Partida Rol por web

- A mí no me importa quién esté al mando aquí realmente... estamos hablando de Lesotho... ¡¡un pueblo perdido de la mano de Dios en África!! Si me dijérais que es una ciudad importante de Europa o de Estados Unidos... podría pasar... ¿pero Lesotho? - me carcajeé un poco. No lo hacía a malas... sencillamente le pueblo era algo insignificante para mí...

-¿Te recuerdo que en este pueblo perdido de África estaba Tifón?

- Ese asunto no es de nuestra incumbencia. - digo. Centrémonos en lo que nos atañe.

- Sí, tienes razón... pero cuando los antediluvianos finalicen su guerra como mucho quedarán uno o dos de ellos... y creo que las cosas seguirán igual para nosotros, es decir, nuestras tradiciones y costumbres serán las mismas, las ciudades importantes hoy en día seguirán siéndolo... y dudo mucho que Lesotho se erija como principal potencia de aquí a... nunca. - sonreí. - Pero puedo equivocarme... Además tú lo has dicho, ESTABA Tifón. Ahora no hay motivo para que esto se convierta en la fuente de poder de nada para nuestra sociedad. - me encogí de hombros tratando de quitarle importancia...

Puede que me equivocara pero Lesotho hasta ahora había sido un pueblecito insignificante... y personalmente creía que seguiría siéndolo cuando toda esta guerra llamada Gehena acabara.

- Concuerdo con Sean, acabemos con el nosferatu y veamos a dónde nos lleva todo esto. - Seguí guiándoles con el mapa...

Los vástagos avanzaron por las cloacas buscando su objetivo, esperando que fuera fácil y rápido destruir al primogénito nosferatu. Durante un rato caminando y siguiendo el mapa que les había dado Edward consiguieron llegar a lo que parecía un nido de nosferatus. En él se encontraba un nosferatu bastante alto y robusto, era bastante mas grande que mucho de los presentes, pero por el momento parecía dormido, algo bueno para los invitados, en la zona no se veía a nadie más, parecía que se encontraba solo.

El que el nosferatu pareciera que se encontraba sólo no me tranquilizaba... También yo podía parecer estar perfectamente sólo cuando en realidad estaba rodeado de asesinos fieros y eficaces.

Rodeé con extremo cuidado y sigilo el cuerpo del nosferatu y examiné con atención el lugar en busca de trampas o indicios de que hubiera más criaturas cerca.

Al llegar ante el que parece ser el primogénito Nosferatu me preparo para actuar en cuanto Tom nos dé la señal de que no hay ningún contratiempo de tipo gente oculta o trampas.

Acheron observó paciente el lugar, y se concentró para mover la vitae por su cuerpo.

Los vástagos investigaron el lugar, parecía que no había ningún tipo de trampa, ni nadie que vigilara la guarida del primogénito, parecía todo demasiado fácil, como si alguien lo hubiese preparado para su llegada, como si se lo hubiesen dejado a punto para darle el último toque al nosferatu.

- No me fío. - pienso mientras permanezco atento a todo lo que hay a mi alrededor. Demasiado fácil. Aquí hay gato encerrado.

Parece que no encuentras nada, es muy extraño, pero no parece que haya nadie.

Acheron se agacha lentamente y camina así hasta el Nosferatu dormido. Cuando está a su altura se pone en posición: una pierna adelantada, y la otra flexionada, preparada para dar impulso. Entonces descarga los golpes contra el pecho del vampiro, a sabiendas de que no importaría demasiado dónde utilizando sus poderes sobrenaturales, sino con qué fuerza.

Su primer ataque llegó directo a la caja torácica por un costado, y desgarrando parte de la carne en el proceso.

Su segundo ataque, a pesar de utilizar más impulso, no dio en en blanco, quizás por poner por encima la fuerza a la precisión de los ataques.

El tercer golpe tampoco logró alcanzar el blanco. Instintivamente Acheron adoptó una posición defensiva, esperando que el Nosferatu reaccionara, y no demasiado bien, al desgarro de un trozo de su costado

El nosferatu se incorporo y abrió los ojos, Archeron pudo observar que sus ojos estaban inyectados en sangre, una visión algo desagradable, los demás no pudieron observar esos ojos por que el nosferatu les daba la espalda.

El nosferatu hablo con una voz ronca y cascada, parecía que alguna vez hubiese recibido algún golpe que le hubiese estropeado la garganta. - ¿Qué hacéis aquí? ¿no sabéis a quien estáis atacando? Acabáis de firmar vuestra sentencia de muerte, no saldréis de aquí con vida… - El vampiro no se movió de donde estaba, parecía que estaba estudiando a sus enemigos. - Creo que se quienes sois... ¿Los nuevos amiguitos de Peter verdad? no deberíais fiaros de ese sangre débil, os pondrá en más peligro del que os imagináis.

- Habla. - digo permaneciendo oculto mientras le apunto con el arma preparada para abrir fuego en caso de que sea necesario. ¿A qué te refieres?

Yo me mantengo a la espera, ligéramente detrás del resto del grupo, esperando a ver qué ocurre.

- Asique ayudáis a la gente sin saber… no pareceis muy inteligentes al ayudar a alguien sin recabar información, eso podría costaros la vida en un futuro… pero bueno, no deberíamos charlar, creo que estáis aquí por otra cosa. – El Nosferatu se movio, aunque no fue un movimiento brusco, simplemente giro un poco sobre sí mismo para poder ver a los presentes. – Parece que todos sois vampiros antiguos… os conozco, hice que investigaran sobre vosotros, y puedo deciros que uno de vosotros se llevara un pequeña sorpresa en esta ciudad…