Partida Rol por web

Thalber giró la cabeza y miró a Heinrich, dirigió de nuevo la mirada al encargado del taller.

- Tom el Alto, ¿dónde está? - pregúntó con cara de enfado. Si los paletos de la taberna conocían lo referente a Tom, el encargado lo conocería también, por supuesto. El cazabrujas se sentía burlado, y eso no era bueno ya que era de los que no perdonan...

La única mujer del grupo se mantuvo en silencio mientras los demás comentaban aquí y allá lo recopilado. Ella se limitó a seguir sus conversaciones prestando suma atención a cada palabra intentando forzar su memoria a recordarlo todo por si acaso.
Una vez en la calle decidió dejar su magullado rostro a la vista quitándose la capucha que parecía ya casi parte de su piel y se sacó de entre las ropas la cruz de Frank para que se viera tras apretarla fuertemente recordando a su mentor.

Una vez en el taller de curtidores un hombre abrió la puerta, al parecer Thalber y Lázar ya habían hablado con él así que no sería a quién buscábamos. Kat estuvo a punto de mantenerse callada nuevamente pero decidió tomar la palabra esta vez dirigiéndose a quién había preguntado sin inmutarse que qué querían... pero el líder se le adelantó de nuevo asíque se tuvo que conformar con quedarse cerca de aquel hombre para actuar según su respuesta.

El hombre abrió los ojos de par en par ante la brusquedad de Thalber al hablar, luego cambió su cara amable por otra mucho más dura y seria y le respondió con la misma brusquedad:

-¿Tom? Es aquel de allí. Señaló con un dedo. El taller entero había detenido su trabajo para mirar al grupo de templarios y estos pudieron ver cómo el hombre señalado por el curtidor, tragaba saliva y su frente se perlaba de un sudor frío,mientras sus compañeros de trabajo le dirigían una mirada de compasión Es un buen hombre y no está enfermo ¿Por que quieren hablar con él? Preguntó su jefe después de señalarlo.

- No, él no está enfermo... - respondió al encargado insinuando que ambos sabían que ÉL no estaba enfermo, pero sí otra persona...

Volvió a girar la cabeza hacia el interrogador, con la misma parsimonia que antes y, haciendo un gesto con la cabeza hacia Tom dijo:

- Todo tuyo. - Se volvió hacia el curtidor jefe y se quedó inmóvil, como esperando a cortarle el paso en caso de que decidiera hacer algo para parar a los inquisidores.

Al enterarse de quien es el tal Tom, Lazár pasa a un lado de Thalber, pasando de largo a Tom. Unos pasos más allá de la presa, se detiene de cara a los demás curtidores, manteniéndose entre estos y el interrogado.

Esto es algo que debimos haber hecho desde el principio.

Sosteniendo la empuñadura de su espada con su mano izquierda, denota ser un reflejo más que una amenaza. Flanqueando e Tom, su posición funciona mas de guardia que de interrogador.

Buena sugerencia.....gruñe Maul rodeando el edificio antes de que los demas miembros de su comitiva entraran en ella para preguntar amigablemente por Tom, lo ultimo que queria de tan buena mañana era una carrerita con la armadura puesta en pos de algun idiota fugitivo demasiado estupido para vivir.

Yo rodeare el edificio, solo por si acaso, con el martillo a cuestas Maul se escindio del grupo principal hacia la parte de atras de la curtidora, esperando con atencion, por si algun fulano salia con todos los demonios pisandole los talones.

- Gracias, Herr. - es lo único que dijo a Thalber tras "recibir" al curtidor que buscaban. Sin tiempo que perder, y dejando que el líder se encargara de los molestos artesanos, Heinrich avanzó a paso ligero en dirección a Tom. Por la cara que mostraba, el trabajador debía esperarse lo peor.

- ¡Oh! Este ya está en su punto. Será un trabajo fácil. - auguraba el interrogador que estaba a pocos pasos del individuo y comenzaba a cruzar las manos en anticipación.

- ¿Tom el Alto? - le preguntó y sin darle tiempo a contestar siguió hablando, pues Heinrich sabía perfectamente quién era - Queremos hacerle unas preguntas...¡Oh! Pero que bello trabajo. Bonitas pieles tiene aquí, seguro que llegará lejos. - exclamó con fingida sorpresa alabando el trabajo del artesano, aunque probablemente no fuese más que un peón. - ¿Sabe? Si le preguntara si nuestros trabajos tienen algo en común, ¿qué me respondería? Que no, ¿verdad?

