Partida Rol por web

Aunque la mayoría conseguimos pasar al otro lado sin problemas, hubieron algunos que cayeron al barranco, aunque por suerte iban sujetos con su lizard, así que no había pasado nada. Para ayudarles, sujeté mi lizard a una roca, de forma que les fuese más sencillo cruzar. Tras atarla y comprobar que estuviese bien fija, me giré hacia el cabo.

Yo mismo- le dije cuando este pidió voluntarios para adelantarse un poco por el túnel -Si le parece bien, señor- añadí.

Tras Becerra quien había fallado su pasado intento de cruce, llegaron también del otro lado el consejero Bell y el sargento Corbec. Ahora de nuevo se encontraban todos juntos y podrían continuar su camino a través de los túneles para darle casa al bicho cerebro.

En este respecto, el capitán les había indicado ya que sentía la presencia del bicho cerebro justo a través del túnel en el que ahora se encontraban. Por ello su acción inmediata no era otra sino avanzar, mas adelante probablemente tendrían de nuevo que encontrar cual era el mejor camino que tomar.

Avanzando por aquel túnel, el cual poco a poco se iba ensanchando, se encontraron que el mismo iba a dar directamente a lo que parecía ser una gran bóveda subterránea que no parecía tener fondo, aunque esto quizá fuera por que la visión ultravioleta no les permitía ver un fin.

El camino indicado por el capitán Sugufu continua a través de la misma bóveda por lo que había que cruzarla para poder llegar al bicho cerebro.

Kurt empezaba a pensar que podría recuperar el respeto de sus compañeros. Había sido el primero en pasar por el puente improvisado, para demostrar su fiabilidad y como se hacía, pero si además se presta a ir delante, para abrir camino, tal vez lo consiga totalmente. O al menos esa era su sensación.

Descolgándose el morita y posicionándolo para usarlo, comprueba que el cargador que tiene puesto es el nuevo y completo. Asegura el cargador en su sitio y amartilla, dejándolo listo para disparar. - Cabo, yo, voluntario.  Acompaño a Cooper y nos apoyamos en el avance. Mira a su compañero. Había soltado algo que le parecía pelotilleo, y no pensaba repetirlo. La mirada era inquisitiva por esa innecesaria frase o coletilla final. Retorna la mirada al resto y pregunta - ¿Sabemos, según esos ordenadores lo que vamos a tener delante o si el bicho ese está muy lejos?. La pregunta era sincera. Le gustaba saber lo que tenía que esperar. Era una forma de evitar sorpresas.

Y si no... pues la descubrirían de viva piel.

Apunto estaba de cruzar el agujero cuando, por el rabillo del ojo, pudo ver como Becerra se precipitaba al vacio. Intentó alargar el brazo todo lo posible para agarrarlo pero la lejanía y la poca estabilidad que le otorgaba la cuerda hicieron imposible coger su brazo. Ahogó el grito por si hubiera enemigos cerca y al final suspiró aliviado al ver que el Lizard de seguridad había hecho su cometido. – Joder tío, no me des esos sustos. – comentó al tiempo que continuó por la cuerda para llegar al otro lado del precipicio.

Una vez se encontró a salvo, desenganchó su lizard, la guardo y sacó el arma de nuevo. – Me ofrezco voluntario señor. – dijo mientras revisaba que su morita estuviera a punto.

El sargento tuvo problemas con los cables y por eso se retraso, pero todo el resto del escuadron fue habil bajando y no tuvieron problema en ayudarle.

Acto seguido se apremio para estar de nuevo con el grupo, habian llegado a una especie de boveda sin fin donde podian ser atacados, por lo que puso su morita en ristre lista para ser disparada.

Ire en cabeza detras de los 2 voluntarios.

Ya era hora de avanzar, todos habían cruzado y no tenían más tiempo que perder, apretó el gatillo de la lizard  y el cable empezó a recogerse, hizo un gesto para que los infantes que habían dejado los cables clavados los recogieran. Escuchó el entusiasmo de los infantes,  pero intentaría posicionarlos de la mejor forma que creía. 

