Partida Rol por web

Gabriella, sonrió.

Acepto el trato, y ahora si me permite, le invito a una cerveza para cerrar el trato, mientras vemos que sucede con esos .- Dijo mientras levantaba una mano para llamar a la chica que estaba atendiendo las mesas

Lollenda se levanta y, sin siquiera mediar palabra, o alterarse en absoluto, lanza la silla en la que se sentaba con una precisión milimétrica, acertando justo en la entrepierna de su anterior agresor, y haciendo que este caiga al suelo, sujetándose sus partes nobles con ambas manos, y con la cara pálida. 

Hargin se gira un momento, y cuando vuelve a mirar a su rival, este ha desaparecido. Gabriella echa mano de su bolsa, para darse cuenta de que esta no está, así como de la Alvaro. Y el bretoniano también ha desaparecido. 

Mis ojos se abren como platos al darme cuenta del engaño del que nos han hecho.  Esa sucia rata ha usado mi honor para crear una distracción. Semejante agravio no quedara impune, y será pagado con sangre. Van a aprenderán a las duras que no se juega así con un enano.

¡Maldita escoria sin honor! ¡Salir de vuestro escondrijo, atajo de cobardes! Rugo a pleno pulmón mientras me pongo de pie con el hacha en la mano, mirando en todas direcciones, buscando cualquier signo de los ladrones.

La señora acepta el trato demasiado rapido para mi entender, no se si me esta mitiendo o se lo esta tomando a la ligera, pero creo que alguien que trabaja para una escuela de magia no deberia mentir o causar el mal, o al menos intentarlo. Como pido mi palabra como firma la suya me vale asi que estrecho su mano, me quedo conforme y descansado y al menos se lo que hare en las proximas semanas, solo queda avisar al resto del equipo, derrepente parece que el concurso de bebidas acaba una silla vuela derribando a un tipo y el enano se levanta en su linea de siempre gritando y haciendo juramentos.

La cara de Lollenda me dice mucho mas y me levanto tirando mi silla y mirando al rededor, ha pasado algo y no se que es exactamente; - Wolfgang!! movimiento!! - espero que el haya estado mas atento que yo a lo que este pasando y espero su movimiento para seguirlo o apoyarlo.

!!!Maldita sea!!! hemos de encontrar a ese borracho y a sus dos amigos.- Gabriella se levantó rapidamente.- Hemos de darles caza antes de que tengan tiempo de escapar.

Ni siquiera se paró  a pensar como no se había dado cuenta. Ahora solo tenía un pensamiento en la cabeza, cazar a esos ladrones y hacerles pagar por lo que habían hecho.No

- ¡Movimiento, jefe! - Responde en cuanto se hace consciente de lo que acaba de pasar. El maldito halfling no solo estaba haciendo trampas, sino que era un ladrón en toda regla y había demostrado ser mucho mas hábil que Wolf en su propio campo, el de la estafa. Y eso lo enfada bastante. Mira en todas direcciones buscando al mediano y se sube a su silla, alzando la voz, para ser escuchado por todos los parroquianos de la taberna. - ¡Una reluciente moneda de oro para quién encuentre a esa pequeña rata bastarda y a sus amigos! - Exclama al tiempo que salta de nuevo al piso, esperando que su llamamiento pusiera patas arriba la taberna y les diera tiempo a él y a los Recios a salir en busca del pillo y sus compìnches.

- ¡Álvaro! ¡Su fuera yo el que hubiera robado esas bolsas, estaría saliendo por la puerta de atrás para perderme entre los callejones! ¡Id tu y Lollenda por detrás, que yo salgo por delante a ver si puedo rodear el edificio! - Señalando hacia la puerta, sale corriendo en dirección a la calle. Todas las tabernas eran iguales y los Recios habían visitado docenas de ellas. Álvaro podría figurarse a la perfección dónde estaría esa puerta trasera que le había indicado Wolf.

El desajuste de horarios, la gran caminata, la posivilidad de que unos rompe escudos me machacaran la cabeza, los tratos con Lollenda y este maldito bigotazo rebelde hacen que por un segundo no sepa exactamente que es lo que esta pasando, asi que tras unas rapidas palabras de Wolfgang, saco el acero como si siempre huebiera estado en su sitio, mi mano y apenas sin ruido y salgo corriendo sin mirar hacia atras, en busca de la puerta trasera. La rabia y la frustración iban en aumento, parece que AltDorf no tiene muchas sorpresas, y habra que estar ojo al dato.

La sillas y mesas pasan rapidamente a mi alrededor, mientras me dirijo a la parte trasera, no sin ganas de marcar a algún ladrón de bolsas ajenas para que recuerde a los recios, quizas podramos hacernos con un nombre y buena reputación, aprobechando la tesitura.

Al escuchar las recomendaciones del ladronzuelo a su jefe, me giro hacía la puerta trasera, con los ojos inyectados en sangre de la ira que sentía en ese momento. La idea de que usaran la puerta de atrás tenía sentido, y además el humano tenía más experiencia que yo en salir de este tipo de aprietos. ¿Así que quieren huir como míseros goblins?¡Pues como míseros goblins terminarán, con sus sesos esparcidos por el suelo!

