Partida Rol por web

Sí, te sientes tan bien que tu Destreza Fuerza y Constitución han subido en 3 cada uno... cosas de la vida (algún día descubrirás porqué, pero tendrá algo que ver con la tipa de blanco).

Cuando el poste se suelta por fin intenta que no se note, de momento. Sabe que Andrew disimula también, así que aun tienen el factor sorpresa. Entonces grita mentalmente lo más fuerte que puede, para que la tomen en serio:

- ¡¡Chicas, al suelo!!- y lanza su ataque contra la profesora, los tres vampiros peleles y el super maloso. Espera poder estamparlos contra la pared y que les dé tiempo a todos de armarse y volver a atacar.

De repente la pelirroja se eleva desde el suelo de la caverna, arrancando el poste del suelo, su pelo flota al viento, su falda se mueve en círculos concéntricos y sus brazos se agitan como ramas de sauce... alargados por la cadena y el poste suelto.

Todos la contempláis atónitos, es su momento de gloria, parece una fuerza de la naturaleza...

Y el viento que da vueltas a su alrededor se dirige hacia Darthok y la profesora, levantándolos por los aires y arrojándolos varios metros en el hacia el otro extremo de la caverna.

Uno más de los vampiros tambien es derribado por la corriente.

-¡Que hostias hace esa...! -dice en cuanto Keks empieza a elevarse... para luego seguir cuando el viento va hacia ella...-Me cago en tu sangre, puta zorra de mierd...!- el suelo y un crujido interrumpen las palabras de la profesora...

Elizabeth Keks obra su magia. Una sonrisilla maliciosa se dibuja en el rostro de Izzie Morgan, que suelta a con velocidad espasmosa y mira con un brillo peligroso en los ojos a los vampiros. Siempre ha creído que la intimidación hace mucho a la hora de luchar contra alguien (en el instituto era con Delilah Winston, su némesis de toda la vida; ahora, en cambio, tiene que vérselas con chupasangres con el ceño demasiado fruncido), y poner cara de loca en estos momentos cree que funcionará. Pero no está sólo eso, no. Está a tope. Y no a tope como cuando está en medio de un partido de rugby con todas las animadoras, no: a tope de haberse metido veinte red bulls de repente y pensar que no puedes parar. Por eso no duda cuando ve la oportunidad de meterle una de las navajas que les quitó a los latinos al vampiro que hay tirado en el suelo junto a ella, aprovechando que los otros dos vampiros no saben muy bien cómo reaccionar. 

Así que se tira sobre él y clava la navaja en el pecho, justo dónde está el corazón. Y acierta. Un golpe limpio, lleno de furia. Y es como si todo lo que hubiera hecho durante toda su vida no hubiera tenido la menor importancia, porque acaba de cargarse a su primer vampiro, cosa que posiblemente lo más importante que ha hecho durante su corta existencia. Ya no quedan tardes en el centro comercial, partidas de rol en casa de Jack y John, idioteces en las clases. No. Ahora sólo puede luchar para salvar su insignificante vida. Y pensar que la única visión de futuro que tenía era cortar pelo, y no desgarrar pechos.

El momento no dura mucho, pero. Quedan otros dos vampiros, así que se levanta y mira a Annie con esa expresión que dice "pateémosles el culo, baby". O, mejor, "démosles bien por culo". Siempre queda más agresivo.

Izzie clava brutalmente una enorme navaja en el pecho de uno de los vampiros, la navaja asoma por el otro lado del pecho del muerto viviente, que sorprendido observa su pecho lleno de sangre y empieza a retorcerse en convulsiones espasmódicas mientras trata de arrancarse la navaja...

No lo consigue, sus dedos están llenos de sangre y cuando intenta sacarla solo agranda la herida y se corta las manos.

"Que harían Dean y Sam? Sacarían la estaca e irían directos al corazón y si eso falla entonces la antorcha es una buena opción, el fuego es la segunda cosa que mata mejor a los vampiros, es más lento pero eficiente, aunque claro si pudiera lanzar bolas de fuego sería mejor, claro, porque con una antorcha no se consigue plena eficiencia..." Y entonces Keks da el pistoletazo de salida, interrumpiendo mi hilo de pensamiento útil.

