Partida Rol por web

Gracias, respondió Lothar... estar en un nido de ratas no es razón suficiente para ser un mal educado. Le entregó las 5 monedas al cantinero y terminó de comer, con la panza llena y el corazón contento fue a su habitación a ver que tal estaba. Una vez se acomodó pensó en sus compañeros, ¿habían llegado? O quizás las revelaciones de Kalahad habian sido reales y habían muerto en la corrida... Mañana se enteraría... pero antes debía ir a ver como estaba su compañero de vida. Pues así fue que salio en busca de sukubo.

Lothar salió y sintió la brisa nocturna en su rostro. La calle estaba vacía y silenciosa. 

A la vuelta de la esquina lo esperaba su fiel can, moviendo lo que le quedaba de cola y sacando la lengua.

- Una habitación para los dos cuesta 10 martillos de cobre -les informa el posadero. Si quieren individuales costará 7 martillos cada una. El baño cuesta 5 adicionales -agrega, mirando a Farah.

Una camarera sube a la habitación de Kalahad. Le informa que la habitación costará 7 martillos de cobre, y el baño 5 adicionales. 

Se queda un momento pensativa. Quizá si que sea mejor que ni salga de ahí ni duerma sola en una habitación, por si al sujeto de antes se le ocurre alguna forma de llegar hasta a ella y estando dormida no podría defenderse bien, quizá ni se diese cuenta de que pasa algo. Mira de reojo a Crixor...

-Una habitación para los dos, pero camas separadas... y un baño para cada uno también. Como nos quedaremos unos cuantos días, haremos cuentas al finalizar nuestra estancia, si le parece bien.

Acepta la llave del posadero y se la enseña a Crixor. Supone que el baño será en la propia habitación y que alguna de las camareras traerá el agua caliente para dicho propósito. Necesita quitarse toda la suciedad del camino, dejar de pensar en lo que ha pasado esa noche y dejar de pensar en lo que les espera. No parece que toda esa empresa vaya a acabar demasiado bien para nadie.

Continúa tapándose bien con el velo ese que lleva sobre la espalda y sube las escaleras. Necesita quitarse esa ropa para sentirse mejor y más protegida. Abre la puerta de la habitación y entra. No espera mucho, se conforma con una cama y unas sábanas limpias y/o decentes. Deja la mochila en el suelo, junto a una de las camas.

-Supongo que traerán un barreño grande y el agua caliente, así que... hay que decidir quien se asea antes.

Una mueca picaresca se le escapa a Crixor cuando le enseña la llave de la habitación donde dormiran juntos quién sabe cuantos dias.

-Será mejor que la guarde yo. Estira la mano y coje la llave. -Si alguien quiere entrar en esa habitación se las tandrá que ver conmigo.

Le dice al posadero que alimente bien a los caballos y sube a la habitación. Al entrar se desata la segadora de la espalda y lo deja encima de algún mueble que haya junto a una de las camas, bien cerca. También se quita la armadura y se queda con la ropa normal. Mientras Farah deja sus cosas se desata las botas y le expone su deseo de esperar a que ella se bañe primero. 

Crixor mira contento a Farah, no hay cosa que más le apetezca que ver a Farah bañándose pero está claro que no le va a dejar a mirar, aunque nunca se sabe. 

-Te concedo el honor. Yo me iré haciendo a la idea mientras te bañas tu. 

Se tumba en la cama apoyando la cabeza en su manos cruzadas por detrás, mientras observa con un sonrisa a la bailarina.

-Pues deberás irte al pasillo porque no me pienso bañar aquí contigo.

Quizá tarden unos 10 minutos en subir agua caliente y la bañera o el barreño grande para el baño así que se sienta en la cama y saca un pequeño joyero de madera de la bolsa. No está muy elaborado y parece muy sencillo y antiguo, algo que tendría una persona sin recursos, pero que necesitase guardar cosas como las pulseras o los collares.

