Partida Rol por web

La mujer escuchó al joven animago con atención y algo de respeto. Después de haberse metido de lleno en aquel grupo mafioso pocas cosas le daban miedo. Le sorprendió que Max supiera lo del polvo de vida y le habría encantado saber cuáles eran sus fuentes. Fuentes... que le habían llevado a ella.

- El polvo de vida es justamente lo que yo ando buscando desde que me infiltré en este grupo.- miró a Ermendrud, que escuchaba atento.- Lo hice por ti, hijo. Pensé que si la traía de vuelta podrían soltarte de Azkaban. Sé que eres inocente...

Las intenciones de Anne Lötte habían sido buenas desde el principio. Llevaba años metida en aquello, ayudando al enemigo mientras al mismo tiempo investigaba. Y al parecer sus investigaciones habían dado sus frutos.

- Es un polvo extraño muy difícil de encontrar pero yo averigüé quién lo tiene. Entré en esta especie de secta porque el que está detrás de todo esto, el que mueve los hilos, posee un anillo en cuyo interior guarda dicho ingrediente. Al principio fue difícil que confiaran en mí, pero llevé a cabo sus misiones con éxito y he ido averiguando cosas.- pasaba la mirada de Ermendrud a Max según hablaba, mientras Beth escuchaba con atención. Por fin se iban a enterar de quién era el malo. Vilma seguía inconsciente y Aengus también escuchaba. ¿Tendría que ver con aquellos que le sacaron de Azkaban? Tras una pausa, la mujer dijo con decisión:- THEODOR PEACE. El presidente de los Estados Unidos de América mágica y muggle.

¡Y más diálogo! ¡¿En serio tenían que pensar planes ahora?! ¡¿AHORA QUE ESTABAN DENTRO?! Y encima no es que terminaran de ponerse de acuerdo. Stana se estaba desesperando por momentos y lo mismo Clark, Sean y Zoey. Se les notaba la urgencia en sus miradas pero como se trataba de Emily y Eileen nadie decía nada. La tensión podía cortarse con un cuchillo.

- ¡A la mierda!

Ya había probado el ascendio y no había funcionado. El plan que podía llevar a cabo con más rapidez después de ese era el de carpe retractum, así que se acercó de nuevo al hueco de la chimenea, apuntó hacia arriba y realizó el hechizo que ahora la lanzó hacia arriba con un tirón bastante potente.

Clark:- ¡Espera!- estaba visto que no iba a bajar así que su labor, como le había dicho Emily, era cuidarla. Se acercó a la chimenea y realizó un encantamiento casco burbuja como antes y a continuación un carpe retractum. También desapareció de la sala y a los pocos segundos comunicó que estaban bien.- ¡Estamos bien! ¡Vamos!

Zoey miró a Eileen, esperando. No iba a actuar sin que ella se lo dijera. No así Sean que veía por fin que podían avanzar. Con el dragón en su mano pasó al lado de Emily a quien le realizó el encantamiento casco burbuja antes que a sí mismo y se acercó a la chimenea.

Sean:- Carpe retractum.- aún con el dragón encima desapareció por el hueco de la chimenea. 

Al momento se escuchó a Clark decir un "au" y a Sean comentar que había sido el dragón. Ahora les quedaba escalar. Por suerte el carpe retractum les había llevado bastante arriba y Stana podía contar con la fuerza de los dos aurores debajo de ella si en algún momento desfallecía.

Ya en la habitación Lucas no tardó en salir. ¡Uf! ¡Qué agobio de lugar! Porque era el de Tabatha que sino podría haberlo comparado con Azkaban. Se estiró todo lo que pudo y después abrazó a su chica. Había cumplido la parte más difícil del plan.

- Ahora deberíamos llevarlo cuanto antes al piso de Emily. Quizás ya estén esperando. Aquí podrían descubrirlo aunque lo he amordazado y todo.

-Solo tengo que quitarme el disfraz. Que seguro que a ti te gusta que sea 10 cm más alta, pero estos tacones me están matando desde que este hombre me ha tenido esperando 40 minutos de pie - ríe.

