Partida Rol por web

Hasta la lluvia se reía del elfo, la tromba de agua caía con fuerza empapando los caros tejidos de su capa de viaje. El agua le recorría el cabello y la frente, cayéndole por las mejillas y cegándole los ojos. El barro le retenía ejerciendo succión en sus botas. Airuf con todo el pelaje oscurecido por el agua se frotó con su pierna e inútilmente trató de sacudirse el agua de encima. Hasta la propia tierra enfangada de aquel pueblucho humano se reía de él. Hacía un par de semanas que había llegado a Falcon's Hollow, el pueblo más cercano al Bosque de la Luna Oscura aparte de las industrias madereras que le negaban la entrada.

Tenía prisa por llegar a la posada, al menos podría llavarse y olvidar que los días habían sido una completa pérdida de tiempo, se había empeñado con su madre que ya era adulto. Ya no necesitaba a nada ni a nadie y su padre le adelantó la herencia. Kwaden y luego le hecho de su casa y sus tierras. Hasta que Kwaden no despertase no podía volver a pisar Tiri-Kithor. Había consultado en bibliotecas y bardos para nada, nada había de su espada. Ni siquiera su manufactura era puramente elfa, las malditas runas eran humanas o enanas, ni idea.

El maldito Consorcio, aquellos humanos estaban en todas partes incluso cortando y arrasando los antiguos bosques de su gente. Llevaba más de tres días rondando el bosque pero no había rastros de su gente, ningún poblado, nada. Todos los informes que le habían enviado hasta allí habían resultado ser un fracaso. No había conseguido nada, Kwaden seguía dormida golpeando indolentemente su cadera. Su única herencia era un trozo de metal afilado. Pensó en llegar a la posada lo antes posible, poder secarse y comer algo caliente se le presentaba como un placer de dioses, eso si conseguía olvidar que las monedas se acababan.

Ensimismado en sus agoreros pensamientos se percató demasiado tarde de los ladridos de advertencias de Airuf. Un grupo de cuatro figuras se acercaban desafiando la tromba de agua.

Mientras intentaba avanzar por aquel enfangado lugar más próximo a mi parecer a una ciénaga que a un pueblo, no podía quitarme de la cabeza las últimas palabras de mi padre, Yo les demostrare a todos lo equivocados que están. Me repetía a mi mismo para infundirme coraje ante las adversidades que ahora se me planteaban, decidido continuaba avanzando por aquello a los que los humanos llamaban civilización, Como tienen el valor de llamarse a sí mismos "Civilizados" la mayoría de ellos están más próximos a los orcos que a otra cosa, me hierve la sangre cada vez que veo las atrocidades que han hecho con nuestros bosques, cada vez que talan a un árbol es como si mancillasen la memoria de mis antepasados, bestias inmundas serian capaces de vender a sus madres por unas pocas monedas, pero si pretendo volver pronto debo aguantar esa intrusión e intentar sacar algo de información.
Era prácticamente inútil buscar a mi gente entre tanta devastación si aún quedaba algún elfo lo más seguro es que buscase otro bosque forzado por los humanos o que se encontrase en lo más profundo del bosque, mientras me encontraba inmerso en ese y otros pensamientos note como mi fiel amigo Airuf frotaba su morro contra mi pierna, baje la vista y le dije: Tranquilo amigo mío en cuanto lleguemos a la posada Timothy se ocupara de ti, te has ganado algo de comer y un lugar junto al fuego donde poder descansar.
Si al menos pudiera saber que dice la inscripción de Kwaden.
No me percate de los ladridos de advertencia de mi perro Airuf al encontrarme nuevamente absorto en los entresijos de mis pensamientos y  la búsqueda de algo que hubiera pasado por alto. Finalmente los insistentes ladridos de Airuf consiguieron sacarme de mis pensamientos y percatarme de que cuatro figuras se me acercaban bajo esa incesante lluvia.
Timothy monta y permanece atrás con mi caballo, si surge algún problema uye y pide ayuda, ya sabes dónde vamos nos reuniremos allí. Dije sin apartar la vista de aquellos que se me hacecaban.
Airuf espera a mi señal ya sabes que hacer.
Espere a que aquellas figuras se acercasen lo suficiente y les grite: Quienes soy y que intenciones tenéis.

Sin esperar respuesta intente ocultar con mi capa como cogía la empuñadura de mi espada.

