¿Puedo darle una respuesta en unos días?

Volver a Hogwarts como profesora sería un regreso triunfante. Pero no cree que Lucas se sienta cómodo regresando a ese país, donde tendría que estar pendiente de quién se le acerca por la espalda y si es amigo o enemigo.

-Sé que no es propio de mí, pero si accediese... necesitaría saber con seguridad que nada le pasará a Lucas. Ya sabe, por lo ocurrido hace 3 años. 

- Comprendo sus dudas con respecto a ese hecho. Y sinceramente, creo que los aurores están más centrados en hechos próximos en el tiempo...- obviamente se refería a lo ocurrido en la boda- ... que con hechos de hace tanto tiempo. Señorita Smith, no creo que Lucas tuviera ningún problema al regresar a Inglaterra, siempre y cuando no se le relacione con eventos actuales. Si no tiene nada que ver... no hay nada que temer.

Le sonrió nuevamente, amable. Antes de levantarse tras dejar el vaso de agua vacío sobre la mesa.

- Le doy un día para pensarlo. Me hospedo en su hotel. Habitación 245.

Subieron hasta la habitación del matrimonio y Audrey se puso a buscar en un cajón cerrado de la cómoda. Hasta que encontró lo que buscaba: un anillo muy antiguo con un sello. La letra M de Morgan.

- Tu abuela, la madre de tu padre, me lo dio a mí como símbolo de unión y confianza. Es una reliquia familiar de los Morgan algo peculiar. Porque no pasa de padres a hijos. Si no de suegros a yernos. Obviamente tiene que ir bajo el consentimiento del hijo, en este caso tú.- le sonrió- Quiero que se la des a Zoey, como símbolo de suerte, confianza y unión. Y, por supuesto, me gustaría que, de aceptarlo, os comprometierais a continuar con la tradición.