Comienza a desprenderse de los adornos de su actuación y los guarda con cuidado en ese lugar.

-Había algo raro en la mirada de ese hombre... y no creo que fuese por el vino o la cerveza.

Se estremece al recordar lo que ha pasado y se cobre aun más con el velo. La verdad es que necesita cambiarse y ponerse su ropa de siempre para no sentirse tan vulnerable... y por la actitud de Crixor, cree que ha hecho mal en decidir que él duerma en la misma habitación. Han dormido otras veces juntos, pero con los demás también y alrededor del fuego, en una especie de acampada... pero eso no es lo mismo.

-No debería haber bailado... no sin mi madre al lado.

-Claro, ahora salgo. Se adivina un gesto de resignación en su rostro mientras se calza las botas sentado en el borde de la cama. Ha bebido algo de cerveza y el baile de Farah le ha alegrado la vista lo que le ha hecho dejarse llevar por la emoción del momento. Sacude la cabeza de lado a lado como para despejar la mente.

-La mirada de ese hombre era la de un animal muy desesperado por un hembra unido a la falta de escrúpulos de este tipo de personas. Pero tranquila, si se acercase por aquí...ya sabes lo que le espera. Al decir esto último, aprieta el puño y su voz suena envuelta en una dosis de odio.

-Pero dime, ¿por qué crees que no deberias haber bailado sin tu madre?

Puede ver por su gesto que quiere estar presente para verla como su madre la trajo al mundo, pero no dejará que eso paso, por mucho que a Crixor le duela el no poder ver más de lo que se oculta bajo la ropa... es más, demasiado ha visto ya con el vestido que lleva en esos momento.

-El posadero dijo que nunca pasan esas cosas... así que quizá haya algo raro... mi madre es muy especial porque cuando ve que alguien se fija mucho en mí, en como bailo, y su mirada no le gusta atrae la atención sobre ella... para protegerme. Así que creo que quizá hubiese sido diferente si ella hubiese estado aquí.

En ese momento llaman a la puerta anunciando que es una de las camareras y que trae los utensilios para el baño y el agua caliente. Farah se levanta y abre la puerta para dejar pasar a la mujer con todas las cosas: un barreño no muy grande, de madera, y tras ella aparecen un par de cubos con agua humeante, sin duda, uno para cada uno. En casa es más sencillo porque coge el agua que necesita de un río cercano y la calienta, pero en ese lugar seguro que es diferente y no puedes pedir todo el agua que quieras. Le da las gracias a la camarera y cierra tras ella.

Se acerca a Crixor y le coge de la mano para levantarle de la cama y llevarlo hacia la puerta.

-Ya sabes... te avisaré cuando acabe. Ni se te ocurra mirar, ¿entendido? A veces la imaginación mueve montañas - le dice esto último con un susurro antes de alejarse de él.

-Ahora ella no está, pero me tienes a mi. Yo también se desviar la atención jajaja. Recuerda el episodio del cuchillo y el borracho.

Crixor siente algo especial cuando ella le toma la mano y le lleva hasta la puerta vestida con ropas tan ligeras, suaves y bellas. Mientras le susurra algo sobre la imaginación mira su rostro hermoso y joven y un sentimiento nuevo y diferente brota en su interior. De momento nota que es algo distinto a lo que ha sentido al intercambiar cumplidos con la camarera o cuando ha compartido catre con otras muchachas en su vida. Pero algo le dice que no es sano hacer mucho caso a estos sentimientos porque corre el peligro de ablandarse. 

La imaginación no se le daba muy bien, el preferia las cosas tangibles. Pero prefiere no decirle nada sobre ello.

La verdad es que él no tenia ninguna prisa por bañarse. Sonrie y deja a Farah bañarse tranquilamente. 

