Partida Rol por web

Scarlet paso la mano por la caja, mirando los restos de madera antes de coger un trozo que fuera valido como estaca, colocándoselo en las braguitas a modo de cuchillo, esto era mejor que nada por si las moscas pero lo importante era que debían mover aquella puerta. -Bueno...me parece que no se tiene que ser un lince con esta no crees? Ignorando la pregunta de donde tenia su hogaza de pan coas que de momento no era ni de broma algo que debía contar. -Tendrás que subirme a esas llamas, proyectare la luz gracias a los prismas en los leones y...cruzaremos los dedos.

Ella era lo suficientemente ligera como para que fuera cómodo. -Ojo, ayudarme a subir, como pongas las manos en alguna zona que no me gusta me enfadare, que ya nos empezamos a llevar bien no lo fastidiemos ahora. Venga agachate.  

Cogí mi espada por la empuñadura con mi mano derecha, recogí las piernas con las rodillas flexionadas mirando al techo, apoyé espalda y cabeza sobre la pared y brazos sobre rodillas, cerré los ojos con la cabeza dirigida a lo alto de la estancia y me centré únicamente en mi respiración y en mis creencias, propias de mi raza, según las cuales no debo quitar la vida de ningún ser que no suponga una amenaza para la mía.

Una vez más calmada abrí los ojos y le miré mientras me ponía en pie ayudándome de mi mano libre, caminé a escasos pies de su posición y estiré el brazo que portada la espada, apuntando a su yugular:

-Poned la daga y el laúd en el suelo, muy despacio, y alejaos de éstos sin dejar de mirarme. Ahora-

Senti los pasos de la élfa, muy marcados, y con la espada lista, cerré el libro que estaba revisando, nada singular, uno de tantos, lo deje en su sitio, mientras la afilada punta amenazaba mi cuello.

Sus peticiones eran ordenes, no era arrastrarme a su ser, a su caso, era ya el desprecio a mi existencia, lo que habia encontrado, y yo mismo me lo arrebate. sus ojos, ya no son lo que eran, la luz solo iluminaba la hoja, el filo que terminaba mi actuación, la reverencia de mis canciones. la única puerta, que me daría la salida. Lance el laud a un lado, a su lado, de tal manera que no le haría daño, intentando volver a ve sus ojos, apreciaría el arrepentimiento de mis acciones.

-Solo llevo esto, la daga, esta en aquella mesa con un trozo de pan, para su servicio, tranquila, no esta malo, ni lo he

 probado, a mi no me ara falta. se preguntara el motivo de mis acciones y mis palabras, coja el laúd y echadle un vistazo, lo entenderá enseguida.(al terminar esta frase, me acerque mas al filo de la espada, de tal manera que hacia presión en mi piel). Nunca he llegado a sonreír con ganas, solo he vivido huyendo, y otras veces mintiendo, especialmente a mi mismo. Creéis, que mis palabras anteriores eran vacías?, Creeis, que el mundo es suficientemente grande para conocerlo todo? Creeis que, mi vida a podido ser, bella? si es asi, os equivocais, cuando un juglar... como yo, habla sin tocar, o sin danzar, solo dira la verdad. renunciaria todo lo que soy,las musas, la musica... con tal de tener acto de afecto vuestro, no me esperaba que me malinterpretara, pero vivo del espetaculo, y eso, fuel el mayor error que he cometido...(bajo la cabeza), revisad el laúd, las cruces es peligro.

Por los dioses... no tengo ni fuerzas, no se ni como se clavo, ademas de que no seria capaz de haceros daño. a todo caso, ya os lo dije, si quereis hacerlo... ¡AZLO YA Y RAPIDO!.

Me acerque mas a la Elfa, un hilo de sangre manchaba la espada, se sorprendía de mis acciones, extendi mis brazos a los lados, levante la mirada con el grito, mares y rios en mis mejillas, vacio y dolor en mis labios, oscuridad en el espejo del alma, todo mi cuerpo temblando, no sentia frio. solo remordimientos de lo sucedido, cansancio en mis piernas, estas fallan haciendo que me caiga de rodillas, bajando asi la punta conmigo, ya no aguanto los brazos, no es por agotamiento ya, es por las faltas de vivir.