Antes de pensar siquiera en si era lo más adecuado o no, salgo corriendo hacia la puerta trasera, bramando de furia y apartando a empujones a todos los pobres que se interpongan en mi camino. Mi hacha se cobraría el tributo por semejante agravio.

Wolfgang sale corriendo hacia la parte delantera, junto a Gabriella, que va delante. El enano, Lollenda y Alvaro salen hacia la parte de atrás. La elfa se mueve ágil, corre y esquiva. Alvaro se mueve con un correr peculiar, pero efectivo, mientras que el enano corre como una apisonadora, hacha en mano. 

Salís hacia la parte trasera del edificio, que lleva a un callejón, con una sola salida. Wolfgang llevaba razón, el halfling está ahí, junto a cuatro matones más, que bloquean el paso. El halfling os mira, y chasca sus dedos. Los cuatro matones van hacia vosotros, mientras el pequeñajo se queda ahí, para ver el espectáculo. Será digno de verse. 

Corréis hacia la parte frontal de la posada, hasta la calle. Nada más salir, os topáis de cara con varias docenas de guardias de la ciudad. Han acudido por el barullo. 

-¿Que diablos está pasando aquí?- Pregunta uno de ellos, con capa, casco con plumas y coraza. 

Sin perder ni un solo segundo, Wolfgang, que no deja de mirar en todas direcciones en busca de los rufianes por encima del hombro del soldado que les ha interpelado, comienza a explicarse con grandes gestos.

- ¡Unos delincuentes nos acaban de robar las bolsas de monedas a mi y a mis compañeros! ¡Un halfling que se las ha dado de listo, un hombre que parecía bretoniano y seguro que algún otro compinche más! - Comienza con seguridad, sin amilanarse por la presencia de aquel armado guardia y sus compañeros - ¡Estábamos tranquilamente tratando nuestros asuntos en esta posada cuando han empleado una argucia para hacerse con nuestro dinero! ¡Dinero que hemos ganado honradamente sirviendo como escolta durante todo el día y la noche de ayer, nada menos que de una hechicera del Colegio de Magia que estaba llevando a cabo una importante misión para sus superiores! - Wolfgang sonaba realmente indignado. Pero no por el hecho de que les hubieran robado el dinero que se habían ganado de forma honrada, sino porque aquel montón de grasa se la había jugado, y a base de bien.

En cuanto veo a los ladrones detenerse y antes de que el humano o la orejas picudas tengan tiempo de entrometerse me lanzo a la carga bramando en Khazalid, con el hacha en lo alto bien agarrado con ambas manos y unos espumarrajos blancos de pura rabia saliendo por la comisura de mis labios.

Se los quedó mirando fijamente... con un rostro que indicaba que ahí iba a haber sangre derramada dentro de unos instantes... con el arco en su mano se quedó lista para abrir fuego contra ellos...

Se acabo la diplomacia, en el momento que decidieron darse la vuelta ya decidieron su destino y viendo al enano lanzarse de cabeza, creo que esto no va ha cambiar.

En un parpadeo saco mi Main guache, el estoque lo tengo en la mano contraria, con las carreras y las prisas no he tenido tiempo de saber en que mano tengo que. Solo se que voy a recuperar el poco oro que tengo y luego recordaremos las gestas, como siempre sera.

Me lanzo a por el primer individuo para intentar echarlo hacia atras, con mi movimiento espero asustarlo quizas si huye alguno escapen todos acobardados, soltanto el botin, no quiero mancharme las manos tal cual llego a la ciudad, y menos en mi primer dia. Ademas asi le dare mas espacio al enano para que desentumezca los brazos, creo que le vendra muy bien.

-No los mates a todos con tus flechas - digo a Lollenda, un buen promedio de miedo, cuentas pendientes y odio, puede avivar cualquier negocio y reputación, con los recios no se juega - recia!!- digo para evitar decir nombres, la información es una buena moneda de cambio en estos tiempos.

Solo espero que Wolfgang llegue rapido y sin dar mucho la nota mientras corre por la calle.

Los guardias se despliegan de inmediato, aunque el capitán parece desconfiar ligeramente. 

-Vaya, así que una hechicera...- Sonríe, mostrando una dentadura amarillenta y mal colocada. -Entonces no le importará mostrarme los documentos del colegio.- Mira de reojo a Wolfgang. Su cara les es familiar... 

Lolenda tensó su arco y disparo contra uno... no se paró a ver donde había caido su flecha, seguidamente cargó otra y volvió a abrir "fuego" contra el mismo maton, el que estaba más cerca de ellos... no quería matarlo, pero si incapacitarlo...

Será un placer, pero eso hara que se escapen, no hay tiempo que perder, echenos una mano y sabremos agradecerselo. Los culpables estan escapando. - Se callo la coletilla que le hubiera dicho gustosa.- ¿No te das cuenta que se estan escapando maldito idiota?

Maldecía para sus adentros a esos malditos ladrones. Cuando los cogiera se las iban a pagar  todas juntas. Estaba realmente enfadada. últimamente parecía que las cosas no le salian bien.

Se obligó  a concentrarse en las palabas de su viejo maestro. Cambiar el fututo tu puedes si te esfuerzas en ello suficiente