Tras unos 10 minutos de espera, la puerta se abre y aparece con el cabello recogido en una larga trenza, vistiendo su ropa normal y oliendo bastante bien. Es lo que tiene poderse lavar la suciedad del viaje y poder usar las cremas y los aceites aromáticos que lleva para el aseo personal. Sin maquillaje y sin adornos no parece la misma persona que ha bailado en el escenario así que quizá esté a salvo si mañana decide dar una vuelta por las calles de la ciudadela.

-Es tu turno - sonríe mientras sale al pasillo para que el pueda asearse con tranquilidad.

Quizá a él no le incomode que ella esté dentro, pero ella si se encontraría bastante incómoda así que prefiere evitarlo y se apoya en la pared del pasillo.

-El agua aun está calentita, pero seguro que un hombre joven como no tiene en cuenta la temperatura del agua.

Mientras espera en el pasillo se le ocurre espiar a Farah por la cerradura de la puerta pero algo le quita rápidamente la idea de la cabeza. El estar en una misión con los dos muchachos le hace tomarse todo un poco más en serio y por alguna razón respeta más a la joven que está desnuda a pocos metros de él que a otras mujeres más experimentadas. Si la espiase se sentiria sucio y además conoce muy bien el cuerpo femenino, aunque no aquel cuerpo, que era el que deseaba ver.

Justo cuando empezaba a imagnarse el jabón deslizándose por la piel de Farah, cosa que le costó miucho porque no se le daba bien imaginar cosas, se abre la puerta. Al abrise la puerta de la habitación un olor muy agradable precede a la chica que sale vestida como es habitual pero con la piel limpia y algo húmeda. 

Crixor cierra los ojos un momento cuando pasa cerca de él para oler bien la fragancia que desprende. El agua sigue caliente pero no es una cosa que le importe demasiado. Se quita la camisa antes de entrar en la habitación quedándose desnudo de cintura para arriba delante de Farah.

-Dentro de poco oleré parecido a ti, no me hace nada de gracia pero supongo que es necesario. Sonrie. No te alejes de la puerta y si notas algo raro no dudes en entrar. 

Entra y deja la puerta sin cerrar del todo.

-Yo huelo así porque uso aceites, tu seguirás oliendo a tigre... aunque un poco menos.

No le mira directamente cuando se quita la camisa. Bueno, seguramente esta acostumbrado a trabajar de esa forma cuando está en la forja o a entrenar a pecho descubierto, pero ese no es momento ni lugar para lucirse de esa forma tan descarada delante de ella.

-Va... entra ya.

Se sienta en el suelo del pasillo para esperar el momento oportuno para entrar en la habitación. Quizá ha hecho mal en pedir una habitación para los dos porque parece una situación bastante incómoda. Apoya la cabeza en las rodillas y cierra un poco los ojos pues está bastante cansada de todo el día andando y luego bailar.

Kalahad se da un relajante baño tras pagar la habitación. No quiere dormir con Crixor y Farah, más que nada porque necesita la coartada de decir que ha estado usando su inexistente poder de premonición. Si es interrumpido en algún momento por ellos o los oye subir gritará como si estuviera concentrado y sufriendo para que crean que está viendo cosas. Mientras juguetea con el agua y todo lo que ha ocurrido y trata de imaginarse nuevas maneras de torturar a esa chica estúpida. Esa chica estúpida que bailaba de una manera que... esa chica que... 

Kalahad nota cambios en su cuerpo mientras piensa en ella y avergonzado trata de pensar en cosas que no le distraigan tanto... Como la muerte, caída y pérdida de la mitad de sus compañeros. 

Tras eso se acostará, limpio y tras haber cenado como no lo hacía en días, tratará de reponer su sueño y sus puntos de magia. 

Los chapoteos en el agua al entrar en el recipiente son audibles desde el pasillo y de vez en cuando puede oirse algun gruñido, pero solo al principio. Una vez adaptado al líquido elemento incluso logra disfrutar del baño.