-Espero que deas salido e aqui...-

Mientras Scarlet razonaba y reflexionaba sobre lo que había que hacer ya me había comido un trozo de mi mendrugo de pan, guardándome el resto en el bolsillo. Vi la iniciativa de la mujer y la aprecié, sencillamente di un ligero cabeceo y me acerqué.

- Ya lo había pensado, no te preocupes. -Me pongo de cuclillas y te cedo las manos una vez las he juntado. Facilitándote el paso para luego levantarte, aunque seguramente baste ya con la altura de mis hombros.

- ¿No te parece sospechoso lo de la caja? -Comentaba mientras esperaba a que Scarlet subiese-  Venga, no tardes...

La amaba, la chica no solo le salva la vida sino que le había abierto los ojos una experiencia tan placentera que nunca hubiera imaginado; más que comer alimentos deliciosos o probar el tacto de ropas finas, ya había follado y aunque no quería parar aún sabía que su amada estaba agotada y quería escapar de ese lugar, justo como él.

Primero alzó a su adorada pelirroja en brazos para llevarla más lejos del agua y conforme ella se fuera recuperando la bajaria( si es que ella quería, por que estaría más aue contento de cargarla todo el tiempo), pero seguro aue tenía que ayudarla a andar y no tendría inconveniente en ello.

Al llegar a un camino sin salida la inutilidad de un sirviente musculoso en temas de rompecabezas daba a relucir.
-uhm... Esto es extraño... -

Había acabado destrozada por dentro y estaba de un tiemble que no se tenía ni en pie, por lo que agradeció que la sostuviese en brazos por un buen tramo e incluso le pidió por favor que la llevase un poco más, le costaba recuperarse incluso de cabeza la cual aún le daba vueltas tras un rato.

Cuando llegaron a la sala, hizo un gesto dando a entender que quería bajar. Aún andaba algo torpe pero se las arreglaba, se puso a estudiar a fondo aquella sala, sobretodo los cuadros. Si de algún modo había salida, la respuesta estaba en ellos.

-Mira los cuadros atentamente, a ver si ves algo que sobresalga, sobretodo que tenga que ver con esas dos cosas.

Le señaló las reliquias que descansaban en vitrina aún.

Cuando Klok calló, observando la gota de sangre que nacía en su cuello y descendía entre sus pectorales dejando un rastro rojo a su paso, le ordené que retrocediera contra la pared, me obedeció dando lentos pasos atrás mientras yo avanzaba con la espada tocando su cuello en todo momento. Cuando su espalda impactó contra la pared, aumenté levemente la presión que mi mano derecha ejercía sobre su cuello, aprisionándolo por completo, cualquier movimiento en falso de ambos pudo acabar con la vida del mediano, adelanté mi pierna izquierda mirando el recorrido de la sangre y con ella todo mi cuerpo excepto el brazo derecho, el cual flexioné por el codo manteniendo la presión de la espada, descendí la rodilla derecha hasta clavarla en el suelo, sujeté la espada con ambas manos, como si quisiera usar todas las fuerzas de que disponía para enterrar la hoja metálica en su ser. Acerqué mi rostro a su abdomen, le miré seria y, sin apartar la mirada, abrí la boca, saqué la lengua al completo y la apoyé sobre el final del rojo camino, mientras me ponía en pie lamí el rojo rastro hasta el filo de la espada. Me puse en pié, tragué, esperé unos instantes realizando un movimiento lateral de la mandíbula inferior para generar saliva, y le escupí con desprecio en la mejilla. Observé el burbujear de mi saliva transparente en su rostro mientras retiraba la espada.

-Merecéis que termine con vuestra aquí y ahora por osar amenazar la mía a cambio de ofreceros mi virtud. Pero no os considero un peligro para mi vida, no os mataré. Coged vuestras pertenencias y pensemos como salir de esta estancia-

Le di la espalda y observé las diferentes estatuas:

- Un diorama de un lago en el que hay un islote en su centro

-  Un tocador con espejo y enseres de doncella, como lo son un cepillo.