Bien Cooper, iras delante con  Durand,el sargento os sigue.  Tesla iras en segunda linea, McNealy y O'Connor  estaran ahí también,  les seguiremos hasta el final del túnel, allí el túnel va ensanchando, cuando lleguemos allí, iremos desplegándonos para cubrir la zona. Miller, Becerra, nosotros iremos detrás de Bell y el capitán.

En marcha. 

Se dispuso a la zaga del sargento, esperando a los otros dos compañeros. Ahora que esta cerca comentá. - Sargento, ¿Ponemos alguna línea o algo que de a los compañeros que abren camino, por si hay otra sorpresa parecida? mientras cambiaba de fusil al Hawheye. Revisó cargador. Lo revisó en general y siguío con el morita.

Sin tiempo para pensar más en lo sucedido, Becerra recoge su lizzard, asiente ante las palabras del cabo y se dispone a ocupar su puesto cerrando la formación.

De acuerdo señor, cerraremos la formación. Continuemos lo antes posible.

Becerra echa un último vistazo atrás y se recuerda colgando de un hilo.

Entendido señor- le dije al cabo tras escuchar sus instrucciones -Vamos Durand- le dije a este mientras empezaba a avanzar por el túnel hasta llegar a lo que parecía ser una gran bóveda subterránea que parecía sostenerse por varios pilares de piedra.

Es enorme... debe medir más de 100 metros de largo y algo menos de la mitad de ancho- le susurré a Durand.

En un sitio tan grande pueden atacarnos fácilmente- pensé mientras observaba a mi alrededor en busca de cualquier señal que indicase una emboscada -Mejor ir con cuidado- me dije , mientras me desplegaba para cubrir la zona conforme a las ordenes del cabo.

Apenas llego al otro lado, no tengo tiempo de avergonzarme, saco el equipo de radio y comienzo a trastear con la radio -Señor el equipo ya esta reparado, solo necesito calibrarlo y tengo mis manos en eso- le digo al Capitan mientras mis compañeros debaten quien iba donde en la marcha hacia el insecto cerebro.

Kurt busca una buena posición de tiro. En una sala así de grande se podría montar una buena fiesta; y eso en más de un sentido. En silencio se posiciona para abrir fuego a la más mínima señal de "bichos". Esperaba que se montase pronto y tenía intención de tumbar algún bicho más.

Recogí mi lizard del suelo y la desenganché, dejando que el sistema retráctil recogiese el cable. Luego la guardé en su sitio e hice un repaso mentalmente. Estábamos todos listos. Por suerte. Al final, tras tanta deliberación, cruzar había sido relativamente sencillo. Salvo por alguno que se había salvado de milagro... pero aquello había salido bien.

Me erguí cuando el sargento empezó a repartir a los hombres. Como a mí no me había indicado nada, me puse con el resto, en el medio de la formación. Iba mirando a todos lados, atento a lo que pudiese venir. No vi la bóveda que se abría delante nuestro hasta que estábamos bastante cerca para que las cabezas de mis compañeros me tapasen la imagen. Aquello era impresionante. Y de no saber que era una mala señal, me habría parado un minuto a disfrutar del entorno.

Una vez más, por instinto, me aseguré de que el cargador estaba lleno y enganchado a la Morita. Reconté los que tenía y me aseguré de que los huecos de la bandolera estaban ocupados por cargadores llenos. Se avecinaba tormenta.

Aseguró la tensión de su sable para facilitar el cruce de sus compañeros y le alivió cuando, pese a algunos sustos, todos consiguieron cruzar. Apretó el gatillo de su equipo para recoger el cable y en cuanto preparó su rifle y su coraje para continuar, su iniciativa volvió a saltarse el protocolo de jerarquía, al contestar a su cabo tras organizar el escuadrón. ¡Señor! Será un honor poder seguir guiando al escuadrón por las galerías, pero me gustaría restablecer comunicaciones antes de aventuraros en la cámara. Sus recomendaciones nacieron fruto de mantener esas ganas de ser ayudar al equipo en ausencia de órdenes directas recibidas. Quedó entonces a la espera de una respuesta concentrándose desde entonces a esa tarea.