Al igual que con el tabernero, Heinrich parecía desviarse del tema a tratar, pero el interrogador sabía muy bien lo que hacía. La dialéctica no era más que un duelo en el que ambos oponentes buscan desequilibrar al contrario para abrir un hueco en su defensa y abatirlo. Y en esta particular esgrima Heinrich era un experto.

- ¡Falso! - alzó mucho la voz para que el trabajador se sobresaltara. Volviendo a un tono de voz coloquial continuó. - En mi especialidad muchas veces me veo obligado a curtir pieles, y he desarrollado muy bien la técnica, si no le parece mal que lo diga. Un consejo, si le toca curtir piel humana hágalo con movimientos suaves y contínuos, pero a la vez firmes. Si no, se rompe con facilidad. - puso cara de desdicha cuando pronunció la última frase. - Aunque espero que no le haga falta el consejo, ¡o tendré que venir a por usted! - rió y el sonido que produjo su garganta era de todo menos jocoso. - ¡Era una broma! Una persona honrada como usted no tiene por que preocuparse. ¿Verdad? - dejó la pregunta en el aire mientras le miraba con una ceja alzada.

- Y ahora ya lo tengo en mis manos.

- Verá, nos ha sido comunicado que su hermano contrajo la plaga que asola el barrio. Estamos interesados en todo lo que nos pueda contar sobre él y usted. - tomó aire y soltó una retahila de preguntas - ¿Dónde viven ustedes? ¿Dónde trabaja su hermano? ¿Cuándo empezó a sentirse enfermo? ¿Qué lugares frecuenta? ¿Estuvo su hermano en contacto con algun infectado antes de enfermar? Pero vamos, hombre. ¡No se quede así con esa cara de atontado y responda!

A Maul le costó un poco encontrar un hueco entre las calles que rodeara al edificio y poder así acceder a la parte de atrás. Por lo que pudo ver, este disponía de una puerta trasera que daba a la calle del otro lado, algo más transitada, y cerca de la puerta, se apilaban un montón de cajas con deshechos y basura del trabajo que se realizaba en el taller.

Desde allí no alcanzaba a escuchar ningún ruido, por lo que dedujo que todo el trabajo del taller se habría paralizado con la irrupción en el mismo de sus compañeros, de modo que sujetando su apreciado martillo con impaciencia, esperó vigilando la zona y aquella puerta trasera.

Unos momentos despues alcanzó a oir a Heinrich gritarle a alguien ¡Falso! y luego el ruido de alo metálico, una herramienta, tal vez, caer al suelo.

La cara del hombre mientras veía acercarse a Heinrich, era todo un poema. El color de su cara palideció y apenas pudo conseguir que sus piernas no temblaran de miedo. Escuchaba hablar al templario a medida que este se acercaba y pegó un respingo cuando este lo sobresalto al subir el volumen de voz con aquel ¡Falso! Que gritó. El hombre dejó caer una herramienta del banco de trabajo al golpearla con el codo cuando se asustó y su ruido puso aún más nerviosos al resto de trabajadores, que como el resto de templarios, miraban la escena sin decir nada, y con el mismo miedo en el cuerpo que Tom.

- Oh..sisi, claro. Yo no haría algo así.. jeje consiguió decir respecto a la macabra broma de Heinrich, a lo que luego añadió para responder a sus preguntas Sí, es cierto, mi hermano Erik ha enfermado de esa cosa rara. Al principio no le dimos importancia por que no parecía más que un resfriado, pero luego empeoró la cara del hombre demostraba un profundo pesar Su cuerpo se llenó de granos y empezó a tener fuertes dolores por todo el cuerpo, terminamos llamando al barbero cirujano, pero él no pudo hacer nada y asustado, los llamó a ustedes. Ese mismo día por la tarde, se lo llevaron al edificio de los tintoreros y como no nos dejan ni acercarnos al lugar, no he vuelto a verle, estamos muy preocupados por él y asustados por lo que está pasando. Erik es tonelero, como lo era mi padre y nuestro hogar está en esta misma calle, a 5 casas de aquí. Yo... yo... ¿No me voy a morir verdad? Tom comenzó a sollozar mientras sus ojos comenzaba a humedecerse Lo que le pasó a mi hermano fué horrible y... en casa, mi madre también está empezando a sentirse mal.

El encargado del taller, que se mantenía tan sereno como cuando los recibió puso cara de sorpresa al oir hablar a su empleado.

-¿Por que no digiste nada? Preguntó asustado ante la noticia.

-Tenía miedo... y sigo teniéndolo. Le respondió Tom.

