Partida Rol por web

Jorandash mira divertido a Aldar.

-¿Perspectiva? Me gustaría saber cuantos de vosotros sabeis leer y escribir y qué sabeis sobre la historia de Carmania o sobre la cultura Lunar. A veces las cosas no son tal y como las cuentan los ancianos alrededor del fuego. Yo mismo... -Jorandash reprime sus palabras y cambia de tema de inmediato. -¿Una niña habeis dicho? Entonces fuisteis vosotros los que estuvisteis involucrados en la huida de la niña de la profecía. Ahora entiendo porqué el imperio tenía tanto interés en vostros.

Al hablar de nosotros como campesinos ignorantes me brillan los ojos con furia... ¡si él supiera! Pero su siguiente frase me deja con la palabra en la boca.

- ¿Profecía? Creíamos que era una maniobra política... ¡una forma de desactivar la resistencia broliana impidiendo una alianza entre tribus!

Hablo atropelladamente, sin darme cuenta de que tal vez estoy dando demasiada información. Al percibirlo, me callo abruptamente y miro hacia abajo con rubor en las orejas, mezcla de arrobo y furia contenida.

-Por lo visto, se dice que esa niña, nacida en la más alta de las familias brolianas, algun dia lideraría un ejército contra su propio pueblo, acabando con la resistencia de Brolia.- Comenta tranquilamente mientras rellena su vaso y da otro trago. -Los lunares estaban tan interesados en ella que movilizaron a toda Carmania con la misión de encontrarla. Yo mismo tuve que estar alerta durante unas semanas por si me topaba con ella. Jeje, quien iba a pensar que la teniais vosotros...

Mientras sigo comiendo, se me escapa una frase:

-Ja, esa história me parece que la he oído en algún lado, pero al revés.

Vaya, ya has vuelto a hablar, recuerda cual es tu misión final, y no la lies, ni hagas que desconfíen de ti. -pienso para mis adentros...

Alzo de nuevo la mirada y me dirijo a Jorandash con el mismo tono frio. 

-Donde esta la niña ahora? Que han hecho con ella?- Esta vez mantengo la mirada y guardo silencio esperando una respuesta.

La sorprendente tergiversación de la profecía me enfurece y casi se me atraganta un hueso de pollo en la garganta al oírla. Sin embargo, cuando finalmente me dispongo a gritarle a Jorandash, la pregunta de Loranda me hace mantenerme en silencio y miro al veterano guerrero esperando su respuesta.

-No se donde estará la niña. Es posible que la hayan llevado a alguna satrapía* del imperio o incluso a Glamur**. Si es cierto lo que cuenta la profecía, puede que vayan a darle algún tipo d einstrucción militar o la conviertan al culto de la Luna Roja, quien sabe.

Erikand intenta entablecer amistad con Jorandash durante su viaje. Hablándole de su vida, y preguntándole por la suya. Y aunque Erikand se repite varias veces al día que no se fíe de Jorandash y se obliga a estar atento siempre, le da la sensación que Jorandash es un buen tipo.

Erikand se queda bastante impactado al escuchar esa profecía. Las profecías son esas historias que uno nunca se cree hasta que pasan. E imaginar a esa niña que ayudaron rodeada de lunares atacando a los Brolianos es, cuanto menos, extraño.

Erikand sigue escuchando las preguntas acertadas de sus compañeros.

Me rasco la barbilla pensativo.

- Me pregunto quién sabrá dónde la han llevado... -me digo en voz alta, distraídamente. Luego me encojo de hombros, restándole importancia y cambio de tema e intentando aprovechar la apertura de Jorandash- ¿Y cómo es el lugar a dónde vamos? ¿Qué se supone que debemos hacer y a quién debemos enfrentarnos? No creo que nos hayan salvado de la horca para hacer el trabajo de una milicia.

