Partida Rol por web

Ya encima de aquella extraña montura intentó instarla a avanzar. Hubiera discutido a Moess, pero ir sobre ese bicho requería toda su atención.

- ¡Arre! ¡Arre! - Gritaba intentando hacer caminar a la bestia sacudiendo los brazos mientras se aferraba fuertemente con las piernas.

La caravana sale del complejo de instrucción y siguiendo las indicaciones de Moess que va dirigiendo el cotarro, deja el páramo en el que está enclavado el complejo con dirección Sur durante algo más de dos horas, poco a poco la vegetación del páramo va desapareciendo hasta que casi sin daros cuenta, os halláis en un mar de dunas.

Cabalgáis con vuestras elegantes monturas entre las dunas, cuando de repente, los Dewback se vuelven como locos y empiezan a daros sacudidas, agarráis fuertemente las riendas e intentáis dominarlos...

—¡Ah, la alegre vida del recluta imperial.

Escucho como algunos le ponen nombre a estos animalejos, pero yo ni me lo planteo, no vaya a ser que tenga que cargármelo o peor aun, comérmelo si no me queda más narices. Al menos Antilles sigue con sus proclamas heroicas, que me hacen sonreír, y parece que a Moess ya no le hacen tanto caso como para amenazarle. La verdad es que creo que sí valdría para oficial, de esos a los que envían a misiones suicidas para que el enemigo se delate.

Estaba yo disfrutando de la chunga jornada, asado como un pollo, sediento y con el culo y las piernas machacadas después de tantas horas sentado en el dewback, cuando el muy hijo de dewbacka (o como se diga) empieza a ponerse nervioso, a dar tirones y agitarse salvajemente.

—¡A mí tú no me tiras, bicho! ¡Eh, deben de haber percibido algo en las inmediaciones, estemos alerta!

Me preocupo por las razones que pueden tener los animales para ponerse así, pero no puedo evitar mirar con morbo a ver si alguno de los colegas sale volando del dewback.

Había decidido ignorar a Moess, sería mejor para el bien de todos porque sino el pobrecillo acabaría con un enema Mandaloriano, ósea, con una granada tan metida dentro del culo que podría escupirla por la boca.

De pronto Skypper se pone a dar sacudidas sin razón aparente, pero con un poco de habilidad logro evitar caerme al suelo, tomo mi rifle blaster y me preparo para lo que pudiera llegar a aparecer -¿Y ahora qué diablos pasa?- Digo mientras busco porque los animales estaban así de nerviosos.

después de horas y horas cabalgando por el medio del desierto y deseando que por una vez nuestro "lider" demostrara su utilidad, una inquietud aparece entre nuestros animales de carga, repentinamente mi bestia se sacude, inicialmente me lo pone dificil pero su locura llega a un punto en el que necesito de toda mi tenacidad para controlar al maldito bicho

maravilloso y ahora ¿que mas?-digo mientras desenfundo la pistola blasterl

Parece que todo va bien, pero de golpe el bicho este empieza a dar sacudidas sin parar.

Creo que lo puedo dominar... o eso creo...

Aquel bicho se movía demasiado... ¿qué le pasaba? Pensaba mientras intentaba dominarlo torpemente.

Todo parecía ir bien hasta que en un momento las bestias se volvieron locas, se ve que no habra una misión normal en este planeta, de momento parece que consigo mantenerme en la montura que no es poco.

La gran mayoría consigue dominar a sus bestias, pero las de Kaín y Moess se encabritan, se enrabietan y se mueven en todas las direcciones, haciendo que ambos hombres caigan de ellas, sólo teniendo tiempo a coger sus bártulos y caer sin hacerse daño. Ambas bestias salen corriendo a toda velocidad en dirección este, justo en el momento en el que se alejan las dos monturas y Moess y Kaín se están levantando, a lo lejos véis que se acerca un grupo de weequays

Y algo más lejos a su espalda, distinguís una cápsula de desembarco. Es probable que fuera eso lo que asustó a las monturas, de los tres weequays que se acercan, uno lleva una pica. Van directos hacia vosotros.

Lo dicho, no parece que nuestros torpes compañeros se hayan hecho daño (más que en el orgullo), así que no puedo evitar una breve carcajada.

—¡Así le va a la caballería imperial, la próxima vez fijaos en mí, que parece que he nacido para dominar a estas bestias!

Sonrío como un fanfarrón mientras contemplo como se levantan. Ahora que lo pienso, creo que podemos tener problemas con el mando, por perder sus bestias de carga...

Pero más me preocupan esos tipos que se acercan muy decididos por el desierto.

—Eh, chicos, tenemos compañía.

A medida que se acercan, preparo el rifle blaster y lo pongo en posición pero sin apuntarles directamente. No quiero amenazar todavía y tampoco dar imagen de novato nervioso que le apunta a todo lo que se le cruza.

