Partida Rol por web

Por cierto, aunque no haya podido usar mi hechizo de bola de fuego... ¿Seguro que no nos dejamos nada dentro del templo? ¿Lo hemos mirado todo?

Tras esto, paso al templo, y me pongo a buscar por todo el templo. En estos sitios suele haber un diario...

Aenghus se acerco al extraño caballo con las palmas hacia arriba. Le habian enseñado que los caballos pueden ser muy bruscos cuando se les aproximan extraños.

Tranquilo, tranquilo...

Poco a poco acerco sus manos a las bridas con afan de que sus movimientos fuesen lentos y no asustar al animal.

Ayudo a Mafuso a registrar el templo a conciencia, buscando cajones ocultos, puertas secretas y demas lugares en los que pueda haber algo escondido.

 Mientras sus compañeros registran la capilla y Aenghus procura hacerse cargo de la montura, Ailush está junto a los rescatados aldeanos, dando palabras para reconfortar, gestos y miradas amables, atendiendo a los que puedan estar lastimados.

 Mafuso y Perendior comienza a registrar el templo en busca de algo mas, cuando comienzan el registro en la planta baja, Mafuso encuentra un pequeño relieve en el altar que cede hacia dentro, apretandolo, se puede escuchar un ruido de friccion de piedra y el chirriar de unas poleas viejas, detras de Mafuso en el lateral del fondo a la izquierda, cerca de donde esta la escalera una de las baldosas se ha corrido y ha dejado abierto un pasadizo con una escalera hacia abajo.

Aenghus se aproxima con cuidado pero con firmeza hasta el caballo, este relincha y trata de darle una coz, pero con un movimiento rapido Aenghus le sujeta de una de las riendas y frotandole el cuello consigue tranquilizarle, ya no parece tan fiero como aparentaba, en el fondo estaba simplemente asustado por la gente desconocida.

Dandole un poco de heno lo acerco a mi propio Corcel.

Creo que se tranquilizara con otro animal al lado...

Posteriormente me acerco a Ailush. Ejem... creo que deberiamos irnos, la gente esta ansiosa de regresr al pueblo.

¡Eh eh eh! -empiezo a chillar- mirad lo que he encontrado. ¡Un pasadizo! Seguro que por ahí puedo tirar una bola de fuego, ¡Si, seguro que puedo hacerlo!

Cuando Arek llegue junto a los demás para ver que pasa, le digo- Porfa, lleva tú el espejo. Pesa mucho y es muy grande para mi. seguro que para tí es como un pergamino para mí...

Cita:

Por supuesto. Pero que sepas mi pequeño amigo que mientras lleve el espejo no podré esta vigilando por si nos atacan.

Por cierto me gustaría saber que ha pasado con la hechicera que salió corriendo. A lo mejor ha ido a buscar ayuda.

Arek se queda junto a Mafuso, coge el espejo y cargando con él a la espalda, empieza a avanzar junto al resto del grupo.

Yo continuo buscando

Epa, y... ¿Por dónde dices que se fue la hechicera? ¡Seguro que puede decirnos algo interesante! ¡Si apuesto a que sí! -empiezo a dar botes de alegría, aunque el motivo de mi felicidad no esté muy claro...

Aenghus se acerca al agujero encontrado por mafuso.

Nose... creo que la gente deberia ser nuestra principal preocupacion. Me resisto a dejarles solos.

Con un gesto de asentimiento mira a Ailush, esperando la opinion de su compañera.

Nuestros amigos se encuentran frente a una encrucijada, investigaran las catacumbas del templo dejando a los supervivientes desamparados volver a su hogar o perderan la oportunidad de hacerse con los tesoros del templo abandonado y escoltaran a la gente hasta un sitio seguro. Mientras el tiempo pasa continua la discusion, el bosque esta en calma, solo la extraña sensacion de que la maga permanece escondida en algun lugar acechante provoca el malestar en nuestros aventureros.

Perendior ajeno a la dicusion sigue con su registro y sube a la planta de arriba.

 Ailush asiente ante las palabras de Aenghus.

 - Creo que la prioridad en estos momentos es llevar sanos y salvos a esta gente, si regresa la hechicera, con posibles refuerzos, no podremos plantarle cara, a parte de que pondríamos en peligro, de forma inecesaria, a esta buena gente. Una vez estén a salvo podemos regresar a esta capilla explorar las catacumbas y de paso borrar el rastro de maldad que en ella habita.

Continua la discusion por saber que camino deberian tomar, el grupo esta a punto de dividirse, unos escoltaran a los aldeanos mientras que otros esperaran en el templo, cuando de repente en el espejo una neblina oscura comienza a cubrirlo y una de las incripciones doradas comienza a brillar (el espejo tiene dos inscripciones doradas y una inscripcion rojo sangre), la neblina desaparece y en vez de reflejar normalmente se puede ver una habitacion grande de piedra y sentado en una especie de trono a 1 metro de distancia un hombre con una tunica roja os mira.

Malhumorado y con el ceño fruncido un hombre os mira desde el espejo.

- Estoy muy disgustado, ¿Porque habeis detenido el ritual?, ¿Donde esta tu ama Ilec?, ¡Quiero hablar con ella!.

Aenghus escucha la voz proveniente del espejo. Sin saber que decir se siente fuera del agua. Las mentiras y el engaño no son su juego. Mira a Arek que esta sorprendido contemplando la figura que sale del espejo.

Ejem.

pero que...? y tu quien eres? De que ritual hablas?

Dice Arek mientras suelta el espejo y se dipone a coger su gran hacha.

- Mierda...

El hombre se detiene un momento y con la mirada perdida medita unos segundos mientras os mira a traves del espejo.

- Bien, imagino que Ilec estara muerta, pues ahora el trato que teniamos con Ilec sera con vos si aceptais.

- Debeis realizar un ritual de sacrificios humanos para acumular poder, ya estamos cerca de recibir nuestra gran recompensa y si os unis a nosotros sereis gratamente recompensados con riqueza y poder.