Partida Rol por web

Satisfecho, el enano recogió sus condimentos y especias favoritos y los guardó en su cinturón mientras sus compañeros alababan su trabajo con el jabalí.

-Gracias compañeros, sois de los pocos que han disfrutado de esta comida, mi abuela solo lo preparaba para mi y mi hermano una vez al año jeje.-Dijo soltando una carcajda.

-Espié a mi abuela mientras hacia el jabalí ya que es secreto familiar, si quereis un dia os cuento como conseguí el polvo de uña de Dragón.-Thorin estaba alegre, habia comido el doble que los demás, pero podria haber seguido de haber mas jabalí.

Poco después reemprendieron el viaje, y tras el acontecimiento del mono desaparecido, Thron se acercó a Naë.Todos hablaban de Magia Negra.

-Naë, ¿también pnsais que se trata de magia negra?Como sabreis todos, mi raza siempre ha sido contraria a la magia, y si hay magia de por medio quisiera saberlo.Los elfos sabeis de esto, ¿que pensais?

Thorin se encontraba un tanto nervioso ante la visión del peor enemigo de los enanos, pero por otra parte la determinación y orgullo de su raza no le permitían ceder un paso ante ese peligro.

Mientras volvían a reanudar el viaje, Thorin se acercó a Nae para preguntarle su opinión respecto al tema del mono.

-Bueno Thorin, yo no soy una experta en magia pero sin duda este hecho no me ha parecido muy natural...nunca he visto a un ser vivo desaparecer si no es por medio de magia y mi flecha está limpia completamente, como si no hubiera atravesado a ese mono...es realmente extraño. No sé quién puede estar detrás de todo esto pero sin duda tenemos que estar muy alerta.- a la elfa no le gustaba poner nerviosos a sus compañeros pero a partir de ahora tendrían que estar más atentos.

-Por cierto-dijo alzando la voz para que todos los compañeros las escucharan-y si el collar no brilló es porque realmente yo todavía no he estado en grave peligro, con los bandidos nos metimos nosotros y nunca estuve en peligro, y el mono...bueno ya visteis que daño no causó ninguno, simplemente quería la joya...-y agregó al final-Por lo que, y siento contradecirte Sigmund, si esta sólo funciona llevándola puesta no pienso quitármela. Sin embargo, tendré más cuidado de llevarla bien metida entre las ropas y que nadie más alcance a verla.

No esperaba que sus compañeros le entendieran pero si la reina le había dado aquel collar para su ayuda, Nae creía en ella. 

Tras la conmoción de lo ocurrido con el pequeño mono, que por otro lado ayudo a despejar la modorra que llevaba despues de la ingente y deliciosa comida.

-Compañeros, la tactica mas razonable ahora parece ser lo que ha indicado Sigmud. O bien, esto intenta ser una distracción o bien nos acechan, en ninguno de los dos casos solucionaremos nada aqui parados.

Lihem sonríe a sus compañeros en un desesperado intento de dar animos, pero en el fondo no le gusta nada de lo que está ocurriendo.

- Por cierto, Nae. - Digo acercandome a la elfa. - Guarda bien ese colgante, si lo perdieses descubririas cuan desazon produce el perder los bienes del linaje. Aunque creo que te haces una idea.

- ¿Alguna idea mejor o seguimos? - Añade volviendose al resto.

Ante las palabras de Lihem Oliver asento con la cabeza y dijo...Lihem tiene razon Nae, guarda bien ese colgante.

Oliver mirando al resto de sus compañeros dice ... Si nadie tiene inconveniente por mi podemos seguir adelante.

Áran adelantó su caballo.

-Partamos pues. No me gusta este lugar.

El buen ambiente de la reanudación del viaje se había esfumado con la desaparición de aquel mono. La sombra de la magia volvió a recaer sobre el grupo que reanudó la marcha al paso por el tortuoso camino que les obligaba a avanzar muy despacio. Al poco alcanzaron un alto y descubrieron aliviados que el camino se ancheaba y alisaba permitiendo recuperar el anterior ritmo. Avanzaron al galope atravesando parajes cada vez más irregulares. Bordearon un imponente precipicio de unos 20 metros de desnivel, ascendieron colinas más amplias y altas, y en el alto de una de estas hicieron noche.

La mañana siguiente amaneció gris, y el grupo se puso en marcha sin mucho ánimo, pero a medida que cabalgaban, las nubes se fueron apartando para abrir paso a pequeños claros que aportaban algo de luz. El camino seguía serpenteando y recorriendo las colinas, hasta que llegaron a un punto en el que se suavizó e inició una suave pero constante bajada, no obstante, a ambos lados del camino seguía habiendo aquí y allá, diversas colinas que flanqueaban su viaje.