Una vez comprobada que su arma estaba correctamente esperó órdenes y se movió raudo al escuchar al cabo Stone al principio del pelotón. – Si, señor. – respondió. Una vez se hubo colocado en cabeza junto a Cooper. – Si es grande si, habrá que estar muy atentos Coop. – En la academia todo era muy diferente y, pese a que no era un hombre que tuviese miedo, la situación no era de su agrado. Dejando los pensamientos atrás, se centró en la misión y avanzó cauteloso siempre apuntando hacia adelante con su morita.

El capitán que avanzaba con el grupo del centro dejo que el sargento ejecutará sus órdenes pues era el más indicado para ello. No obstante, en cuanto a las sugerencias del zapador Hikawa, si intervino. –No hará falta detenernos soldado, el consejero debe tener el entrenamiento para sintonizar la señal mientras avanza. Bell, si ya has reparado ese aparato, necesito que recuperes la señal con las fuerzas en el exterior cuanto antes, si parten antes de que lo hagas será muy difícil rastrearlos para enviarles la información del cerebro- indicó.

Con la aprobación del capitán y las ordenes establecidas por el sargento Corbec, el grupo se puso en marcha cuanto antes cruzando el corto túnel hasta adentrarse con aquella extraña y amplia cámara. Por su forma pareciera que extraños pilares conformados por estalagmitas y estalactitas la apuntalaran por todas partes; la humedad en aquel lugar era alta e incluso veían pequeños charcos de agua por lo que era probable que aquellas columnas fueron justamente el producto de un filtrado del agua proveniente de la superficie.

El grupo avanzaba ya a medio camino cuando escucho un sonoro e inesperado crujir de rocas, si no es que se equivocaban, una o mas de las columnas habían provocado dicho ruido. Mas aun, desde el techo dejo caer una muy tenue nube de polvo, lo cual no podría ser bueno.

El crujir de un desplome o algo parecido se extendió por los túneles con el eco. Una fino polvillo cayó sobre la compañia e hizo que a Alice se le encogiera aún más el alma. En cualquier momento esperaba que los túneles se desplomaran sobre ellos. Allá abajo, a oscuras, si no fuera por la luz ultravioleta.

Asió una vez más su rifle y empezó a cantar por lo bajo, para sí misma, una vieja cancion popular mientras abría aún más los ojos. Aquello solía tranquilizarla pero no hacía más que recordar cómo aquel gusano escavador surgió del suelo enmedio del pelotón. Quizas estuvieran excavando bajo sus pies en aquel mismo instante...

-Espero que no sea otro de esos gusanos...

Mientras el Capitan hablaba, por fin termine de lograr sintonizar la dichosa radio -Listo señor! ya estamos en condiciones de comunicarnos con el fuerte.- le digo a Sugufu.

Un ruido seco, como una rama seca que se parte, un quejido de alguna de las columnas se escuchó cuando se encontraban en mitad de la bóveda, eso no era bueno, no con esas agujas pendiendo sobre sus cabezas dispuestas a caer sobre ellos al menor temblor, tenían que salir rápido de ahí. Miró alrededor de la bóveda, intentando valorar sus temores aunque sus conocimientos en esta materia eran limitados, aún así dijo por el canal de radio.

- Atentos a cualquier temblor,  no dejéis de vigilar vuestras cabezas -  se dirigió a los zapadores - O'Connor , Hikawa ¿como veis el estado de la bóveda?, trazad la ruta más rápida entre las estalagmitas, para llegar a nuestro destino, esto me da mala espina.

Miré arriba, como esperando ver caer unas cuantas rocas sobre nuestras cabezas. Pero de momento sólo era un crujido. No se veía el techo, pero estaba claro que nada bueno podía pasarnos si se venía abajo. Escuché la orden del cabo, como siempre, comedido. Aunque yo tenía bastante más miedo, viendo cómo actuaban los bichos habitualmente.

- Señor, quizá sea una trampa de los bichos. No les costaría mucho derribarla sobre nuestras cabezas...

Seguí avanzando con la fila, que no me sintiese cómodo no significaba que fuese a salirme de la formación o a tomar decisiones por mi mano.