"Y aquí vamos!" El grito de Keks me avisa de lo que va a venir aunque no tenga ni idea de que diablos quiere hacer la pelirroja pedante. Me agacho por mero automatismo y aprovecho para coger la estaca improvisada que había guardado en mi bolso y la saco. Aunque estoy sorprendida por el ataque y como se eleva sobre el aire, consigo apartar la mirada y reaccionar, en un intento de no perder la oportunidad de atacar por quedarme embobada mirando a la brujita. Desconozco que está haciendo pero es evidente que ha funcionado, parcialmente. Más cosas freaks que añadir al largo día... No es momento de pararse a pensar, es La hora de las tortas!!

Me incorporo y me giro de golpe, con rapidez, hacia el vampiro que tengo más cerca, dejando al otro en manos de Izzie, que parece ir más rápida que yo y estaca en mano se la clavo con fuerza, en pleno corazón. No voy a cuestionarme como consigo acertar pero lo hago y el efecto es... extraño. El tipo se convierte en pocos segundos en un montón de cenizas y polvo. Me quedo algo sorprendida, no esperaba esto. Edlund en sus novelas decía claramente que se convertian en montones de visceras y sangre, como una sanguijuela aplastada, no en... esto. Me quedo mirando la montañita polvorosa con algo de decepción.

-Jo, esperaba algo más espectacular por su parte...- murmuro por lo bajo.

En el momento de tirarnos al suelo no puedo evitar que mi vista quede puesta en Liz, con la boca abierta. Ha sido...una pasada, solo verla alzarse en el aire (es...es...simplemente alucinante, y no puedo evitar que me de una envidia trementa). No necesito mirar hacia atrás para asegurarme de que, lo que sea que haya hecho, ha alejado de nosotras a esa gente. Lástima que no a toda, como compruebo al mirar hacia un lado.

Una vez me veo libre del agarre de Izzie, me incorporo y corro enseguida hacia la antorcha que había localizado antes para cogerla y utilizarla, ni que sea como arma contundente. Lo he meditado en una fracción de segundo; de poco me sirve inmovilizar a alguien con una llave si hay más que pueden atacarme por la espalda, y no sé si a hostias podría hacerles perder el conocimiento...No son humanos. Mejor con algo contundente y, por qué no, fuego. El fuego puede con muchas cosas.

Cuando la tengo, tanto Annie como Izzie han rendido cuentas con alguien; a mi me queda uno que ha sido alejado por lo que sea que haya hecho Liz. Cojo aire, sujetando con ambas manos la antorcha, y avanzo hasta él cargando mis brazos con fuerza, como si fuera a batear en un partido de béisbol con todas las bases cubiertas.

Hago la cuenta atrás mentalmente según me acerco, hasta descargar contra su cabeza toda la acumulación de vete-a-saber-qué en mis bíceps.
-¡PRINGA!-se me escapa de la emoción.

Annie saca de sus pantalones cortos una estaca de madera que improvisó hace un rato y procede a empalar al vampiro que se encuentra más cerca de ella, su golpe es tan preciso como las coreografias que acostumbra a realizar y un vampiro se convierte en polvo ante vuestros ojos.

Casey una vez se ve libre saca fuerzas de su interior y agarrando una antorcha se lanza contra un vampiro... ¡El mismo que pretendía hacerle aquellas barbaridades! al principio este se ríe cuando ve a la rubia acercarse, pero el golpe es rápido y certero y el vampiro aulla con una horrible quemadura en la cara... donde una llama se empieza a propagar por su cuerpo hasta que la apaga con sus manos desnudas.

