Partida Rol por web

Se acercó, dudando sobre sus habilidades de baile, pero se preparó dispuesto a hacerlo bien, Kegan es del tipo de personas que si va a hacer algo, lo intenta hacer lo mejor posible, aunque fuese bailar con falda. Eso era otro tema, cuando le dieron la falda se quedó mirando la falda y mirando a su alrededor, esperando a que le diesen el resto ¿No? ¿No había más? ¿Solo eso? Se quedó algo sorprendido por lo que simplemente se la colocó encima del bañador, estar solo con  una falta le transmitía una sensación de vulnerabilidad solo de pensarlo.

- Bueno, veamos qué tal se nos da - dijo mirando a Mia con su acostumbrada media sonrisa - Si lo hago mal, te doy permiso para hacer como que no me conoces - añadió riendo, pero continuaba pendiente de su alrededor, dispuesto a no perderse nada de lo que pasase.

Bailar nunca se me había dado mal, gracias a mi madre, aunque aún recordaba lo desastrosa que había sido en el baile de Navidad de séptimo. Los había habido peores que yo, pero para mi nivel usual había sido muy mala. Por suerte Sean había compensado enormemente. Cómo no, Sean era perfecto en todo. Pero Sean no estaba ahí. Cogí aquella falda que no era precisamente algo que me pondría voluntariamente por muchas y varias razones, pero tenía que disimular. Cuándo escuché a Clark pidiéndome opinión sobre su aspecto, levanté la vista y alcé una ceja divertida.

- Sorprendentemente bien. - me vi contestando antes de filtrar mis palabras,. Me arrepentí, pero ya era tarde, así que tenía que seguir el tema - Creo que deberías llevarlo más a menudo. Después le pregunto a la profesora si puedes llevártela. - le dije mientras le daba un toque en el costado, aunque decidí alejarme hacia el grupo de mujeres antes de que hubiese respuesta. Demasiado contacto para mi comodidad.

"Se supone que somos una parejita..."

Era hora de seguir las instrucciones de la monitora, tan sólo por seguir el rollo hasta que tuviese momento para acercarme a ella.

Clark siguió con la mirada a Emily, moviendo el cuerpo como indicaban aunque nunca sería tan bueno como el jugador de quidditch. ¡Joder con el tipo! ¡Era un máquina en todos los aspectos!

Clark:- Nada mal, Porcher.- le comentó, dedicándole una sonrisa. A su lado parecía un pato mareado.

Rachel intentaba seguir el ritmo de Tabatha, pero se notaba que su amiga había tomado muchas clases de hula. ¡Casi podría ser ella la profesora a este paso!

Y ahí estaban, con su ambiente divertido y relajado, bailando - o intentándolo- al son de la música, cuando Mayka miró hacia la orilla de la playa, sonrió y saludó con la mano, algo tímida y al mismo tiempo feliz. Ahí estaba. ¡El camarero de la boda! Estaba corriendo por la orilla con tan solo un bañador como vestimenta y le dedicó una medio sonrisa chula a la chica mientras seguía corriendo.

Clark miró a Emily, esperando a ver cuál sería el plan.

Bueno, parecía que Vilma se iba enterando de por dónde iban los tiros. Era algo ingenua, siempre lo había sido, pero quizás incluso su ingenuidad fuera una ventaja:

- ¿Y por qué no?- se encogió de hombros. De hecho la idea no le parecía nada mala.- No es por menospreciar el trabajo de los aurores, ya sabes que Emily es mi mejor amiga, pero... dudo que nos vaya a contar nada y es un rollo estar de brazos cruzados. Nosotros también estamos intentando ayudar.- y señaló a Ermendrud.- ¿Qué te parece, Vilma? Podríamos ayudarnos entre nosotros. Cuantos más, mejor.

A Erm le sorprendió sobremanera la actitud de la cantante, ¿era posible que estuviera frente a la primera famosa del mundo mágico y no mágico que no quería aprovecharse de su privilegiada posición? le resultó extraño a la par que hacía ver a Vilma con mejores ojos, ¿estaba ante una persona cuya integridad no podía ponerse en duda? no lo sabía, pero podría serlo. Escuchó a Beth con atención conforme iba recobrando poco a poco su hastiada vitalidad. Cuando ella hubo acabado, Ermendrud habló - en relación a lo de ir preguntando por el ministerio... pues si, en esencia es eso, pero claro... tienes que hacerlo con las personas indicadas... los aurores, al menos en donde yo vengo, son personas herméticas y recelosas... desconfían de todo y todos, pero bueno si vamos a meternos en esto, tenemos que ir con cautela, podemos buscarnos un problema - estaba claro que a Ermendrud eso ultimo le daba igual, era más bien una advertencia soltada de manera "general", no quería luego verse con gente llorando cuando los problemas llegaran, si uno se metía en líos, tendría que estar preparado para ello - cuenta conmigo Beth - dijo finalmente aclarando su postura y mirando a la atractiva medimaga. 

