Partida Rol por web

- Pues... no lo sé - el ex-militar se encoge de hombros mientras sigue cargando el cuerpo - Quizas fue alguien más... quizás uno de los presentes. No lo se, pero no podemos descartarlo, no cree? -

- Solo espero que no se repita -

Cita :

Creo señor... que sería de ingénuo pensar eso - aunque el comentario me había echo gracia no sonrío.

Dirijiéndome a todos los presentes hago un gesto de cortesía con la cabeza.

Yo estaré en un cuarto, espero que solucionen esto con rapidez, no es muy agradable tener muertos en la entrada.

Dicho esto me dirijo hacia la zona de los cuartos buscando uno para mí.

- Habitación 10, habitación 10.- Me voy repitiendo mientras hago rodar la maleta y camino hasta ese lugar.- ¡Ah no!.- Exclamo al ver que en la puerta pone dos nombres, el mío y el de ¿Manolo?- ¿Y ese quién es? ¿No será Manos rápidas Manolo? ¡La reputamadre que lo parió! Yo con él ni a la esquina, es un manolarga si no te roba te manosea el culo, éste no respeta ni a su abuela.-

Abro la puerta y al ver que sólo hay una cama y que es matrimonial peor que peor. Podría haber transado si se trataba de dos individuales pero meterme en la misma cama con él ni a palos.

Salgo de la habitación, necesito un café o algo caliente de beber así que me pongo a buscar hasta que doy con la cocina. Allí pongo agua a calentar y reviso las alacenas hasta dar con lo que busco, café y azúcar. Me meto la mano en el bolsillo y saco un calmante.

- ¡Joder que ganas de fumarme un porro...!

Como eran que se llamaban y que estoy haciendo aca en esta casa con gente extraña, mi bolcillo tomo de mi chaqueta un papel arugado si    aca esta    habitacion 16 es tuya, aja esa debe ser la habitacion que me toca bueno vere a ver como es. Con su permiso Sr y Srtas . Levando mi bolso y mochila y salgo caminando para donde se encuentran las habitaciones  esta no esta no esta no esta no esta no 16 esta debe ser

Hola?

Miré alrededor y todo era gente joven. Nos habían invitado a un baile, pero me juego un riñón a que pocos de estos jovenzuelos saben bailar un vals o un pasodoble. Tendré que ver si hay gente de mi edad... para empezar he visto que me ha tocado en una habitación compartida con un mozo. No sé que edad tendrá, pero yo por si acaso me he traído el dominó.

Soy Adela, algún joven puede ayudarme con este maletón? -dije dirigiéndome a un grupo de gente- Tengo las articulaciones delicadas, y aunque la mía está cerquita, es la habitación nº2, me dolerían las manos hasta mañana.

Me dispuse a esperar para ver si aún quedaban caballeros como antaño.

La situación dentro de la casa poco a poco se va arreglando. Unos voluntarios preparan comida para todos, poco a poco os vais conociendo, investigáis la casa e incluso unos valientes salen afuera para mover los cuerpos de la entrada principal y depositarlos en el pequeño cobertizo a la falta de que el temporal de nieve mitigue para que podáis salir de aquí y avisar a la autoridades.

Poco a poco va atardeciendo y el cansancio hace mella en vosotros tras un viaje tan largo pero la paranoia sobre que el, o los, asesinos estén entre vosotros no hace más que preocuparos cada vez más por lo que pueda ocurrir esta noche mientras estáis durmiendo.

De repente se abre de nuevo la puerta ...cuanto tendrán que aguantar estas bisagras... y aparece un hombre vestido completamente de negro, muy pálido, con el pelo revuelto, hojas y ramitas enmarañadas en el pelo y la ropa...
- Bienvenidos sean..., hablo como en un susurro. Su vocecilla suena como una leve suspiro, recordando a la popular voz de Epi/Ernie/Enrique...
Pala en mano, comenta...
... ofecerme puedo... a cavar un par de hoyitos... para estos pobres diablillos...

Detrás del joven de aspecto tan desalineado y por demás desalentador aparece un hombre de estatura media y unos 50 años aproximadamente.
Su cara presenta un desconcierto claro y tarda unos segundos en emitir palabras.

-Ehm, disculpen! Pero alguien me podria decir por que hay unas personas alli afuera arrastrando unos cadaveres?-

Se nota cierta ironía y acusación en su tono de voz.
-Veran... he notado que no puedo volver por donde vine ya que mi auto se ha quedado a menos de 1 km de aqui y ya ha sido extenuante caminar hasta la puerta-

Ainhoa logra subir las maletas, y acomodarse en su habitación.