- Una barca antigua de aspecto indígena.

- Una lámpara de hierro desgastado medio enterrada en una duna de desierto.

- Un pequeño dragón 

- Un estanque en el que hay una hoja de junco flotando.

Sin apartar la vista de la estatua, hablé en voz alta -Mediano, estas estatuas estás incompletas, busquemos por la habitación si encontramos objetos que puedan completarlas, probablemente así saldremos de aquí-

Tras terminar de hablar, busqué en los alrededores si encuentro objetos que completen las formas de las estatuas.

Solo bastaba con que estuviera cerca a su amada para que quiera saltarle encima y montarla de nuevo, era así por lo que tenía su miembro medio erecto inclinado hacia abajo. Pero cuando le dice que mire los cuadros su mente se deja ir e imagina a Cristal y él en cada una de las poses expuestas en los cuadros... De hecho se va acercando tras de ella y rodeandola con los brazos va dejando sentir su sexo... A pesar que su coño aún escurria la ingente cantidad de lefa que le dejó.

-Ver mucho os cuadros... Me hacen no poder controlarme...- murmura pero al instante la suelta y va a romper las vitrinas con una roca y si no hay una roca con el mango de su daga y si no hay daga con la mano! Para tomar esos dos obejtos de una vez para ayudar a su amor a salir de ahí.

Le sonreí cuando me dijo aquello de que mi compañía estaba siendo muy agradable, pues la verdad era que viéndolo así, me daban ganas de ponerme mucho más que agradable con él. Quizás era el no estar segura de ir a salir de allí con vida o simplemente, mi menta calenturienta al verlo desnudo y dispuesto, pero sin duda, me daban ganas de hacer más cosas que hablar con él.

- Creo que hay cosas que podemos solucionar. - Dije bajando la vista a su entrepierna para que entendiera lo que quería decir, pero creo que es mejor dejarlo hasta después de que haya encontrado algo con lo que tratar tu pierna.

Tampoco quería que se muriera envenenado por pararnos demasiado y dar rienda suelta a nuestros más bajos instintos.

- Venga, agáchate, me subiré sobre tus hombros.

No pesaba demasiado y como la mayoría de las elfas de mi clasem no era demasiado alta, aunque sí que llena de curvas, pero eso ya saltaba a la vista.

Sus actos, sus acciones, eran extrañas, eran posesivas ¿ha podido poseer mi mente?, fue dulce la suave retirada de mi rojo interior, recorriendo mi pecho, extraño que se lo tragara, y frio su decisión y su agradecimiento, pero no desconocido, esta viscosidad, este liquido, siempre venia acompañado de palos y piedras... esta vez, una declaración total de desprecio. poco a poco, levante mi cuerpo, me acerque a mi laúd, intacto, robusto, ni una tira desprendida. poco despues, adelanto a la elfa, sigilosamente, rapidamente, casi ni se percata de mi accion, despues, un brillo vuela por la sala hacia mi, era el puñal extraído del trozo de alimento dejado en la mesa de la sala, ella lo observo sorprendida, cuado bajo este, aterrizo en una de mis manos, mientras en la otra portaba la espada arrebatada de la descuidada elfa, siendo intercambiada por el laud, de similar peso, mi agilidad es desconocida pero muy precisa. De la sorpresa al susto, y del susto a rabia. le estaba apuntando con la espada, desde el otro lado del centro que dibujaban las estatuas.

-Me asombra que seas una elfa de verdad, defensores de la cultura y de la vida, apreciáis una buena obra, como un buen relato o una enseñanza, como apreciáis la vida animal, humana y de oros seres- Era inevitable tener un rostro de asombro -Inteligencia, sabiduría, amor, compresión... todos estas... cualidades... deberian de tener, todas las razas posibles, de seres como tu- volvian a brotar lagrimas de mis ojos, con la hoja del puñal, evitaba que, estas mojaran la saliva de la elfa, sin mucha presión, pero resguardando al viscoso liquido, que por fortuna, no se corría.- Comprobad el laúd, como os pedí antes, y me habéis ignorado- durante unos segundos, la elfa dio vueltas al laud, en la distancia, sin perder vista de mi, su cara se destensaba, se veía la ranura para la daga debajo mismo del mástil, pero eso no es lo que hizo cambiar un poco su expresión, las numerables tiras finas de tela cara, como de ropa interior, cada uno, con nombres de países, ninguna se repetía, y la gran mayoría, cruzados con una "X", todos los paises reconocibles, ademas de casi no poder poner otro ams, porque ya no existian mas paises conocidos.

