Partida Rol por web

Debbe no dijo nada pero una sonrisa picaruela apareció en su rostro. Recordaba perfectamente a un gordo y bien vestido mercader que había en la ciudad mientras entraban con el cofre. Sería cuestión de segundos y obtendrían una generosa suma de dinero para emprender su aventura.  La chica decidió imitar a Grongar y añadir su dinero al botín común. No necesitaba mucho más. Además, no tardaría demasido en conseguir algo más de dinero en el bullicioso mercado. Sus ojos hablaban por sí misma, por lo que para tratar de ocultar sus intenciones intentó poner cara de buena chica y comentó.

Por cierto Sandru, estoy empezando a usar un ¿como dijiste que se llamaba Ameiko? WAki...Whasi... bueno, una espada de esas raras

Drommbar asintió a lo dicho por Ameiko. Si ellos estaban allí, seguro que podrían ocuparse de algunas funciones de la caravana y eso abarataría los costes y les permitiría salir más rápido.

- Las tierras que atravesaremos... ¿son peligrosas? -preguntó el enano-. Convendría saber eso, antes de decidir a quién vamos a llevarnos.

Se encogieron de hombros, Sandru era el que más conocía las rutas y nunca había subido hacia el norte. Aunque sí que aseguró que normalmente, la ruta comercial no era por tierra, sino por mar. Asi que iban a ir por un camino prácticamente abandonado.

Kevan repasaba su libro de hechizos  y permanecia concentrado, aprovechando cualquier ocasión. Al parecer había encontrado nuevos sortilegios y deseaba memorizarlos.

Sin embargo, levanto un momento la vista del libro y sonrió al enano.

- Amigo Drommbar, no creo que sea un camino fácil, tenlo por seguro.

Tras discutir un rato sobre la caravana, Ameiko rechazó el dinero de Grongar con una mano. No hacía falta que ellos pusieran oro, les habia regalado muchas cosas, no solo el dinero del cofre, que pertenecía a los Kaijitsu. No solo las dos mil monedas que había puesto ahora. La piedra que rondaba la cabeza de Grongar y...

- Drommbar. Estuve pensando. Sé que tu labor fue incomiable, esta vez te salvaron tus compañeros. Pero no siempre vas a estar tan bien acompañado. Quería darte un presente. - Estiró la mano, tendiendole una especie de caja - Es un objeto maravilloso, se llama Raciones Perpetuas. Una vez al día te dará la comida suficiente para que te alimentes. No tendrás nunca problema de comida. Guardalo bien, pues me acompañó durante gran parte de mis viajes. Además, puesto que parece que voy a ser vuestra cocinera en la caravana, asi no te podrás quejar en el caso de que algo no te guste... que ya me lo estaba temiendo.

Parecía que los dos enanos eran claramente los protegidos de Ameiko. ¿Qué planes tendría para ellos?

- Se llama Wazikashi. Y os vendrá bien que Debbe se entrene con ellas, el arma de Tsutamu es realmente poderosa, puedo sentirlo. Aunque, respondiendo a Grongar, no se si será suficiente para los peligros que nos esperan en el camino. Descansemos un poco. Mañana contrataremos a las personas que faltan, y partiremos cuanto antes.

Grongar miró con lago de envidia como Ameiko le entregaba un regalo a su amigo. Después miró la piedra que iba dando vueltas alrededor de su cabeza.

-Perfecto entonces. Mañana espero poder recoger las armas que le encargué al herrero y además por la mañana trataré de averiguar que son estas pociones. Me reuniré con vosotros al medio día aquí mismo y así podremos conocer a las personas que habéis contratado mientras comemos-dijo sonriendo y de un tragó vació lo que quedaba de su cerveza.

Drommbar se sorprendió por el regalo que Ameiko le entregaba, y aunque rara vez se quedaba sin palabras, aquella fue una de esas ocasiones. Simplemente cogió la caja y la elevó un poco, titubeante y emitiendo un gruñido leve. Incluso para alguien que no fuera muy ducho en tratos con los enanos, aquello se podría haber interpretado sin problemas como un gesto de agradecimiento. Torpe... pero sincero.

El enano pelirrojo se acabó su cerveza también, y decidió que sería buena idea seguir el consejo de su nueva compañera de viaje. Necesitaban una buena noche de sueño.

Perfecto, vamos a cenar...Sandru, con lo que he conseguido te invitaré a un buen Whisky— se burló sacandole la lengua y tirando suavemente del braco para dirigirse a la taberna. En aquel momento el colgante que se había hecho con la flecha que la había alcanzado y se acordó de él. Se quitó el colgante y lo depositó en la mano. —Es una tontería, pero te he hecho esto, sí no me hubieses enseñado como lo hicoste seguramente no me habría librado.

O habría tenido que escoger otro camino

- Soy mas de Brandy. Me encantan los buenos Brandys y la comida de alta calidad culinaria. Espero que estés a la altura, Ameiko - rió bromista.

Kevan, que estaba examinando con interes las pociones y la espada que había encontrado, sonrió ante el comentario de Sandru.

- Brandy, una bebida civilizada en un viaje por tierras agrestes. ¡Si hay, me encantaría compartir una buena copa!

Ante la mención del barndy, pareció prestar menos atención a la segunda de la pociones.