-Nos dirigimos al norte para cumplir una misión de vigilancia y para asegurar la frontera del norte de posibles ataques o incursiones de lo que sea que viva más arriba. Estaremos allí nueve meses, justo lo que dura el invierno y después seremos relevados y regresaremos a Jhor. Pero no, no creais que nadie os ha salvado de la horca... De hecho esto no es más que otra condena. -De un trago, apura su vaso y lo deja en la mesa bien lejos d eél, como para asegurarse de que ya no va  a beber más. -Yo... (duda un momento pero sigue hablando) ... soy un Carmaniano orgullosos de mi linaje; Mi padre fué guardia de honor del Conde de Jhor, al igual que su padre y el padre de su padre... Pero cuando llegó mi turno la nobleza estaba tan corrompida que poco quedaba d eaquellos valores que mi familia había defendido durante generaciones. El conde Haralaxur es un hombre bueno per demasiado entregado a los placeres carnales; Sus consejeros aprovechan eso para manipularle a su antojo y el condado languidece a causa de ello. Yo traté de hacerle entender que debía regresar a una senda de rectitud... Pero mi empeño solo sirvió para que me despojaran de mi puesto y me obligaron a ingresar en el ejército Lunar, lejos de Carmania y como soldado raso. Supongo que no hace falta que os explique como se siente uno cuando es desterrado y despojado de todo aquello cuanto ama... -Jorandash hace una pausa larga y cuando ya creíais que se podría a llorar, sonrie y sus ojos brillan. -Pasé siete años como soldado Lunar, viajando y luchando sin cesar... Pero lo que ni yo ni ellos sabían, era que tras unos años de servicio, el imperio concede a sus soldados el status de "Ciudadano lunar". Eso otorga unos derechos especiales, como la libre circulación por todo el imperio y la elección de puesto de guardia. Yo elegí carmania, Jhor y ser guardia d ehonor del conde Haralaxur. Deberíais haber visto sus caras cuando regresé. Volvía al lugar a donde pertenecía y ellos no podían impedirlo. Pero ya veis. Encontraron la forma legal de obligarme a presentarme voluntario a una misión peligrosa y me rodearon de rebeldes y traidores para asegurarse de que no regresaría jamás. Sinceramente, pensaba que me matariais la primera noche pero hemos llegado casi a nuestro destino y habeis demostrado saber usar vuestras armas... Puede que tengamos alguna posibilidad.

Jorandash se levanta de golpe y su expresión relajada recupera toda su dureza. parece que no quiera seguir hablando.

-Comed y bebed lo que querais, paga el Conde y puede que esta sea la última comida caliente antes de llegar a nuestro destino. Mañana, con el primer resplandor del Sol, partiremos. Y no toleraré ningún retraso.

Y así, os quedais solos en una taberna que se va vaciando lentamente.

Pongo los ojos como platos y me sorprendo a mi mismo observando la espalda de Jorandash alejándose con la boca abierta. Miro a mis compañeros sin disimular mi sorpresa.

- ¿Creéis que es verdad lo que dice? ¿Es posible?

- Creo Aldar que por suerte para nosotros, es totalmente plausible. Un hombre solo rodeado de traidores? Por muy bueno que sea con la espada como hemos visto... Tiene que dormir. Y con tantos como somos sería una presa demasiado fácil dormida. Por muy bueno que sea con la espada. Si hubiesemos querido escapar, sería fácil escapar en la frontera. Asi que, porque enviar a Jorandash a la frontera con un grupo de traidores si no es para asegurarse que no vuelva? - Erikand hace una pausa - Además sus reacciones y actitudes hablan por ellas mismas. Creo que es un hombre honorable. Pese a que le haya tocado la vida que le ha tocado, aunque la nuestra tampoco ha sido sencilla.

Erikand mira hacia la puerta, pensando en las palabras de Jorandash.

- Chicos, llamadme loco, pero creo que Jorandash nos acaba de brindar nuestra oportunidad de vengarnos y proteger Brolia... Desde dentro del Imperio Lunar. Habría alguna posiblidad de convertirnos en Ciudadanos Lunares y atacar a quién nos traicionó desde dentro? De buscar a nuestra protegida y seguir protegiéndola desde dentro? No sé lo que tendremos que hacer, pero si lo conseguimos será mucho más fácil pasearnos por el Imperio.