Asentí con firmeza. 

- Está bien, lo haré y os mantendré informados. Pero si os enteráis de algo decídmelo, por favor. Mañana mismo haré una visita al ministerio con alguna excusa y preguntaré. Quizás la excusa sea simplemente que estoy muy preocupada por mi amiga y su marido. De mi se lo esperarán, por eso lo de ir con cautela no será muy buena idea de mi parte... Ya que si me conocen, sabrán que soy muy emocional pero muy buena cuando me lo propongo. -Recuerdo el incidente de mi último año en Hogwarts, estuve de perlas. Además, de improvisto las cosas se me daban mejor. 

- Te enviaré una lechuza, Beth. E informas a Erm. Estaremos en contacto pero ahora...- Miro hacia la puerta. -Me tengo que ir. Ha sido un placer verte de nuevo y bueno, conocerte.- Le guiño el ojo a Erm y me dirijo a la barra a pagar. 

Ermendrud sonrió satisfecho ante el compromiso que Vilma acababa de aceptar, le había gustado esa ultima parte de la conversación. Cuando ella le guiñó un ojo Erm se quedó parado sin saber reaccionar pero finalmente asintió sonriendo un poco - el gusto ha sido mio... ya me firmaras un disco* ¿no? - le dijo a modo de despedida 

Allí estaba… por un momento sus músculos se tensaron, pero para disimularlo se echó la mano a la barriga - Creo que tanto mover la vejiga… ha causado que tenga que irme un momento ¡Ahora vuelvo! - Dijo no muy alto, no quería que aquel que acababa de pasar se diese cuenta, ya que iba a intentar seguirlo.

Y allí estaba. Tan pancho. Corriendo por las playas de Hawai. Alucinante. El tío se marcaba un ataque y un secuestro y se dedicaba a correr en bañador por Hawai mientras el mundo mágico se rompía los sesos buscándole. ¡Alucinante!

Miré a Clark buscando la complicidad que compartía con Sean, aquella en la que no era necesario decirnos qué pensábamos para entendernos, pero Clark no era Sean.

No podía largarme sin más, y "entrevistar" a Mayka seguía siendo probablemente más productivo que perseguir al tío ese (sobretodo porque seguramente recordase mi cara, habiéndoles perseguido lanzando hechizos).

- Creo que esto de bailar no se te da tan bien... - empecé a decirle a Clark, pues el lo tendría más fácil para encontrar una excusa que yo, y no creía que el tal "George" reconociese a Clark, pero entonces Kegan abrió la boca y quise matarle a base de Cruciatus.

No sólo estaba poniendo la peor excusa del mundo, si no que no había pasado ni una hora de nuestro trato y ya lo había incumplido. ¿Dónde narices se había quedado lo de "haré todo lo que me digas, Emily, seguiré tus órdenes"? Iba a matarle.

Puse cara de preocupación , con un esfuerzo tremendo por no soltar fuego por los ojos y la boca, antes de mirar a Clark.

- ¿Estará bien?

"Ve tras él y métele la varita por el culo antes de seguir a Jorgito."

Miró a Kegan con preocupación antes de dejar la falda rápidamente en el suelo ante la presencia de todas las mujeres de allí que seguían bailando. Mía seguía con la mirada a Kegan. Le habría gustado unirse a él en la persecución, pero lo cierto era que con su excusa sonaría muy raro el querer acompañarlo.

Clark:- Voy a preguntarle.

Y empezó a correr para alcanzar a Kegan, que estaba disimulando tan mal... se notaba que por algo él no era auror. Estaba cerca de alcanzarlo cuando el camarero se dio la vuelta y fijó su mirada en Kegan y después en Clark.

Mierda.

Y entonces aceleró más para correr. En aquel lugar no podía desaparecerse porque estaba plagado de muggles. Debía encontrar un lugar libre de personas.

El día siguiente llegó. Aengus continuaba en casa pero no había provocado ningún problema. De hecho se había llevado bastante bien con Killian y habían pasado un buen rato jugando a uno de esos videojuegos muggles. Cenaron los tres juntos en compañía y no hubo ningún incidente.

Y ahora ahí estaba Vilma, en la planta baja del ministerio. Debía decidir a dónde ir para llevar a cabo su plan de lograr información. ¿Departamento de aurores? ¿Departamento de misterios? ¿Ir a algún secretario o secretaria parlanchín? ¿Departamento de cooperación mágica? ¿Departamento de inefables? Ella decidía.

