Partida Rol por web

Ioli asiente. No teme al agua ni le disgustan los botes, pero posiblemente está menos curtido que sus compañeros. No se avergüenza de reconocer que está cansado.

Podría usar una comida caliente y una cama, ciertamente. Vayamos, los hombres del lago nos recibirán bien.

La escalera de Girion es un camino de portazgo pavimentado, construido hace mucho tiempo por los hombres del lago con la ayuda de canteros enanos, que permite un descenso rápido de los botes y de su contenido desde el lago hasta donde el río Rápido recupera su curso más allá de las cataratas (o un ascenso hasta el lago desde el río, para los botes que vienen del sur). Los botes pueden ser cargados en soportes provistos de ruedas, que a continuación son arrastrados mediante surcos excavados en el pavimentado camino.

La escalera de Girion no ha visto demasiado tráfico en los últimos siglos. Ni siquiera la muerte de Smaug le ha proporcionado la posibilidad de que se vuelva a usar mucho, puesto que sólo los mercaderes valientes y bien armados (una rara combinación…) se atreven a acercarse directamente en bote al lago. Temiendo entrar en las partes más oscuras de las ciénagas Largas, prefieren descargar sus mercancías a unos 150 Km. al sur del lago, donde el río Rápido entra en el bosque Negro y en las ciénagas, para continuar viaje por tierra a lo largo del lindero oriental del bosque Negro.

Los hombres del lago se muestran adecuadamente obsequiosos al ver los papeles de Gloin, izan el bote hasta una de las carretas de portazgo, y lo dejan preparado para transportarlo hacia abajo al amanecer del día siguiente.

No hay taberna alguna, pero los porteadores cenan alrededor de una gran fogata, que os invitan a compartir.

Fredegar agradece la fogata y aprovecha la ocasión: Me llamo Fredegar Madriguera y soy un hobbit de la Comarca, estos son mis compañeros Ioli, Mata, Akin y Eurainon - y se sienta cerca del fuego. Ha sido un trecho largo y mojado, tengo calados hasta los huesos...pero decidme ¿qué nuevas hay por esta zona?

Los lugareños explican bien poca cosa: hay poco tránsito fluvial y no han habido sucesos de gran calado desde la Batalla de los Cinco ejércitos.

Cuando oyen a Fredegar hablar de La Comarca, le preguntan dónde cae eso. ¿Al otro lado del bosque, cerca de la Carroca, quizá?

- Pues más al oeste que el Bosque Negro, tras la cordillera que lo linda en esa dirección ¿no habéis oído hablar de la Comarca? Vaya habrá que solucionar eso pero antes tengo una pregunta ¿no habréis visto a una pareja de enanos bajar por el río estos últimos días? , muestra una amplia sonrisa como si fuera una pregunta de lo más inocente.

Pasaron por aquí de camino al sur hace unos días, contestan, porteamos su esquife catarata abajo.

Luego se quedan boquiabiertos: ¿al otro lado de las montañas Nubladas? Háblanos de esas tierras.

Fredegar comienza a describir las extensiones verdes de la Comarca, el río Brandivino, el tabaco de pipa de la Cuaderna, la paz y tranquilidad que se respira, el ánimo jovial de su gente....incluso se atreve con alguna canción.

Ioli al principio teme que Fredegar importune u ofenda a los hombres del lago. Las costumbres de los medianos son bien distintas, y por lo poco que le conocía, quizá en ocasiones tendiera a hablar de más. Sin embargo, resulta evidente que se equivocaba, y los relatos del hobbit son bien aceptados. Sin duda hará algún amigo, y quizá saque algo de información.

Mientras tanto, Ioli se acerca a su compañero elfo, sin pretender llamar la atención, y le habla en voz baja.

Euranion, tu raza sabe más de la Sombra que ninguna de las que conozco. Quizá hayas visto criaturas extrañas en tus viajes, o hayas leído sobre ellas. Yo... le cuesta arrancar pero finalmente continúa ¿si te describiera una criatura extraña crees que podrías identificarla y decirme algo sobre ella?

Mira hacia el elfo con ojos suplicantes. Ahora parece más joven que nunca.

Fredegar hace un vívido retrato de la Comarca, que deja boquiabiertos a los hombres del lago.

En agradecimiento, estos presentan a la compañía a un individuo de aspecto antiguo, el viejo Nerulf: al decrépito hombre del Norte apenas se le entiende cuando habla, pero cuando se le dice que los compañeros van hacia el sur repite una y otra vez lo que parecen palabras de precaución, o unos versos de saber que aprendió cuando era niño: "Si vais al sur en las ciénagas tened cuidado: pisad ligero y temed a la hierba del ahorcado…"

Eurainon está escuchando al mediano con una ligera sonrisa. Tras el largo camino en barco, en el que ha llevado el timón en todo momento, siente cierto cansancio, y se ha quedado observando la luz de la fogata, a medias meditando, a medias atento a las descripciones y explicaciones de Fredegar. Cuando Ioli se acerca, escucha al hombre del lago con educado interés

- Nada puedo deciros si no me describís a ese ser; si lo haceis, os diré lo que sepa... siempre que me conteis entonces lo que os preocupa y por qué deseais saberlo, Ioli, hijo de Olvard

Ioli se sonroja un poco.

¡Oh! no pretendía mostrar desconfianza, es solo...

Bueno, la criatura en cuestión tiene una altura de al menos nueve pies. Tiene aspecto humanoide, pero solo en su forma general. Su rostro es horrible y sin embargo no es ningún tipo de orco ni alimaña parecida. En sus manos lleva... con frecuencia... un enorme garrote.

Guarda silencio un momento, dudando cómo seguir. No olvida la segunda condición del elfo.

Podrías decir que solo la curiosidad espolea mi lengua. Es por seguridad... A decir verdad, vi su dibujo en un libro, y ahí decía que abundaban en esta zona, así que creí mejor estar preparado.

Cierra la boca y mira al cielo. Trata de recordar cualquier otro detalle que pueda servir a la identificación, mientras visiblemente se esfuerza en no provocar más preguntas

- Vaya, me temo que vamos al sur.....responde Fredegar

Akin parecía aquí más callado que en el Valle, el camino en el bote no le había gustado, y aunque no desconfiaba de la seguridad de las barcas ni de la pericia de sus compañeros, de vez en cuando no había podido evitar una mirada al agua, imaginándose cuanto tiempo tardaría en llegar al fondo si algo lo tirase abajo. Con todo el metal que llevaba encima, más su propia densidad (Akin defendía que los enanos eran más sólidos que otras razas y eso les impedía flotar), le sería imposible detenerse en ningún otro lugar que no fuese el fondo del lago.

Se había sentido contento cuando por fin salieron de aquel bote, pero entre las gentes del lago no se sentía del todo cómodo, y había mantenido silencio.

Sólo al final había decidido abrir la boca.

- ¿Qué es eso de la hierba del ahorcado?

Al anciano no es posible sacarle más, y los más jóvenes no saben de lo que habla.

Algo probablemente recordado de su lejana juventud.