Los dos primeros, de una altura de dos metros, eran unos engendros terribles. A la orden de su señor, la brutal pareja arrojó al suelo sus túnicas, carmesíes, mostrando sus musculosos cuerpos, cubiertos de correas, y una horrible máscara de hierro que les hacía de yelmo. Portaban toscas armas, más propias de bárbaros que de hombres civilizados. Uno llevaba una clava, una porra enorme cubierta de púas afiladas. Mientras que el otro, casi un gemelo del primero, portaba un martillo con sendas púas por cabezas.
Ambos se arrojaron ahullando y ladrando, como animales rabiosos, hacia Aetos y Nestor en línea recta a lo largo de la avenida principal.
Otros dos Heraklyanos, vestidos como aquellos con los que habéis acabado, y armados con yelmo con penacho, escudo y pica, permanecen junto a su señor, el jóven a caballo.
El tuerto, se agacha para intentar usar la punta de la lanza de uno de los heraklyanos caídos para cortar sus ataduras, aunque le resulta difícil, pues el resto de cautivos tiran en vuestra dirección.
Motivo: Iniciativa (Bruto con Clava)
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+11)=27
Motivo: Iniciativa (Bruto con Martillo)
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+11)=18
¡¡NUEVAS TIRADAS DE INICIATIVAS PARA TODOS!!
Estos dos engendros tienen sólo defensa 13, pero puede que no caigan de un golpe (y hagan más pupita).
La muerte cayó sobre el Heraklyano que portaba el fuego que ahora arrasaba las casas y esperanzas de los hombres que permanecían maniatados junto a ellos. El noble se dispuso a liberarlos, cuando la voz del que parecía el líder Heraklyano advirtió su presencia e insto a sus soldados a acabar con ellos.
Fue entonces cuando Néstor se percató realmente de la presencia de aquellos dos mastodontes enmascarados, que dejaron caer sus largas túnicas, dejando al descubierto un cuerpo que podría asustar a cualquiera. Sin embargo, el noble permaneció henchido y en posición de combate, mientras los engendros corrían hacía su posición, casi haciendo que el suelo vibrara..
En el fondo, estaba sorprendido, no esperaba tales rivales, pero no mostraría ningún atisbo de duda o trazo de debilidad alguna..
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 20(+19)=39
El joven hoplita se apresuró a separar su lanza del cuerpo inerte del heraklyano, para lo cual se ayudó de su pie, usando de apoyo al pobre desgraciado. Al hacerlo, acabó con las opciones del cautivo tuerto de liberarse, pues estaba intentando cortar sus ataduras con la punta de la lanza. El tuerto no era el único que necesitaba auxilio, sino también un buen número de pueblerinos en su misma situación, quienes, horrorizados, buscaban auxilio en los dos héroes.
Se disponía el hoplita a socorrerlos cuando observaron la figura de un caballo con su respectivo jinete. Este iba ataviado con vestiduras también carmesíes, y de los cuidados ornamentos de las mangas de su túnica podía quizá deducirse que se trataba de un noble o quizá de un general. Junto a él había otros dos herakylanos similares a los desdichados a cuyas vidas acababan de poner fin él y su compañero. Pero los que más destacaban eran aquellos dos colosales guerreros. Parecían mucho más fuertes y peligrosos que cualquiera de los otros enemigos, pero también más lentos y pesados.
A continuación, el esfúride se dirigió a los cautivos:
-¡No os vayáis de aquí! Mantenéos a una distancia prudencial y siempre detrás de nosotros.
Aetos esperaba sacar provecho de la lentitud de los movimientos de aquellos dos bárbaros, y con su lanza de nuevo en ristre, se preparó para el inminente combate.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+14)=16
Anda que menudo soy yo para las iniciativas...
Ante el grito de Aetos, los campesinos atados se detienen, asustados, más aún al ver frente a los héroes a dos moastodónticos individuos ahullando cual bestias en su dirección.
Los dos engendros se encontraron con una carreta en su camino hacia los dos héroes y de un empellón de su carga la apartaron a un lado, volcándola sin esfuerzo y chocando esta contra una de las cabañas, que se derrumba con gran estrépito.
A medida que se aproximan los heraklyanos, Aeros y Nestor pueden ver espuma saliéndoles de la boca, aunque aún se encontraban a una distancia prudencial.
Si queréis (y tenéis armas contra ellos) tenéis una acción gratis de ataque con armas de proyectil / arrojadizas contra ellos (los brutos no tienen armas de este tipo).
Después de eso, o si pasáis de ello, viene el brutal encuentro cuerpo a cuerpo, en este orden de iniciativa:
Néstor (39)
Bruto con Clava (27)
Bruto con Martillo (18)
Aetos (16)
OPCIÖN: Si usa su lanza, Aetos obtine el +2 a su iniciativa (suma su bono de Voluntad). En ese caso, su tirada de 16+2 se igualaría al 18 del Bruto con Martillo. Pero dejaría que Aetos actuase antes que el Bruto con Martillo porque:
A) Es un héroe prota
B) Tiene más bono de Iniciativa que el otro (11 respecto a 16).