No quiere salir de entre sus brazos, pero tiene que hacerse con su ropa y, sobre todo, sus zapatillas cómodas. Lo ideal sería ducharse también, pero si pasan más tiempo ahí podrían descubrirlos.

-Voy a lavarme la cara y a cambiarme... - sonríe antes de darle un beso y separarse de él.

Deshacerse de ese disfraz de niña tonta va a ser lo más satisfactorio del día. Y con eso no quiere decir que las rubias sean tontas, quiere decir que el comportamiento ha sido de niña tonta. No tarda demasiado en salir del baño como Tabatha Smith: vistiendo unos tejanos, una camisa y un jersey y, por supuesto, unas zapatillas cómodas.

-Bueno... ya nos podemos ir.

Recoge el bolso.

Escuché las explicaciones de Eileen, pero la verdad era que no había tiempo para que se explayase tanto. Aún así, habían tenido suerte. Mucha suerte. Meterse en un lugar público y donde hay personas yendo en todas las direcciones era fácil. Llegar aquí había sido un golpe de suerte aunque no fuese a querer admitirlo. Aún así, salir usando el mismo truco añadiendo personal y dragones, seguía siendo tentar a la suerte y además suponer que todo el mundo con el que fuesen a encontrarse era idiota y ciego.

Tuve la suerte que no me tocó ser "la mala" y "la mandona" de nuevo, porque Stana pareció cansarse y desaparecer por la chimenea. Del mismo modo Sean y Clark siguieron sus pasos. Miré a Eileen durante unos segundos, segundos que le daban tiempo a los tres de allí a subir, y a Eileen a decidir que quería hacer. Yo lo tenía claro: tenía un dragón nervioso en brazos y no iba a poder salir por esa puerta sin más.

- Si no quieres subir por la chimenea, mete al dragón inconsciente en mi mochila. - le indiqué. Habíamos preparado la mochila con un conjuro de extensión indetectable y con un espacio preparado para transportar a los tres dragones inconscientes. - Con tres desmaius en un punto particular de la nuca, pero dos de ellos están demasiado nerviosos para acertar a estas alturas. - de hecho Eileen les había visto probar de nuevo dos veces desde que había entrado, sin éxito. Era una zona demasiado pequeña para acertar cuando se movían tanto. Esperé un poco a ver qué decidía Eileen - si subir con el dragón o meterlo en la mochila y salir de otro modo - antes de encararme yo misma en la chimenea y lanzar el conjuro. Esperaba que Stana ya hubiese salido y Clark estuviese cerca para poder ayudar a sacar a los dragones.

Esperó algo nervioso a que Tabatha se cambiara de ropa y se lavara un poco, atento al bolso. Por suerte todo estaba yendo bien. Aquel hombre seguía dormido y parecía que así iba a continuar durante mucho rato. Finalmenente Tabby salió como nueva - aunque con un dolor de pies bastante considerable- y se prepararon para largarse.

- Ahora te hago un masaje si quieres.- dijo con amabilidad. Se lo merecía y seguro que le iba bien.

Dicho aquello se desaparecieron en cuanto pudieron para aparecer ante las puertas del piso de Emily. Tenían una copia de la llave que la chica les había dado y entraron.

Era un loft estilo londinense muy ordenado y limpio.

El baño tenía una gran bañera de hidromasaje de las caras. A Lucas pareció gustarle bastante el lugar y es que todo era de buena calidad. Había fotos de Emily y Sean en algunas paredes y sobre mesas.

Lucas:- Wow. Nada mal. ¿Dónde deberíamos poner al hombre este? Habría que sacarlo del bolso para tenerlo más vigilado.

-Aceptaré ese masaje - sonríe antes de darle un beso.

Desaparecen del Caldero Chorreante para aparecer frente a la casa de Emily. Por suerte, tienen una llave que la rubia les dio para poder entrar. Una vez dentro, se queda sorprendida al entrar en la casa de Emily. Es una casa genial. Parece muy moderna y tiene un montón de detalles. No se puede comprar a la casa que tienen en Hawai, aunque aquella tiene su encanto y le parece más familiar que la de Emily. Aunque también es un poco más pequeña.