Luego vuelve a bajar hacia donde están los demás. Tiene hambre, le gustaría comer algo, beber, y charlar.

- Deberíamos tener cuidado. Es posible que los asesinos, quien quiera que fuera (o qué) todavían anden sueltos.

Dice en voz alta, mientras baja las escaleras.

Ya con el rostro cambiado y con una expresión de preocupación el hombre se adentra en la casa.
-Asesinos dice? Como es que lo dice de forma tan natural?-

Bah, lo más probable es que la cosa no se repita, pero habrá que andarse con ojo...

Bosteza.

Empiezo a estar cansado, creo que se está haciendo tarde. Yo, señores, señoras y señoritas, me voy a ir a dormir a mi confortable habitación.

Manuel con dos copas metidas en el cuerpo y el pelo desaliñado mira al resto de los presentes cuando el Padre y el extranjero vuelven a por el otro muerto.
-Na, tonterias, ni asesinos ni gaitas de flan, seguamente han sido la manaa de lobatos hambrientos que rondan las montañas, una lastima esa pareja era buena con el mus, sabian echar faroles, pero esto pasa y en invierno mas, tenemos suerte de no a ver estao para ojarlo.-Dijo el señor con una nueva botella en su mano lista para ser compartida con su bigote.
-Pero si alguna moza de pandero duro tiene recelo a dormir sola, que haga sitio al mio que yo la protejo la doy calo y lo que haga falta, OJO! que dinero tampoco es un problema.-Dijo mirando a aquella mujer vestida de gitana que subia a las habitaciones.
Miro con interes el bandoleo de su culo enredado en falda telada.

Se hacia tarde por momentos, mientras la gente buscaba consuelo, conversacion y vete tu a saber que mas.
El joven dejo su mochila en una habitacion, habia otra cama. Eso a el le daba igual.

Se fue a la sala de juegos, si es que se la podia llamar asi. Ahora estaba bastante tranquila. Alli saco su libro. Estaba bastante machacado, pero era normal despues de haberlo leido tantes veces.

Lo leia tranquilo mientras en la residencia la gente se iva moviendo.

El libro se titulaba "Lestat el vampiro" de Ann Rice, y le hacia bastante gracia dadas las circustancias actuales, que fuera uno de los pocos libros que se habia traido.

Silenciosamente se dedico a la lectura, con las unicas interrupciones que producian el pasar de las paginas del pequeño libro.

Luego de ver mi habitación y deleitarme imaginando las mil cosas que podria hacer en ella con mi pareja salgo a caminar con deseos de husmear en otras habitaciones y robarme una que otra ropa interior, un panty no caeria mal para calentar las cosas antes de irme a dormir

mmmm me relamo quien será esa Arantxa Y sin más comienzo a preguntar a las damas presentes

¿Eres Arantxa?....¿Eres Arantxa?

ojalá que no sea esa bruja que se llama Adela...tampoco soy tan cochino...

Poco antes del atardecer, desde el bosque llega Markus por el lado del cementerio. Con la chaqueta rompevientos cerrada y lentes oscuros. Pasa el bolso por encima de la pared de piedras para luego pasarce el. Y asi toma camino hacia la puerta tracera de la mansion y entra en esta. Abre la chaqueta y se sube los lentes callendo al suelo unos pocos copos de nieve.

Al ver tanta gente y con la cara que muchos tienen.

Ufff, esto no parece que fuera ha haber un baile, mas bien parece un funeral. ¿Quiere alguien decirme que paso? ¿porque no hay caras felices?

Para conseguirme con esta cuerda de... hm, mejor me hubiera quedado en el pueblo. Por cierto, no podre regresar... heee, nop, casi muero llegando no creo que soporte bajando.

Poniendo ahora una expresion de decepcion.

Finalmente satisfecho tras dejar los cuerpos en el cementerio entro en la casa.

- Señor Cerillo. Me iré a descansar, la verdad es que este ejercicio me ha dejado muy cansado.
Alzo la voz para ser escuchado por todos...
- Señores, creo que deberíamos irnos a nuestras habitaciones. Si realmente hay un asesino entre nosotros, esta noche poco podemos hacer para desenmascararlo. Y tampoco podemos salir de aquí... añado mirando con pesadumbre la puerta, para acto seguido dirigirme hacia las habitaciones.

Yo también me voy a descansar. He tenido un día agotador y mañana hay que levantarse temprano a palear la nieve. Les digo a todos despidiéndome con la mano para después ir a mi habitación.