Partida Rol por web

En ese momento, la barcaza volvía con Walren y Mabon. Sorprendentemente, Xanfalcon iba con ellos.

Walren estaba sonriente y silbaba más alto que nunca. Mabon seguía clamando a los cuatro vientos la mala suerte que tenía mientras achicaba agua con el cubo y aclaraba que no haría más viajes hasta dentro de una decana.

Y Xanfalcon tenía la capucha caída por el viento y os miraba con una alegre sonrisa.

Bajando del barco, caminó hacia sus compañeros. -Me extrañaron?- sonreía ligeramente mientras se acariciaba la cabeza. -Parece que me estoy poniendo viejo para estas cosas...- mientras hablaba comenzó a dibujar unas figuras en la arena con su cayado, ignorando completamente al desconocido. -aunque no crean que voy a quedarme atrás tan fácil- cuando ya estaba terminando lo que parecía ser una especie de glifo, por primera vez se percato del nuevo. -Eh! Qu... quien es nuestro acompañante?-

-Xan...-La alegría por ver a su compañero de otra vez bien se pinta en los rasgos de Keks, el veterano aventurero había perdido a muchos compañeros a lo largo de su carrera, y el saber que Xanfalcon todavía estaba con ellos le quitaba un peso de encima.

-Bienvenido, y no estamos solos en nuestro intento de evitar lo que pretenden esos Razmiranos, Andrej, aquí presente, dice que nos ayudará. Vamos a intentar seguir su rastro desde ese fuerte.

Stan levanta la cabeza y saluda a Xan con una sonrisa. -Es estupendo verte así, estabas hecho unos zorros. Se gira hacia la fortaleza. -Vayamos entonces. Si son tantos como dice nuestro amigo An...Andrej, será necesario emboscarles.

Dicho esto, y mientras el grupo se decide, comienza a hurgar bajo su capa negra y al cabo de un rato saca una larga pipa de caoba que enciende con gestos hábiles. Unas chupadas después, varias volutas de humo rosáceo se elevan hacia el cielo en forma de tenues anillos.

Deberíamos ir hacia allá, pero sería mejor no dejarse ver ni oir mucho, podrían tener alguien vigilando la zona. No creo que esperen un grupo armado, pero sí que serán cautos por el tema de las bestias...

El brujo, que ya había terminado su dibujo saludo con un gesto al nuevo. -Es un placer. Y es muy bueno que ya hayas realizado un rastrillaje en la zona.- Luego tomó una daga y realizó un corte en su mano, para luego apoyarla en el glifo terminado.*

-No hace falta exagerar muchachos... un golpe no va a frenarme. Luego cerro los ojos y comenzó a murmurar unas palabras. -Ven a mi, Umbra!-  

Del glifo comenzó a emanar energía en estado puro dando forma a una extraña criatura. Parte de esta energía parecía dirigirse hacía Xanfalcon hasta que finalmente el ritual acabó.

La Criatura que había acabado de formarse tenía la altura y apariencia de un perro grande, el color negro profundo que cubría su cuerpo entero solo se veía interrumpido por el azul que ocupaba la totalidad de sus ojos. Apoyado en sus cuatro extremidades, sus dimensiones eran imponentes. Las patas delanteras finalizaban en afiladas garras y sus fauces estaban compuestas solo de caninos del tamaño de pequeñas dagas. Por su parte, la cola terminaba en un aguijón que desprendía gotas de veneno... 

Por otro lado, la energía que había sido canalizada a Xanfalcon formó un pequeña tiara de energía viva y en constante movimiento sobre la frente del mismo.

Robert suspiró relajado, su antiguo compañero había vuelto y al parecer ese Andrej iba a ayudarnos.
- Perfecto, vosotros idead los planes yo estaré aquí para lo que ya sabéis. Se señaló su espada en la espalda sonriendo y esperó a que los demás decidiesen.

Mientras tanto, Xan había invocado a un ser de oscuridad. Un perro más grande de lo normal y con aspecto intimidante. - ¿No vas a ponerle una correa? Dije justo antes de soltar una carcajada.

Poco a poco se fueron poniendo en marcha. Aunque Andrej ya había visto un poco como era la meteorología de aquel lugar infernal, pronto todos pudieron ser partícipes de ella. Desde que iniciaron la marcha, la tormenta de energía negativa se había situado encima de la isla.

Una gran cantidad de nubes negras tapaban todo rayo de sol y parecían estar inmersos en una constante oscuridad, de no ser por los constantes rayos malvas que rompían el aire en dos iluminando todo de un color violetáceo muy siniestro.

Ascendieron a lo alto de aquella colina para acercarse a las ruinas del que fue Fort Landing. Vieron dos tumbas recientes cerca de un muro y los restos de una fogata que parecía relativamente reciente. Parecía que el nuevo compañero tenía razón en lo que había dicho abajo en la orilla de la bahía.

Esuchais ruidos de ramas. Pese a lo sigilosos que habían sido, mirais en esa dirección. Un lobo acechaba desde detrás de un árbol y miraba a hurtadillas tratando de esconderse de vosotros.

Rápidamente, Andrej saca su escudo mientras señala hacia un árbol...

Un lobo... Cuidado...

Keks llevaba escudo y arma preparados desde que llegaron a la isla. Y los aprestó en cuanto Andrej le avisó del la presencia del animal.

Cuando Andrej alerta al grupo, Stan flexiona las piernas y apresta el estoque por lo que pudiera ocurrir. -Los lobos jamás atacan solos. Stan observa a su alrededor, inquieto.

-Maldita sea... parece que estaba deseando recibirnos-  dije al ver aquel lobo. Los demás llevaban razón; esas criaturas no solían atacar en solitario. 

Al escuchar las palabras de Andrej, todos comenzaron a prepararse para el comité de bienvenida. -Atento, Umbra! Bueno, no podíamos esperar que todo fuera tranquilo, verdad?- Dijo en un tono relajado Xan, mientras se preparaba.

Al segundo siguiente, varios lobos aparecieron a vuestro alrededor. Tenian, sin embargo, ligeras variaciones con respecto a los lobos que vosotros conociais. Son un poco más grandes que sus primos normales, son completamente negros y muestran algún signos de mutaciones. Alguno tiene protuberantes y horribles jorobas sobre su lomo; otros babean repugnante y negro icor;  algunos tienen dos o más apéndices deformes que sobresalen de sitios extraños como de sus lomos o vientres; y algún otro simplemente es como un lobo más grande con cancerosas masas negras que tienen pulso y rezuman sangre.

Keks reacciona con la habilidad que le dan sus años de peripecias y aventuras.

Estos lobos no son normales, pero nada aquí lo será.

Observando el campo de batalla piensa en uno de sus aliados... que está desprotegido, y antes de darse cuenta está moviendo para colocarse entre Morgana y los monstruos.

Qué fácil sería ponerme a levitar e ignorar a éstas bestias, pero no quiero ver como devoran al resto.

Un aura blanca emana del cuerpo de Keks, mientras éste pronuncia unas palabras en un lenguaje divino, de repente el aura estalla y cae como copos de nieve sobre sus compañeros, que se sienten más valientes y hábiles...-¡Morgana, tu sigue conjurando aunque yo caiga al suelo! ¡Céntrate en los heridos! ¡Todos, eliminadlos uno en uno!.-grita.