Un poco más de tiempo que la chica necesitó el guerrero para salir de aquella bañera improvisada en la que apenas cabia su cuerpo. Una vez listo se seca con las telas traidas por la camarera y se vuelve a poner sus ropas ligeras. Mientras se abrocha la mitad de los cordones de la camisa abre la puerta para que entre la balarina.

-Ya puedes entrar y ponerte cómoda. 

Recoje la segadora del mueble donde la dejó y también una bolsita de una de su bolsas. Se sienta en el borde de la cama que está enfrentado con la cama de Farah. Coloca la espada sobre las piernas y saca de la bolsita un frasquito con un líquido. Echa algo de líquido en un paño y empieza a frotar la espada, el líquido parece eliminar cuaqluier resto de suciedad del ancho filo del arma. El guerrero hace esto con sumo interés y cuidado, como si disfrutase subiendo y bajando el trapito húmedo por el filo de la espada. 

De vez en cuando mira a la chica.-Ya ves, yo también uso aceites. ¿Estás más tranquila?

Se está comenzando a quedar dormida cuando Crixor aparece en el dintel de la puerta y dice que ya ha acabado de bañarse. Parece que al final le ha gustado eso de estar a remojo porque ha tardado más que ella en salir... quizá también porque es más grande que ella.

-¿mmm? - se levanta mientras se frota los ojos para despejarse un poco - Veo que te ha gustado el agua... ¿te has reconciliado con ella?

Se acerca a su cama y quita la mochila de encima para deshacerla y meterse debajo de las sábanas. No es como dormir en casa, en su cama, pero es igualmente cómoda y después de haber dormido durante 3 noches a la intemperie y en el suelo es como estar en el cielo y no cree que tarde mucho que quedarse dormida. Pero no quiere hacerle un feo a su acompañante y siempre es de mala educación dormirse mientras otro te está hablando.

-Pero ese aceite es diferente... los míos huelen mejor y no son para quitar manchas. Me preocupa un poco aun el asunto de antes...

-¿Que tus aceites huelen mejor? Como lo sabes si no has olido este líquido...ven acércate, creo que te sorprenderás. La verdad es que aquel líquido olia a demonios pero sólo era una excusa para que Farah se acercase y con suerte se sentase a su lado. 

El ambiente de la habitación resultaba agradable para ser la habitación de una posada. La luz del candil iluminaba las dos camas y creaba una atmósfera cálida. Hacia algo de fresco pero no lo suficiente como para no estar agusto fuera de la cama.

Le mira con suspicacia cuando dice lo del líquido ese que usa para limpiar la espada pues seguro que no es un aceite aromático que es casi un elemento de lujo que su madre solo puede permitirse comprar cuando ha recibido el pago de una misión o cuando ha hecho una actuación excepcional. Pero el sueño y el cansancio hacen que piense menos las cosas y sale de debajo de las sábanas para acercarse con cuidado a Crixor.

-A ver...

Se apoya en la cama y se inclina hacia delante para oler un poco ese líquido... y no está equivocada cuando dice que eso no huele bien, nada bien... a decir verdad, eso nunca olería bien ni poniéndole perfume. Se echa un poco hacia atrás...

-¿Ves como no huele bien? Quizá estás tan acostumbrado a olerlo que ya no diferencias un olor bueno de uno malo.

-Jajaja, no es eso Farah...creo que mi nariz aún funciona bien. Dice divertido mientras cierra el frasquito. Entonces se inclina un poco hacia ella. -Esto ya es otra cosa. Dice con los ojos cerrados mientras aspira con la nariz la fragancia que despide la mujer.

Las manos de Crixor están inusualmente limpias; acerca una de ellas al rostro de Farah, acariciando su mejilla mientras mira a sus ojos. Toma unos cabellos que le caen del flequillo y los coloca hacia atras acariciando su pelo. Poco a poco acerca su cara a la de ella asi que los labios de los dos compañeros de aventuas están cada vez más cerca. 

Entonces Crixor susurra algo a la chica. -Eres la chica más hermosa que he visto nunca.