Partida Rol por web

En los albores de los tiempos, hubo una epoca que seria recordada, una epoca de cambios, un grupo de aventureros se conocieron e intervinieron en lo que seria el destino de todo Faerun.

Os encontrais en la posada "El Dragon Dorado", el bardo esta entonando una de sus canciones, en cada una de las mesas la gente mantiene animadas conversaciones, con carcajadas varias, la gente bebe, las jarras chocan, los platos de carne vienen y van desde la cocina, un chico y una chica atienden a la clientela con un trapo sujeto en el cinto, en la barra el tabernero, un hombre corpulento con cicatrices.

Aenghus esta recostado contra la pared dejando su asiento en equilibrio sobre solamente dos patas. Su cerveza descansa en la mesa medio vacía mientras escucha atentamente las palabras del bardo. A su lado, su fiel espadón descansa también, tan cerca que un simple movimiento de mano lo haría saltar de su funda.

Callado, simplemente expectante contempla las evoluciones de sus compañeros en profundo silencio.

Ailush va y viene por la posada, cantando y riendo. Compartiendo copas, historias y chistes. Se la ve radiante, disfrutando del ambiente. Pues parte de la doctrina de Lathander consiste en el festejo y disfrute, y aquí está honrando la fe.

Miro con cierto desconcierto a mi alrededor, tanta gente me aturde, no se muy bien que pensar. Delante tengo mi jarra de hidromiel, casi sin tocar, mientras permanezco sentado en el taburete y moviendo los pies, los cuales quedan a cierta distancia del suelo. Uhau, cuanta gente. Mi tio Tim no me habló de que la gente podía reunirse así, sin matarse. Estas cantidades de gentes solo las he visto en las guerras. Seguro que una bola de fuego aquí en medio causaría mucho furor. Si, lanzaré la bola ¿Dónde habré puesto ese pergamino?, vah, no importa, seguro que el tabernero es un aventurero retirado, no moriría con el fuego y me castraría por haber arruinado su próspero negocio. Tras mi monólogo interior, miro a mis compañeros, al parecer disfrutan más que yo de este tumulto de gente- Bueno, creo que este es el momento de decidir que hacer, si ir en busca de más aventuras o por el contrario lanzar una bola de fuego en medio de la taberna. Mi tio Tim me enseño una vez que con las bolas de fuego solucionan los magos humanos sus problemas. Yo de mayor quiero ser más alto, así que tendre que lanzar bolas de fuego a diestro y siniestro para parecer humano...

Cita:

-Buaa, pero que dices, animal.- Sonriendo con afabilidad.- Creo que el único camino a recorrer con esos pasos es a la horca. No hombre ,no. Seguro que encontramos una nueva aventura que nos resulta gratificante.- Dice Ailush, en una se sus idas y venidas.

Cita:

Aenghus escucha con atención pero no parece reaccionar ante las idas y venidas de la cleriga de Lathander. Su mente esta alerta, fijándose en cada detalle de la habitación. En cada grupo de parroquianos y en cada palabra que llega a sus oidos.

Esta humana está ida. No sabe que lo mejor para solucionar un problema es una bola de fuego. Tendré que buscar pequeños animalitos a los que asustar...

Permanezco sentado en mi silla, y miro con cierta incredulidad a la clériga. Al parecer, no conoce los infalibles métodos del tio Tim

Perendior entra en la taberna y se siente observado durante un par de segundos, que le parecen eternos, por todo el mundo, va caminando hasta la primera mesa que ve libre y allí sentado tranquilamente le hace un gesto a la camarera para que le traiga la consumación.

Por favor, tráigame un cuenco con leche de cabra a temperatura ambiente .

Esta acostumbrado a que los parroquianos de las tabernas en donde pide, se rían de sus pedidos y ya ignora las posibles mofas.

-Oye guapa porque no vienes aqui conmigo, ven y te hare pasar uno de los mejores momentos de tu vida.-

Un borracho coge a la camarera y se la sienta encima por la fuerza y comienza a lamerle la cara con la lengua. La camarera se resiste y le abofetea. El borracho se cabrea y la zarandea bruscamente.

Un rapido movimiento del tabernero agarro uno de los brazos del borracho y se lo doblo poniendoselo en la espalda.

-Bien chico, por hoy has bebido bastante, ahora a casa.-

Mientras el borracho gemia de dolor, el tabernero lo cogio y lo lanzo fuera del local. Mirando fuera del local viendo la reaccion del borracho, le dijo algo mas calmado que no alcanzais a escuchar. Despues entro y se volvio a la barra, todo el mundo estaba detenido mirando la escena, el tabernero le sonrio al bardo y este empezo a tocar de nuevo, la gente recupero la sonrisa rapidamente y siguio con sus cosas.

Buff, siempre tiene que suceder algo por el estilo por lo visto.- Comenta Ailush con los parroquianos con los que comparte charla.

Ailush se fija con el tabernero. Caray que tipo, ni torpe ni perezoso... Ailush es una chica muy activa e inquieta, se mueve entre los parroquianos con soltura, habitualmente estos no tienen inconveniente en estar en su compañía, vivaracha agradable como es.

Aenghus toma nota mental de las "habilidades" del tabernero y ve a la joven pelirroja que parece un torbellino de actividad entre los parroquianos. La actividad del tabernero le ha relajado ya que sus músculos estaban en tensión al ver la actitud del borracho.

Viendo que todo esta bien, decide echar otro trago de su cerveza.

Yo sigo sentado en una mesa con una jara de hidromiel, saco mi pipa la enciendo y empiezo a fumar, mientras sigo observando lo que sucede en la taberna.

Hablando de quines somos nosotros* de que somos un grupo de aventureros, que tenemos ganas de hacernos un lugar entre las leyendas, contra el mal. Escucho a los compañeros de mesa, que comentan de los alrededores, quien está al cargo de la villa (o comunidad), que se sabe del posadero (caray con su habilidad de quitarse "problemas de encima"), que gobiernos hay por aquí... historias de lugares cercanos, etc...

Observo la escena del borracho y el tabernero con una sonrisa tontorrona en la cara siempre hay alguno que no sabe beber .

Observo a la gente que hay en la taberna y miro a los grupos que pueden necesitar a alguien como yo para completarlo.

Un hombre muy nervioso irrumpio en la taberna. Estaba empapado en sudor y tambaleandose llego hasta una de las sillas y se sento.

Tratando de recuperar el aliento, jadeaba sentado encima de la silla. Cogio un vaso de vino, medio vacio que se habian dejado otros clientes y se lo bebio de un trago.