-Es muy bonita. Seguro que cuesta mucho... el Ministerio debe de pagar bien.

Se pasea por el piso, mirando las fotos y los detalles.

-Parece que Emily y Sean son muy felices - sonríe -. Podríamos dejarlo en el piso de arriba. Con los ojos tapados para que no vea donde está.

- Vale.

Subieron al piso de arriba por las modernas escaleras y sacaron al jefe de los aurores para colocarlo bien atado, amordazado y con los ojos tapados sobre una silla que parecía aguantar bien. 

Una vez hecho aquello ahora les tocaba esperar. Probablemente si Emily llegaba y ya le hubieran interrogado les caería una buena. Así que Lucas se dedicó a curiosear por la casa. Miró las fotos más de cerca, los cuadros, abrió un par de cajones... y uno en la mesilla lo cerró en cuanto lo vio su contenido.

Lucas:- Vale. Ese no lo mires.

Vio como la gente empezaba a desesperarse y a actuar por las bravas. Pero luego resultaba que era Eileen la que hacía las cosas sin contar con los demás y esperar a que hubiera quórum. En un momento, todos empezaron a desesperar y a subir, llegando al punto de que incluso Emily le vino a decir que si hacía falta la dejaba ahí tirada pero que ella se largaba con el dragón. La misión primero, por supuesto.

Pasaba. Pasaba mucho. Estaba ya harta, cansada, agotada de todo aquello. De todos modos, siempre iba a ser ella la culpable...Se encogió de hombros, sin aparentar la desgana que sentía a aquellas alturas.

- Te sigo - se limitó a decir.

De verdad, esperaba zanjar con aquello todo aquel asunto de raptos, poderes y pociones. No quería volverse a ver involucrada en nada similar.

Una buena escalada después por aquella estrecha chimenea, todos salieron al tejado del edificio. Unos más llenos de hollín que otros, pero con los dragones en sus brazos y una misión aparentemente cumplida.

El helicóptero, que había estado dando vueltas por la zona de forma incesante, se acercó a ellos, provocando aún más frío e incómodo viento. Los dragones despiertos parecían felices de poder estar fuera de una jaula y parecieron calmarse al ver que esos humanos no parecían una gran amenaza. Eso sí, Emily y Sean tenían rasguños profundos, dolorosos y sangrando por cuello, cara, brazos e incluso el torno y los muslos. Sus ropas estaban rotas por muchas zonas y tenían manchas de hollín, sangre y suciedad en general.

Bajaron la escalera para que subieran, aunque desde luego eran más personas de lo esperado. ¿Aguantaría el helicóptero? Stana cogió la escalera, pero miró a Emily:

Stana:- Trae a Bella de vuelta.- lo prometiste.

Pilla a Lucas mirando los cajones y todo eso. Está a punto de decir su nombre, pero recuerda que hay un tipo peligroso en la habitación que, además, es auror. Si dice el nombre de su novio, la pueden cagar.

-¡Estate quieto! - le da una palmada en la mano - No mires los cajones de otras personas. Somos invitados aquí...

Le coge de la mano, como a un niño pequeño, y tira de él hacia las escaleras.

-Esperaremos abajo, sin tocar nada.

- ¡Jooo...! 

Se quejó pero se dejó llevar al piso inferior sin mostrar resistencia. ¡Menuda leche le había pegado en la mano! Ya abajo se sentó en el sofá con cara de niño bueno. Miró a Tabatha de reojo durante unos segundos hasta que le terminó por decir:

- ¿Y un bañito? No tenemos de esas bañeras en casa... y puede que tarden.

- Venga... dí que sí...

Se sienta en el sofá. Está cansada. Ha tenido que llevar todo el día esa ropa tan ajustada y llamativa y hacerse la tonta más tontísima del mundo.

-Mmmm... - se piensa lo del baño.

Es cierto que no tienen bañera en casa y que parece bastante relajante. Además, tiene que darse una ducha o un baño para quitarse las cenizas de la chimenea. Usar la red flu siempre ensucia. Pero por otro lado, no sabe si a Emily le sentará mal que usen sus cosas... 