Whispering Shrike es un wakizashi +1 de diseño increiblemente bello. La espada tiene imagenes de los siete verdugos posados en una rama enrredada que corre a lo largo de toda la espada. Una vez al día, Whispering Shrike puede ser usado para castear "Shield Other" en cualquier criatura tocada por la hoja mientras que tu la empuñas. La empuñadura (tsuka) no ha perdurado al tiempo tan bien como la hoja, asi que hasta que no lo arreglen (un proceso caro, que requiere un día y una tirada alta de Artesanía (armas)) tendrá un -2 a las tiradas de ataque.

El primer grupo de pociones es de Curar Heridas Moderadas. Hay dos de ellas.

Por cierto... Habrá que bautizar la caravana ¿no?Da mala suerte ir en un vehiculo sin nombre— exclamó Deb que parecía mas alegre por momentos, en contraste con su pasividad habitual -a excepción de cuando había que meterse en los sitios más raros-. —¿Cuál le ponemos? Que os parece Tsumastsu Spirit, en honor al guardián del abuelo de Ameiko

Sandru cogió el regalo que le tendia Debbe. Miró a Ameiko y de nuevo al collar.

- Yo eh... no se que decir... - Se puso de pie, y se colocó el colgante alrededor del cuello - Será un amuleto de la suerte. Esto significa que todo nos va a salir a pesar de boca. ¿Verdad, madre? - le dió un codazo a Koya que pareció estar a punto de mandarla al suelo.

Koya aguantó el golpe con gesto firme y cara de pocos amigos. Después le dijo a Debbe.

- Es Tsutamu. Y me parece bien que le pongais a la caravana un nombre. Aunque sea el de aquel que a punto estuvo de acabar con vuestra vida.

Precisamente por eso nos dará aún más suerte— replicó la picaro optimista sin fijarse en las miradas entre Ameiko y Sandru^* y añadiendo para sí misma—además de servirnos de advertencia para no volver a meter la pata.

La chica se mostraba ansiosa, al igual que Grongar por una buena cena y dormir toda la noche, además de charlar con su viejo amigo y que le contase historias maravillosas sobre donde había estado.

El grupo acabó dispersandose. Todos iban a pasar la noche de manera gratuita en la taberna. Prácticamente todas las habitaciones estaban ya ocupadas por ellos.

Ameiko fue la primera en marcharse. Sabia que no dormiría mucho, pero tenia muchas cosas en las que pensar. Drommbar y Grongar, que dormian en habitaciones adyacentes, también se subieron a sus estancias para pasar la noche.

Sandru y Debbe se quedaron un rato charlando, contandose viejas historias y poniendose al día. Koya y Kevan también se apartaron. Ambos tenian buena relacion desde que Kevan era niño y Koya había sido una de las razones para que finalmente le enviaran a aquella escuela de magia. Pero Sandru les advirtío de que Ameiko estaba realmente ansiosa, y que si salian despues de comer, tras hacer las compras pertinentes, sería más que adecuado. Al fin y al cabo, conocía a aquella chica incluso más que a Debbe. Asi que les recomendó que no tardaran en acostarse, y él hizo lo propio.

Bueno Sandru, buenas noches—dijo la chica dandole un fuerte abrazo cuando se este se retiró a dormir.—Yo voy a salir a comprar un par de cosas que se me olvidaron antes por los nervios. ¡Me vendra bien material para hacer trampas! Me alegro de viajar por fín contigo.

Debbe se retiró para salir a la tienda. Compraría una buena botella de brandy para Sandru y material para hacer alguna trampa. Aunque llevasen a una gran cazadora con ellos, nunca estaba de más colocar trampas en determinados lugares. Especialmente para protegerse.

El dia siguiente por la mañana, Kevan hizo una seña a los demás.

- Debbe, he estado estudiando la espada de Tsutamu. Creo que se llama Whispering Shrike y tiene un diseño increiblemente bello. La espada tiene imagenes de los siete verdugos posados en una rama enrredada que corre a lo largo de toda la espada.  La empuñadura, la tsuka no ha perdurado al tiempo tan bien como la hoja, asi que hasta que no sea revisada por un buen armero en condiciones, el filo se moverá y hará algo más dificil manejarla. Es un arma mágica y esta pensada para proteger magicamente a otros, incluso recibiendo daño el portador en su lugar. El hechizo requiere que el protegido haya sido tocado por la hoja.

Un arma interesante.

Sobre las pociones, esta dos primeras son potentes y de efecto curativo.

Las otras no las he podido identificar.

Grongar asintió con la cabeza cuando Kevan examinó los objetos que aún no había logrado identificar.

-Ameiko, ¿es esta una espada de tu familia?-le preguntó- si es así será mejor que te la quedes, al fin y al cabo es tuya.

Con la emoción la humana no había oído las palabras del enano y sus ojos color avellana brillaban de emoción ¿un arma mágica? ni en sus mas descabellados sueños de niña había pensado que hubiese podido tocar un arma así jamas. Mientras el enano ofrecía el arma a Ameiko, la chica hablaba con Kevan.

Kevan...es increible... Grongar, ¿podrías arreglarmela durante el viaje?— preguntó al enano poniendo su mejor cara de "buena chica", ensanchando una sonrisa y mirando con expresión vivaz. La que reservaba para hacer una diablura o para pedir favores. Aunque eso último no lo hiciese practicamente nunca. De hecho, era la primera vez que pedía un favor a alguien del grupo, lo que quería decir que empezaba a confiar en ellos...