Recordad que la clase defensa de los brutos es 13.
Esta vez, en el mismo post que hacéis la tirada de ataque, realizad también la tirada de daño (no quiero decir cuánto, pero estos tipos tienen puntos de aguante, y puede que no caigan al primer golpe).
Estaba claro que aquellos dos engendros era dos bestias pardas. Se acercaban llevándose por el camino todo lo que encontraban a su paso y empezaban a echar espuma por la boca. Lo que no podían era intentar razonar con ellos, eso estaba claro...
El noble permaneció sereno y tranquilo, impasible mirando a los dos bichos.. durante casi toda la carrera. Fue cuando se estaban acercando cuando comenzó a notarse la tensión en sus músculos. Los nudillos de la mano derecha se volvieron blanquecinos, signo inequívoco de que la agarraba con fuerza..
Néstor tenía el plan de ataque en su cabeza. Estaba claro que cuerpo a cuerpo tenían mucho que perder, aunque seguramente eran dos bestias bastante lentas en sus movimientos. Venían como dos caballos desbocados.. y eso era algo que podían utilizar a su favor. La fuerza con la que venían arrasando podría ser la misma que los condujese a su muerte. Así, cuando uno de ellos se encontró lo suficientemente cerca.. hizo su movimiento.
Aquellos tipos sólo tenían pura potencia.. y eso era lo que debían cortar de raíz. Al paso del engendro por su lado, el noble se movió hacía un lado, apartándose de la trayectoria de su carrera... dobló las rodillas para evitar los brazos del enemigo y soltó la espada hacía las piernas del bicho, sujetándola con firmeza, casi como si se tratase de un simple obstáculo para el engendro... ¿ La intención ? Hacer mucha pupita en las rodillas del heraklyano "guapo"
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 14(+9)=23
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 4
El daño está bien tirado? Según leí en el manual era 1D6.. espero haberlo hecho bien :)
El más delantado de aquellos enormes individuos rugió como una bestia, empuñando con sus muculados brazos el garrote erizado de puntas metálicas en dirección al cuello de Néstor. Pero el orgulloso Nétor ya estaba de rodillas cuando el formidable impacto del gigante le pasó por encima.
La afilada espada de Néstor, en cambio, le alcanzó de pleno en las piernas, y la sangre manó en un chorretón disperso sobre la pared una de las cabañas. El gigantón cayó todo cuanto grande era al suelo, con un gran rugido, más propio de una bestia que un hombre, y el polvo del suelo se levantó ante el impacto de su enorme cuerpo contra el suelo.
Su ira, sin embargo, no era menor que su tamaño, y mientras se incorporaba ensangrentado, lanzó un golpe bajo con su largo brazo, describiendo un arco a ras de suelo, intentando impactar a Néstor en la parte trasera de sus pantorrillas.
Néstor intentó interponer su escudo, pero de algún modo, había subestimado al bruto, y este era más rápido de lo que había esperado. En un segundo, un agudo dolor le golpeó en la parte trasera de los biceps, mientras agudas agujas se clavaban en su carne profundamente, casi llegando hasta el hueso.
Motivo: Atque a Néstor
Tirada: 1d20
Dificultad: 21+
Resultado: 19(+2)=21 (Exito)
Motivo: Daño a Néstor
Tirada: 1d6
Resultado: 3(+1)=4
Le has alcanzado, causándole 4 punto de daño.
¡I cant believe it! Él te alcanza a tí y sufres 4 de daño.
Le toca a Aetos, y luego al otro bruto.
Perdón quise decir que le golpeó en los gemelos, no en los biceps (evidentemente). error mio.
El hoplita permaneció prudente ante el ataque de Néstor a uno de los enormes engendros. Debía proteger a los civiles indefensos, pero estaba visto que ese par de enemigos podía llegar a ponerles en un aprieto. Aun así, él confiaba en su compañero, como había hecho siempre.
Tras la acometida del noble, Aetos presenció con nerviosismo cómo aquél monstruo conseguía herirle en una pierna y decidió ir en su ayuda. Levantó su brazo izquierdo colocando enhiesto el escudo para protegerse cuanto fuera posible y, ligeramente inclinado, corrió raudo hacia donde se encontraba Néstor, interponiéndose entre este y el enemigo como le fuera posible.
Una vez a su alcance, el joven lanzó una rápida estocada contra el torso del ya herido engendro; si conseguía acabar con él, estarían en superioridad ante el restante.
-¡¿Te encuentras bien?!
Motivo: Ataque Melé
Tirada: 1d20
Resultado: 13(+7)=20
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 6
El rápido ataque de Aetos pilló desprevenido al gigante tumbado, y su poderosa lanza, ayudada por el peso del hoplita, alcanzó su cabeza, atravesando máscara y cráneo como si de mantequilla se tratasen. Cuando sacó la lanza de los sesos, el engendró dejó de dar espasmos, inerte.