Áran se despertó amordazado. Enseguida la alarma le invadió, intentó gritar pero descubrió que tenía la boca llena de algún tipo de tela que absorbía todos los sonidos que pudiera emitir. No podía mover ni una mínima parte de su cuerpo. Buscó algo de movimiento a su alrededor y descubrió al mono que se les había aparecido en el camino. En aquel momento trasteaba entre las cosas de sus compañeros de viaje que dormían plácidamente. El mono alzó entonces una de las dagas élficas que les habían regalado y la alzó ante Calypso. Con un rápido movimiento degolló al clérigo sin ningún tipo de dificultad. La desesperación invadió a Áran. El mono se acercó a Oliver, y repitiendo sus anteriores movimientos acabó con la vida de su compañero. Uno a uno fue matando a todos y cada uno de ellos, Sigmund, Picco, Nae, Lihem, Thorin y Aeldar. Por último fue junto a él, alzó el cuchillo con una risa burlona, y con hábil movimiento rajó su cuello mortalmente.

El pícaro se despertó sudando y sobresaltado en medio de la noche. Había sido un sueño. Intentó calmarse pero sus pulsaciones estaban descontroladas. No pegó ojo en lo que restó de noche y durante la jornada siguiente creyó ver en varias ocasiones movimiento a los lados del camino. No supo si era fruto de su imaginación o si realmente el mono los estaba siguiendo, pero las dudas al respecto comenzaron a inquietarle.

La noche cayó de nuevo y el grupo se echó a dormir en la base de una irregular loma que les protegía del viento del noroeste. La cena transcurrió normalmente hasta que un ruido sobresaltó a todos, que antes de darse cuenta estaban levantados portando sus respectivas armas.

El foco de aquel ruido era Picco que sostenía un sacó por su abertura mientras peleaba por controlar su contenido, una pequeña figura que se revolvía violentamente buscando liberarse. Al ver que los demás se había despertado les anunció sonriente:

- ¡Lo tengo! He capturado al mono.

Seguía intentando controlar el saco aferrando con fuerza su apertura. Finalmente, el mono pareció calmarse dentro del saco y el mediano se puso en pie y lo alzó con gesto victorioso.

Tras despertar de esa extraña pesadilla, que había vivído como si hubiese sido real, rápidamente Áran echó mano de una de sus dagas de toda la vida (no la élfica, esa la guardó entre sus ropas para tenerla localizada). Colocó la daga en su puño derecho, oculta bajo las manos del jubón, y ató las cintas de la vaina alrededor de su antebrazo, y comprobó que podía sacarla mediante un giro de muñeca extremo o frotando el antebrazo con el brazo izquierdo. Desmontó la guarda para evitar que rozase o sobresaliese la daga por su manga, dejando solo la vieja pero afilada hoja en la vaina de su antebrazo, y guardó las diferentes partes restantes en su mochila.

Podría ser una premonición. Si se tornase realidad, juro que no estaré impotente. Así podré cortar las cuerdas de mis manos y actuar antes de que... ¡Tres veces sea maldita la magia!

Más tarde cayó en la cuenta de una cosa:

Tengo que poner sobre aviso a mis compañeros, pero no debo alarmarles inútilmente por un sueño. Mejor hablaré primero con Calypsto, que es sacerdote y además era el 1º en morir en mi sueño, y con Nae. Ambos me parecen los más místicos del grupo.

Antes de partir el día después del "ataque" del mono, Áran se acercó a Nae y a Calypsto:

-Se que nos urge ponernos en camino, pero tengo algo que contaros, algo que me preocupa. No quiero inquietar al resto del grupo por una superstición, por eso acudo a vosotros, que sois los que más habituados a la magia estais de todo el grupo. -Se volvió hacia el sacerdote- Creo que en especial también debería preocuparte a tí, Calypso.

Por favor, que no se rían de mí...

-Veréis, yo no soy una persona que suela soñar, pero hoy he tenido uno de los sueños más reales de toda mi vida, incluso creí que era real. Soñaba con nuestro campamento. Era de noche y todos dormíamos, no había ningún ruido y aunque podía distinguir las siluetas de todos, sólo reconocía tu cara, Calypso. Entonces desperté, y comenzó el sueño. No podía moverme, estaba atado y amordazado. Oí un ruido. Conseguí girarme y ahí estaba el mono, urgando entre nuestras cosas. Después sacó una daga élfica, de las que tu pueblo nos regaló, Nae. El mono pareció sonreir, y despues...

-Después fue a donde dormías, Calypso, y te rajó el cuello. No emitiste ningún sonido, nadie despertó y yo seguía sin poder moverme ni hacer ruido a pesar de mis esfuerzos. Luego se acercó al siguiente, y después al siguiente, hasta que solo quedé yo. Por último, el mono cortó mi garganta, y desperté.