Maul pateo su camino a traves de los obstaculos de la parte de atras de lña curtidora, la sugerencia de su compañero cazador era buena, nunca se sabia, que podia haber por el exterior o si de hecho, alguno de los trabajadores tratara de tomar las de villa diego ante una acusacion.

El olor era asqueroso y la porqueria chapoteaba contra sus botas pero la mente de maul tenia el don de ser capaz de centrarse en su objetivo y que le dieran a los inconvenientes menores.

El sonido de la voz de henrich hizo sonreir a Maul, empezaba el baile....agarrando con mas presteza su martillo; se preparo para lo que fuera a venir....

La espera se pusó algo tensa al escuchar la voz del interrogador del grupo, quién obviamente ya había comenzado a desempeñar su trabajo, con la eficacía y pasión tan características en él.

Sin embargo, tras el grito y el ruido del objeto metálico cayendo, el taller volvió a quedar en silencio. Al menos una cosa estaba clara, ese silencio no podía ser causado por ninguna pelea, por lo que de momento en cierta forma las cosas seguían calmadas.

Kat se quedó atrás sin perder de vista al jefe que les había abierto la puerta y hablado con brusquedad y sin ningún ápice de miedo ni en su rostro ni en sus palabras. Todo lo contrario del pobre Tom que escuchaba sollozar en esos instantes tras unas cuantas buenas frases de esas que a Heinrich se le daba tanbien soltar intimidatoriamente. Katherina no pudo evitar sonreir al ver la facilidad con que el tal Tom se había dado por vencido.
Aunque estaba la más alejada pudo oír claramente cada palabra del hombre y al escuchar lo de que su madre también se encontraba mal... una chispa se encendió en su pequeña cabecita. Bueno.. y seguramente en la de todos, como era de esperar, eso no pasaba desapercibido dada la razón de su búsqueda.

Es un muy buen sitio por donde empezar, si no ha empeorado aún podrá hablar y deducir dónde ha estado antes de enfermar, qué lugares del barrio ha frecuentado y cuáles pudo frecuentar su hijo... pensaba la mujer sin quitar el ojo de encima al curtidor jefe.

Antes de que Heinrich respondiese a Tom, se prestó a hacerlo ella con voz calmada para que no le quitasen nuevamente la palabra de la boca, porque a pesar de no ser de muchas palabras le daba rabia quedarse con ellas en la garganta:
- Tranquilo, no queremos hacerte daño, y no, no vas a morir a menos que hayas hecho algo que no debieras. Me gustaría ir a ver a tu madre; soy hija de Sigmar y puedo bendecirla si aún no está grave. Además, hablar con ella ahora nos puede ayudar a resolver este problema que hemos de solventar... - dijo alargando la última letra mientras pensaba: Una mentira a tiempo no estará de más, y un poco de esperanza seguro le aligerará en el camino a su casa.

Tom pareció calmarse un poco ante las palabras de Katherina, pero su cara seguía tan pálida como al principio. El resto de trabajadores seguían sin moverse de sus respectivos puestos de trabajo, aguantando la respiración ante lo que sucedía en el taller con su compañero de trabajo.

-Mi madre... sí, claro dijo Tom con resignación. Supongo que ahora a ella también se la llevarán. Dejó caer sus herramientas en el banco de trabajo lastimosámente, se secó los ojos y los mocos con la manga y se movió un poco alejándose de Heinrich y Katherina. Si a Herr Ricardus no le importa que me vaya, les acompañaré al hogar de mi familia. Dijo en dirección al curtidor que se encontraba junto a Thalber, quién asintió con la cabeza diciéndole luego que marchara tranquilo.

Tom, miró a Heinrich y a Katherina y les dijo Yo... necesito limpiarme un poco y quitarme la ropa de trabajo, si me lo permiten.

Seguía hablando con miedo y timidez, indudablemente se encontraba intimidado por la presencia de los templarios.

Tom, miró a Heinrich y a Katherina y les dijo Yo... necesito limpiarme un poco y quitarme la ropa de trabajo, si me lo permiten.

Thalber no había dicho nada ni se había movido durante la conversación, pero en ese momento rompió su silencio.

- De acuerdo. - dijo Thalber a Tom desde la distancia. - Ve a cambiarte, pero te acompañará uno de nosotros. - Thalber hizo una seña a Lázar, para que se diera por aludido. Volvió a mirar a Tom - Es simple rutina... - dijo como para quitarle hierro al hecho de que estaba bajo una especie de arresto no oficial, pero arresto al fin y al cabo...

