Partida Rol por web

Aenghus asiente mientras mira su propia bolsa. Que consiste en nueces y fruta desecada... esta claro que ailush sabe como prepararse el petate mejor que yo.

Piensa resignandose y mordisqueando sus raciones de viaje.

Por mi bien

El sol se despide y nuestros amigos permanecen atentos a los sonidos del bosque, mientras hacen guardias charlan sobre sus planes y comentan detalles de sus vidas. La bruma va y viene, y el aspecto sombrio del boque atemoriza levemente los corazones, saber que esta habitado por criaturas sombrias como hombres lobo no ayuda a conciliar el sueño, aun asi la noche transcurre con cierta calma...

Ejem, ejem... -digo ante la propuestas de guardias- Solo recordar que Esfurmo no es mi primo. Él dice que es mi hermano, aunque está un poco flacucho para ser mi hermano.

Bueno, si no queda más remedio que hacer guardias, la última me vendrá bien, así podré preparar mis hechizos temprano...

-Somos hermanos, Mafuso, porque nuestra madre frotó sus gnómicas posaderas contra una piedra más de una vez. No discutas, que se te quedará el ceño fruncido. Mira: tu sangre es roja, la mía es roja, ¡como la de nuestros padres! ¿Quieres más pruebas? ¡Yo soy un gnomo y tú también! Si fuéramos de distintas razas no seríamos, lógicamente, hermanos; por tanto, como somos de la misma raza, ¡somos hermanos! -Alza el martillo y se prepara para mantenerse alerta en su guardia- Ahora tú vigila la oscuridad por ese lado y yo lo haré por éste. Creo que ese abedul está esperando a que nos durmamos para robarnos...

Amanece en las tierras de Zhar, nuestros amigos se preparan para el viaje, el cielo se ha nublado durante la noche y el dia es sombrio. Despues de varias horas de viaje, nuestros amigos llegan a un punto en el que deben abandonar el camino y adentrarse en un pantano, el pantano tiene algunas formaciones rocosas y arboles achaparrrados, un ligero hedor de vegetacion en descomposicion y de azufre llenan el aire.

La joven Ailush mira el camino con cierto rostro de pesar, pero tras unos momentos sus facciones denotan convencimiento y firmeza.

 - El tiempo es escaso e importante. Tendremos que abrirnos paso por el pantano, si lo que queremos es encontrar algo más que los restos de los jóvenes.

Aenghus asiente. Tienes razón, la velocidad es lo que debe ser prioritario ahora.. Echa una mirada alrededor esperando la aprobación del resto.

Ailush leyendo el mapa decide obviar la pequeña posada que queda lejos en el camino y decide atajar por el pantano, unos rastros de pisadas de caballos parece que se dirigen en la misma direccion, sabiamente deciden seguirlos, es un rastro facil de seguir a traves de los barros del pantano.

Las nieblas se abren para revelar un campo de batalla entre un grupo de escombros, apenas reconocibles como un antiguo poblado. Aunque esta completamente derruido, el lugar es perfecto para una emboscada. Todo lo que queda de la batalla son cadaveres y una bandada de cuervos hambrientos. Los cuerpos parecen ser de orcos en su mayoria aunque un caballo muerto, medio envuelto en la bruma, yace en medio de los cadaveres y algo grande y peludo esta olisqueando cerca de el.

Esta criatura posee un grueso abrigo desgreñado de pelaje y plumas. Su cuerpo es parecido al de un oso, pero tiene cabeza de ave con unos grandes ojos redondos y un pico ganchudo.

 Todo y la desolación del escenario, Ailush no puede reprimir cierta sonrisa al ver que todo apuntaba a sus pronósticos, los jovenes habían pasado por aquí.

 Avanzando por el campo de batalla, viendo que la mayoría de cuerpos eran de orcos, la esperanza de encontrarles con vida iba en aumento. Pero de golpe algo no va como tendría, entre las brumas una criatura está devorando parte de un caballo y al aprecer esta bestia los ha detectado.