Mira a Lucas y... casi que no puede resistirse a esa carita de niño bueno que pone. De ahí lo ha sacado Dean, seguro. Aunque sabe que esa carita de niño bueno, esconde a un diablillo.

-Mmm... bueno, vale...

Los dragones estaban a salvo y todos nosotros también. No íbamos a caber todos en el helicóptero, eso estaba claro. Habría querido que todos se subiesen y saliesen de allí, pero no podía ser. Sean y yo estábamos hechos un asco, pero al menos teníamos una buena excusa. Miré a Eileen y Zoey. Lo ideal sería que ambas se fuesen para no acabar siendo reconocidas por alguien peligroso, pero no me harían caso. Además, ya las habían visto haciéndose pasar por medimagas. Ahora al menos tenían pacientes. Cuando Stana me dijo aquello con tanta firmeza y frialdad, me puse seria y asentí. Era mi amiga, y era mi trabajo. Dos cosas que me tomaba muy en serio, así que no fallaría.

- Supongo que con dos medimagas y dos personas afectadas en un accidente tenemos suficiente para entrar a buscar a Bella. ¿Habéis entrado antes con nombres falsos? Insistiré en que sólo dejaré que me toque mi doctora - Bella - , y vosotras hacéis vuestro trabajo cómo medimagas no dejándonos sólos en el hospital. - Había gente que era idiota hasta cuando estaba enferma. No sería la primera vez que veían a alguien insistir en que no se fiaba de ningún matasanos excepto su médico. - Clark, tú llevate a Stana y los dragones - "y asegúrate que no les pase nada" añadí mentalmente - Y nos vemos .Cuándo Bella esté con nosotros, nos vemos en el lugar de extracción. No podemos arriesgarnos a que os descubran, y si os quedáis aquí, sería peligroso para todos. ¿Está bien?

Subieron sin más. Sin más quería decir apestando a hollín, a sudor y algunos llenos de sangre y arañazos. Casi podían agradecer que no estuvieran llenos de orines y heces de dragón. Lo único que a Eileen le faltaba al llegar arriba era, en realidad, el aliento. Estaba echando el hígado cuando salió de la chimenea, pues la exravenclaw seguía en tan baja forma como siempre. Ser rata de biblioteca nunca había conllevado mucho ejercicio físico a decir verdad.

Miró el helicóptero, sorprendida de que algo así aún no hubiera alertado a un montón de gente, pero al parecer todos los de allí parecían ser en exceso confiados. Fuera como fuera, aún había algo que hacer ahí, tal y como dijeron Stana y Emily.

- No nos han pedido nombres, hemos entrado como Pedro por su casa - aclaró cuando le dejó un hueco para hablar. Aunque sí habían falsificado las tarjetas. La de Zoey y Stana seguía en su sitio pero la suya estaba cubierta de sangre, al igual que la bata.

Si quería formar parte del plan de Emily de rescate iba a tener que limpiar la bata con lo que dirigió la varita hacia su persona con toda la intención de realizarse un fregotego pero de repente....puf. Hizo un sonido de tubo de escape atascado antes de empezar a expulsar polvo, barro y todo tipo de porquería en la que prefería no pensar sobre su persona, dejándola cubierta de arriba abajo.

- Joder - masculló, pasándose una mano por el pelo. Podía aparentar todo lo que quisiera que controlaba la situación pero los nervios volvían a hacer mella en ella como siempre que se encontraba en una situación de presión, por no hablar de decepciones, paranoias y cosas varias -. No puedo ir así - acabó por reconocer -. Y, de todos modos, han visto mi cara abajo...

Escuché con atención todo lo que Anne decía, parecía que estuviera justificándose ante nosotros a saber Merlín por qué. El chico que no conocía parecía su hijo y ella intentaba demostrar su inocencia para sacarlo de Azkaban usando el polvo. Siguió explicando todo lo que sabía hasta el punto de decirnos que el hombre que guiaba una especie de secta mala pero que tenía el polvo era el presidente de Estados Unidos... un hombre del que había oído hablar sobradamente tanto en mi casa como por ahí.