A través de la cortina de agua una figura gruesa como un tronco se acercó. Casi antes de que el agua permitiese ver quien les estaba siguiendo desde que habían entrado en el pueblo el elfo ya lo supuso. Era Droggh algo así como el Chulo del pueblo y según los rumores un perro al que llenaban los bolsillos el consorcio maderero. El semi orco albino y su panda de energumenos que le había estado rondando desde su llegada al pueblucho. Parecían perros y como perros que eran le debían haber de estado rondando hasta que los habían visto solo. Con voz ronca, quizá un poco alterada por el alcohol el semi orco se acercó aún un  par de pasos más.

¿Te he asustado elfito? ¿Es que tus orejitas puntiagudas no nos han oído? Las risas a sus espaldas indicaban que debía ser quizá media docena los que le acompañaban. ¿Te has quedado mudo elfito? 

Me quede esperando contestación, aunque  no me hizo falta a observar lo grande que era la silueta de uno de los cuatro individuos que se me acercaban, en ese preciso instante tire rápidamente de Kwaden  desenvainándola mientras que un escalofrió iniciado en la parte superior de mi espina dorsal recorría mi cuerpo tensando los músculos,  como preludio de lo que se me venia encima. Ni tan solo había terminado de ver bien a esa criatura cuando supe que eso que tenía delante era uno de los mayores engendros que podrían existir, al menos a mi parecer, no ya por que se tratase de un semiorco que no era poco, sino que además la naturaleza le había gastado la broma de que fuese blanco, en otras circunstancias me abría parecido una broma de mal gusto.
¿Qué demonios es eso?
Escuche sus mofas insolentes, aunque ello me hizo percatarme de que quizás estaba un poco ebrio, aunque por otra parte también pude oír varias risas detrás de mí por lo que deduje que al menos seis eran los acompañantes del engendro que tenía delante.
Si era cierto que estaban un tanto bebidos y que al menos el semiorco con su peso y talla se hundía mas que yo en el fango, a pesar de que yo llevaba mi mochila cargada contaba con ser bastante más rápido y ágil que el. Por Timothy no debía preocuparme pues montando mi caballo era más rápido que todos ellos, a pesar de llevar parte de mi carga. Solo quedaba Airuf que está convencido de que no podrían darle alcance en plena carrera.
Sin bacilar un segundo y esperando que mis deducciones fuesen acertadas, grite:
¡¡¡Timothy ahora, Airuf sígueme!!!
Mientras inicie los primeros pasos de mi carrera en dirección al pueblo, con la intención de buscar ayuda, refugio o una situación un tanto más favorable, comencé a concentrarme por si la situación precisaba.

Uldrich desenvainó Kwaden que emitió un sonido metálico al salir de si vaina. Gritó las ordenes pertinentes a su jóven asistente. Se dispuso a correr hasta el pueblo y defenderse de cualquier ataque que pudiesen recibir él y el niño. Airuf empezó a ladrar y con todo el lomo erizado se dispuso a lanzarse sobre el semi orco. La lluvia arreció y los truenos retumbaron sobre sus cabezas mientras los rayos iluminaron el rostro de Droggh que mantenía una sonrisa salvaje.

El enorme semi orco que debía sacar una cabeza al elfo y casi era el doble se ancho levantó sus enormes brazos en señal de rendición sin apartarse del camino del elfo, a pesar de ello no dejaba de sonreir de forma socarrona y confiada, realmnete estaba disfrutando con todo aquello.

Tranquilo elfito, tranquilo. Ahora no toca. Todavía... -A pesar de la fingida cordialidad los ojillos rojos del semi orco parecían arder con furia mal contenida- Solo vengo a traerte un mensaje. Por tu bien, y por el del niñito que llevas contigo. No nos gustas los amigos de los bosques metiendo las narices en nuestros bosques. Coge tu puto caballo, tu puto perro y largaos de aquí. Ahora solo es una advertencia elfito. Se pasó la lengua por los labios y sonrió mostrando los dientes afilados y extremadamente blancos para ser un semi orco. Guarda el mondadientes-dijo refiriendose a Kwaden y yo les diré a mis amigos que bajen las ballestas que te apuntan a tí y al crio. ¿Que te parece?

