Partida Rol por web

Izune viene al cabo de un par de minutos para avisar: El detective Kauffman viene de camino, llegará en cualquier momento.

Se escucha una moto llegar hasta el llano del templo. Las caras de Chiaki y Enno son de sorpresa pues está prohibido los vehiculos en el templo, a parte de que no llega carretera alguna.

Malakhai no parecia muy ilusianado en ir al templo con el detective Kauffman. Él tenia su propio metodo de trabajo y el colaborar con alguien no era de su agrado, al menos de forma inicial. Para el detective, Malakhai era un chaval peculiar. Ya su forma de hablar destacaba que no era alguien corriente, o al menos no parecía ser muy japones a pesar de su apariencia. La relacion entre los dos seria algo temporal o se convertirian en aliados. Unidos por un compromiso ante Honey, los dos volveis a subir a la moto para llegar hasta el templo.

Ataviados con el casco, Kauffman se pone a los mandos mientras Malakhai coge posicion comoda detrás. Confiado de un viaje comodo, ve como el detective enfoca la moto por el unico camino que lleva al templo, la ristra de 100 escalones. Sin saber la razon de la decision, da gas a la moto haciendo un caballito y se eleva con la rueda delantera subiendo lentamente, pero seguro. Para Malakhai, algo inesperado, sus dientes empiezan a picar entre ellos, mientras busca como cogerse de la parte trasera y no salir despedido ante bote. Tras poco mas de 30 segundos llegais a la cima atravesando el arco que os recibe.

Alli Malakhai se vislumbra ante el enorme templo religioso, con una casa de estilo japones adosada a la parte izquierda. A la izquierda se exhibe una roca enorme rodeada de palos y una cuerda para que no se acerque nadie. Esta tiene tallada simbolos religiosos que no entiende.

El bosque y montaña rodeaban el entorno del templo.

- Vamos, Malakhai. Sígueme y nos recibirán en el templo. No hay tiempo que perder.

El detective aparcó su moto y dejó los cascos en la misma. Avanzó en dirección a la entrada, donde lo recibieron la vez anterior la dueña y empleadas del templo.

Pero que demonios hace una moto por el templo? Será alguno haciendo motocross por la montaña? Se altera al escuchar el ruido y sale fuera de la casa. Chiaki, y todos la seguis para ver quien es el nuevo invitado.

Los recien llegados eran el detective Kauffman, un joven ya entrado en los 30, junto a un chico de pelo plateado. Detrás de podia ver una moto potente aparcada al poco subir las escaleras con dos cascos atados en la rueda delantera. Sus miradas se cruzan con la chica pelirroja de ropas religiosas mas elegantes. A su lado Kauffman vio a la abuela Enno y Chiaki que venian acompañados de otra chica pelirroja y un chico bastante mas joven con un traje de superheroe casero con capucha. Todos ellos salieron de la casa alertados por el ruido de la moto.

Enno, la abuela, que junto con Chiaki, tambien vestian ropa de sacerdotisa, se acercan hacia el detective. Enno le incrimina:

Pero por dios, señor Kauffman, como se le ocurre subir al templo con la moto. No hay carretera que llegue hasta aqui.

Voltio se ha puesto en pie y ha acompañado a las tres mujeres afuera. A pesar de eso es evidente por el encorvamiento de sus hombros y cierta torpeza en sus movimientos, que dista enormemente de encontrarse bien. No dice nada ante la llegada de los, para él, desconocidos, ni ante el saludo de la sacerdotisa Izune Enno.

Todavia no hemos encontrado una cura para él, pero parece que la medicina que le suministramos evita la transformacion involuntaria. Ahora está trabajando en nuestro laboratorio. Y has hecho bien en esconder tu voz. Estamos en un momento que toda precaucion es poca. Supongo que estais al tanto del robo en el museo nacional. Las cosas se estan poniendo feas.

Con un leve y disimulado movimiento de la cabeza, da a entender a Mary Jane que el Quinjet estaba reparado.

Mira a sus acompañantes y con gran seriedad mantiene la boca cerrada hasta no llegar a su destino. Virginia sabía que su lengua Stark podría causarle algún problema y ese no era el momento más adecuado. Había decidido que no haría nada hasta que la otra mujer le diera otra señal.

Asiento ante las palabras de Meika sobre el doctor. Me preocupó que no parecía querer ir con ustedes. Y quizá ese es el motivo por el que mi compañero no confiaba en ustedes. ¿Me equivoco? digo, mirando a Kaito. ¿Quizás podríamos verle?

Sin embargo, lo del museo nacional sí hace que levante una ceja. ¿El museo nacional? No recuerdo haber oído de ningún robo en el museo. Hace poco, frustramos un robo en un banco, pero en el museo... ¿Qué se llevaron?

Ah, y por cierto, digo, cambiando de tema, ¿quiénes son esos tipos? Intuyo que vienen del espacio o algo así. ¿Qué saben de ellos?

Aun un poco a regañadientes acompañé a Voltio y las demás chicas al patio. Luego, dándome cuenta de que Voltio estaba en horas bajas y que probablemente todo lo sucedido se añadía a sus propias preocupaciones - Déjame esto a mí, amigo - dije en un tono quedo mientras me adelantaba, y me detenía un poco por delante de él. 

Me crucé de brazos observando con el ceño fruncido a los dos extraños que parecían ser conocidos de las sacerdotisas.