-Nunca pense de haceros daño...mi profesión, ha hecho hacer muchas toterias a lo largo de esta estancia... vivo del espetáculo, y eso es lo que hizo tener una mala imagen de mi...- sus manos empezaron a temblar, pero sin perder la posición defensiva - N-n-n-no quiero que pienses mal de mi, solo lo hice para que te sintieras bien, p-p-pa-p-para que vieras que realmente, tu v-ve-v-venida a mi vida, fue algo que me m-m-marco, me expreso muy mal hablando... cantando, es mas fácil, no se dice las cosas directamente- (La elfa empezo a encontar una mirada brillante en Klok, sentía que no le mentía, su cara empezó a señalar una sonrisa entre lagrimas y cortes de respiración) -Deseo sacarte de aqui, fuiste el unico ser que conoci, que por unos instantes, me aprecio... aunque fuera solo por unos instantes, y mi trabajo, hecho todo a perder... unos solo aprecian mi musica, otros, mis danzas, otros mis cantos, nadie aprecio lo que soy... salvo tu... estoy asustado... e-estoy atemorizado, odio mi pasado.

Durante unos instantes baje la cabeza ladeadamente, sin dejar de verla.

-Creo que se como escapar de aquí, pero a-an-antes, quiero... que nos llevemos... bien, prometo sacarte de este castillo, y voy a a-ac...-ac-acompañarte, n-n-n-no solo a salir, a donde tu vas, te seguire, v-v-v-voy... r-r-r--re-r-renuncio, no volvere a tocar, mataste a... mi antiguo ser-

Tenia que hacer una pausa para poder respirar, me estaba ahogando todos mis recuerdos, todos los momentos horribles y sin valor. continue sin perder tiempo.

- Tus palabras dulces, me hicieron perder la cabeza, tu `piel, me hipnotizo, perdi mis malos momentos, desde que me abrazaste... me odias a muerte, lo veo en tus ojos, nunca deseé haceos daño, fisicamente no lo hice, solo actue en funcion a mi experiencia con las mujeres... y me equivoque. no espero que me ames, solo qeu me aprecies, y me dejes estar a tu lado-(respiro)-me dijiste que me deseabas... te sentias- Cada vez se rompia mas la voz,con cada pausa-... segura... pideme algo para ganarme tu confianza... antes de salir de aqui, por ti renuncio todo lo que soy, hasta mi nombre- En un instante, observo la estancia y me percato de algo curioso... empiezo a hablar con voz muy aguda, mi garganta no puede habrírse mas- Curioso, asi no hemos conocido, pero tu con la espada, y yo con el laúd- ( Me inclino un poco)- dejame que me vuelva a presentar, soy un ser sin nombre, vagando por reinos que me quieren muerto, he renacido gracias a unos ojos de un ser divino, renuncie mi vida, mi profesión, nombre, musas, todo... por aquella perfecta elfa venida de lo mas puro de los lugares, no tengo donde caerme muerto, no tengo nadie que me quiera vivo...

Mis palabras llegaba a la elfa, pero no veia cambios, o no podia apreciarlos con mis ojos llenos de lagrimas, sin darme cuenta, habia cortado mi mejilla con el puñal, mezclando mi sangre con la saliva. al percatarme, me asuste, y evite que corriese el liquido semitransparente, llegando a evitar tal problema personal. con la espada, similar a lo que hizo la elfa con anterioridad, como si ofreciese mi mano -Necesito "salir" de aquí ¿me ayudaréis?. No desearía que os separaseis de mi, necesito salir de mi vida,¿me ayudareis?, no deseo la muerte, otra vez. se escapar de aqui, pero no lo haremos hasta que pueda salir de mi pesar, por favor... ayudame... acompañame, salvame- La voz se rompe del todo, con un llanto bajo, de dolor y de desesperación, intentando que, la elfa, comprenda mi mal estar, expresion de dolor, cuerpo tembloroso, aun así, estando activo y en alerta, por si cualquiera cosa pudiese surgir, aun asi, grite con efecto contrario, sonando como un susurro perceptible.