-Vamos no me jodas. -dije bastante irritado más para mi mismo que para ella. Entonces la miré fijamente. -Llevo muchísimo tiempo buscando ese polvo, lo necesito. -apreté la mandíbula. -¿Cómo puedo conseguirlo? Como ve tengo varias aptitudes excepcionales señorita Lotte. No me importaría infringir un par de leyes con tal de conseguirlo. -o romperlas. La verdad es que me daba bastante igual. 

Beth estaba atónita. No podía creer lo que había escuchado. Pero debía de ser cierto. En realidad todo encajaba. Al darse cuenta de que Vilma estaba bastante inconsciente pero a salvo, se levantó y se unió a los demás en aquel tema tan importante.

- Max... nosotros, Emily, Kegan, Eileen, Isaac, Katherine... todos vamos detrás del mismo hombre que tú. Por razones distintas pero vamos a por él.- explicaba con su claridad habitual.- Y no es un objetivo sencillo como para ir solo. ¿Por qué no colaboramos? Como en los viejos tiempo. He... he quedado con Emily en su piso. Ahora es auror.

Le costó no reírse ante el suceso a su mujer, pero logró mirar hacia donde nadie estaba y ahogar una sonrisa sin que nadie la descubriera. No era el mejor momento para aquello pero desde luego aligeraba las cosas. Eileen no podía ir de aquella guisa y Zoey no iba a separarse de ella.

- Me quedo contigo.

Por su parte, Clark sostenía la escalera y asentía a las instrucciones de Emily.

Clark:- Nos vemos ahí.- ahora miró a Eileen y Zoey.- ¡Subid! Seré el último.- intentaba hacerse oír por encima del ruido del helicóptero.

Parecía que estaban de acuerdo con mi idea, o eso creía al no oír protestas. Entonces Eileen intentó quitarse el hollín y su conjuro tuvo el efecto contrario. Fue entonces cuando decidió al parecer que era mejor no venir, y Zoey obviamente no iba a dejar a su chica sola. Así, de repente, sólo éramos Sean y yo. "Como en los viejos tiempos." - pensé recordando las misiones en las que íbamos juntos, hasta que según Sean (y tenía lógica) mi padre había decidido intervenir para que me pusiesen con otros aurores. Aún así, Seanly era el mejor equipo que teníael ministerio inglés actualmente, ya que nuestra sincronización iba más allá de cualquier entrenamiento. Era intuitivo, y eso no lo tenía cualquiera. - Cuida bien de ellas Clark. - le dije antes de despedirme de todos. Miré a Eileen con una mezcla extraña de sentimientos dentro de mí yhasta que el helicóptero dio la vuelta y se perdió entre los rascacielos de Nueva York, entre el resto de helicopteros para turistas y servicios que había en aquél lugar. - Vaya con nuestra primera visita a la gran manzana. - le dije a Sean antes de darme la vuelta.

Sabiendo que los dragones y las chicas estaban en buenas manos, me sentía mucho más segura. Me daba igual estar sangrando. Estaba con Sean, estábamos sólos, los dos, y eso era suficiente para mí. Nosotros dos juntos éramos imparables.

- Bajemos por las escaleras de incendios y entremos por la puerta. Es un hospital mágico, así que nadie se extrañará por no llegar en coche o ambulancia, es normal aparecerse cerca. Tal vez suene arriesgado, pero creo que lo mejor será decirles que somos aurores y esto ha sido el resultado de un mal cálculo en una misión. A veces la mejor mentira es una verdad. En cuando veamos a Bella nos largamos. ¿Recuerdas con suficiente claridad el piso en el que nos trasladamos para aparecernos cerca? - le solté de carrerilla mientras bajaba sin mirar atrás, sabiendo que cuando Sean no veía bien algo de lo que hacía, me detenía y me lo decía claramente. Y tenía razón cuando lo hacía, no era para discutir. Si no veía problemas, me apoyaba. Y por supuesto, yo hacía lo mismo. Así debe ser un equipo. Así es una pareja.