La verdad es que apenas había dado tres pasos cuando la bestia aquella alzó los brazos en señal de rendición pero sin dejar de sonreír e interponiéndose en mi camino lo cual no me trasmitía confianza alguna, aun así grite: Airuf para, ven aquí, Timothy para.  Maldita sea que pretende esta alimaña inmunda, si es cierto que estoy rodeado no tengo más remedio que escucha r lo que me tiene que decir...
La verdad es que hasta la última fibra de mi cuerpo estaba pendiente de todos los movimientos de mi oponente.
La forma en la que tan descaradamente se dirigía a mi empezaba a ser molesta. 
Su mirada dejaba claro que a pesar de que intentaba trasmitirme una cierta cordialidad en realidad le abría gustado que le atacase para tener un motivo para hacérmelo pagar caro, en realidad tras su advertencia no me dejaba demasiadas opciones y todas ellas pasaban por poner en peligro a mis compañeros y la muy posible pérdida de Kwaden en caso de ser vencido.
Desconfiadamente baje lentamente a Kwaden mientras miraba de reojo los que acompañaban al engendro semi orco que tenía en frente.
El engendro volvió a dirigirse a mí para decirme claramente que me marchase aunque uso palabras malsonantes y desprendía prepotencia en cada letra que salía de aquella boca llena de afilados dientes que sorprendentemente tenía un color blanco que era de extrañar en criaturas como aquella.
Analice una vez más en nuestras posibilidades, finalmente decidí envainar a Kwaden pero mantuve la concentración y nada mas soltar la empuñadura de kwaden me cubrí con mi capa y con la mano apoyada en la empuñadura de la daga que llevaba, únicamente por si la cosa se torcía y porque no decirlo por pura desconfianza ante quien me daba su palabra de no sufrir daños y la poca o ninguna credibilidad que tenia para mí su promesa. Así que intentando parecer convincente le dije a la bestia alvina.
No pretendo meterme con nadie ni causar problema y lo que hagáis con los arboles es vuestro problema no el mío, esas palabras me costaron un verdadero esfuerzo pues tenía claro que con cada árbol que caía se eliminaba un pedazo de la historia de mis antepasados, pero ¿Qué más podía hacer? Solo buscaba a alguien pero al parecer hace mucho que se marcho de estos bosques. Intente excusarme. Seguiré mi camino, pero que tengáis claro que nada pretendo que os afecte directa o indirectamente, mi camino es cosa mía pero aun así me marchare. Espere a hasta que abrieran paso para hacer una señal a Timothy para que se adelantase y poder cubrir su marcha.

Socarronamente el semi orco sonrió aún más, con el agua goteando por las prominentes arcos de las cejas y la cicatriz de la frente. Así me gusta elfito. Aquí no hay nada para ti. Lárgate. El enorme semi orco dió un paso hacia atrás con los enormes brazos caídos al lado del cuerpo. No le molestaba el agua para nada y parecía pasárselo en grande. Chicos nos vamos. Hasta luego elfito. Ves con cuidado ahí fuera, nunca se sabe que puede pasar por ahí fuera. Los bosques son peligrosos. Al unísono las siluetas desdibujadas por el agua se fueron apartando pero sin bajar las armas. El ruido del agua golpeando los edificios de madera y los charcos en el lodo ahogaba todo ruido. En pocos segundos todo el grupo se había perdido entre las casuchas que habían a ambos lados de la avenida central del pueblo.

Me quede escuchando sin soltar la empuñadura de mi daga la cual apretaba fuertemente cada vez que aquella bestia inmunda me llamaba elfito con mofa, aunque me molestaba reconocerlo si que tenía razón en algo aquel engendro, no parecía haber ningún rastro de los míos por aquellos lares así que cuando vi desaparecer a los rufianes decidí que al día siguiente después de un merecido descanso tomaríamos camino a otra población humana, quizás tendría más suerte en otro lugar. Timothy, vamos a la posada a descansar mañana saldremos de esta ciénaga. Airuf amigo ten los oídos y los ojos bien abiertos, esperemos no tener más “visitas” inesperadas camino a la posada.

Avanzaron unos metros protegiéndose en los desvencijados porches de la lluvia que arreciaba cada vez más. El camino de tierra por el que se circulaba por el poblado estaba deshecho y lleno de charcos. No quedaban más que un par de decenas de metros para llegar a la posada pero Uldrich se detuvo en seco. De nuevo les estaban siguiendo, pero esta vez no trataba nadie de permanecer oculto. Los pasos chapoteaban profundamente en el agua como si no le importase para nada ser descubierto. 

Se trataba de una figura casi tan alta como él y sin la corpulencia del semi orco. Si se trataba de un asesino era terriblemente ineficaz pues no hacía nada para mantenerse oculto. La figura siguió avanzando sin mostrar ninguna actitud amenazadora.

Más de cerca la cortina de agua permitió ver la figura que se acercaba. Era un semi elfo, enfundado en una gruesa armadura de cuero tachonado negra y completamente oscurecida por el agua. Llevaba colgando un hacha de mano colgando del hombro por una correa de piel. El pelo era corto y rizado cortado como lo hacían los humanos, con ropas humanas pero era el primero que veía en la ciudad que le miraba directamente a los ojos.