Beth esperó a que Vilma se marchara para dirigirse a Erm con una sonrisa en los labios.

- Bueno, ha funcionado. No quise ser muy directa con lo de tu madre. Con un poco de suerte se lo podremos aconsejar la próxima vez que nos veamos. ¿Crees que deberíamos ir nosotros también al ministerio mañana? ¿O prefieres venirte conmigo a San Mungo y ver si hay noticias de ella por allí? Quizás pasó por ahí. No sé.

El día siguiente llegó y obviamente Eileen tenía que ir a trabajar. Habían trasnochado bastante la noche anterior, pero se lo habían pasado genial juntas. Pero eso no quitaba que Eileen estuviera algo cansada aquel día. 

Estaba en su laboratorio de pociones, trabajando en silencio y bastante concentrada, cuando apareció, nada más y nada menos, que Sean Pullap.

- Eileen.- dijo, llamando a la puerta.- Tú jefe me ha traído hasta aquí. ¿Puedo pasar?

La cita había sido increíble y le había ayudado hasta lo indecible a relajar la tensión emocional de la semana. Empezaba a dejar atrás los nervios, el terror e incluso la paranoia de que la muerte la acechaba. Casualidades, se diría si pensara en aquello. Pero no lo hacía.

A pesar de estar cansada había acudido al trabajo con ganas. No es que pudiera hacer mucho con la nueva información que tenía pero sabía que su estancamiento era sólo temporal. Además, estaba acostumbrada a no avanzar. Llevaba tres años trabajando en aquello y hasta el momento no había dado con cura alguna para la licantropía. Y tal vez nunca lo hiciera. Pero le parecía algo digno para dedicar su vida. Por eso esa mañana había mirado con añoranza casi dolorosa sus tubos de ensayo perfectamente etiquetados, sus muestras y su cuaderno con cientos de anotaciones que sólo ella entendía, antes de ponerse de nuevo con lo que se traían entre manos.

Estaba concentrada en una nueva tanda de pruebas cuando una voz, seguida de unos golpes en la puerta, la distrajeron.

- ¿Sean? - ni siquiera Emily había ido hasta su territorio -. Claro, adelante- cuando lo tuvo delante le miró con sus grandes ojos azules llenos de extrañeza -. ¿Qué sucede? ¿Le ha pasado algo a Emily?

- Espero que no.- fue su principal respuesta. Lo cierto es que él debería de estar ahora en Hawai, acompañándola, pero entre unas cosas y otras no había podido y eso le tenía bastante irritado. Eileen podía notar en sus tensas facciones que no parecía muy contento de estar alejado de Emily.- Está de misión, bastante lejos. Yo... leí tu nota anoche.- le dijo. Esperaba que no le importara. Lo cierto es que visto lo visto si había una nota en su casa era normal que la leyera.- No creo que Emily tarde mucho en regresar. 

Hizo una pequeña pausa. No sabía si ir al gran grano con ella o hacer preguntas triviales. Aunque finalmente decidió ser tan directo como siempre. Eileen también lo querría así.

- Entre muchas cosas que han pasado, te vengo a buscar porque me gustaría tu opinión y tu ayuda. Hay una profecía... que parece bastante encaminada a este asunto de los secuestros y todo eso. Pero solo una persona puede abrirla para que los demás lo oigamos en condiciones.- suspiró. Iba a ser difícil.- Vilma.

Acudía a Eileen porque era la mejor amiga de Emily y sabía lo que hacía. Necesitaba tener a alguien cercano a Emily de confianza.

Me quedé muy tranquila al ver que Killian y Aengus se llevaban bien y no habían hecho ninguna maldad. En esta ocasión Aen parecía querer hacer las cosas bien, gracias al cielo. Les quería mucho a ambos pero desde la llegado de Aen no había vuelto a dormir con Killian, cosa que me fastidiaba extrañamente. 

Al desayunar cereales con frutos rojos me preparé lo más decentemente posible para ir al miniserio. Iría directamente a preguntar a los aurores. Esperaba que Emily y Pullap estuvieran distraídos y no me derrocaran el plan. Una vez dentro me comencé a poner de los nervios, pues había estado en muy contadas ocasiones allí dentro. Era un lugar espectacular, la verdad, pero demasiado grande. 

¿Dónde estaría el departamento de aurores?  No me caía más remedio que preguntar. De modo que fui a la primera persona que vi que parecía trabajar ahí. 

- Disculpe, ¿el departamento de aurores?- Sí, yo era Vilma Williams y le estaba preguntando. Esperaba que en esta ocasión no montaran un escándalo. 