El joven de cabellos plateados no parecía muy conforme con el corto trayecto de ascenso por los escalones, pues miró a Kauffman con el ceño fruncido unos segundos antes de mirar a su alrededor. Con los brazos cruzados en el pecho observó la estructura del templo, los detalles de la decoración, los símbolos y los artefactos ceremoniales. Pareciera que era la primera vez que estaba en un edificio religioso de ese tipo. 

Luego revisó a todos los presentes, uno por uno. No tenía inconveniente en mirar fijamente sus ropas, su postura y sus rostros. Quizás se detuvo unos segundos demás en la chica pelirroja de ropajes elegantes, pero luego pasó a la otra chica de cabellos de fuego y al muchacho con extrañas vestiduras.

No dijo más, pues pareciera que allí estaba de mero acompañante y que era Kauffman quien dirigiría la conversación.

- Disculpe mi brusca intromisión, hermana Enno, pero la premura era necesaria... - Contestó a la que hacía las veces de encargada del templo.

De un vistazo, el detective se vió rodeado de toda una pléyade de jovencitos y jovencitas. Tenía claro que Malakhai había venido con el porque estaba involucrado de algún modo en el asunto que investigaba y ya le habían dado información, pero no sabía el porqué estaban más muchachos allí en el templo, así que no pudo reprimir su pregunta a Enno.

- Y, ¿Estos chiquillos? Creí que las excursiones escolares no solían venir por estos remansos de paz que son los templos religiosos... - Comentó sin buscar respuesta alguna. - ... Bueno, hermana Enno, recuerda la mujer de la que hablamos. Aquella de las visiones... Tengo esta fotografía. Mírela y dígame si es la misma de las visiones. - Kauffman le enseña su teléfono móvil, que previamente realizó una fotografía con el a la imagen que le mostraron.

Chiaki se interpuso para hablar antes que su abuela: Señor Kauffman, estos chicos provienen de EEUU. Su nave se estrello en las cercanias del templo y los hemos acogido. Respecto a esa mujer, si, es la que vi en mi ritual, y tambien hemos localizado a la chica de pelo plateado que tambien aparecio.

Hija, no me gusta que te metas cuando voy a hablar primero... Dejando a parte cierta inactitud suya, Kauffman, han sucedido bastantes cosas en el día de hoy y creo que es conveniente hablar con tranquilidad. Al parecer usted tiene informacion, y nosotros tambien. Pasemos al interior de la casa, estaremos mas comodos.

Siguiendo a Izune de nuevo, pasais todos al interior de la casa. Menos Malakhai que se mantenia callado, el resto ya la conocía bien. El interior de la casa era tipicamente japones sin apenas muebles. Volveis a la habitacion de antes y los invitados pueden ver varias tazas de te junto a una tetera y una bandeja con apenas tres galletas. Ya no quedaba nada de contenido.

Poneros comodos, aunque no esa muy espaciosa la habitacion. Una vez sentados y colocados Izune pregunta: Que informacion tiene al respecto de esa mujer? La ha encontrado?

Realmente es algo que no nos importa, pero las noticias hablan de una máscara de mucho valor. Bastante antigua con poderes especiales. Al parecer el ladron no era alguien normal, sino con unas garras dado las heridas inflingidas en el vigilante y las marcas dejadas en las paredes. Aun tardaremos un poco en llegar.

Mira con curiosidad hacia Rever, y le pregunta:

Esa armadura de donde la obtuviste? Parece ser algo de tipo orgánico.

Mary Jane advirtio de que estabas preparada y te manda otro mensaje: Cuando te de la señal, usa tu poder para romper la puerta trasera, yo me encargaré de los soldados. Luego contactaremos con el Quinjet.

El codigo morse te lo mandaba de forma extraña. Tu le respondias de igual forma. Para los soldados era un simple juego de gestos que no entendían. Pero bien lo recuerdas por que de mas pequeña tu padre te lo enseño. El objetivo era poder enviar un mensaje oculto entre lo que parecia un simple juego. Los soldados poco a poco se iban poniendo mas nervisios ante tan gesto.

Quereis estaros quietas! Esto no es ningun juego!! Salta uno levantandose y apuntando con el rifle. No tenia la intencion de disparar realmente por las ordenes. Pero Mary Jane aprovecho y grito: Ahora!!!

Ella de forma rápida uso su red energética para lanzarla a los soldados y apresarlos contra los asientos. De forma activa se puso la armadura arácnida. Ahora quedabas tu para romper la puerta trasera. Los soldados intentaban liberarse de la red, pero no podían.

Kaito centró la mirada de sus iris color violeta en Meika. Su expresión se endureció un tanto.

- ¿Orgánica? ¿tú crees? Vaya, yo la llevo sólo porque creía que me favorece mucho...

Una media sonrisa acompañó al sarcástico comentario.

- Hace usted muchas preguntas, pero todavía no sé si puedo confiar lo bastante como para responderles. ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué es lo que quieren?

Habían ayudado al doctor Connors, o al menos eso afirmaban. Pero no iba a ser tan estúpido de confiar ciegamente en aquella gente. Kaito no le había contado jamás a nadie el origen de su bioarmadura, a nadie, ni siquiera a sus improvisados compañeros. No sabía de quién podía fiarse en ese aspecto.