 - Aprovecharía que no nos ha atacado para no enfrentarnos a la bestia y proseguir nuestro camino, parece estar satisfecha con el caballo.

Asi es. No nos detengamos ahora, al ver el espectaculo de muerte Aenghus se llevo la mano a la espada, dispuesto a cualquier sorpresa.

Tranquilizaba a su hermoso corcel con susurros mientras avanzaban intentando llegar a los jovenes que probablemente ya estarían en problemas. Su mirada se dirigía a Ailush... tranquila, llegaremos a tiempo

Miro a la criatura, pero sigo mi camino.

Que no nos vea... Ojalá fuese un animal chiquitito. Me encanta asustarlos...

Evitando el peligro o dejando a la pobre bestia alimentarse tranquilamente nuestros amigos deciden continuar su viaje, ella deja de comer y permanece alerta. Nuestros amigos se alejan y continuan dando un rodeo, al poco tiempo vuelven a encontrar el rastro de pisadas que van en direccion a las ruinas. Muchas horas de viaje despues, comienza a oscurecer, el cielo sigue cubierto, entonces se vislumbra a lo lejos las ruinas.

Las ruinas son de una antigua ciudad amurallada con edificios de piedra, algunos aun pueden dar cobijo a los viajeros, pero otros tienen el techo caido, las murallas tambien estan medio derruidas y la vegetacion cubre toda la ciudad, el suelo es firme y hace horas que habeis salido del pantano.

 Ailush parece inquieta. Es como si una nuve de mariposas revoloteara por mi barriga, serénate chica, tienes que estar concentrada para poder ayudar a tus compañeros y a esos jóvenes.

 - No me gusta esto, chicos. Los Orcos son criatura más bien nocturnas, la luz del sol les molesta como criaturas de la oscurdad que son, pero aún así me sorprende no ver hogueras en estas ruinas, si verdaderamente residen en ellas.- Hace una pausa.- Aunque tal vez estén bajo las ruinas, en alcantarillado o las mazmorras de estas. Vayamos.

Entiendo como se siente Ailush... las manos del guerrero se cerraban espasmodicamente alrededor de su espada... esta calma no es normal.

Con una señal y preparado Aenghus se prepara para entrar en las ruinas.

Nuestros amigos avanzan cautelosamente hacia las ruinas, atentos a cualquier signo de actividad en la zona. A medida que se acercan comienzan a ver un pequeño asentamiento con algo de luz al lado de las ruinas, tres burdos cobertizos y lo que parece ser desde lejos una gran caja de madera. Observando desde los matorrales nuestros amigos planifican cual sera su siguiente paso.

 Ailush, agazapada entre los matorrales, atisvando desde la espesura termina susurrando a sus compañeros.

 - Falta información, antes de aventurarnos sería bueno tener más información.- Mirando en silenciao a cada miembro del grupo al final sus ojos se quedan en Perendior.- Me he fijado en tu capacidad para pasar desapercibido, te ves capacitado para acercarte un poco más y dar un pequeñor rodeo, para tener algo más de informaión, Peren?

Veamos, si empiezo a contar con una mano... 10, 9, 8, 7, 6, y 5 de la otra mano... ¡11 dedos!. ¿Cómo puede ser que tenga tantos dedos? Que raro, juraría que tengo menos dedos.

Estoy absorto en mis pensamiento, aparentemente ausente, sin prestar atención a lo que sucede a mi alrededor.

Perendior se metio tras unos arbustos, mientras que vuestra miradas trataban de seguirle al minuto siguiente no llegabais a adivinar donde estaba. Unos 20 o 30 minutos despues, perendior volvio.

- Parece un pequeño campamento orco, escuche conversaciones en el interior de la cabaña, pero no entiendo el lenguaje de los orcos.-
- Por cierto la caja de madera es una jaula y tiene un jabali enorme encerrado.-
- Hay dos orcos vigilando fuera, podriamos tratar de pillarlos por sorpresa.-