_-¡Socorro!-

No era yo una mala persona, al contrario, ni siquiera podía matar una araña sin sentir que arrebataba una creación de la Madre Naturaleza. Pero no era éste un mundo plácido y la situación que vivía en el castillo me aterraba, creo que ese fue el motivo de mi brusca reacción.

Klok insistió en sus buenas intenciones, atribuyó su acción a heridas del pasado aún por cicatrizar. No podía juzgarle, mi instinto me decía que poseía un corazón puro, también insensato, pero puro a pesar de ello. Expiré profundamente al tiempo que relajaba mis hombros, me acerqué a su posición, despacio, retiré las dos armas de sus manos y las puse sobre la mesa. Me acerqué a su posición, apoyando la mano en la mejilla escupida y la limpié con el pulgar, el cual sequé posteriormente en mi cadera. Apoyando ambas manos en sus mejillas sequé algunas lágrimas con los pulgares y, mirándole a los ojos, dije:

-Comencemos nuevamente. Este castillo nos está enloqueciendo a ambos- acerqué mi rostro a su frente y la besé, volviendo a erguirme, mirándolo a los ojos, y con rostro sonriente -Amigo mediano, busquemos una forma de salir de este lugar ¿de acuerdo?- algo más seria, pero sin tono amenazante, sino algo amigable - y por favor, no volváis a tocar mi arma sin mi permiso, o lo consideraré una amenaza a mi vida-

Retiré mis manos y me dirigí al laúd, mirando a Klok dije: -¿Me podría servir alguna de estas prendas? estoy realmente incómoda sin ropa-

-Era necesario, la tenias mas larga que la mia, hahaha- empece a decaerme del cansancio, los medianos eramos muy robustos, pero la falta de aire, y el cambio drastico de mis emociones, me producieron un mareo intenso.

-Ni cosiendo todas las tiras, podrias taparte un seno- aun en risas, pero era cierto, eran finas tiras de tela -Aunque... podria darle mis pantalones, ya estan rotos, pero por lo menos, no pasarías tanto frío. La decision es tuya-

Me he tenido que sentar un poco, cite a la elfa que me acompañase, y pensariamos mejor asi, tranquilos.

-Siento todo, no me gusta empuñar armas, menos quitarte la tuya, pero si en este mundo, quieres sobrevivir, debes saber manejarlas-

-Me harias un favor estando a mi lado, en serio, y compartamos vivencias, que te parece, hasta que me recupere un poco, y si la cosa va bien, te cuento lo que paso en esa endemoniada cloaca- No dejaba de sonreír, esta vez, nada forzada, me sentia feliz, por fin, una persona que le pudiese hablar, sentarme con ella, sin ser por música ni por cánticos. esto... es... la... gloria.

-Corianna, prometeme que nunca te separaras de mi, y yo te hare feliz, de todas las maneras que deses. ahh... y a todo esto, debes ponerme un nombre, acuerdate que renaci gracias a ti, hahahahaha...-

Sonrío de medio lado al escuchar su comentario mientras apoyo mi espalda contra la pared y me inclino un poco para que pueda subirse a mis hombros apoyándose en mis rodillas y manos.

-Visto lo visto en este castillo se me ocurren maneras de morir mucho más horribles que hacerlo mientras tengo sexo con una hembra tan atractiva como tú. Lo digo sin quitarle ojo de encima. Aunque tampoco quiero morir, claro.

Cuando la tengo sobre mis hombros me incorporo para que pueda llegar sin problemas a los candiles, y en un acto reflejo levanto la cabeza para ver qué hace, por lo que miro justo por debajo de su falda.