Hago avanzar un poco al dewback y señalo a los weequays.

—¡Alto!—digo con tranquila autoridad—¿Qué se os ha perdido por este lugar?

Somos seis contra tres. Aparte, llevan armas blancas, pero seguro que esconden blasters.

Me levanto del suelo, un poco magullado, mientras murmuro mi mala suerte al perder el dewback. Espero que podamos encontrarlo pronto.

Voy revisando mi equipo, no sea que haya perdido algo en la caída y me gane una buena bronca, cuando oigo a Terion. Levanto la cabeza y veo el grupo de tres que se van acercando.

Caigo aturdido de la bestia sin saber que había pasado. Si hacía un segundo estaba yendo bien, ¿no? La montura corre alejandose de nosotros, y parezco no haber sido el único que se ha caído. Intento comprender la situación durante varios segundos, cuando un grupo extraño se acerca a nosotros.

Mi primera reacción es sacar el rifle láser, pues no conocía de mucho a aquellos individuos... pero era más prudente hablarlo. ¿sabría como comunicarse con ellos o debería recurrir al abanico de idiomas que había aprendido del Jefe?

En cuanto veo aparecer a los extraños seguidos por una nave me di cuenta, esto no son buenas noticias, podían tratarse desde bandidos atraídos por nuestra carga y equipamientos hasta mercenarios rebeldes. Además del rifle, que ya tenía listo apuntándoles, tengo a buen recaudo la granada en caso de necesitarla para despachárnoslo rápidamente por si venían refuerzos detrás de ellos.

No estaba muy seguro de que raza eran, pero por si acaso intento comunicarme con ellos para advertirles –Alto. Identifíquense. Digan su cometido-

“Mi Tarzan, mi sonar idiota” Pensaba a la par que hablaba.

Mientras nuestro glorioso lider cae seguido de Kain, veo intrigado a las nuevas criaturas que han aparecido, no creo que sea parte de la prueba asi que quizás tengamos que combatir, en verdad ya tengo ganas de ponerme a prueba en combate real.

Apunto el lanzagranadas hacia lo seres esperando se reacción.

eche un vistazo a mi alrededor una vez paso la tormenta...dos de los nuestros habían caido....desgraciadamente uno de ellos no para siempre, miro esperanzado a moess de que no hubiera perdido el mapa y miro que kain este bien.

-ten cuidado chico, todavía no es la hora de la siesta

al escuchar la voz de terion miro hacia donde señala, 3 humanoides......con lanzas, y nosotros 6 con material suficiente como para sodomizar a un rancor miro a los demás y compruebo que ya tienen las armas preparadas, y para mi sorpresa cada uno llevaba una diferente "bien....eso les mostrara que no tienen ninguna oportunidad en caso de pornerse rudos.

-tranquilos chicos, tenemos superioridad numérica, balística y dentro de poco a lo mejor naval, mejor observar lo que no vemos, pueden ser una distracción, de ser así me adelantare, también puede ser que ya hayamos llegado al punto de encuentro-miro a Moess-"señor" para las negociaciones "necesitare" de su "liderazgo" así que su compañía me puede venir bien.-aunque mis palabras estaban cargadas de ironia, si Moess quería que le tratase como un oficial tendría que comportarse como tal, y esta era una ocasión como cualquier otra.

tiro de las riendas y me adelanto lo suficiente como para que los demás estén resguardados de una embestida del enemigo,dejo apoyado la pistola blaster sobre mi muslo, presto por si se tuercen las "negociaciones"

¡alto, tirad las armas e identificaos!, decid el motivo de vuestra llegada a este planeta y entregad la documentación requerida, si no obedeceis, sereis considerados traidores al Imperio-tono ok, volumen ok, frase tradicional ok, ahora solo falta que puedan hablar comun

Las tres criaturas se acercan apenas unos metros y sin mediar palabra y ajenos a vuestras advertencias, desenfundan cada uno un bláster y empiezan a disparar...

Estos bichos deben ser más idiotas de lo que aparentan, meterse con las fuerzas de elite del emperador.

- Por el imperio a muerte! Nadie nos vencerá.

Espero que mis granadas hagan el trabajo.

Apunto y disparo a la cabeza del tipo que tenia la pica antes de agarrar su blaster.

-¡Me pido su arma!- Grito para que todos sepan que me la apropiare, no sea cosa que alguien más la quiera también.

—¡Pero serán...!

Disparo al que tenga más cerca. Que valor, desafiar a un destacamento de tipos duros como nosotros. Tal vez quieran robarnos el agua o el equipo.

—¡Morid, perros alienígenas!

En el fragor del combate, no caigo en que tal vez esté ofendiendo a nuestros camaradas. Bueno, si salimos vivos de ésta misión, ya los invitaré a unas birras en la cantina.

Si la cosa se pone peliaguda, trato de bajarme ágilmente del dewback y parapetarme detrás de él.