Exasperado ante la inocente reacción de mis compañeros, doy un golpe en la mesa con el puño cerrado con fuerza. ¡PAM!

-No seáis ingenuos -digo mirando con furia a Aldar y Erikand-. Si nos creemos las mentiras que nos ha contado este perro, estaremos cometiendo el mismo error dos veces. ¿O es que ya os habéis olvidado de las mentiras que nos contó la bruja lunar aquella, para luego hacernos prisioneros?

Abrid los ojos, por favor: Jorandash solo nos ha contado todo esto porque tiene miedo de que le rajemos el cuello mientras duerme. Yo prefiero retarle a un duelo antes que matarle en secreto como un cobarde, pero sea como sea, tenemos que dejarlo atrás cuanto antes. Recordad que esta es nuestra condena. Y es una condena injusta. Y aunque fuera cierto el cuento ese del "ciudadano lunar" -digo burlándome del término-, ¿creéis que terminará algún día esta condena? ¡Pues no! Si no morimos en esta misión, nos darán otra y luego otra, y seguiremos cumpliendo órdenes como corderos.

Miro alrededor para asegurarme de que mis palabras no caen en los oídos inadecuados, y me dirijo a todo el grupo en voz baja:

-Yo digo que nos deshagamos de Jorandash como sea hoy mismo y recuperemos nuestra libertad. Luego, podemos buscar a Arrhya. Podríamos descubrir si es cierto eso del ciudadano lunar, tal vez haya otra forma de conseguirlo sin ser esclavos de los lunares. Somos valientes, somos hábiles, y podemos lograrlo sin Jorandash ni el patético conde al que él se empeña en proteger como un perro faldero.

Levanto la mano, y llamo al camarero:

-Pónganos un cerdo spolita bien hecho, y las costillas para Aldar, que sabemos que le gustan mucho. -Espero a que se vaya el camarero, y les comento- Jorandash no me cae mal, pero tampoco bien del todo, no te enfades Kenvent, espera...  es un tipo amargado, y haciéndole viajar con nosotros, sólo significa una cosa, que ha hecho algo que no ha gustado a alguien, y eso significa, que es un estorbo, y alguien decidió que no volviese. Está convencido de que vamos a acabar con el, pero en apariencia, no hace nada por evitarlo. -al ver que nos traen la comida gratis, aplaudo- También una jarra de vino, pero no del aguado que nos estas poniendo, y ves preparando fresas para el postre, si, ya se que no es época, pero paga el conde, y supongo que no querrás que se enoje contigo. -cuando se vuelve a ir el camarero, les digo- sabe perfectamente que está condenado, pero es tan fiel como un perro, y no puede evitar la tragedia que se el avecina, yo creo que lo podremos llegar a utilizar en algún momento, ya sea para nuestros planes, o para los suyos, que posiblemente sean los mismos, así, que yo por ahora, esperaría. Recordad, que la venganza es un plato que se sirve frío, y un cazador ansioso, llegará a su casa sin ninguna presa. -arranco una pata del cerdo, y la muerdo llenándome la boca de carne, mientras centellean mis ojos mirando la hoguera donde se ha cocinado el animal.

-¿Estás proponiendo que esperemos a que Jorandash se rebele contra su amo? Si es así, yo no creo que llegue a pasar nunca. Ha dicho que ya sus padres fueron sirvientes de esa familia de condes, le condenaron a alistarse al ejército solo por decir la verdad y quitárselo de encima y, aun así, decidió volver para seguir protegiendo al conde. Podría haberse rebelado cuando lo mandaron a esta misión, pero ha aceptado su destino como un perro a quien su amo lleva al matadero. Seguirá fiel a sus amos porque nació esclavo y no sabe hacer otra cosa.

Al escuchar la voz atronadora de kenvent, salgo de mi pequeño trance, y vuelvo a morder la pata como si tuviese un apetito voraz.