En ese momento, el otro enorme guerrero heraklyano entró en escena, embistiendo a Aetos, y golpeando con fuerza su escudo una y otra vez con un pesado martillo, en los estremos de cuya cabeza sobresalían sendas puntas afiladas. Los golpes se sucedieron una y otra vez con tremenda fuerza sobre el enorme escudo del hoplita, pero Aetos aguantó el embate con dignidad, mientras se interponía entre Néstor y el heraklyano.
Motivo: Ataque (Engendro con martillo)
Tirada: 1d20
Dificultad: 22+
Resultado: 18(+2)=20 (Fracaso)
Uno muerto. El otro sigue entero. Se reinicia el turno, y de nuevo le toca a Néstor.
La maza del engendro había ido a parar a la parte posterior del noble. Quizás confiado, quizás vanidoso... había tenido un descuido, aunque era cierto que el bicho había estado más hábil y afortunado. El dolor fue intenso al principio y se fue apagando unos segundos después, aunque con cada movimiento volvía sobre su pierna. Sin embargo.. lo que más dolido tenía el noble era el orgullo. Néstor siempre fue un hombre creído de si mismo.. y que una bestia inútil como aquella le alcanzase... no le hizo ninguna gracia.
Aetos reaccionó rápido, cómo siempre. Su compañero era un seguro junto a él, juntos formaban un buen equipo de lucha... entre otras muchas cosas. El otro gigante Heraklyano se movió, atacando al hoplita.. que resistía las embestidas cada vez con mayor dificultad.
El noble se levantó tomando el impulso con la pierna que no estaba herida, que cargó con todo el movimiento del ataque. El engendro parecía más ocupado en atacar que en defenderse... por lo que Néstor no tardó en ver sus debilidades y lanzar un zarparzo con su espada, de izquierda a derecha... sobre su estómago.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 14(+9)=23
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 6
El vientre del gigante se abrió como unos labios, mostrando el carmesí de los bordes superior e inferior. Sin embargo, las tripas no acababan de salir, y lo que fuera un corte que hubiera partido por la mitad a un hombre se convirtió en una herida sangrante y horrible, pero que de algún modo incomprensible, insuficiente para acabar con el engendro. Los dioses estaban con él de algún modo. Alzó su pesado martillo, dispuesto a aplastar a Néstor con él cuando...
En un movimiento de torsión de cintura, como el de un muñeco en una danza mortal, el escudo y la lanza de Aetos giraron en dirección antihoraria, al unísono. Aetos apartó el escudo para dejar espacio de desarrollar la trayectoria de su lanza en horizontal hacia el mismo punto que golpeara Néstor con su espada.
Por desgracia, de modo asombroso, la diosa Niké parecía alinearse de nuevo con el enorme individuo, y más por torpeza de Aetos que por la habilidad del monstruo, la lanza le golpeó al gigante por el mango, no por la punta como debería, y el grandullón apenas recibió una ligera contusión. Ahora era su turno.
Motivo: Atque (Aetos al engendro)
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 4(+7)=11 (Fracaso)
Viendo su oportunidad, un gruñido, de satisfacción surgió del heraklyano cuando vió a Aetos descubierto de escudo, y de nuevo dirigió su ira y su martillo hacia él.
Sin embargo, a pesar de su falta de iniciativa en ataque, Aetos sabía como protegerse en defensa, y reaccionó rápidamente. El escudo de Aetos se movío con rapidez en su brazo, desviando los golpes de martilo del engendro una y otra vez. Una y otra vez a medida que retrocedía paso a paso. Una sinfonía de golpes sucesivos llenaban el lugar en un embate largo y fatigoso.
Cuando el engendro detuvo su sarta de golpes, jadeaba tras su máscara como un caballo en medio del desierto.
Motivo: Ataque (engendro a Aetos)
Tirada: 1d20
Dificultad: 22+
Resultado: 1(+2)=3 (Fracaso)
- ¡Señor! - Surgió la voz de mucho más atrás. - ¡Asombrosamente, han acabado con uno de los hermanos, y al otro le resulta difícil acabar con los extranjeros! -
-¡Bien! ¿Qué esperáis entonces? - De la frente del joven jinete surgían gotas de sudor - Ayudadles a acabar con ellos.-
Los dos hombres de armas heraklyanos se miran duditativos un par de segundos. El otro, que no había hablado hasta ahora, aparentemente más veterano añade: - Marchad de aquí, jóven señor. Y dirigíos a la costa... -
Turno de Néstor.
Aprovechando que el gigante se encontraba erguido ante el, pero que había descuidado su defensa en pos de atacar, sin fortuna, a su compañero Aetos.. el noble vio un ataque fácil y lanzó su espada nuevamente a la herida abierta del heraklyano inmundo, intentando acabar con su vida de una vez por todas. Notaba el pinchazo en su pierna, pero la adrenalina le ayudaba a continuar..
Motivo: ATaque
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+9)=17
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 2
Menudas dos tiradas