Partida Rol por web

Seril da un toque en el hombro a Daenerys.

- Serías capaz de mirar si hay alguien durmiendo enfrente, no sea que al ir a por las voces les vengan refuerzos por nuestra retaguardia.

Poco dispuesta a hacer ningún ruido más del necesario, Daenerys asintió a las palabras del filo del ocaso, antes de avanzar, cobijada por las sombras, hacia la cercana habitación.

Markku vigila la entrada de la habitación mientras Daenerys hace gala de su sigilo.

Daeneris pasa al pasillo que continua hacie el este y el oeste, la parte del oeste acaba en un muro y la del este va más allá de la iluminación de la mediana. Más tarde se cuela sigilosamente en la sala, que tiene cuatro pilares y nueve camas de madera con un colchón y una manta doblada sobre él. Al sur hay una puerta entreabierta.

Sin demora, Daenerys se acerca a escuchar a través de la puerta, mientras sus compañeros vigilan los pasillos cercanos a la entrada a los barracones a los que acaban de acceder.

Seril sale de las escaleras para cubrir el pasillo sur.

Daeneris trata de escuchar tras la puerta entreabierta y no escucha ningún ruido significativo.

COn presteza la mediana se asoma a la sala del otro lado del dormitorio, tratando de examinar su interior para poder decidir su siguiente paso.

Observo los progresos de la mediana fijandome en las zonas peor iluminadas por si hay algun movimiento mas facil de ver para mi en la oscuridad

Daeneris se asoma sigilosamente por la puerta para ver una sala llena de cajas, cofres y baules. Las cajas tienen un símbolo grabado a fuego, pero desde donde está no puede distinguir qué es.

-Esperad, aquí hay algo.- susurra Daenerys, mientras avanza sigilosa y muy atenta hacia las cajas, para al menos poder ver el símbolo.

Seguidamente, tras examinar por encima el contenido de alguna caja, se dirige hacia la puerta del fondo, para escuchar, por si hubiese gente cerca.

Justo en el momento en el que Daeneris se adentra en la sala, dos trasgos que se ocultaban tras las cajas disparan sus ballestas.
Por suerte para la mediana los dos disparos, dirigidos a su cabeza golpean justa encima suyo.