-NIÑA, TE VOY A METER ESE PALO DE FUEGO POR LA BOCA Y APAGARLO EN TU ESTÓMAGO...-

Permanezco estático, a la espera de la señal de Eliz. Fascinado, observo cómo es capaz de derribar a tres de nuestros enemigos, dos de ellos, probablemente los más fuertes. La consecución de actos, es rápida y fugaz. Sinceramente, no me esperaba que las animadoras actuaran de forma favorable, sobre todo Izzie, de Anne Marie, sí me esperaba más colaboración, al fin y al cabo, se había dignado a hablar conmigo. Y me había demostrado que no era tan superficial como pretendía parecer. Aun así, mi atención ahora, se centraba en los vampiros que quedaban enteros. Uno de ellos se había desintegrado. ¿Eso significa que si le clavo el poste a uno de estos... desaparecerá? Bien, esperemos que funcione. Espero unos segundos, pretendiendo que se distraigan más con las chicas que conmigo, al fin y al cabo, ellas se habían movido primero. No, no teníamos tiempo para esas tonterías. Andrew... tienen colmillos, pero tú sabes cómo fundirlos. Además, la Sra. Wildwood jamás me habría permitido acobardarme ante los matones del instituto. Y menos, teniendo Eliz uno de ellos, detrás. Me reincorporo de un salto, con la arena aún en una mano y me giro hacia el que tengo detrás. - Eh, colmillitos - En el momento en que me atiende, le lanzo la arena a la cara, sin importarme realmente a dónde voy a acertarle, simplemente por "distraerle" un poco, y con la fe de que le dé en los ojos, y se quede temporalmente ciego. Hecho esto, agarro el poste con ambas manos, aún encadenadas a él, y como si fuera un ariete, corro desenfrenadamente hacia el vampiro que custodia a Eliz. Evidentemente, se daría cuenta de que iba hacia él, pero la fuerza que me movía en estos instantes, superaba cualquier miedo, cualquier sentido común, cualquier dilema, o razón de ser. Debía protegerla. Por más que lo intentaba, al final, siempre era ella la que me salvaba la vida. Tenía que cambiar eso, tenía que demostrarle que podía contar conmigo, aunque ya lo hiciese. En el fondo, puede que realmente me lo estuviera demostrando a mí mismo. Además, el hecho de provocar a ese vampiro, haría que se centrara en mí y en ninguno de los demás, por lo que seguiría evitando en cierto modo que intentaran atacarla. Andrew, deja de pensar tanto. Y actúa, por Dios. Sí. Tan pronto como el vampiro se ha girado hacia mí, rodeo el poste con ambos brazos, situándolo bajo uno de ellos, por si acaso choco contra la roca, no destrozarme a mí después. Y quién sabe si poder así rematar al que había molestado. Desvío mis ojos durante un instante hacia Eliz, para ver si está bien, y contemplar esa hermosa visión que me daba tanta fuerza. Que me empujaba a sentirme más capaz. Recordé aquel beso. Y mis ojos se clavaron en el pecho de aquel vampiro. Ahí tenía que darle, justo un poco por debajo del costillar. La ubicación de órganos, era algo que había aprendido no sólo en las clases de Tea, sino estudiando Anatomía del Dibujo. Lanzado como voy, a la carrera, poco antes de llegar al vampiro, pego un ligero salto hacia el frente, para terminar de una vez mi acción. De nada servía demorarla más. Eso podría significar que detuviera mi golpe, al fin y al cabo, las cosas claras, yo no era mi Miller. Ni el entrenador.

Un pequeño salto al frente, cayendo pocos centímetros detrás de Eliz, justo al lado de aquel vampiro. Con el impulso del salto, empujo al vampiro contra la roca, sin depegarlo de la parte superior del poste (que imagino no tendrá punta), una vez veo cómo su cuerpo golpea contra la roca, con todas mis fuerzas, empujo el poste, intentando atravesarlo. Me cuesta, y aun así, después de varios empujones contra la pared, comenzando a abrirle la cabeza ligeramente, agarro mejor el poste. Clavo los pies en el suelo y atravieso sus costillas con el poste, hasta plegarle parte del pulmón y aplastar su corazón contra su propia masa muscular, rasgándolo por todos lados con las astillas de sus propios huesos rotos. - ¡Aaaaah! ¡Muere! ¡Muere! ¡Muere! - Escucho cómo su corazón se aplasta contra la roca, siendo atravesado con algunas de las astillas del poste. - ¡Muérete joder! - Cegado por un sentimiento proteccionista que jamás había sentido hacia nadie, incluso después de desintegrarse el vampiro, continúo golpeando el poste contra la roca, obnubilado en destrozarlo. En destrozar a un vampiro que ya no está. Finalmente, levanto la vista, y puedo observar mi situación. Apoyo el poste contra la roca y lo parto por la mitad, en dos trozos: Uno de los cuales queda enganchado a mis cadenas, y otro que queda suelto, con un montón de pequeñas escamas pulidas asomando. Lo recojo y se lo lanzo a los pies a Eliz. - Por si te hace falta, parece que la madera no les sienta nada bien - Sonrío, mirándola, con algunas gotas de sudor cayéndome por la frente. Matar a aquella cosa, me había costado, no podía negarlo. Listo para encarar al otro vampiro, el que me custodiaba, doy unos pasos, situándome antes que Eliz en el posible choque. Tenso las cadenas alrededor del trozo de poste que queda ente mis manos (la parte superior, la parte inferior, imagino que con punta para clavarse en el suelo, se la dejo a Eliz a sus pies), para darle una mejor bienvenida. Avanzo una pierna y la pliego ligeramente, para evitar fracturas, mientras la otra pierna, la retraso ligeramente, plegándola igualmente, de forma que pueda tener un mejor agarre al suelo, aguantando mejor el impacto. O pudiendo aguantarle un poco más el empuje. De todas formas, ver que esas minúsculas estacas la esperaban, seguro que le amedrantaría un poco, o eso quería creer. - Vamos, ven aquí. - Sonrío ampliamente, mirándolo. - Será un placer reducirte a cenizas a ti también - E agachándome unos centímetros, coloco el poste de forma oblicua, para no fallar el recibimiento. O incluso poder lanzarlo por los aires, usando su propia inercia. La Física, era una de las pocas asignaturas científicas que me atraían más de lo normal, y me encantaba aplicar lo que aprendía en clase. Inspiro. Expiro. A la espera de aquel chupasangre.