Ella también lo ha visto y parece que las cosas van estupendamente entre él y Mayka. A ver, ella no es nadie para hablar porque Lucas se vio metido de lleno hace 3 años en un plan malvado para gobernar el mundo mágico y hacer pagar a los Sangre Limpia... Pero no quiere que Mayka se vea en una situación igual... Mayka no es bruja y podría ser complicado comprender qué es lo que está pasado.

Y encima a Kegan y Clark se les nota el plumero cosa mala... si es que no saben disimular. Mira a Emily como preguntando que de dónde ha sacado a esos dos para conseguir que la cosa funcione. Pero deja de lado todo eso y se acerca a Mayka con una sonrisa.

-¿Y esa sonrisita? ¿Pasó algo entre vosotros mientras yo estaba perdida en una isla diferente? Ya me lo puedes contar todo... - intenta picar a su amiga.

Me ha parecido una chica difícil - le comentó sincero - pero al menos has logrado convencerla, ha sido una victoria - sentenció devolviendo la sonrisa a Beth, pero pronto se le borró - no te preocupes, era y es un tema difícil de abordar - escuchó las opciones que ella le estaba dando y las sopesó en silencio, lo cierto es que sabía poco o nada de ese país - yo... no sabría ni por donde empezar, no conozco este sitio. Supongo que... ¿San mungo? - no estaba seguro de nada, pero le estaba respondiendo con lo que el corazón le dictaba. 

Enarcó una ceja con extrañeza al notar la tensión inherente en su voz. Estaba claro que aquello no parecía gustarle demasiado. Por su parte, ni siquiera había sopesado la posibilidad de que Emily no estuviera en la ciudad. ¿De misión, lejos? Tenía que ser algo relacionado con todo aquello pero no se explicaba qué pista podría haberla llevado lejos de allí en aquel instante. Una parte de sí misma quiso enfadarse por no haberla avisado cuando en teoría no había secretos en aquella investigación, pero trató de dejarlo pasar cerrando los ojos un momento y aguantando un par de segundos la respiración.

- Define mucho. Es bastante urgente.

Lo de la madre de Ermendrud era preocupante. Aunque no lo hubiera demostrado en su momento, podía entender eso. Ella también había sentido impaciencia por la falta de prisas cuando sucedió todo lo de sus padres. Estaba a punto de agradecerle que hubiera ido hasta ahí sólo para decirle aquello cuando Sean pasó repentinamente al quid de la cuestión. Eso no hubiera sido un problema para Eileen, que era de las que estaba acostumbrada a procesar mucha información de golpe, si no fuera porque casi la primera palabra que había soltado había sido "profecía". Por su rostro pasaron claramente el desconcierto, la incredulidad, la burla y la duda. Y así hubiera terminado aquello de procesar que una profecía pudiera ser tan importante si no fuera porque Vilma fue la protagonista de su siguiente emoción que se reflejó en forma de puchero. Vilma no. Verla en una boda era una cosa pero volver a lidiar con ella era algo totalmente distinto.

- Entonces... - no, por favor, no -...¿quieres mi ayuda para traer a Vilma hasta la profecía? ¿Está aquí? ¿En el Departamento? ¿Y mi opinión para qué la quieres? Porque más te vale decirme que esa profecía es realmente algo bueno porque...madre mia. Vilma. Imposible que sea algo bueno. ¿A qué está destinada Vilma? ¿A ser una supercantante de talla mundial o a ser superpatosa de por vida?

Idiota. Kegan era idiota. Y ahora el tío estaba sobre aviso. Iba a mandarle a casa de una patada en el culo. Tenía que pensar, y rápido. La mirada de Tabatha me dejaba claro que ni el tipo ni yo éramos los únicos en darnos cuenta de que algo pasaba, así que lo primero que necesitábamos era una distracción. ¿Pero cuál? Por un momento pensé en hacer ver que me torcía el tobillo, pero no era creíble en una playa de arena fina mientras bailaba hula. Además, eso atraería poco interés. El tiempo se terminaba, tenía que actuar deprisa…

- ¡Creía que el hula se bailaba sólo con la falda! – dije mientras me deshacía de la parte superior de mi bikini… Y deseaba morirme en ese mismo instante. La parte buena era que aparte de llamar la atención, me creaba una imagen de chica simple, lo que me iba a ir de perlas con la misión. La parte mala…¿es necesario que entre en detalles? Recordé entonces la broma que hice con Sean antes de venir aquí, cuándo le dije que iba a ir en topless a grito de …. - ¡Libres domingos y domingas!

Mi día no podía ir peor.