Si el extasis no había sido suficiente de por si, la imagen de la mujer relamiendose los labios me hizo perder la mente durante un momento... Antes de volver al mundo real. Con lentitud me subí y até los pantalones, mirandola, con algo de rubor en la zona de la nariz. No tardé en seguir sus pasos, al principio tras ella, y luego caminando a su lado hombro con hombro.

No me fije demasiado en el pasillo hasta que llegamos a un callejón sin salida. Chasqueé los labios, mirando alrededor... No había otro camino, y tampoco podiamos volver sobre nuestros pasos. Pero algo me decía que esto no era el final. ¿Había sido siempre así de retorcido el castillo y no me había dado cuenta? Estaba claro que era otra prueba, y sin embargo...

... Sin embargo esta vez no conseguía relacionar lo que tenía a mano. Recordé los cuadros y... ¿Aquellos trozos de reliquia? Quizá se trataba de eso. Al fin y al cabo había una endidura en la pared.

- Sólo tengo una idea, y tiene que ver con el hueco de la pared... Sospecho que de alguna manera se puede continuar el camino, pero no estoy seguro de como. ¿Se os ocurre a vos algo mejor?

Aunque le perdoné, no me encontraba en un estado de relajación tal que me permitiera reírme, por lo que no pude corresponder sus carcajadas. Muy amablemente me ofreció sus prendas, lo cual estuvo en sintonía con mi instinto al sentir que gozaba de corazón puro:

-Os lo agradezco, pero no podría aceptarlo-

Posteriormente quiso que nos detuviéramos mientras se reponía de su cansancio, cosa que no podía aceptar, la preocupación por el bienestar de mi padre y la escasez de alimentos me impedía detenerme.

- Descansa mientras hablamos y busco una salida, aprovechemos que no me encuentro cansada-

Al terminar, atenta a lo que pudiera decirme, reanudo mi búsqueda por la habitación de algún objeto que encaje en las estatuas.

Antes de subirme a su espalda pasé la mano por su rostro para acariciarle la mejilla, queriendo que supiera que había dicho en serio eso de que podíamos saciarnos juntos, a fin de cuentas, estábamos encerrados y no contábamos con todas las de poder salir allí sin que alguien diera con nosotros. Quizás lo más sensato sería disfrutar de las horas de vida que pudieran quedarnos.

- Seguro que encontramos algo con lo que poder abrir tu herida.

Me subí a su espalda, apoyando mis muslos sobre sus hombros, sintiendo su cálida piel en la mía.

- Se me ha ocurrido que una vez se haya abierto la puerta, podemos romper uno de los espejos y usar el trozo a modo de puñal. Sólo necesitamos abrir un poco tu herida por lo que podría servirnos. ¿Qué te parece?

Mientras hablaba movía los espejos y el candil a ver cómo tenía que hacer para que la luz incidiera en los leones.

-Que quieres que te diga... no lo he pasado bien en otras estancias, pero, por lo menos deberías comer, a mi no me hace falta, y seguro que llenándote, sabrás también donde están esas piezas-

En un suspiro, señale la mesa con pocos libros, lugar donde deje el trozo de pan. 

-Come, no te hará daño, ademas, la sangre sola, no baja muy bien- y de mi alma, salio otra carcajada -Oye... y mi nombre? te falto darme un nombre, digno de tu acompañante- Es difícil hacer una reverencia mientras estas sentado, pero para mi ser, no imposible.

Con un poco de reticencia se subió a los hombros de Berethor, pasando los muslos bien cerca de sus mejillas apretándote suavemente mientras se sonrojaba por tener la entrepierna rozando su nuca, dando un par de toques a su cabeza. -Arriba verdugo, no tardare mucho. Dijo ahora un poco insegura mientras alzaba las manos y comenzaba a mover los prismas y las velas quedando de tal manera que la luz de los candiles se pusiera de tal manera que se reflejara y empezara a golpear a cada uno de los leones. -No me bajes aun. Informo esperando que los leones hicieran algo o la puerta. -No porque no quiera, por si tengo que moverlas de nuevo. Si funciona bajame, saltare espero me cojas.