Andrew carga de frente a por el vampiro que custodia a Elizabeth, acabando con su malévola existencia entre un torbellino de sensaciones...

-Si chicas, a por ellos- dice Wash saliendo del reino de la estupefacción.

Y corre a por Darthok y empieza a patearlo ya que está en el suelo...

-Sois una maldita molestia-, dice el vampiro jefe mientras se levanta insensible a las patadas de Wash...

Y le agarra del cuello con su mano derecha, en particular de la tráquea, y procede a arrancársela de cuajo...

-A dar patadas al suelo, a ver si puedes respirar...- dice mientras Wash cae al suelo y se ahoga al intentar respirar y solo inspirar su propia sangre, mientras mucha más baña el suelo a su alrededor... intentando conseguir algo de aire y moviendo las piernas espasmódicamente.

-Y ahora tú...- dice abalanzándose contra Casey... a la que agarra con fuerza tremenda por el torso sujetando ambos brazos con uno solo de los suyos y haciendo que tire la antorcha mira por un segundo en sus ojos de la aterroricada joven y procede a clavarle los colmillos en el cuello.

Casey siente un miedo atroz del vampiro al que sigue un dolor que la deja casi paralizada cuando éste muerde con sus colmillos en su las arterias de la pobre chica...

La profesora se levanta con un brazo doblado en una postura antinatural y sangre de los arañazos que le han hecho las rocas en la cara... pero su rostro está lleno de furia por la traición de sus "aliadas", con el brazo que le queda saca una daga afilada del bolso...

-Niñatas de mierda ¡TENÍAMOS UN TRATO! AHORA VERÉIS...-

-Vespucia, señora de la venganza, guía esta daga maligna Y DESTRIPA A MIS ENEMIGAS...-

La daga sale volando y se clava en el estómago de Izzie, un palmo por encima del ombligo y uno por debajo de su camiseta recogida... Izzie suelta un grito y cae al suelo de frente...

Y procede a largarse corriendo por uno de los pasillos...

-Aparta estorbo...- dice el vampiro que queda en el otro lado de la caverna a Andrew... y le atiza un guantazo en la cara que le tira para atrás...

Pero el golpe ha sido de refilón y no le hace daño...

Vance corre por la cueva y llega a una sala muy grande... en la que ha estado antes.

En ella el panorama le llena de angustia; en el centro de la habitación a unos 10 metros está Andrew defendiendo a Elizabeth con un poste a modo de lanza... ambos están encadenados a respectivos postes pero parece que Andrew lo ha arrancado y está cubriendo a la pelirroja con él... los dos están cubiertos de sangre seca pero que no parece suya.

Pero mucho más cerca ve a Izzie en el suelo encorvada sobre una daga que tiene clavada en las tripas,  a Wash con su cuello convertido en un manantial de sangre también en el polvoriento suelo muriendo a pasos de gigante y a Casey que el vampiro Darthok acaba de agarrar y morder... Cerca de ellas esta Annie...

También hay un vampiro ardiendo rodando por el suelo trantando de apagar sus llamas y otro en un rincón estacado con una enorme navaja...

Llegué al linde del túnel con la cueva y el panorama era desalentador. Todos estaban sufriendo en un combate dispar, Casey estaba siendo mordida, Andrew y Elizabeth luchaban por liberarse, Annie estaba ahí... E Izzie, Izzie se estaba desangrando con una daga en el abdomen... Apoyé la maza sobre el hombro derecho y grité con todas mis fuerzas.

- ¡Eh! - farfullé con rabia - Quien le haya clavado esa daga a la morena que dé un paso al frente... - sentencié dando un par de pasos al frente - Que le voy a partir la puta cara. Mamones. - gruñí poniendo la maza frente a mí, en posición de combate.