Saludos -dijo sin titubeos y de forma cortés- Soy Deldrin Baleson, el Sheriff de este pueblo, me ha parecido que habeis tenido problemas con los chicos del consorcio... ¿Estais todos bien?

Mientras emprendía camino nuevamente en dirección a la posada, no pude remediar en pensar qué demonios podría haber hecho para tener aquella clase de visita. Avanzaba intentando cubrirme de la lluvia que arreciaba por el camino de la posada por llamarlo de alguna forma. El poco tiempo que pase en este maldito lugar tendré que andarme con mucho cuidado.

Otra vez pude escuchar cómo me seguían… otra vez. Quedaban pocos metros para llegar a la posada en cuestión y me ayaba nuevamente en una situación que podría ser difícil, ¿acaso aquellos animales se habían arrepentido? Quizás les habían dado la orden de terminar el trabajo. No pensé demasiado la ultima vez habían utilizado a Timothy como coacciona sí que me gire hacia él y le dije.
Timothy tu y mi caballo id raudos a la posada si no llego en unos minutos da la alarma.
Como hacía unos instantes desenvaine a Kwaden, gesto que ya se me estaba haciendo común desde que estaba en aquellas tierras. En esta ocasión intente que se percatasen de que tenía a kwaden bajo mi capa, para mantener el factor sorpresa.

Airuf cúbreme, guarda mi espalda amigo. Ordene a mi compañero canino.

Empecé a concentrarme por si requería de algún hechizo e intente estar atento a todo lo que me rodeaba a pesar de la incesante lluvia, ya que no quería encontrarme en otra encerrona.

Me quede expectante a ver quién era esta vez, el que seguía mis pasos y lo que era casi más importante ¿por qué?

Finalmente la lluvia me permitió ver a un individuo más o menos de mi altura, no parecía tener intención de atacarme. Se me acercó un poco mas pudiendo ver como llevaba al hombro una correa de piel y en su extremo colgando un hacha de mano, lucía una gruesa armadura de cuero negro tachonado.

No tenía pinta de querer hacerme ningún mal, pero lo que me llamo más la atención que sus ropajes o el corte de pelo al estilo humano, era que aquel que tenía delante de mí era un semi elfo.

Aunque me alegre de ver a alguien que compartía en parte mi raza, había aprendido a no fiarme. Seguí atento a todo aunque intente aparentar normalidad y que no se notase a Kwaden bajo mis ropajes.

Cortésmente se me presento como Deldrin Baleson, sheriff de aquel lugar.
Incline levemente la cabeza y le me presente: Soy Uldrich, un viajero. Tenéis toda la razón he tenido la "visita de los chicos del consorcio". Lo que no entiendo es por qué les ha molestado que busque a los míos que antaño Vivian en estos bosques.

El semi elfo giró casi imperceptiblemente la cabeza hacia donde  Droggh y sus secuaces y soltó un bufido de desprecio. Son animales, ellos y el resto del consorcio poseen casi todo el pueblo y creen que todos los que vivimos aquí tenemos que andar con la cabeza gacha o perderla. Supongo que te diriges al Reposo del Viajero, ¿Verdad? He tratado de pasar a verte antes pero hemos tenido problemas con los lobos, siempre tenemos problemas con los lobos. Hizo un ademán con la mano para que le acompañase, es un pueblo pequeño casi de mil quinientas almas -dijo empezando a andar sin mirar si Uldrich le seguía- casi todas las que vienen a parar aquí son gente desesperada, no tienen nada y nada les queda al vivir aquí, el consorcio maderero les come el alma y la bolsa. A los que mandan les gusta que siga así y no quieren que nadie venga a cambiar esto. Y tu no encajas en el pueblo, asi que para eso están animales como Droggh y sus muchachos para hacértelo saber.

El ver el gesto de desprecio a las bestias que intentaban que me marchase de aquel pueblucho, me dejaba más tranquilo aunque decidí no envainar a Kwaden por el momento, no ya por el sheriff Deldrin sino por mis asaltante, pues si me los había encontrados sin motivo alguno, permitiéndose el lujo de amenazarme, ahora que estaba con el quizás pensarían que le llame yo y les estaba denunciando o quizás que mis intenciones eran las de quedarme allí o inmiscuirme en sus asunto de los que no quería saber absolutamente nada.
Seguí escuchando a Deldrin como habían tenido problemas con los lobos y no pude remediar contestarle, Quizás si el hombre no se adentrase en los dominios de los lobos estos dejarían en paz a los hombres y sus pueblos. Los de nuestra raza vivieron muchos siglos en armonía con ellos.