-Pues no, todo o contrario Kenvent, Jorandash ahora mismo es un perro, pero un perro al que su amo le apalea, y eso es un punto a nuestro favor. Hemos de ganarnos su confianza, o como mínimo que lo parezca, se perfectamente que ya habéis pensado en matarlo, que vaya nochecitas que me dais, creía que me libraba de las guardias, pero no dejáis dormir a nadie. Estando bajo su "mando", y jugando a realizar sus misiones, lo que estamos es consiguiendo movernos libremente por todo el territorio enemigo, y además, con salvoconducto. Cuando tu querido Jorandash vea que estamos pensando en traicionar al estado, que en estos momentos está en declive, posiblemente se haga el loco, ayudarnos, no lo hará, porque ya sabemos que es un perro con amo, pero no ponerse en medio, igual si, al igual que facilitarnos algo de información. Ten en cuenta, que echa de menos los viejos tiempos, y posiblemente, de alguna manera, es lo que busca. Para el estado, el está muerto, y lo sabe perfectamente.

Vuelvo a morder la pata, y les comento a todos con la boca llena:

-Por cierto, en la cárcel, alguien me habló de un Dios llamado Eurma, igual me hago practicante de su doctrina para estar mas arraigado a sus costumbres, y sentirme mas aceptado en la sociedad que nos rodea. **

Sonrío al escuchar la referencia al Embaucador. Luego frunzo en ceño, pensativo.

- Tened en cuenta una cosa: Brolia está muy lejos.

Mojo mi dedo en el vino y dibujo un tosco mapa de Carmania. Como mis conocimientos no pasan de ser de oídas, no puedo ser muy fiel a la realidad, ni falta que hace.

- Nosotros estamos más o menos aquí, y viajando hacia el norte -señalo el extremo más lejano del mapa, arriba a la derecha-   No sé qué hay allí, pero sí lo que tenemos detrás.

Señalo el gran círculo que representa Carmania.

- Toda Carmania. Tendríamos que cruzarla de vuelta, entera, para poder llegar a los territorios de tus antepasados, Kenvent. Y eso como fugitivos, carne de horca y asesinos. No sé vosotros, pero yo no quiero atravesar las cuatro satrapías con precio puesto sobre mi cabeza. Tal vez encontremos más adelante una solución mejor. Además...

Me guardo el resto para mi. La narración de Jorandash me ha recordado algo... o alguien. Me quedo callado y pensativo.

Swen mira atentamente a cada uno de los que interviene. Parece estar cavilando y valorando todo lo que se expone. Hay momentos en que sus pensamientos parecen estar en otro sitio y momentos en que mueve los brazos como si espantara moscas. Son especialmente penetrantes sus miradas de control a Kenvent y curiosas las que dirige a Aldar al esbozar un mapa.

A Kenvent le llegan pensamientos sueltos durante la conversación

- Su historia ha cambiado la situación. Erikand no parece muy dispuesto a apoyarnos.

- Si pudiera dominar a un espíritu y que él lo dominara... ¡no podría controlarlo mucho tiempo!

- Y si... ¿respetará alguna creencia?

A la mañana siguiente Jorandash os espera en la puerta de la taberna. Ha recuperado su expresión seria de líder y ya no queda nada del hombre que se sinceró anoche. Vuestro viaje continua hacia el norte. El frío es cada vez más intenso y el camino se pierde de vez en cuando bajo una capa de nieve que os obliga a empujar del carro para desencallarlo en repetidas ocasiones. Aqui el Sol apenas brilla en el cielo, oculto por una densa capa de bruma y los bosques de árboles inmensos dejan lugar en algunos tramos a páramos helados que son cada vez más abundantes.

Jorandash está dispuesto a llegar antes del anochecer a vuestro destino, pero el viento es cada vez más fuerte y está en vuestra contra, arrojando una ligera lluvia helada hacia vosotros que os corta la cara a cada paso que dais. Vuestros miembros se entumecen e incluso las ropas extra que llevais se quedan cortas para tal frio. Vuestra marcha se ralentiza cada vez más hasta que el buey que tiraba de la carreta se desploma en el suelo, completamente helado.

Ahora debeis abandonar la carreta y continuar el camino cargando vosotros mismos con el equipo y eso hace imposible alcanzar vuestro destino antes del anochecer.