El chico estaba visisblemente preocupado, y miraba alternativamente a los dos buscando una respuesta que lo sacase de sus temores, o alguien que los compartiera y apoyase...

Nada más despertar (y antes del otro mensaje que he enviado justo antes), Áran se puso a dar vueltas como loco alrededor del campamento. Luego volvió y se puso a rebuscar en sus cosas, y finalmente se giró hacia sus compañeros:

-Compañeros, me desperté a media noche con la sensación de que alguo había entrado en nuestro campamento y se había acercado a nuestros equipajes. Posiblemente solo fuera una valiente ardilla que no se asustaba de los ronquidos de nuestro amigo enano, pero por si acaso, os pido que reviseis vuestras cosas, a ver si está todo.

En especial una cosa... ¡Por los dioses, que no falte ninguna!

Al despertarse por segunda noche consecutiva, Áran desenvainó la espada y corrió hacia el mediano.

-¿¿¿El mono??? ¿Estás seguro? Déjame verlo, no puede ser el mismo de...

No puede ser ese mono... No él... ¡Entonces fue una visión!...Estamos peridos, a no ser que...

-¡Espera! ¡No abras esa bolsa! Si ese mono puede morir y revivir tantas veces como su amo desee, lo mejor sería mantenerlo cautivo. Así al menos sabríamos donde está.

Y si le cortamos los brazos no podrá matar a nadie...

A la mañana siguiente, cuando Áran se acercó a Calypsoo y a Nae para contarles su sueño, esta no podía dar crédito a lo que escuchaba. Nunca había visto tan alterado al pícaro y nunca creyó que pudiese ser supersticioso.

-Tranquilízate Áran por favor, simplemente será un sueño...el mono nos ha alterado un poco, incluso a mi, pero no creo que debas preocuparte por el sueño. Si quieres compruebo que tengamos las dagas élficas para que te quedes más tranquilo.- Nae miró en su mochila y comprobó que todo estaba en su sitio-Yo la tengo bien guardada y además si estuviéramos en peligro el collar de Lïndorie brillaría. De todas formas, estaré atenta. ¿Tu que opinas Calypso?

Cuando la noché cubrió el cielo nuevamente, decidieron hacer un alto en el camino para descansar. Todos estaban muy cansados por lo que se fueron a dormir temprano. Nae cayó rendida al instante, los últimos dias había estado bastante inquieta después del altercado del mono y necesitaba dormir para recuperar energías. Pero en medio de la noche, un ruido la despertó al igual que a sus compañeros. Cuando focalizó el lugar de donde provenía el ruido pudo comprobar que se trataba de Picco. El mediano parecía que se estaba peleando con algo que había en una mochila. Pero la sorpresa fue aun mayor cuando dijo que había capturado al mono.

¿El mono otra vez? No puede ser cierto...Quizás Áran tuviera razón...-La cabeza de Nae no paraba de hacer preguntas en aquel instante pero intento desechar su último pensamiento ya que le parecía imposible. La joven elfa echó una mirada a su compañero y comprobó que estaba bastante nervioso y alterado-pero no puede ser.

-Picco, ¿dónde lo encontraste? y ¿cómo lo capturaste? Habla mediano!-la situación le desbordaba.-Sería bueno que hicieramos un pequeño reconocimiento de los alrededores para ver que no hay nadie cerca ¿no? Al mono por ahora será mejor tenerlo atrapado hasta que decidamos qué hacer con él.

Picco se mostró sorprendido ante la abrupta orden de la elfa, esperaba que lo felicitaran por su hazaña, pero al contrario, parecía estar siendo reprendido.

- Me despertó un ruido por la noche,  y vi al mono en una esquina jugando con algo brillante, al principio pensé que era el collar de Nae, pero cuando me acerqué comprobé que era una piedra traslúcida. Me acerqué con el saco, y conseguí atraparlo dentro. La piedra creo que cayó por allí.

El mediano señaló a una esquina hacia un pequeño mineral de cuarzo. No parecía tener nada de especial pero su color y sus formas angulosas parecían suficientemente exóticas para atraer a la criatura.

Áran seguía casi en estado de shock.

-Bien hecho Picco, pero por lo que más quieras, no dejes que se escape. Necesito un trago...

Throin, con el hacha en la mano y gruñendo por haber sido despertado, escuchó al Mediano hablar.Con otro bufido se dirigió a la piedra y la tomó entre sus manos mientras guardaba su Hacha.Intentó escrutarla para saber que era.

Thorin alcanzó la piedra que había llamado la atención del mono. Se trataba de un pequeño mineral de cuarzo. Tras examinarlo detenidamente el enano fue consciente de que no tenía nada de especial aparte de las particulares características del cuarzo lechoso.