Como ya he dicho no pretendo quedarme más de lo necesario, solo quisiera saber si hay alguien con estudios en lenguas antiguas o algún elfo que viviese en los bosques que se están talando.

Empecé a caminar unos pasos detrás del Sheriff mirando de reojo a mi espalda, no fuese que con escolta y todo intentasen que me quedase instalado en el cementerio de aquel lugar, idea que no me convencía en absoluto.

Ya. Dijo de forma escueta ante la declaración de Uldrich sobre los lobos. Mejor no digas eso en voz alta aquí si no quieres acabar con todos los huesos rotos. Aquí es difícil el mes en que no muere algún maderero por los lobos. Además parte de los bosques están infestados por hombres lobo y con esos ninguna raza puede coexistir. Acarició levemente y de forma inconsciente el hacha que llevaba colgada de la axila. Era de plata.

No se de ningún elfo que haya vivido aquí en los últimos cincuenta años. De hecho ahora mismo eres el único elfo puro de todo Falcon`s Hollow. Francamente, no creo que encuentres nada de interés en este pueblo. Además, está cayendo enferma mucha gente... Con gesto preocupado añadió: Las colas en la tienda de Laurel cada día son más largas. Yo también me largaría si pudiese. Buenas noches. Creo que hablaré un rato con Droggh y sus perros antes de buscar algún sitio seco donde mojar el gaznate.

Un placer maese Uldrich. Baleson empezó a alejarse protegiendose en los mismos porches que minutos antes se había cubierto Droggh.

La verdad es que me quede mucho más tranquilo al llegar a la puerta de la posada, Deldrin parecía muy seguro de sí mismo y no parecía tener ningún miedo del semi orco descolorido y su tropa de asalta caminos.
Aunque me comento que hacía casi 50 años que no sabía de ninguno de los míos en los bosques de alrededor, cosa que me decepciono un poco, si era importante la advertencia de los peligros que en él se esconden.
Cada vez tengo más claro,  estar en este lugar no ha sido una completa pérdida de tiempo. Mañana partiremos haber si en mi próximo destino hay más suerte.
Una vez que el Sheriff se alejo lo suficiente envaine a Kwaden antes de entrar en la posada, aunque no llegaba a entender como Deldrin seguía vivo teniendo que tratar con escoria  como la que me había encontrado.
Empuje la puerta con la intención de reunirme con Timothy, mientras le decía a mi amigo Airuf, Vamos a tomarnos un descanso amigo mañana nos marchamos de aquí, espero encontrar un camino seguro lejos de los hombres lobos.

La puerta de la posada estaba cerrada y las contraventanas de madera que viejas ya no ajustaban dejaban filtrar algo de la luz que había en su interior. Tratando de evitar que sus ropas se mancharan aún más de la capa de lodo que cubría todo Falcon's Hollow. A su lado Airuf chapoteaba alegremente quedando completamente embarrado sin importarle lo más mínimo que luego Thimothy se agotase cada vez que había que lavarlo.

"El Reposo del Viajero" rezaba el dintel de la puerta. La gruesa puerta de madera permanecía cerrada, a pesar de ello, la luz se escapaba por las contraventanas mal cerradas. Tuvo que golpear las puertas un par de veces para escuchar como el pasador se la puerta se corría para poder franquear el paso a Uldrich. A pesar de ello una extraña sensación en la nuca del elfo le decía que aquella noche aún no había terminado.

El enorme corpachón del posadera abrió la puerta, tras reconocer al elfo su rostro recuperó el tono afable y un poco descoordinado dejó la porra de madera detrás de la puerta. Adelante señor -dijo haciendo una pequeña reverencia que hizo que su enrome panza se moviera de un lado a otro- Le estábamos esperando, el muchacho nos ha dicho lo del albino. Maldita Rata!! Desde que es el matón preferido de Kreed...

Una voz atronó al otro lado de la estáncia. Beronius Ham!! Ni sueñes dejar entrar así a ese chucho sarnoso!! Me lo pondrá todo perdido!! -Gritó la oronda matrona de la casa esgrimiendo un cucharón como arma- Al establo hasta que lo bañeis. Dijo en un tono que daba a poco a discusión.

Beronuis hundió los hombros, Pero querida esta lloviendo y... -dijo en tono sumiso y acobardado pero la mirada acerada de  Amara, su esposa y la auto proclamada mejor cocinera de Falcon's Hollow dejaba poco lugar a discusión. Beronius miró a Uldrich con cara de circunstáncia y rendición.