Heinrich escuchó atentamente hasta la última palabra que el joven pronunció. Aun había más preguntas que necesitaban respuesta, pero por ahora tenía suficiente sobre lo que pensar, así que dejó que Katherina tomara las riendas de la conversación. La mujer se había decidido por un método menos brusco que el de su compañero, al cual le pareció bien.

- Torturador bueno, torturador malo. Maniobra de manual, pero efectiva usada correctamente. - Heinrich se retrajo en sus pensamientos mientras los demás ordenaban al chico que les llevara a su casa. Por el camino tendría tiempo para más preguntas. - Ya tenemos cierta información de partida, pero no la suficiente. Por ahora sigamos al chico e indaguemos en el ambiente que rodeaba al hermano. - el interrogador planeaba con cuidado cada paso del plan. - A continuación debemos obtener datos de otra fuente, en principio, no relacionada. Es decir, el tal Frederick. Despues es cuestión de contrastar ambas y buscar los puntos comunes.

Observó como Thalber enviaba a Lazar a que acompañara al joven. Desde luego el interrogador la consideraba una acción acertada. Aunque dudaba que Tom tuviera las agallas necesarias para escapar. Estaba demasiado asustado para eso, y en cualquier caso no llegaría muy lejos con Maul haciendo guardia fuera. Lo que no gustó al inquisidor fueron las formas de realizar la petición. Al cazabrujas se le había subido el poder a la cabeza.

- ¡Bah!¿ Pero por quien nos toma? ¿Sus criados? - refunfuñó mentalmente Heinrich - A ver cómo lo engulle nuestro amigo el silencioso. ¿Le sentará mal? - el interrogador deslizó la comisura de los labios formando una media sonrisa que profetizaba convertirse en completa - O quizás no. ¿Quién sabe? Puede que le guste observar muchachitos semidesnudos, jeje.

Asintiendo con la cabeza ante la orden, Lazar mira a los demás curtidores antes de dar media vuelta. Dudando entre sí seguir la orden, o llevarse al chico tal y como está ahora, repasa las posibles rutas de escape, confiando en que Maul cortara la salida trasera.

Espero que el grandote este bien, lo necesitaremos.

Haciendo un movimiento con la cabeza, indica a Tom que comience a moverse, mientras da un paso adelante para seguirlo. Dudando de la decisión por un momento, disipa su pensamiento para seguir la orden del líder.

El tal Ricardus refunfuñó ante las maneras de Thalber.

-Podría tener un poco de compasión con el hombre, el pobre lo está pasando mal. Le dijo enfadado, pero no hizo nada por impedir que se lo llevaran del taller y con los brazos cruzados, esperó a que todo aquello terminara para poder reanudar el trabajo.

Tom, quién parecía haberse encogido ante la aparición de los templarios buscándolo, hizo notar su apodo cuando tuvo que agachar ligéramente la cabeza para pasar a la habitación en la que cambiarse de ropa, seguido por Lazár, y el resto de templarios no tuvieron que esperar mucho hasta que los dos hombres volvieron a salir.

Lazár y Tom se acercaron a la puerta y este les dijo:

-Bien, vayamos a mi casa cuando quieran. Y con aquellas palabras, el curtidor que les había estado abriendo la puerta principal, lo volvió a hacer para dejarles salir del taller, el grupo siguió a Tom a la calle y abandonó el taller.

Maul llevaba un buen rato esperando con la sensación de ser observado, y de tener dos ojos clavados en su nuca. En un par de ocasiones alzó la mirada para encontrarse con el ave de Thalber surcando el cielo por encima del edificio y achacó aquel sentimiento a la constante vigilancia de la rapaz, sin darle más importancia

Un rato después de haber llegado a la puerta trasera, alcanzó a oir abrirse la puerta principal y el sonido del trabajo del taller reanudándose en el interior del edificio

Grufum....masculla Maul intranquilo; como todos los veteranos tenia ese sexto sentido llamado instinto que le decia que algo no ibna bien en absoluto....se sentia obserrvado pero nada aparte de la comida de emergencia del jefe parecia esta por los alrededores; la espera era lo de menos, se habia estado mas tiempo de guardia sin protestar; no obstante eso no quitaba para que la sensacion de desasosiego continuara.....

Finalmente parecio oir el regreso de los demas cazadores al exterior y por ello, pateo su camino de vuelta a traves de la basura, como un cachalote a traves del mar, reuniendose con los demas en la puerta del taller.

A ver si habian obtenido algo interesante...